Fundamental

[Dietrich Stover]

No había tenido la oportunidad en todo el día de alimentarse debidamente. Por la mañana sólo había alcanzado a desayunar una rebanada de pan tostado y media copa de jugo, y de comida sólo una empanada de calabaza. ¡Obvio! El pobre moría de hambre. Había aprovechado su tiempo en otras tareas que se le habían complicado durante la semana. Sí, claro, mucho tiempo libre ahora que tenía menos clases, pero las tareas habían elevado su nivel de dificultad. Fue por ello que decidió, antes de que diera el toque de queda de las 9pm, caminar por los pasillos que lo dirigirían a las cocinas del colegio. En el Gran Salón la comida había desaparecido ya, y no pensaba quedarse sin comer una hora más.

[Marlow Hamilton]

Pensaba que su ida a la biblioteca no debió haberse extendido tanto. Supuestamente, Marlow había ido sólamente para sacar un libro que planeaba leer en la sala común, y lo que aconteció fue un sorpresivo encuentro con un amigo de otra casa al que hace mucho no veía. Se quedaron platicando por un largo rato, aún después de salir de la fila para checar la entrada y salida de los libros. Resultado: al igual que Dietrich, ambos se habían tardado demasiado como para comer en el gran salón a tiempo. Se despidieron en el vestíbulo y ahora Marlow caminaba apresuradamente con el libro bajo el brazo hacia su sala común, la cual convenientemente estaba cerca de las cocinas. Tomaría un tentempié y listo. ¡Tan sencillo!

[Dietrich Stover]

Tan sencillo como que él iba primero y no quería encontrarse a nadie dentro de las cocinas, sí, tan sencillo como eso. Al parecer Merlin le estaba jugando una mala partida y le pondría a propósito un estorbo a quien tuviera que soportar... oh no, Dietrich comenzaba a pensar que eso sucedería y aceleró el paso. Pero luego se retractó y lo desaceleró ¿y si había alguien dentro de las cocinas actualmente? Mejor esperar a que saliera... ¿no? ARGH. ¿Por qué tenía esa maldita costumbre de sobreanalizar las cosas? Cerró los ojos y bajó un poco la cabeza, sin dejar siquiera de mover los pies. No había visto a nadie al frente suyo, no había la preocupación de chocar con algo o alguien en esa fracción de segundos.

[Marlow Hamilton]

¡Tan sencillo como que la cocina no era suya y ella tenía tanto derecho como él de entrar! O sea... ninguno en realidad, já, porque escabullirse a esas horas no estaba propiamente permitido. Considerando esto, Marlow echó un vistazo por encima de su hombro, que no se debía a paranoia por encontrarse con algún alumno indeseado, sino con un prefecto, tan prolongadamente (unos cuantos segundos, en realidad) que no advirtió al cruzar en el pasillo que daba hacia el de Dietrich y -¡!- apenas logró detenerse a tiempo para no chocar contra él. La sorpresa, sin embargo, no pudo sostenerla. Aumentando al ruido que provocó el libro cayendo al piso, Marlow soltó un grito.

[Dietrich Stover]

¡Es que nada más eso podía pasar en esos pasillos! El grito y el libro en el suelo le hicieron abrir inmediatamente los ojos y detenerse, acto seguido: fruncimiento de ceño. ¡Lo había asustado, por Merlin! "¡Fíjate por dónde vas!" contestó con algo de rabia. Tenía hambre y lo habían asustado, mal inicio. Sin siquiera ayudarle a recoger su libro, se siguió de largo por el mismo pasillo, pero casi enseguida dobló a la derecha; ese pasillo perpendicular a donde estaba lo dirigiría más rápido hacia las cocinas, alguien le había comentado con anterioridad sobre ese atajo.

[Marlow Hamilton]

Reaccionó muy torpemente después de semejante susto provocado por el chico, llevándose una mano al pecho y dando un paso en reversa como por reflejo. No era suficientemente grave que el repentino encuentro le hubiera acelerado el corazón (en el mal sentido de la palabra), sino que ¡¿aparte había tenido que gritarle?! Le costó trabajo procesar aquello, balbuceando unas cosas que le salieron mudas y después permaneciendo con los ojos muy abiertos, viendo por donde Dietrich había estado parado y por donde había desaparecido. "..." ¡Qué saque de onda! Además, su libro estaba en el suelo -ugh- lo recogió y dudó por un momento sobre qué hacer a continuación. Luego entonces, recordó para qué había caminado hacia allá y emprendió el paso hacia el cuadro con las frutas. El desconcierto no se le quitaría tan fácilmente, desde luego: su caminata la hizo con ceño.

[Dietrich Stover]

Se decía por ahí que Dietrich tenía ese don de hacer enojar a la gente inmediatamente después de conocerla, quién sabe cómo, vaya ¡Dietrich ni hablaba! El atajo que tomó fue igual de largo que si hubiera tomado el camino normal, argh.. la gente y su sentido nulo de tiempo, qué molesto. Y por si fuera poco, la rabia ya lo había hecho tropezarse con dos piedras en el camino, una que estaba un poco salida del suelo y otra que se encontraba casualmente tirada en el suelo. ¡ARGH! Ya, ¡con un carajo!, quería llegar y tragarse todos los platillos hmm. El cuadro de las frutas no se encontraba lejos, acababa de salir al pasillo que lo llevaría directo a éste.

[Marlow Hamilton]

Me alegro por el detalle de las piedras. Dicen por ahí que existe un castigo divino para los que no lo reciben en su momento, y hasta este día no lo había creído realmente. Tomemos en cuenta que Dietrich había empezado a caminar mucho antes que Marlow, y por lo alto que era, sus pasos debían ser más grandes, seguramente llegaría antes que ella y contaría con el cuadro de frutas totalmente libre para su visita. Mientras tanto, ella seguiría caminando, nótese, particularmente lento por el desconcierto que aún no terminaba de tragarse por completo. Vaya, hasta creyó que, efectivamente, ella había hecho algo malo para provocar la reacción rabiosa del muchacho, como quizá pisarlo, empujarlo, -...¿?- pero no, ¿verdad? Sería que el susto había sido mutuo. Hmph, de todos modos, eso no justificaba que le hubiera gritado. Además del ceño, caminó ahora con los ojos entrecerrados y el libro abrazado contra su pecho.

[Dietrich Stover]

Ella lo había asustado, ¿cómo quería que reaccionara Dietrich? ¡Por Merlin! en fin, era obvio que Dietrich llegaría primero a la cocina, por más obstáculos que le pusiera el destino. -Debe ser por aquí, ¿sí era por aquí, no?- dudó, vaya, no era de esas personas que vivían en la cocina, muy pocas veces había asistido a ese lugar y sólo porque se moría de hambre. Recordó que la última vez había doblado en un pasillo antes de llegar al cuadro, pero no veía tal pasillo... ¡Ah! -¡Ese!, ahí estaba. Su alma podía descansar. Dobló en dicho pasillo y casi de inmediato se encontró con el cuadro. ¿Era la pera, cierto, a la que tenías que hacerle cosquillas? Se tomó su tiempo para meditarlo. Esperaba, en serio, que el lugar estuviera vacío... sería demasiada coincidencia que dos alumnos estuvieran al mismo tiempo en las cocinas... aunque, bueno, eso no era del todo cierto. La última vez que se había acercado al lugar se había topado con 2 alumnos más; ojalá y esta vez no se tope con nadie.

[Marlow Hamilton]

¿De cuánto tiempo de meditación estamos hablando? Marlow no podía quedarse caminando para siempre, a menos que cayera en una de esas escaleras tipo Escher). Como sea, fue retomando el paso normal poco a poco, al final doblando en el pasillo que daba hacia el que contenía el cuadro de las frutas. ¿Su reacción inmediata al ver a Dietrich a lo lejos? Detenerse. Lo hizo a tiempo como para que no saliera totalmente hacia el pasillo y pudiera resguardarse detrás de la pared, apenas asomando un tramo de su cabeza con el que se dispuso a mirar al muchacho desde lejos. "..." Sí era él, ¿verdad? La luz de la antorcha no iluminaba mucho, pero por la estatura del slytherin, casi tuvo la certeza.

[Dietrich Stover]

Habría que mencionar que fue poco el tiempo de contemplación; casi para cuando Marlow había notado su presencia, éste acababa de lograr hacerle cosquillas a la pera y entrar en la cocina, ni siquiera había caído en cuenta de que Marlow merodeaba por ahí. Al instante que entró, 5 elfos cerca de la entrada inmediatamente advirtieron su llegada, acercándose rápidamente para ofrecerle un lugar al inicio de una de las 4 grandes mesas posicionadas de la misma forma que las mesas del Gran Salón. Recordaba que la primera vez que había visto dicho lugar, se había impresionado, y hasta la fecha, ese lugar sigue impresionándolo. Qué grande era, qué bárbaro.

[Marlow Hamilton]

Dudó sobre si avanzar o no. Esa misma duda la acompañó aún después de encaminarse hacia el cuadro de frutas y localizar aquella que debía tocar para obtener el acceso a la cocina. Pensó en cosas contradictorias en cuanto al muchacho, 1) lo desagradable que había sido el sonido de su grito, y 2) si debía pedirle disculpas o no, por asustarlo. Ninguna la opción la convencía del todo. De lo que sí estaba segura, era que el reencuentro sería incómodo. No obstante, ¿al hambre quién la vencía, eh? Total que sólo iba a tomar algo para masticar y no quedarse tanto tiempo. Respiró hondo antes de, siguiendo los pasos precisos, adentrarse a la cocina con suma cautela, permaneciendo parada en la entrada para contemplar el lugar y, de paso, también localizar al muchacho.

[Dietrich Stover]

El muchacho aka Dietrich todavía no tomaba asiento para cuando ella llegó, de hecho se había quedado de pie frente a las mesas. Era tan grande el lugar y había tanto de dónde escoger que no sabía si sentarse hasta la orilla era la mejor opción. Dio un paso hacia la mesa que vendría siendo la de Ravenclaw, pero cuando estaba por dar el quinto paso escuchó cómo algo rechinaba detrás suyo. -¡¿?!- ¿Es que en serio había alguien más en la cocina a esa hora? Obviamente giró la cabeza hacia atrás para ver de quién se trataba. ¿Y con quien se encontró? Con la tipa de hace rato... la hufflepuff esa con la que se había topado. Frunció el ceño.

[Marlow Hamilton]

Dietrich tenía una mirada penetrante que no supo ella cómo responder, simplemente se le quedó viendo. Un poco confundida y un poco también dispuesta a fruncir el ceño, si es que él se quedaba viéndola de ese modo y nada más pasaba. Por su parte, no se movería de ahí; permaneció quieta, ignorando a los elfos que empezaron a decirle quién-sabe-qué-cosas mientras trataba de entender lo que estaba pasando. Con él y con el mundo -¡¿¿??!-.

[Dietrich Stover]

((*Tapa la fecha y huye* PERDONNNNN X_X))
Se veía como de esas hufflepuffs que calladas se ven mejor, sí, definitivamente. De seguro no haría tanto ruido ni tendría por qué soportarla si se sentaba lejos de ella. Fue entonces que se giró de nuevo hacia las mesas con indiferencia, comenzando a caminar hacia la punta de la mesa de Hufflepuff, ya que era la más cercana. Un elfo venía detrás de él preguntándole qué quería ordenar, "Ensalada con camarones empanizados, zumo de calabaza y empanadas de acitrón".