Caridad

[Allegra Smethwyck]

Allegra también tenía una relación especial con la ropa. Debería ser de amor-odio porque le gustaba pero a la vez no podía tener todas las prendas que quería. Podía imaginar cómo ordenaría un vestidor si lo tuviera, los colores que elegiría, la manera para que sacar las cosas de una temporada y pasar las otras al fondo no fuera un infierno. Podía también fantasear con la cantidad de pantalones, faldas, camisas... guardaba en su baúl todas las revistas de moda que conseguía y tenía perfectamente separadas las prendas que le gustaban y arriba les dibujaba lo que les agregaría o tachaba lo que sacaría y, aunque no servía de nada, sabía los colores de la temporada actual.

Y estaba totalmente consciente de que era algo superficial, que gente como ella no podía permitirse pero a la vez le parecía una manera de embellecer a las personas, de favorecer que se notara lo bueno y se tapara lo malo. Lo que más quería era diseñar su propia ropa y estaba segura de que algún día lo conseguiría. Por ahora se conformaba con dibujos amontonados en los pergaminos que se manchaban o quedaban inútiles por algún motivo, aprovechándolos como una hoja borrador.

La relación con sus primas Whitehorn también era especial. Allegra todavía tenía flashes bastante frescos de alguna Navidad en casa de sus abuelos donde Yasmin y Tamsin estaban sentadas como princesas en la mesa y recibían mejores regalos porque obvio que podían comprarlos. Pero los que Allegra prefería recordar eran otros, los de los veranos en que coincidían alguna tarde (también en casa de sus abuelos) donde aburridas inventaban historias y jugaban, incluso Tamsin le había prestado una vez una muñeca hermosa que Allegra siempre había admirado.

Pero ya no tenían la inocencia de ser pequeñas y no entender de diferencias sociales. Ahora era bastante evidente que aunque compartieran sangre venían de lugares distintos. Se saludaban en los pasillos, sí, pero era el saludo a alguien con quien compartiste momentos lindos que ni recordás nítidamente pero sabés que sucedieron porque quedó algo de cariño. Nada más.

Divisó a Tamsin mientras se levantaba todo el cabello simulando un rodete que enseguida se iba a deshacer porque no tenía nada con qué sostenerlo, pero ya no aguantaba el cabello en la cara. La miró fijo porque pensaba saludarla como siempre, cuando notó la bolsa gigante que su prima arrastraba. Frunció levemente el ceño preguntándose qué llevaría tan pesado, quizás le habían encargado alguna tarea especial ahora que era prefecta. Si Tamsin la saludaba de buen humor, quizás se animaría a preguntarle qué llevaba.

[Allegra Smethwyck]

Claramente la posición hacía que Tamsin pareciera todavía más tetona (no le duele la espalda por el peso??) y Allegra más pequeña y zaparrastrosa. Dejó caer su mano y por unos segundos el cabello se mantuvo en alto hasta que cedió a la gravedad, cayendo nuevamente hasta sus hombros, mientras esbozaba una sonrisa y disminuía la velocidad de sus pasos para detenerse a saludarla.

Allegra, en realidad, estaba sorprendida por el apodo cariñoso y hasta algo atemorizada. Sus primas solían estar de mal humor cuando las veía juntas, las había visto pelear un par de veces aunque luego cuando las cruzaba por separado eran pura sonrisa. Eso la confundía y le daba la sensación de que en cualquier momento comenzarían a gritarle a ella también.

“Hola” saludó terminando de sonreír, no muy convencida “Bien, ¿y tú?” respondió pasando enseguida su mirada a la bolsa que le llamaba tanto la atención. Estaba por preguntarle si estaba ocupada o si necesitaba ayudaba cuando Tamsin mencionó que tenía algo para ella. “¿Para mí?” repitió más entusiasmada, alzando las cejas, aunque no se le ocurría nada que alguien pudiera mandarle a través de Tamsin. Que su prima le regalara algo no, no era una opción.

[Allegra Smethwyck]

El rostro de Allegra inmediatamente se transformó cuando su prima nombró la cosa que más le gustaba en el mundo: la ropa. Alzó las cejas y abrió grande los ojos observando todavía más fijamente la bolsa que antes. Estaba por abalanzarse sobre ella con una sonrisa gigante, incluso ya había abierto la bolsa sin siquiera decir gracias, cuando se dio cuenta de lo que hacía.

Miró a Tamsin, indecisa. "¿Segura?" o sea, ¿por qué iba a regalarle sus cosas? Suponía que tenía ropa de sobra pero ¿por qué la había elegido a ella? "No tienes que molestarte por mí..." le dijo dándose cuenta que quizás su prima sentía lástima por ella. No quería eso.

[Allegra Smethwyck]

Bueno... su ropa tenía algunas pelotitas de haber sufrido ya muchos lavados, el uniforme era de segunda mano pero tampoco iba en harapos! Y Allegra estaba consciente de la situación familiar pero nunca se le había pasado por la cabeza que a alguien más pudiera importarle, que alguien notara la tela gastada de su ropa o los pergaminos finitos de baja calidad. ¿De verdad los demás se fijaban en eso? No creía que nadie la estuviera mirando tanto.

La escuchó a su prima y frunció el entrecejo cuando dijo la palabra 'pobretona'. En todo caso, ella también lo era así que no le gustó que Tamsin se refiriera así a la gente que potencialmente podía heredar ropa ajena.

"Pero quizás otra persona lo necesite más" dijo alzando un hombro, intentando mantener la dignidad aunque la ropa era toda una tentación. Quería abrir ya mismo esa bolsa en medio del pasillo y mirar prenda por prenda, separarlas por color, por estación... apretó los labios viendo de nuevo la montaña de ropa en el interior de la bolsa.

[Allegra Smethwyck]

((that bitch!))

Estaba algo confundida por tantas palabras que decía su prima... seguía creyendo que Yasmin y ella eran extrañas pero si tanto le insistía, de verdad no iba a arrepentirse de darle esa ropa.

Allegra finalmente sonrió y sin pensarlo mucho se acercó a Tamsin para darle un abrazo "Gracias!" murmuró antes de soltarla y ahora dirigir su atención a la bolsa, que comenzó a abrir frenéticamente en medio del pasillo. Una camisa blanca salió volando detrás de él un sweater violeta que llamó su atención poderosamente, así que lo sacó y lo extendió con sus manos, levantándolo en el aire. "Es hermoso" dijo mirándolo aunque se daba cuenta que le quedaría un poco grande de mangas por la diferencia de estaturas... y delantera.

Lo más probable era que Allegra también tuviera pechos grandes pero todavía eso no había sucedido, los dos años de diferencia entre ellas todavía se notaban.

"¿Segura que no te arrepentirás?" le preguntó estrujándolo contra ella.

[Allegra Smethwyck]

((sana sana, corazón de rana))

Había comenzado a doblar el sweater violeta que iba a guardar arriba de todo en la bolsa (pronto comenzaría el invierno, las nevadas, y le vendría bien tener algo más de abrigo y que no estuviera ya todo percudido) cuando escuchó a Tamsin responderle de esa manera. Allegra quedó dura, soltando la bolsa en el piso.

La miró sintiendo que el corazón le latía un poco más rápido, estaba asustada. ¿Qué había hecho mal? No entendía... solamente no quería quitarle algo a su prima, algo que era hermoso como toda esa ropa de buena calidad que no tenía ninguna falla y que Tamsin podía llegar a extrañar, claro, en la mente de Allegra.

"N-no... no es eso" dijo bajito "S-sí que la quiero" pero ya no tenía ganas de agacharse a agarrar la bolsa, pensaba que si lo hacía Tamsin le seguiría gritando o incluso le pegaría.

[Allegra Smethwyck]

De todo el reto, lo único que realmente le molestó a Allegra fue que Tamsin sacara a relucir que tenía más dinero que ella, como si eso fuera un indicador de tener la razón o saber qué hacer.

A Allegra le empezó a doler el estómago. Clavó la vista en la bolsa, debatiéndose internamente sobre qué hacer. Por un lado, le gustaba muchísimo la ropa que había visto dentro, le venía bien también, es cierto, pero por otro... la actitud y las palabras de Tamsin le daban ganas de dejársela ahí tirada en el suelo.

Volvió a mirarla, apretando los labios. Sentía que si la agarraba sin decir nada iba a perder la poca dignidad que su prima pensaba que tenía.

"Que me estés regalando esto no significa que puedas decirme cosas feas" le reprochó recuperando su tono de voz habitual. No era de la casa de los valientes, pero tampoco se escondería como una ratita asustada.

[Allegra Smethwyck]

Contrajo todavía más los músculos de su rostro, intentando entender a Tamsin.

"No..." insistió porque se negaba a creer que una cosa tuviera que ver con la otra. Sí entendía que Tamsin era mayor que ella y que eso la habilitaba a darle consejos que Allegra escucharía encantada pero no estaba de acuerdo con que ser rica y estar regalándole ropa le diera derecho a darle órdenes. Ella se había puesto algo pesada no aceptando la ropa enseguida, ok, pero la reacción de Tamsin no había sido la mejor "En todo caso, puedes decirlo de mejor manera" alzó los hombros y bajó la mirada por las dudas para no hacer enojar más a su prima.

[Allegra Smethwyck]

La miró apretando los labios cuando dijo que estaba haciéndole preguntas estúpidas y puso cara de horror al imaginar la ropa quemándose. Jamás haría eso. Si alguna ropa no le quedaba bien la llevaría a casa en navidad y quizás se repartiera entre los vecinos que lo necesitaran. Tampoco diría nunca una palabra de eso a Tamsin.

Ahogó en su pecho las ganas de agradecerle, no se sentía de humor para hacerlo porque la chica había sido muy grosera en lugar de ponerse en su lugar. Nunca había recibido ropa de un familiar y no sentía confianza con ella para tomarlo sin sentir algo de culpa. La observó irse y suspiró. Ya habría tiempo de arreglar las cosas, al fin y al cabo debían verse todos los sábados en el club de Arte... y eran primas, quién sabe cuando pudieran necesitar una de la otra.

((Cerrado para mí))