La bala fría

[Merry Bhaer]

((Permisooo))

Merry, en cambio, estaba contenta por volver a Inverness. Habían pasado tres meses sin ver a sus papás y, aunque pensó que con el tiempo se había acostumbrado a la ausencia de su familia, siempre sentía que los extrañaba si se ponía a pensar en ellos. Su hermano, Thomas, estaba casi siempre ocupado y no le prestaba mucha atención en las comidas en la mesa de Gryffindor, así que Merry tenía que esperar a estar en casa para estar juntos y que las cosas fueran como recordaba.

Así que estaba de buen humor, era el último día de clases antes de volver a casa, y encima tenía chocolate. Una de sus amigas se lo había regalado por Pascua pero Merry no había podido aguantar y lo había abierto esa tarde. Iba por el pasillo, caminando y comiendo, y no hubiera visto a Maia si no pasaran dos cosas: la chica era pelirroja así que era difícil no prestarle atención, pero más importante aún tenía comida! Los ojos se le fueron hacia el sandwich, sintiendo de repente muchas ganas de comer algo salado aunque tuviera todavía medio chocolate en la mano. Incluso había dejado de caminar sin darse cuenta. ¿Por qué era así?

[Merry Bhaer]

De repente el sandwich le habló... ah, no, era la chica pelirroja a la que le pertenecía. Merry reaccionó y levantó la mirada un poco asustada hasta que vio su rostro y que no parecía molesta con ella por estar interrumpiéndola. Volvió a mirar el sándwich, como dudando porque le daba algo de vergüenza aceptar, hasta que se dio cuenta que ella también tenía algo para ofrecerle a cambio.

"Sólo si aceptas la mitad de mi chocolate" le respondió ofreciéndole un canje que parecía no sonar muy justo, pero ¿quién puede negar que un chocolate es más rico que una manzana como postre? Merry le sonrió y extendió su mano para mostrarle también la mitad de la barra todavía sin tocar dentro de su envoltorio.

[Merry Bhaer]

Creo que a Merry le impresionaría más saber que a Maia no le gustaba el chocolate que cualquier otra cosa que pudiera decirle. Era como la gente a la que no le gustaba la pizza. ¿Qué clase de extraterrestre tenía algo en contra del bello cacao?

Bajó el brazo, algo desilusionada porque no había trato. Aunque Maia le ofrecía la mitad de su sandwich de todas formas, ella sentía que no podía aceptarlo a cambio de nada. Apretó los labios, pensando si realmente tenía tanta hambre o era sólo un antojo porque se veía delicioso. "Si no quieres nada a cambio, entonces con sólo un pedacito estoy bien" le dijo guardando el paquete de chocolate en el bolsillo de su túnica.
"Soy Merry" se presentó esta vez dándole la mano para que la chica la tomara y esbozó una sonrisa, esperando que ella le dijera cómo se llamaba también.