Libre albedrío

[Candy Rossi]

Iba por el escalón veintidós (los cuenta, sí, cuando se le quedó el pie atorado en un escalón falso en el tercer piso a la dulce edad de trece años aprendió que era la mejor forma de evitar la verguenza nuevamente), lista para seguir subiendo una importante cantidad de escalones en otras escaleras hasta llegar al piso que le permitiría acceder a la escalera que daba a la Sala Común cuando tuvo la impresión de que se estaba olvidando de algo.
-Veintitrés, veinticuatro, veinticinc...- y se acordó justo cuando la escalera se sacudió suavemente y comenzó a moverse, cambiando de lugar. "¡NOO!" exclamó molesta, mirando como su pasillo iba desapareciendo de su campo de visión, porque la escalera estaba moviéndose hacia la derecha para llevarla al pasillo de un piso inferior.

[Duncan Strachan]

Detrás de ella se escuchó otro "¡NOO!" prácticamente haciéndole eco. Duncan adoptó una expresión derrotada, completando el numerito al dejarse caer de rodillas en el escalón inmediatamente superior, que por suerte no era de esos que desaparecen o garantizado que se rompía la mandarina en gajos. Por lo bajo soltó una palabrota al mismo tiempo que estiraba el brazo derecho para sostenerse de la barandilla mientras las escaleras se movían. Esa sensación era de las cosas que menos le gustaban en la vida; si quisiera la experiencia de un juego mecánico de feria, iría a una de esas.

[Candy Rossi]

Se sobresaltó cuando escuchó su masculino eco, mirando por encima de su hombro con las cejas alzadas, porque durante un breve momento pensó que la escalera estaba haciéndole burla. ¡Podía ser, ahora mismo la escalera estaba cambiando de dirección, no sería raro!
Cambió la expresión cuando vio a Duncan de rodillas, haciendo que se riera en voz alta mientras volvía a mirar hacia el frente para no hacerlo en su cara. -¡Qué exagerado!- pensó, completamente entretenida, ahora girándose con una sonrisa, sin sonido.

[Duncan Strachan]

¡No estaba exagerando! En serio odiaba estar sobre las escaleras cuando se movían. Vale, quizá pudo esconder un poco mejor sus verdaderos sentimientos al respecto y no exteriorizarlos tan... honestamente, pero Manon no estaba ahí, sólo esa chica de Gryffindor, así que la demostración no haría mucho daño. O eso pensaba hasta que escuchó la risa. Miró a Candy, analítico, optando después por ponerse de pie. "Necesitaba ir por el otro pasillo" explicó. Como si no fuera obvio.

[Candy Rossi]

Sería exagerado, pero también era lindo, así que si quería podía fingir un suicidio también y ella se reiría, como estúpida, para hacerlo sentir bien. Se acomodó la correa del bolso sobre el hombro, girándose para verlo.
"Me dio esa impresión" bromeó asintiendo con la cabeza breve y rápidamente. "Si te hace sentir mejor, yo también" colaboró, agarrándose con una mano de la barandilla (o como se llame) para bajar un escalón, acercándose.

[Duncan Strachan]

Ese tipo de respuesta era el que Duncan apreciaba. O necesitaba. Gracias por hacerlo sentir aceptado, Candy.
-La verdad no, no me hace sentir mejor-. Exhaló por la boca. "¿Quién habrá sido responsable de la idea? Ya sabes, de que las escaleras se muevan". Cruzaría los brazos si no prefiriera mantenerse agarrado hasta que el cambio de dirección concluyera. "No sé si alguien con un sentido del humor infantil, o alguien con ganas de molestar a miles de generaciones futuras".

[Candy Rossi]

Entrecerró un poquito los ojos mientras escuchaba a Duncan con la cabeza ladeada.
"Siempre sospeché que había sido Slytherin, para asustarnos a los nacidos de muggles" y ella sinceramente creía en esa teoría. Todo lo que en Hogwarts era extraño hasta para los sangre pura seguramente era un truco barato para asustar a los nacidos de muggles, la mayoría impresionables y asustados a los once años, para que volvieran a sus casas y vidas aburridas con electricidad.

[Duncan Strachan]

Asintió al tiempo que desviaba la mirada a su lado izquierdo, como si pudiera ver al pasado distante, cuando los cuatro fundadores estaban discutiendo los detalles como la regla de que los niños no tienen acceso a las habitaciones de las niñas. "Slytherin es como la respuesta obvia, ¿no?" comentó. La teoría de Candy era válida y lógica. "Pero a mí no me sorprendería que Gryffindor hubiera ayudado. Totalmente me lo imagino argumentando que sería divertidísimo mandar a los alumnos por los pasillos equivocados, para que exploraran un poco". Ok, se la fumó, cualquier cosa culpen a su profesor de Historia.

[Candy Rossi]

Hizo ruido al tomar aire por la boca, haciéndose la ofendida, como si eso de mencionar a Gryffindor fuera una estrategia para atacarla personalmente.
"¿Ah, sí? Pues dudo que Ravenclaw se haya quedado sentada mirándose las uñas, seguro que ella misma se encargó en encantar las escaleras una por una para que la gente no pudiera tener vida social" es que se imaginaba a Rowena como la reina de los nerds, arruinando vidas. Gryffindor al menos le daba la chance de perderse con un niño súper hot, ¿no? Gracias, Godric.

[Duncan Strachan]

La verdad era que no mencionó a Gryffindor para buscar pelea, ¡andar atacando a la gente no llamada Manon era lo último que quería! Observó a Candy unos segundos, deteniendo la mirada en la corbata. En lugar de preguntar cómo impedían las escaleras el sano desarrollo de una vida social (¿hacerte llegar tarde a las citas?), optó por sonreír. "¿Y Hufflepuff qué hizo? ¿Les llevó emparedados y jugos de calabaza?". Perdón Hufflepuff, pero dejaste la sala común de tu casa muy cerca de las cocinas, la gente sospecha.

[Candy Rossi]

No, Duncan, ¡no! No seas simpático, porque Candy va a empezar a soñar despierta sobre los lugares mágicos en los que podrían perderse en las escaleras la próxima vez, si es que empieza a querer cruzarse contigo más seguido.
Parpadeó confundida, y luego dejó escapar una risa aguda, porque no le salen de otro modo. "¡Sí!" comentó risueña "Y luego les hizo masajes a los otros tres" su Hufflepuff mental era una nena regordeta con rulos dorados súper adorable.

[Duncan Strachan]

Ok, así Hufflepuff sonaba más como la asistente explotada que como la cuarta fundadora del colegio. "Eso explica muchas cosas sobre las actuales relaciones entre las casas" comentó. Y las escaleras tenían que atracar (?) en algún momento, ¿no? Porque tal vez los fundadores pensaron que sería divertido mandar a los alumnos de paseo, pero al final del día es un colegio, y retrasarlos para cosas como llegar a clase no estaba bien. Así que Duncan miró alrededor, tratando de ubicarse para darse una idea de cómo llegar al pasillo original.

[Candy Rossi]

Pero no es explotación si uno lo hace con amor. Es más, si tengo que elegir entre traer comida y sentarme a pensar un encantamiento para hacer móviles las escaleras... ¿uno o dos cubitos de azúcar, señor? Trabajadora, pero con lo que le conviene.
Si dependiera de Candy, la escalera podía seguir moviéndose hasta el año que viene, quedando por siempre atrapada sobre los escalones con él. ¡Eso haría a dos mujeres muy felices! Lo imitó mirando alrededor, subiendo los escalones como si necesitara nueva altura para mirar nada.

[Duncan Strachan]

... ¿Segura que quedaste en Gryffindor? ¿Si sumerjo en agua tu corbata no se caen los colores revelando que realmente perteces a Hufflepuff y has engañado a todos durante casi cuatro años?
Nada en contra de hacer feliz a Candy, pero si la otra mujer es Manon, entonces tenemos problemas. Porque es su cruzada personal que Manon no experimente nada como eso gracias a él. -¿Hacia qué lado giramos?- derecha. Lo que quería decir que ahora tenía que caminar hacia la izquierda para volver a donde quería ir en primer lugar, ¿no? ¿O es tan desorientado como yo?

[Candy Rossi]

Segura, aparte ¿no sabías que todos menos los Hufflepuff se toman como insulto que les pregunten si pertenecen a la casa del hurón? Muy mal, Duncan, no me hagas resentirte.
No, ambos están perfectos, aunque Candy sugiere que se pongan en horizontal. Oh, no, espera, eso es hasta dentro de unos años. "¿Puedo preguntarte a dónde vas?" dijo animadamente, dando pasos largos pero lentos, con las manos detrás de la espalda -Así te sigo-.