Atrapame si puedes

[Chase Huffington]

Alfred era un gato malo! Había logrado escaparse de su jaula apenas bajaron de los carruajes. Al menos Chase sabía que estaba en el castillo y que al ser de noche tendría hambre, por lo que estaba muy tranquilo. Tenía un plan sencillo pero infalible: atraerlo con comida.

Chase se robó de la cena unas barritas que, al menos, olían a pescado y salió al pasillo a buscar a su gato negro. Se reía imaginando que cuando lo agarrara le pondría una rodaja de pan al rededor de la cara en castigo... O le pondría un uniforme de Hogwarts encogido, que era algo que tenía pendiente. Pobrecito, no está bien.

Al doblar en uno de los pasillos de la planta baja lo vio y se acercó caminando lento, balanceado una de las barritas y susurrando despacio "Aaalfreeed"

[Lizzie Holmes]

Todo había sido a causa del banquete que había aparecido de la nada.

Ella no podía dejar de pensar que todo eso debía tener algún tipo de procedencia. Mientras el resto de sus compañeros de mesa lo desaparecían todo por artes muy poco mágicas, ella intentó comer algo... pero no podía. Tenía que saber. ¡Necesitaba saber!

Después de hacer preguntas que algunos no entendían y otros respondían de formas que ella no entendía, revisar los platos y meterse bajo la mesa, había empezado a buscar en los alrededores. Y así se había perdido del tradicional desfile hacia las casas.

Ahora no parecía haber nadie en ninguna parte; el castillo vacío asustaba y Lizzie tenía mucha hambre. Seguro estaba quebrantando una regla y pronto la expulsarían, lo cual sería una pena porque ese lugar estaba lleno de misterios. Así que la pequeña Lizzie hizo lo que había hecho cada vez que descubría que se había perdido: se quedo quieta en una esquina, luciendo muy muy triste.
No estaba triste, sino aburrida, pero una niña triste siempre causaba mejor impresión que una niña aburrida, y ella esperaba que al ser encontrada, le dieran algo de cenar en lugar de expulsarla.

De pronto, una temible sombra vino hacia ella, convirtiendo el aburrimiento en terror y, casi de inmediato, en entusiasmo:
"¡Hola gatito!", exclamó.

[Chase Huffington]

Antes de que pudiera llegar a su gato, el muy desgraciado ni se inmutó por sus susurros ni la barrita de pescado, simplemente dobló por la primer esquina y Chase tuvo que apurar el paso. No llegó a girar él también, que una voz todavía infantil habló saludando a Alfred. Y como Chase tiene cinco años en su mente, no tuvo mejor idea que sonreír y esconderse en el recoveco contra la pared.

"Buenas noches señorita" murmuró en un tono MUY agudo, similar al de Mickey Mouse y tuvo que contener la risa. Era muy obvio que no era el gato el que hablaba, solamente esperaba que la niña bajita y pelirroja no le creyera porque no podría aguantar más la carcajada que quería salir.

[Lizzie Holmes]

((Amé tu post. ¡Cuanta malignidad! Engañar a una niña. XD))

Justo estaba levantando al gato negro sin preguntarse si era posible que este se enfadara y le destrozara la túnica a arañazos. Y entonces, ¡la respuesta a su saludo! Por un segundo, la niña casi deja caer al felino. Pero en cuestión de segundos frunció el ceño, alzo al gato a la altura de su cara, y preguntó, con esa seriedad que se va perdiendo con los años:
"¿Tú también? ¡Es que en esté lugar incluso hablan los gatos! ¡Absurdo! Los gatos no pueden hablar porque su boca es diferente a la de las personas."

Tras dos o tres segundos de silencio, sin dejar de observar al gato con cuidado, exigió:
"Hazlo de nuevo. Di otra cosa."
Quería ver como ocurría, encontrarle una explicación sensata a esa locura. Por algo debía empezar para entender todo aquello.

[Chase Huffington]

((Chase es así, pura maldaT (?) ))

Chase apretaba sus labios para reír pero sin sonido, no podía, era demasiado genial hacerle la voz a Alfred. Pobre niña pelirroja, toda muggle todavía, que le pedía al gato que hablara más. Chase entonces inhaló profundo para evitar reírse y haciendo la voz lo más aguda que podía respondió:

"¿Qué? ¿Tú puedes oírme?" estaba tentado de asomar su cabeza pero sería muy obvio "¿puedes hablar miaunés?" era demasiado estúpido lo que decía, no podía aguantar más, la risa terminó saliendo de sus labios.

[Lizzie Holmes]

Inocente y seria, Lizzie escuchó las interrogantes de su interlocutor, mejor conocido como Alfred... aunque no por ella, que ya hemos visto que ella lo conocía como 'Gatito'.

En principio, la primera pregunta le parecía un poco boba, y le tomó un instante comprender lo siguiente.
"Pues claro que te oigo, esa parte es evidente, puesto que estamos teniendo esta conversación. Aunque mi papá cuenta un chiste sobre unas personas que no se entendían una palabra y sin importar eso creían que estaban siendo entendidos por el otro y... Un momento... ¿Dijiste 'miaunés'? ¿Eso es lo que los gatos... ?"

Entonces fue que le llegó la risa. No muy alta, pero definitivamente una risa. Sólo que el gato no tenía ningún motivo para reir, y no había nadie más hasta donde podía ver ella. Un escalofrío le recorrió la espalda. ¡Es que nisiquiera podía ser un fantasma! En este lugar extraño, los fantasmas podían ser vistos.

"¿Qué...? ¿Qué fue eso?", dijo, con los ojos recorriendo todo el pasillo freneticamente, mientras retrocedía un paso hacia la pared y apretaba un poco al felino en sus manos.


((Off: No supe que volumen tuvo la risa así que... adiviné.))

[Chase Huffington]

((está perfecto! la idea era que la escuchara))

Alzó las cejas escuchándola parlanchinear con el gato, todavía tentado con la sonrisa en el rostro. Ok, ya había experimentado lo que se sentía ser hermano mayor por un rato y molestar a la pequeña. Dio un paso al frente, dispuesto a terminar con la broma cuando la vio asustada contra una pared apretando al pobre Alfred.

"Hey, tranquila!" dijo ya con su voz normal "lo siento, no quería asustarte... hasta donde yo sé, el miaunés no existe" le sonrió divertido "yo soy Chase y él es Alfred" dijo señalando a su gato "y se me escapó esta tarde, así que sostenlo fuerte que no quiero perderlo de nuevo"

[Lizzie Holmes]

Lizzie, frunció el ceño.
El susto había pasado. Pero, no estaba del todo segura de sí había comprendido lo que ocurría ahí.

"¿Es una broma? ¿El gato no habla, verdad? ¡Eras tú!" exclamó, mientras abrazaba a Alfred, pero sin apartar su mirada acusadora del muchacho.

[Chase Huffington]

Chase la miró, sintiéndose algo estúpido por la manera acusadora en que alguien tan pequeño lo miraba. Le sonrió intentando calmarla, después del todo él era el rey del carisma (?) y así había logrado recibir besos en los labios de las chicas mayores que le tocaron en el Spin the Wand la última noche en el castillo antes de las vacaciones. Durante el verano no podía haber perdido su toque, la niña tendría que entender que era una broma inocente y si lo pensaba en el fondo era muy divertido.

"No, Alfred no habla" le confirmó por si Lizzie lo necesitaba "¿Y tú? ¿Cómo te llamas? ¿Qué haces aquí sola?" era extraño ver a alguno de los de primero vagando por los pasillos su primer noche en el castillo, pero eso le agradó. La chica tenía potencial para romper las reglas y meterse en problemas, ya tenía asegurada una estancia divertida en el colegio.

[Lizzie Holmes]

Lizzie sollozó.

"¡No puedo creerlo!" dijo, con tono muy serio, que dejó de serlo cuando la niña se sorbió la nariz. "¿Cómo puedes ser tan malo? ¡Te burlas de mí porque soy..." ¿cómo había dicho el niño en la selección"... mugglebon!"

La voz se le iba entrecortando por los sollozos, mientras señalaba con un dedo acusador a Chase, estrujando al gato cada vez que movía el brazo para acentuar el gesto.

"... y porque soy chitquita. La gente cree que soy boba porque soy chiquita. No soy boba y tú eres malo. ¿Cómo no te da vergüenza molestar a una niñita!, ¡tan viejo y tan malo!"

De los ojitos enrojecidos rodaron un par de lágrimas.

[Chase Huffington]

Sólo pudo alzar las cejas, sorprendido por la reacción de la chica... no estaba acostumbrado a tratar con niñas pequeñas, no sabía bien qué hacer así que apretó los labios mirándola con algo de ternura porque lloraba y conteniendo la risa porque no podía creer que se pusiera tan mal por una broma y encima lo llamara VIEJO!

"Ey, tranquila" dijo alzando una mano sin saber bien qué hacer "no sabía que eras muggleborn" se agachó poniéndose de cuclillas para quedar a la altura de la nena pelirroja "mira, yo vivo entre muggles, no tengo nada en contra tuyo ¿si?" intentó calmarla "tampoco creo que seas boba, sólo era una broma"

Suspiró antes de mirar a su gato "Mira, si me perdonas, te dejo quedarte con Alfred por esta noche ¿quieres?" -por favor deja de llorar, deja de llorar-

[Lizzie Holmes]

Todavía sollozando, Lizzie negaba con la cabeza mientras el muchacho seguía justificándose.

"No te creo nada", replicó, con el ceño fruncido y los ojos llorosos clavados en el piso. Sí le creía, pero él había empezado y no iba a librarse de esta tan fácil.

Ante la propuesta de conservar el gato esa noche, llegó a sentirse tentada a perdonarlo, pero en lugar de eso, lo miró fijamente y respondió con desconfianza:
"¿No será que quieres librarte de cuidarlo? ¿Siquiera le has dado de comer?"

[Chase Huffington]

Chase estaba tentando de rodar los ojos al mejor estilo Scott, su mejor amigo, y dejar a la niña ahí... vamos, estaba haciendo todo su esfuerzo! Era un adolescente, era un idiota y encima no tenía nada de práctica con niños... estaba haciendo todo lo que podía y ella se lo hacía difícil encima.

La miró y cuando ella nombró la comida para Alfred, mostró su mano sonriente donde tenía las dos barritas de pescado que había robado.

"Se ha escapado cuando llegamos al castillo, así que debe tener hambre..." a veces cuando quería razonaba un poquito "¿quieres alimentarlo tú?" le ofreció acercándole las barritas. Vamos, es slytherin, para él la única manera de que la chica perdonara su inocente broma era obteniendo algún beneficio a cambio y qué mejor que aprovecharse de la debilidad de los niños ante lo cute que es Alfred.

[Lizzie Holmes]

Pero claro que la pequeña Lizzie no era nada rencorosa. Lo que ocurría era que no podía dejarlo tan tranquilo o se le haría costumbre ir por ahí tomándole el pelo. Al menos en su mente, sí se mantenía seria y firme, el muchacho aprendería su lección y no volvería a hacerle bromas crueles.

Lo de cuidar al gato, según ella, era un asunto completamente distinto.

"Pero no va a comer nada si no lo suelto. Los gatos sólo comen cuando los dejas tranquilos. Y me dijiste que no lo soltara."

Sí, había oído perfectamente la instrucción, y lo sostenía con cuidado pero sin darle espacio para irse, aunque el felino se removía, porque los gatos suelen hacer eso, cuando se aburren de quien los sostiene o cuando quieren acomodarse mejor encima del cómodo humano.

[Chase Huffington]

Se sintió aliviado cuando la chica no siguió acusándolo porque ya se había quedado sin estrategias para hacer que dejara de llorar. ¿Qué más podía hacer? ¿Ofrecerse a ser su padrino mágico?

Chase dejó los bastoncitos de pescado en el suelo y luego volvió a mirar a Lizzie.

"Ya puedes bajarlo, para que coma si quiere" era obvio que Alfred se iba a abalanzar sobre la comida, si ya estaba moviéndose inquieto entre los brazos de la niña porque quería bajar.

"¿No me dirás entonces cómo te llamas y en qué casa te puso el sombrero?" preguntó apoyando sus brazos en las piernas, manteniéndose a la altura de ella.