Exploracion inesperada

[Henry Leyden]

Pues de hecho era un "entusiasmo evidentemente fingido y con propósitos sarcásticos", pero user no lo explico bien.
Siguiendo con los eventos posteriores, en principio Henry se rió con la idea de que Winston pudiera perder una mano. Además, no sabía donde encontraría una mano de reemplazo. Pero su primera impresión cuando Winston exclamó y retrocedió, fue temer que hubieran invocado a la mala suerte y que algo lo había mordido o lastimado de algún modo. No sonaba adolorido, así que no suponía que fuera grave, pero aún así.
"¿Qué? ¿Qué pasó?", estaba preguntando, todo preocupado. Pero entonces interpretó correctamente el sonido de la pared al reacomodarse.
"¿Te moviste a tiempo, o te mordió la pared al abrirse?", preguntó, más tranquilo, porque al menos no olía a sangre. Además, él siempre esperaba lo mejor.

[Winston Harrington]

Winston vio como las piedras abrían un pequeño espacio en la pared, como para que una persona pasara de costado y agachada, y en la oscuridad desaparecían unos escalones de piedra desgastados. La emoción hizo que le diera sin querer un manotazo en el brazo a su amigo.
"...Henry, no sé si vas a creer esto, pero hay un pasadizo" le dijo seriamente. Por una parte quería entrar y revisar todo, pero también sentía la mirada de Tamsin sobre su nuca que hacía que quisiera encontrar la forma de cerrar el pasadizo y hacer de cuenta que jamás lo habían encontrado. Pero recordaba haberle prometido a Henry que no dejaría que su rol de prefecto afectara sus actividades de amigo, y era hora de al menos cumplir en esto.

[Henry Leyden]

"Ah."
Sonaba un poco decepcionado, porque, la sala de los menesteres (la sala con cachivaches, para quienes no la conocían y comprendían) tenía una puerta, no estaba al final de un pasadizo. Pero recordemos que aunque no fuera lo que buscara, Henry estaba alegre de encontrar algo, así que pronto perdió el tono de decepción.
"¡Pues vamos a ver a donde lleva!", se animó.

De momento, su entusiasmo le había hecho olvidar la lógica y lo que sabía de Winston, y no tenía suficiente para comprender el conflicto en el que lo había puesto.

Examinó con ambas manos la pared en donde asumía que estaba el pasadizo, hasta dar con la incómoda entrada y se concedió solito el privilegio de entrar primero, olvidándo en su entusiasmo qué quizá sería mejor que la persona con cinco sentidos fuera adelante.

[Winston Harrington]

Le tomó el hombro a Henry, quizás con menos delicadeza de lo normal, pero es que se había sobresaltado cuando su amigo empezó a caminar hacia el oscuro interior de ese pasadizo.
"Espera, espera, espera" dijo sin soltarlo, no se podía dudar que el peso que Winston sentía con la insignia de prefecto detenía por completo el comportamiento que hubiera tenido un año atrás. "Y si es... no sé, ¿algún lugar donde no deberíamos meternos?" preguntó, con un tono que evidenciaba lo nervioso que se había puesto.

[Henry Leyden]

(((Ups, la escribí y nunca la envié, ¡sorry!)))


"Si fuera un lugar al que no debemos entrar, nos hubieran dicho... supongo." A menudo advertían ese tipo de cosa, así que no era una completa locura suponerlo. Y debo decir, para que veas que Henry es buen chico, que nunca fue a uno de esos sitios que señalaban como prohibidos así, directamente. Hasta podría decirse que le daban un poco menos de curiosidad, como si el hecho de que fuera prohibido significaba que alguien sabía bien que era y que a ellos no les traería nada bueno. Eso ya era demasiada información aunque no la tuviera justo él. ¿Que razonamiento tan raro, verdad?

Y, si hubiera sido antes, ya estuviera tironeando a Winston para entrar, pero como lo notaba preocupado, supuso que tendría que convencerlo antes de que no estaba rompiendo el reglamento que debía hacer cumplir.
Ser amigo de un prefecto es trabajo duro.

[Winston Harrington]

((*llama a la policía para acusarte*))

"...Es verdad" le dijo, aunque sinceramente no estaba convencido de ello. También no recordaba que le dijeran que no podía incendiar su colchón y arrojarlo por la ventana de la habitación, pero asumía que no estaba bien visto. Pero por dentro también le daba curiosidad, por lo que soltó a Henry.
"Vamos, pero que quede entre nosotros" le pidió, ya imaginándose a Tamsin retándolo o algo por el estilo. Se perseguía solo, supongo que eso era lo peor de la insignia de prefecto que en el caso de Winston no hacía más que sacar lo más paranoico de él.

[Henry Leyden]

(("No estaba bien visto", nada más. Me encanta como planteas esas cosas. XD))


La verdad es que Henry nunca fue muy celebrador, quizá porque estaba siempre animado, pero sí tenía una buena sonrisa de gusto para cuando descubría algo nuevo y cuando se salía con la suya. Lástima que no podíia sonreír doble a pesar de que las circunstancias valían para eso.

Encantado de la vida, caminó por el camino recién descubierto y... se tropezó en el primer escalón y se golpeó las rodillas en el segundo y la palma de la mano izquierda e el filo del tercero. La otra mano sí la apoyó como esperaba, y dentro de todo digamos que corrió con suerte porque no había suficientes escalones para que se golpeara los dientes.

Si los ojos se humedecieron, fue por lo intenso del dolor en la rodilla derecha, que era la que se había llevado la peor parte. No vamos a negar que se odió un poquito por su torpeza, se puso rojo como un tomate y.... se rió de sí mismo. Sí, su rodilla gritaba, pero el orgullo lo tenía ya insensible de tantos golpes que le había dado por ese tipo de distracciones al recorrer el castillo.

"Cuidado, hay unos escalones por aquí", dijo, cuando tuvo chance de hablar entre la risa.

[Winston Harrington]

-...MERLÍN- extendió el brazo hacia adelante con toda la intención de agarrar a Henry, pero falló. Lo vió caer como si hubiera sido en cámara lenta mientras su mente formaba creativos improperios.
"Mate!" exclamó preocupado, escuchándolo reírse. "Van a pensar que te estuve golpeando" dijo en broma, pero todavía preocupado por lo que estaban haciendo. Se acercó hasta Henry con la espalda contra la pared, bajando de costado por las dudas y le tocó el hombro para que agarrara su brazo para levantarse si quería. Con la otra mano sacó la varita, aunque dudaba de siquiera hacer un lumos.