Un regalo horrible

[Rainier Bruneau]

Frunció el entrecejo, incómodo con la situación. ¿Cómo se suponía que se solucionaba una cosa así? No tenía ni idea de cómo actuar o qué hacer, y se sentía mal por haber hecho sentir mal a Maggie, pero no tenía ni la más mínima idea de cómo solucionar el hecho de que no la había contactado más puntualmente en las vacaciones. ¿Y si se robaba un giratiempos? No, no, mucho bardo.
"No es que estuve ocupado" dijo, bajando la vista a sus propias manos. Un desastre de piel seca y callos, Maggie era mucho mejor que él. "Tampoco es que no te quería ver" agregó para mirarla de reojo.

[Maggie Grimbale]

Giró a mirarlo en cuanto le dijo que no era ninguna de las dos cosas que ella había pensando todo ese tiempo. Para Maggie era difícil imaginarse una tercera opción, no entendía. Si no había estado ocupado, era que no quería verla. ¿Cómo podían ser las dos cosas al mismo tiempo?

Alzó una ceja, confundida. "¿Entonces?" preguntó invitándolo a que siguiera hablando "¿Qué pasó?" se mordió el labio inferior mientras esperaba que contestara algo que le aclarara un poco la situación. ¿Ella no le gustaba más? Sentía que el corazón empezaba a latirle un poco más fuerte de lo normal.

[Rainier Bruneau]

Exhaló por la boca, dejando de mirarla. Su instinto era decir '¿yo qué sé? nada', pero Maggie se merecía una respuesta mejor que lo primero que se le cruzaba por la cabeza. Tampoco podía ser sincero con su paranoia, y admitirle que no pensaba que ella podría querer verlo en serio durante las vacaciones, ¿no? A nadie le gustan los tipos inseguros.
"Es que como no habíamos dicho nada puntual... no sé, pensé que quizás podrías haber cambiado de opinión y no quería imponerme en tus vacaciones" soltó, tratando de mezclar un poco de verdad con algo que no sonara tan de cobarde.

[Maggie Grimbale]

Arrugó un poco los ojos mientras tomaba aire despacio, intentando entender.

"¿O sea que creías que yo no te quería ver?" soltó sintiéndose aliviada, tanto que tuvo que reír y acomodarse, sentándose de costado sobre el banco para quedar frente a él "Es gracioso porque yo pensé lo mismo cuando recibí tu duende regalo sin ninguna carta..." negó con la cabeza "No hice nada extraordinario en las vacaciones más que estar con mis primas... no ibas a interrumpir nada" le aclaró por las dudas de que siguiera pensando cualquier cosa.

[Rainier Bruneau]

La miró confundido, ¿cómo podía ella haber pensado lo mismo que él? ¡No por nada le había mandado un regalo de cumpleaños! Que sí, resultaba ser un duende horrendo, pero al menos era algo, una señal de vida de su parte. Al menos ahora había aprendido la lección, si no escribía algo no contaba. Tenía que dejar de imaginarse cosas y ser más directo, o no iban a llegar a ningún lado.
"Perdón por haberte dejado colgada en verano" volvió a disculparse. Apretó los labios en una semi-sonrisa, esperando que de verdad ella lo perdonara. Aunque, si somos sinceros, él debería disculparse también por el regalo ese.

[Maggie Grimbale]

Sonrió levemente ella también. "Está bien" respondió e hizo un ademán con la cabeza como para que lo olvide, ya había pasado y no podían cambiarlo "Es que pensé..." se interrumpió porque no sabía si estaba bien que se lo dijera, era ponerse todavía más en evidencia. Se puso nerviosa y lo miró insegura "Creí que yonotegustabamás" así todo rápido y de corrido antes de bajar la mirada. Nunca se había sentido tan adolescente y tan tonta, ¿el plan no había sido que ÉL la notara, le hablara y le explicara?? ¿Por qué terminaba haciendo todo al revés?

[Rainier Bruneau]

Rainier nunca iba a entender eso, ¿cómo podía Maggie ser insegura? ¡Y encima con él! Rainier tendría que haber hecho muchas buenas acciones en sus vidas pasadas para merecerse estar con alguien como ella.
"Belkis, ni de broma" le dijo, atreviéndose a pasarle un brazo por encima de los hombros. ¿Y esa confianza de dónde salió? Es que se sentía mal verla nerviosa, insegura, diciendo cosas así. Como si tuviera que protegerla de algo.

[Maggie Grimbale]

La respuesta le hizo latir más rápido el corazón y de repente el calor le invadió las mejillas. ¿Rainier estaba admitiendo abiertamente que le seguía gustando? Tuvo que sonreír y se quedó mirándolo unos segundos, estaba feliz.

"Es que hace días ya que volvimos y como no me hablabas..." le explicó por qué había llegado a esa conclusión. No era simplemente la falta de noticias suyas o el regalo horrible. Era toda su actitud con ella que la hacía pensar que él la evitaba. ¿Debía disculparse por pensar cualquier cosa? Maggie podía tener mucha seguridad para subirse a un escenario y decir mentiras, podía inventar personajes y pelearse en la habitación de chicas con Tamsin, pero con Rainier no sabía qué hacer... era la primera vez que un chico le gustaba y que la ignorara era lo peor que le podía pasar.

[Rainier Bruneau]

No le iba a decir a Maggie que él pensaba que ignorarla era lo mejor que podía hacer en ese momento, que le estaba haciendo un favor a ella al no ir a reclamarle atención si es que ella se había arrepentido durante el verano de haberle dado bola a alguien como él.
Instintivamente se iba a disculpar otra vez, pero apretó suavemente los labios para pensar mejor en su respuesta. "Si hubiera sabido que estaba todo bien te hubiera hablado cuando te vi en el andén" le aseguró, porque obvio que la había estado mirando desde antes de que se subieran al tren. Pero no daba mandarse tan al frente, por si ella se espantaba.

[Maggie Grimbale]

Sonrió al saber que no había pasado desapercibida para él. "¿Por qué no iba a estar todo bien?" preguntó, ocurriéndosele la primer maldad... iba a probar con un chiste, a ver si realmente las cosas estaban bien y Rainier la decía la verdad "¿Tenías miedo de que no quisiera hablarte por el duende sospechoso que me enviaste?" bromeó para molestarlo, como antes, porque Rainier sacaba algo así como su costado malvado.

[Rainier Bruneau]

Qué mala que era Maggie, con esa cara de angelito inocente que pone, bien que le gustaba abusarse de la ignorancia del pobre pibe de barrio con el que andaba a los besos en época de clases.
"¡Si hubiera sabido que lo ibas a odiar tanto te mandaba dos!" exclamó mientras sacaba un dedo índice para agitarlo en el aire, claramente exagerando. Nada, de ahora en más Belkis no iba a recibir más que duendes para su cumpleaños y demás celebraciones. Por malvada.

[Maggie Grimbale]

Se echó a reír, mirándolo aliviada por comprobar que realmente estaba todo bien, y a medida que reía se daba cuenta de algo: lo había extrañado. Se sentía bien charlando con él, todo parecía tan fácil.

"Oh no, debería tener entonces uno en el living y otro en la habitación" ya podía imaginar la casa invadida por los gnomos maléficos de Rainier y sus padres preguntándole de dónde los sacaba "No quiero que me ataquen los gnomos" le aseguró riéndose y, quizás no tan inconscientemente, apoyando una mano en el hombro del chico.

[Rainier Bruneau]

Dale, Maggie: una mano en el hombro, que puede bajar al brazo en sí. Inspeccioná ese brazo, porque no estuvo todo el verano entrenando para que no lo toquetees, ¿sabés? Un poco más de respeto por el trabajo ajeno, por favor.
"Pero no te atacan, ellos te protegen" dijo con repentina seriedad, acomodándose en el lugar para ver a Maggie un poco más de frente. "Ellos te protegen de lindos regalos, que causan envidia y la gente te puede robar" explicó. Porque no habría otra explicación para esos gnomos, la verdad. Solamente alguien muy retorcido podría ponerlos a la venta para que chicos con mal gusto se lo compraran a las chicas que les gustaban.

[Maggie Grimbale]

Ah, ¿se podía tocar también? Pensé que solamente era para ver a través de la camisa los brazos duritos de Rainier y sentir un vuelco en el estómago cuando la abrazara de nuevo algún día.

Él la hacía reír tanto que ya no podía estar enojada por el regalo horrible... además ahora que estaba tan cerca se daba cuenta que nada de lo que sentía había cambiado. Él le gustaba, y punto.

"Gracias por protegerme de los regalos lindos" le dijo al dejar de reír, enderezándose en el lugar y quitando la mano de encima de él "Entonces..." hizo una pausa para ponerse un poco más seria "si está todo bien, ¿te puedo preguntar algo sobre la última noche que estuvimos aquí?" lo miró expectante "ya sabes, sobre el juego con la varita..."

[Rainier Bruneau]

Rainier nunca iba a saber cómo hacía Maggie para hacerlo sonreír y, en menos de un segundo, borrarle por completo la sonrisa del rostro. ¿Lo del Spin? No sabía qué iba a decirle ella, pero en un segundo se le ocurrieron varias opciones: le iba a decir qué pasó cuando ella fue al armario y, por consecuente, si era una extensión del baile de San Valentín, o sobre que a ella le daba verguenza que la gente los viera juntos por si se hacían ideas...
"..." abrió la boca pero dudó en hablar. "...Puedes" accedió, aunque visiblemente incómodo. Habían estado bien unos dos minutos, y ya le estaba dando paranoia a él que se iba ir todo al demonio otra vez.