Esta historia está basada en personajes y lugares creados por JK Rowling, y pertenecientes a ella. Ningún dinero se ha ganado con esta historia, y no se intenta violar copyrights. 8 de los 77 personajes me pertenecen, al igual que la historia aquí desarrollada. Los 69 personajes restantes pertenecen a sus autores.
, comedia, drama.
de leer la historia (está en spoiler, abajo de todo).
Aviso para los estómagos sensibles: hay sangre y algo de acción. Pido disculpas públicamente a todos los personajes implicados en esta historia. Pido disculpas también por el largo del fic.
Jueves, 7:15 AM.
Casi todos los estudiantes habían dormido en el Gran Salón la noche anterior, por lo que se fueron despertando a medida que las lechuzas les dejaban caer en la cabeza la Corazón de Bruja, revista que recibían a diario desde hacía ya cuatro días, tuviesen o no suscripción.
Comenzaron a escucharse sollozos ahogados entre los alumnos que se iban despertando. El llanto desconsolado de una nena de primer año llamando a sus padres despertó del todo a Ichabod (Capricornio), que se sacó del rostro la revista que le correspondía y se sentó. Se giró para ver a June (Leo), sollozando en silencio junto a él, aún acostada y con los ojos cerrados con fuerza, todavía aferrada a su mano izquierda. Le dio un apretoncito para dejarle saber que ya estaba despierto, mientras miraba a Dax (Acuario) que, aún dormido, sostenía la otra mano de June.
“Dax” lo llamó, observando la venda manchada de sangre que tenía en la pierna izquierda, “ya llegaron”. June, que había dormido boca arriba sosteniendo las manos de ambos sobre su pecho, se las llevó a los ojos, para ocultar que volvía a llorar en silencio.
Luego de que ella se calmase, se sentaron los tres en círculo, cada uno con su revista en la mano.
“Ok, allá vamos” dijo Dax, forzando una sonrisa tranquilizadora a pesar del dolor que sentía en la herida.
Los tres estudiantes abrieron sus revistas en la última página. La del horóscopo.
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Los sucesos se habían salido de control el Lunes, cuando una gran cantidad de alumnos de distintos años y casas se habían dirigido a las 3 PM al lago y, caminando con tranquilidad, se habían sumergido para no volver a salir. Habían logrado detener a muy pocos de los ‘buceadores’ (como los habían llamado luego), ya que los que lo intentaban recibían golpes y arañazos hasta que se rendían. Albus Dumbledore estaba entre ellos, por lo que el colegio entero entró en caos luego del incidente.
El Martes, un gran grupo de estudiantes y profesores había subido a la Torre de Astronomía y se había lanzado al vacío: los ‘voladores’. Como el día anterior, algunos de ellos habían sido salvados por sus compañeros, que los habían sostenido (y hasta atado) hasta la medianoche, que había sido cuando la locura se les había pasado. Esa noche fue la primera que vez que se reunieron todos en el Gran Salón para tratar de hallar una explicación al problema que estaban teniendo. Y al hecho de que nadie estaba yendo a Hogwarts a ayudarlos, por más ayuda que habían pedido por medio de lechuzas.
El Miércoles, los alumnos sobrevivientes al Lunes y al Martes ya sabían un poco más qué era lo que les esperaba: alrededor de las 7:15 AM, la revista; desde las 8 AM hasta la medianoche, el caos. De los adultos, al parecer, Trelawney y Filch eran los únicos vivos, aunque no podían saberlo con certeza ya que la primera estaba encerrada en su torre y el segundo en su despacho, junto con todas sus varitas.
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Jueves, 7:55 AM.
“¡REPETIMOS! ¡LOS ALUMNOS DE PISCIS, ARIES Y LEO TIENEN QUE ESTAR ATADOS, POR FAVOR! ¡SI NECESITAN SOGAS, ACÉRQUENSE A LA MESA DE PROFESORES!” gritó Molly (Acuario), parada sobre una mesa. Luego se bajó y ayudó a Tamsin (Piscis) y a Winston (Aries) con los nudos de la soga que se habían colocado en las manos. Los alumnos que corrían más peligro de volverse agresivos estaban atados de igual manera: brazos unidos hacia atrás con una soga, y la soga atada con firmeza a la pata de una de las mesas. Era lo mejor que se les había ocurrido a todos para prevenir los golpes y las mordidas que, con toda certeza, iban a hacer aparición cinco minutos después.
Habían descubierto que los horóscopos eran mucho más retorcidos y literales de lo que aparentaban, por lo que el miedo que se extendía por sobre el alumnado había derribado cualquier tipo de barrera generada por ser de distintas casas o tener la sangre más o menos pura.
El miedo los había unido mejor de lo que cualquier campaña de integración social lo haría.
Jueves, 7:59 AM.
Muchos de los que estaban al borde del ataque de nervios se rindieron y comenzaron a llorar y a gritar al techo, llenos de impotencia. Algunos alumnos se abrazaban y otros se alejaban de sus amigos por miedo a lo que fuese a suceder luego.
Jueves, 8:00 AM.
El caos comenzó.
Todos los Aries habían sido atados a la misma mesa (había sido estúpido no separarlos entre sí, pero era lo mejor que se les había ocurrido hacer con tan poco tiempo de preparación). Estaban sentados en el suelo, amontonados alrededor de cada una de las patas de la mesa que les correspondía. Nigel y Neve comenzaron a darse cabezazos entre sí, gritándose barbaridades que en su vida le habrían dicho a otra persona, para luego decirse que se amaban mientras aumentaban la fuerza de los golpes. Atadas junto a ellos estaban Nyx y Lux, haciendo lo mismo, pero Nyx incluía patadas hacia los costados, también, por lo que April recibía los golpes de ella además de los de Basil, a quien tenía al lado.
April fue la primera en desmayarse. Su cabeza cayó hacia atrás, golpeando a Henry, que estaba gritando a los cuatro vientos lo mucho que amaba las risas de Emily, Faye y Charline mientras les sacudía el rostro a patadas (con un poco de suerte y un poco de su tan famoso sexto sentido), ya que estaban atadas cerca de él.
Jueves, 8:05 AM.
Ichabod y Dax estaban a metros de la mesa en la que estaba atada June, sentada al lado de Shiloh y de los demás Leo. Ich había empezado a preguntarse por qué la habían atado junto a un chico en lugar de a una chica (celos infernales, le dicen al asunto, aunque no era nada que haya pronosticado el horóscopo sino algo mas bien personal), cuando Dax lo distrajo al sacudir la cabeza de lado a lado y a pegarse golpecitos en las orejas.
“Estoy bien, solo... Escucho pájaros, pero estoy bien. Me tengo que acostumbrar y listo” se excusó su primo.
Ichabod lo miró, preocupado. Al parecer el único de los tres que no estaba sufriendo nada aún era él, por lo que se propuso cuidarlos a ambos. Volvió la vista hacia June y un escalofrío le recorrió la espalda. Sin que Shiloh se diera cuenta, ella le había dado una mordida en el cuello y estaba colgando de él mientras el rubio se movía con desesperación animal para soltarse de su agarre.
-Somos unos idiotas- pensó Ich, acercándose con rapidez a ella. -¿Por qué los tuvimos que atar a todos juntos?-
June estaba a punto de abrirle la yugular al Slytherin cuando Ichabod logró separarla a los tirones. No hacía falta aclarar que Shiloh le resultaba detestable, pero nadie merecía morir así, por más retorcido que fuese. Por un momento se compadeció del chico, que había sido atacado de esa forma, pero el sentimiento solo le duró un instante: lo que tardó el atacado en girar la cabeza y morderle la mano izquierda. Antes de perder un pedazo de sí mismo, Ich lo durmió de un derechazo.
Problema #1 resuelto, pero ahora tenía que ocuparse del problema #2: lograr que June dejara de atacarlo a él en lugar de al rubio. Mientras le sostenía la frente contra la pata de la mesa, le desató la corbata y se la sacó, para luego ponérsela como mordaza. Lo que lo tranquilizaba era que mientras mantuviese a Shiloh dormido y a ella amordazada no tendrían mayores problemas, porque el resto de los ‘mordedores’ (como les dirían al día siguiente, si es que quedaba alguien vivo) estaban atados en las demás patas de la mesa.
“¿Es mi idea o a June le están apareciendo verrugas en el rostro?” le preguntó a Dax, al sentarse junto a él nuevamente. Asumía que su primo había estado pendiente de todo, pero al no obtener respuesta se giró hacia él. Dax estaba golpeándose con tanta fuerza los lados de la cabeza que Ichabod se preguntó cómo era que no había perdido el conocimiento aún.
Se arrojó contra su primo, bajándole los brazos con toda la fuerza que tenía. “¡BASTA, DAX! ¡HEY!” le gritó, tratando de lograr que deje de lastimarse.
Dax lo miró, entornando los ojos por el dolor que sentía, y le contestó como si estuviese en un recital y el sonido fuese muy fuerte: “¡PÁJAROS! ¡LOS PÁJAROS NO PARAN!” Acto seguido, comenzó a torcer la cabeza a un lado y al otro, golpeándose las orejas con fuerza contra los hombros.
“¡CALLEN A LOS PÁJAROS!” escuchó gritar a Molly (Acuario), también. Levantó la vista y la vio correr entre las mesas, para terminar en el suelo luego de tropezarse con Audrey (Libra), que al parecer no veía nada porque tenía los brazos extendidos hacia adelante y llamaba a su novio Bertie (Capricornio) a los gritos. Bertie, el Hufflepuff que aparentemente estaba corriendo para alejarse de ella.
Todo el mundo gritaba.
-¿Tendría que noquear a Dax también?- pensó con desesperación. -¿Por qué está pasando esto?- Cambió de posición para liberar una de sus manos. Ya estaba pensando en dónde golpear a su primo para noquearlo como al Slytherin. Sabía que ese golpe había sido efectivo de pura suerte y no quería tener que machucarle el rostro entero a Dax hasta lograr que pierda el conocimiento, pero no tuvo tiempo de hacer nada, porque él también tenía un horóscopo y no se había dado cuenta antes de lo que eso implicaría.
“Ich.... Ich, ayúdame” le pidió su primo.
Y fue cuando Ichabod entendió por qué Bertie, que cumplía años el mismo día que él, corría alejándose de su novia. Los brazos se le aflojaron y no pudo evitar soltar a su primo, que continuó golpeándose las orejas, tratando de aquietar los sonidos.
“¡Ich... dame una poción... algo. Por favor...” pidió de nuevo Dax.
Ichabod recordó la poción calmante que había robado del aula de Pociones el día anterior. Tocó el bolso que tenía a un lado y que era donde la habían guardado los tres de común acuerdo. Miró a su primo y, para desesperación de ambos, negó con la cabeza.
Jueves, 9:00 AM.
Dora (Tauro) tenía ‘ganas’, más que de costumbre. Tenía ‘muchas ganas’. Lo primero que hizo fue buscar a Eileen (Capricornio) con la mirada. Durante ese año habían tenido algunas aventuras interesantes y a Dora estaba empezando a gustarle demasiado la Gryffindor. Si bien siempre se habían encontrado a escondidas del resto del alumnado, eso a una Dora con ‘muchas ganas’ le importaba bien poco.
“¡Eileen!” gritó, al verla. La chica levantó la vista del suelo (estaba sentada sobre una mesa, sola, con las rodillas abrazadas al pecho) y le sonrió con alivio.
Dora corrió hasta donde estaba ella y la abrazó con fuerza. Sentía la sangre hirviendo en las venas y no quería contenerse más. -¡¿Qué mierda me importa si todo el colegio se entera de que me gustaban las mujeres?!- pensó, mientras se alejaba un poco y miraba a su adorable amante.
“Bésame, ¿quieres?” le dijo de forma ansiosa. Y para su horror vio cómo la sonrisa de alivio de Eileen se transformaba en una de incertidumbre, mientras la empujaba con fuerza para alejarla.
“No lo haré” le dijo ella, volviendo a abrazar sus propias rodillas.
“¿Tienes miedo de lo que digan?” le preguntó Dora.
“¡Para nada!” respondió Eileen, con una mueca de dolor.
“¡Entonces dame un beso y abrázame!” gritó Dora, desesperada.
“No”, volvió a contestar Eileen, y sumergió el rostro entre sus propias rodillas.
-Al carajo- pensó Dora, a quien las hormonas le estaban haciendo olvidar cualquier tipo de sentimiento puro que pudiese tener por Eileen. Se giró justo para encontrarse de frente a Rainier (Tauro), que se había acercado para tocarle el trasero sin ningún tipo de aviso. Rainier dudó un momento al ser descubierto in fraganti, pero Dora fue más rápida que él y lo sostuvo de la camisa mientras le hacía reconocimiento odontológico sin rayos X.
A la Slytherin con ‘demasiadas ganas ya’ poco le importó que su adorable Eileen estuviese al lado de ella llorando. Tampoco le importó ver pasar a Maggie (Cáncer) pidiéndole ayuda a Rainier mientras se comía compulsivamente las velas encendidas de los candelabros de pie cercanos a la pared.
Jueves, 9:09 AM.
Del otro lado de la mesa de los (horriblemente fallecidos) profesores había un grupo sentado en el suelo. Una chica bajó la vista del techo y miró a su alrededor. Había estado observando con asombro las velas que flotaban allí y quería comentarlo con alguien.
“Hey, ¿viste eso?” le preguntó divertida al chico que tenía al lado (uno pequeño y con lentes).
“¿Eh?” dijo el chico, que luego miró hacia arriba. “¡Oh! ¡Es genial!”
Ella, que no sabía cómo se llamaba el chico, lo observó más detenidamente mientras él miraba hacia arriba. Le llamó la atención el pergamino que tenía atado al brazo, por lo que se acercó un poco para verlo mejor. “¿Qué es esto?” le preguntó.
El chico bajó la vista, estiró el pergamino y lo leyó en voz alta. “Te llamas Colin McClure y eres del signo Géminis. Es posible que pierdas la memoria durante todo el día. Mantente cerca de la gente que tenga un pergamino en el brazo, como tú. No confíes en nadie más. NO SALGAS DEL GRAN SALÓN”. Luego de leer esto, Colin (Géminis), miró a la pelirroja que le había hablado recién. “Tú tienes uno también” le dijo.
La chica se dio cuenta de que también tenía un pergamino atado al brazo. Lo abrió y leyó: “Te llamas Gretchen Crowley y eres del signo Géminis. Es posible que pierdas la memoria...” continuó leyendo en voz baja y luego lo miró de nuevo. “El resto es igual. Mucho gusto, Colin”, dijo Gretchen (Géminis) levantando de nuevo la vista hacia él.
Los recién nacidos ‘desmemoriados’ miraron a su alrededor y se dieron cuenta de que estaban sentados en una ronda ovalada llena de chicos y chicas con pergaminos atados a sus brazos. “¡Hola!” dijo ella para llamarles la atención. “Me llamo Gretchen. ¿Leyeron los pergaminos de sus brazos? ¿Cómo se llaman?”
Uno a uno los miembros de la ronda fueron leyendo sus nombres y diciéndolos en voz alta. Así fue como Gretchen y Colin se enteraron de que todos ellos (Riley, Zelma, Polly, Melwyn, Frankie, Pippa, Nina y Khloe) eran del signo Géminis. Estaban a punto de señalarles las alucinantes cosas que había flotando en el techo, cuando alguien voló por encima de la mesa de los profesores y aterrizó en el centro de la ronda.
Mila (Leo) se puso en cuatro patas, mirando alrededor. Tenía sangre en las mejillas y la ropa desgarrada en los brazos y la espalda. Un segundo después, Scott (Leo) aterrizó detrás de Khloe, en la misma posición que Mila.
El grupo de los ‘desmemoriados’ jamás había estado en una situación de peligro antes, por lo que simplemente los miraron con intriga, hasta que Khloe soltó un alarido de dolor y sorpresa cuando Scott le mordió el hombro.
Recordasen o no lo que era el miedo, todos gritaron.
Jueves, 10:10 AM.
“¡SE SOLTARON MORDEDORES! ¡TODOS VAMOS A MORIR! ¡TODOS VAMOS A MORIR!” gritó Stephan (Virgo), agitado, mientras se escapaba de Lottie (Leo). Los pocos alumnos conscientes de sí mismos que quedaban aún en el Gran Salón se asombraron de ver correr a un chico tan serio como Stephan gritando como si fuese una princesita perseguida por forajidos en celo. Esos pocos alumnos quedaron más asombrados aún cuando vieron pasar a Gabe (Virgo) alejándose también de la ‘mordedora’, llorando a moco tendido y al grito de “¡Mamma! ¡Mamma!”, como buen italiano que era.
Stephan pasó al lado de Dora (Tauro) y Rainier (Tauro) y se asombró tanto de ver una escena tan subida de tono en el colegio, arriba de una mesa y al lado de una chica llorando, que Lottie casi lo alcanza. “¡VAMOS A IR AL INFIERNO!” gritó, pasando por encima de la mesa en la que estaban a punto de concebir algún bastardo y bajando a los tropezones del otro lado. Lottie, por suerte para él, siguió su camino, dirigiéndose (como los toros) al objeto en movimiento que tenía más cerca: una niñita de segundo año llamada Ylvanne (Virgo) que lloraba delante de ella y pedía también por su mamá, como Gabe.
La pequeña Ravenclaw habría sido víctima inmediata de los grandes dientes (de lobo) de Lottie, pero la suerte estuvo de su lado. Samuel (Libra), que se había quedado ciego como Audrey (Libra), pasó justo entre la presa y la cazadora.
“¿Winston? ¿Ceri? ¿Dónde están?” fue lo último que dijo antes de ser arrojado al suelo por la Slytherin ‘mordedora’.
Jueves, 11:14 AM.
A todo esto Simon (Escorpio) la estaba pasando bomba. ¿Gritos? ¿Dónde? ¡Si eso es música! ¿Alaridos? ¡Obvio! ¡Si los fanáticos eran super efusivos! ¿Que dónde estaba él? En una fiesta post-partido de Quidditch, ¡obvio!
Habían ganado y merecían festejo, ¿no? Y estaba rodeado de bellezas bailando que festejaban su victoria, por supuesto. ¡Era genial ser jugador! Hacía un rato veía carteles flotando sobre su cabeza (hechos por sus fans, que seguramente los habían hechizado para que lo siguieran) que decían: ‘¡Simon, eres el mejor!’, ‘¡Tienes un harén, Simon!’, ‘¡Abrázalas, Simon!’.
“Chicas, ¡las amo!” le dijo a las cinco bailarinas que tenía al lado.
“¡Y nosotras a ti!” le dijo Ceri (Escorpio), abrazándose de la cintura de él por un lado y de la de Moira (Escorpio) por el otro. Miraba hacia adelante y arriba, hacia varios carteles flotantes que decían: ‘¡Ceri, eres genial!’, ‘Sam ya no te gusta’ y ‘¡Debes divertirte!’
Moira, por su parte, estaba asombrada de ver más de una docena de carteles que le decían ‘¡Diviértete!’, así que decididamente les estaba haciendo caso.
Victoria (Escorpio), que se había encontrado con Mila (Leo) y Scott (Leo) antes de que se fuesen a atacar a los ‘desmemoriados’, sangraba mucho por las mordidas que tenía en el cuello y el estómago, pero eso no le impedía perder los ánimos. Se sostenía de Emilie (Escorpio) y de Tabatha (Escorpio), imitando los movimientos de Simon junto con ellas.
¿Qué decían sus carteles? ‘Simon dice: ¡fiesta!’
Jueves, 11:18 AM.
Los ‘chocadores’, como denominaron al grupo que iba a tener más problemas direccionales ese día, estaban atados a una mesa también. Todos los alumnos habían experimentado el Martes lo doloroso que era chocar de frente con personas que venían corriendo hacia ti sin disminuír la velocidad, por lo que no querían que estuviesen sueltos por allí. El problema con los ‘chocadores’ era que luego de estar dos horas golpeando sus cabezas entre sí debajo de la mesa, habían perdido por completo la cordura y habían evolucionado (si se puede decir así) en una sociedad que trabajaba para un bien común: los golpes a los demás.
Bree, Leo, Jo, Farah, Naomi, Alice N., Tamsin y Abel, todos de Piscis, tenían cejas y labios cortados de pegarse cabezazos. Estaban bañados en sangre, pero sonreían. Y estaban moviendo la maciza mesa hacia el centro del Gran Salón, poco a poco, embestida a embestida. Cada vez que pasaba algún compañero despistado que no se esperaba ese ataque, Tamsin los dirigía al grito de ‘¡ARRIBA... AL FRENTE!’, ‘¡ARRIBA... IZQUIERDA!’, etc., haciendo referencia hacia el lado donde estaba sentada ella e indicándoles cuándo levantar la mesa y cuándo moverla. Estaba feliz por el caso que le hacían los alumnos locos, a diferencia de los normales.
Ya habían volteado a dos ciegas: Alice P. (Libra) y Aida (Libra). Alice P. había caído entre Alice N. y Naomi, que le daban rodillazos en cuanto tenían un momento libre de las directivas de Tamsin. Aida había caído entre Leo y Jo, que hacían lo mismo que sus compañeras, incluyendo de vez en cuando algún cabezazo. Todos los de la mesa de los ‘chocadores’ le gritaban insultos a toda voz a los caídos, incitando a sus compañeros a descargar su energía en ellos.
Tamsin vio acercarse a Jean Paul (Capricornio) y a Mason (Capricornio), que caminaban hombro con hombro hacia la entrada del Gran Salón, y les gritó de forma nada femenina: “¡EH, MARICAS! ¿Van a huír? ¡Cobardes! ¡Vengan aquí!” Ellos la miraron y se alejaron un paso de ella, caminando hacia atrás.
“¡Vengan, idiotas!” repitió Tamsin. Ellos se alejaron otro paso, mirándola con terror, porque se estaban acercando a la mesa de ‘mordedores’ que tenían detrás. Tamsin, nada lenta, recordó el horóscopo que les había tocado y entendió todo.
“¡Aléjense de nosotros sin correr!” les gritó.
Y los dos Hufflepuff corrieron a toda velocidad hacia una mesa llena de ‘chocadores’ esperándolos con las frentes en alto y una sonrisa de oreja a oreja en los rostros hinchados.
Jueves, 12:00 PM.
El grupo más feliz hasta el momento (ok, después del grupo de danza de Simon) era el de los Sagitarianos. Luego de leer su horóscopo, habían ido a las cocinas a buscar bandejas y bandejas de frutas y verduras, que luego habían colocado en una de las mesas del Gran Salón, junto a la puerta y en una de las esquinas. Lo suyo, al parecer, iba a ser comer todo el día.
Shane, Ronnie, Sara, Alisson, Alpin, Tavia, Jesse y Yasmin habían estado más de dos horas ya comiendo, comiendo y comiendo.
Y charlando con Einstein (Shane), una jirafa verde (Ronnie), un elefante volador (Sara), un sapo con la cara de Filch (Alisson), un muñeco de nieve (Alpin), un naipe gigante con un jocker que se sabía muchísimos chistes (Tavia), un muffin telépata lleno de ojos y sin boca (Jesse) y un arbol quejoso que no quería convertirse en escoba (Yasmin). Si bien ellos pensaban que en la fiesta de frutas y las verduras había 16 invitados en lugar de 8, no le hacían mal a nadie riéndose y pelando bananas.
Pero no había horóscopos amables en la Corazón de Bruja. Y ese grupo tan alegre se estaba transformando poco a poco en la peor bomba de tiempo que iba a enfrentar el alumnado ese día.
Jueves, 12:01 PM.
Molly (Acuario) dejó de arañarse los oídos y se paró en el medio del Gran Salón. Miró a Dax (Acuario), que seguía gritando por los pájaros que nadie más que ellos dos parecían escuchar y reprimió un grito de ira. ¿Por qué les estaba pasando eso? ¿Por qué la Corazón de Bruja los estaba torturando así? Luego de tres horas de no escuchar nada más que pájaros en el cerebro, había entendido que lastimarse los oídos no la iba a ayudar. Quería decírselo a Dax, pero sabía que él no la iba a poder escuchar.
Con un nudo apretándole la garganta esquivó la mesa de los dos ‘mordedores’ que quedaban aún atados (June y Shiloh) y pasó junto a Rose (Virgo), Jolene (Virgo) y Freya (Virgo) que lloraban sin parar y pedían a los gritos explicaciones sobre la locura que estaban viviendo. Llegó a ver cómo Rose se desmayaba y Jolene y Freya se tomaban de la mano y corrían a los gritos entre las mesas, como gallinas asustadas por el lobo.
Molly pensó: -Más aves, jah...-, como si fuese una broma que el Universo le hacía para subirle el ánimo, mientras en su cabeza tenía gorriones, loros, palomas y buhos a los gritos.
Finalmente pasó junto a los joviales vegetarianos y se dirigió hacia la puerta del Gran Salón. Iba a subir a una de las torres.
Iba a convertirse en pájaro.
Iba a volar y el ruido en su cerebro iba a parar.
Jueves, 12:35 PM.
Dora (Tauro) estaba hecha una diosa de película triple X. No solo se había revolcado por toda la mesa con Rainier (Tauro), sino que al final se les había sumado Eileen (Capricornio) a la fiesta... ¡por voluntad propia! O al menos eso pensaba Dora.
En realidad se había sumado cuando Rainier, molesto por su llanto constante, le había dicho que los deje en paz y se fuera a gimotear más lejos. Al instante de escucharlo, Eileen había dejado de llorar y se había acercado.
La magia del horóscopo favorecía a los que menos se lo esperaban.
Jueves, 1:07 PM.
Chase (Tauro) no había tenido tanta suerte como Dora y Rainier. De habérselos encontrado a ellos primero la historia habría sido otra, pero sus encuentros desde las 8 AM habían sido desesperantes e infructuosos, y ya no daba más físicamente con la sangre que le hervía debajo de la piel.
Primero se había encontrado con Agatha McGee (Capricornio), que le había dicho que quería tener hijos, pero cuando él le había dicho que se acerque había salido corriendo. -¿WTF, Agatha? A eso le llamaban calentar la tetera y no servir el té- había pensado él, mientras la corría.
Luego se había encontrado con Portia (Virgo, “¡NO QUIERO MORIR AQUÍ!”), Kaylie (Virgo, “¡YO TAMPOCO!”) y Elliot (Virgo, “¡NI YO!”) llorando, abrazadas en un rincón. Les había hecho unos avances que él consideró bastante sutiles, como mover la pelvis hacia adelante y hacia atrás mientras les proponía consolarlas con un abrazo, pero solo las había hecho llorar más fuerte.
Cuando decidió ir a probar suerte a la mesa de la fiesta vegetariana fue embestido por los ‘chocadores’, que se coordinaron para lograr que los que estaban de su lado de la mesa pudieran hacer contacto (hombros, rodillas, cabezas... lo primero que tocase) con él.
Amor bruto, lo llaman en mi pueblo. Al menos era contacto humano.
Jueves, 2:32 PM.
Ricky (Capricornio) se había alejado del grupo de los vegetarianos cuando lo habían invitado a comer con ellos. Mientras se alejaba se había encontrado con un Vivian (Cáncer) completamente ‘seco’. El pobre pelilargo parecía una momia de pómulos chupados y ojos tipo cráteres. Horrible.
Ricky se acercó para ver si estaba muerto y notó que aún respiraba, aunque con cada bocanada de aire parecía perder carne al instante. Él se quejaba de sus kilos de más, pero el Ravenclaw de séptimo era el ejemplo perfecto de lo que los desórdenes alimenticios le hacían al cuerpo humano. Y eso lo desesperó, así que, abrazando su pancita más que nunca, se dirigió nuevamente a la única mesa con comida del Gran Salón: la de las frutas y las verduras. Quería comer y asegurarse de no terminar momificado en vida por un estúpido horóscopo.
Estaba por llegar a la mesa cuando Allison (Sagitario) lo vio y le dijo, feliz: “¡Ven a comer, Ricky!”
-¡MIERDA!- pensó, al darse cuenta de que jamás podría llegar a la maldita mesa si lo seguían invitando y lo obligaban a alejarse. “¡MIERDA! ¡MIERDA! ¡MIERDA!” gritó en voz alta, deseperado de hambre pero caminando para atrás, hacia la otra punta del salón.
Jueves, 4:52 PM.
Ethan (Virgo) había estado gritando y corriendo de un lado al otro como Gabe (Virgo), pero quizás quedando un poco menos ridículo, por la cuestión de tener el cabello largo y un rostro más ‘sensible’ (más femenino, ok... Disculpas a las feministas). Luego de perder el conocimiento dos veces por causa de la presión que se le subía del susto, se despertó en el momento en que Mila (Leo) emergía de detrás de la mesa de los profesores, bañada en sangre de una forma que la hacía parecer recién nacida.
¡Cómo la amaba aún a Mila! La parte negativa del amor en un momento como ese era el deseo de protegerla, por más asustado hasta los huesos que él estuviese. Y por eso fue que se dirigió hacia ella haciendo caso omiso a cualquier sentido de supervivencia que pudiese tener.
Cuando Ethan llegó hasta su ex, ella no dudó un instante en lanzársele encima desde la mesa en la que estaba trepada en cuatro patas.
“¡Mila, no!” le gritó él al ver que ella quería morderlo. La sostuvo como pudo, alejándole el rostro y a la vez tratando de que ella no girase la cabeza para morderle las manos. Estaba aún pensando en cómo calmarla sin golpearla, cuando vio que Roan (Capricornio, prometido de Mila) caminaba hacia ellos con expresión de no entender lo que pasaba.
“¡Aléjate!” le gritó, tratando de evitar que Roan también sea atacado (¡él era el ex de Mila pero no era un mal tipo!), pero Roan no solo no le hizo caso, sino que aceleró en su carrera hacia ellos.
Las manos de Ethan se resbalaron por el cuello lleno de sangre de Mila. -Ajena, ¡es sangre ajena!- pensó al sentir la mordida nada sensual de su amada en el cuello, y sus chillidos callaron por un momento los pájaros de la cabeza de Dax (Acuario).
Pero solo un momento, porque luego fueron callados por los de Roan.
Jueves, 5:04 PM.
La fiesta de frutas y verduras (Sagitarios) llegó a su fin de la peor manera: convirtiéndose en una fiesta de caníbales.
Las alucinaciones, que los habían acompañado de forma tan divertida durante todo el día, comenzaron a meter ideas en la cabeza de los vegetarianos. ‘CARNE. CARNE. COME CARNE’ les decían todos, cada uno a su manera.
Cuando las alucinaciones desaparecieron, dejando a los comensales solos y desorientados, algo les hizo click en el cerebro. Carne, necesitaban carne. Y no había carne en ningún rincón de esa mesa. ¡Iban a morir de inanición! Oh, momento...
En realidad había carne por todos lados, ¿no?
Jueves, 5:28 PM.
Los ‘nuevos mordedores’ corrieron desde la mesa de las frutas hacia el centro del Gran Salón, arrasando cuanto herido veían como un ejército de vikingos. El grito de guerra que emitían al unísono a todo pulmón era: “¡CAR-NE! ¡CAR-NE! ¡CAR-NE!”
Los pocos viejos ‘mordedores’ que aún estaban sueltos comprendieron el llamado a la guerra y corrieron hacia ellos sin pensarlo.
En el medio de la guerrilla estaban Dora, Rainier y Eileen (que se había alejado de ellos nuevamente luego de alguna invitación frustrante), así como Ichabod y su pequeño grupo. El error de los primeros fue que estaban haciendo la fiesta arriba de una de las mesas, a plena vista. El acierto de los segundos fue el pasar todo el día refugiados debajo de la mesa en la que estaban atados Shiloh y June.
Cuando cuatro de los ‘nuevos mordedores’ llegaron a Dora y a Rainier, estos tenían la piel de color morado. Al primer mordisco de los Sagitarianos, los Tauro explotaron en una lluvia de sangre hirviendo que dejó inertes a dos de los atacantes. Eileen no tuvo tanta suerte, sin embargo, porque los dos restantes se abalanzaron sobre ella, quemados de sangre pero vivos y hambrientos.
En ese momento se pudo visualizar otra explosión de sangre hirviendo más: la de Chase (Tauro), que se llevó con él a Farah (Piscis), que estaba disfrutando de la alegría que le generaba darle cabezazos a su compañero de casa.
Como debe ser en toda fiesta memorable, en la del Gran Salón de Hogwarts no faltaban los fuegos artificiales.
Jueves, 9:45 PM.
Ichabod había mantenido un perfil bajo durante todo el día. Finalmente había podido dormir a Dax, que por suerte (y para su propio bienestar, en este caso) se había vuelto tan loco que ya no le pedía más ayuda (alejándolo con sus palabras), lo que le había permitido darle la poción calmante que tenía en el bolso. Ichabod también agradecía la herida del día anterior que tenía su primo en la pierna, ya que gracias a esto había podido cuidarlos a él y a June en el lugar, sin tener que correrlos por todo el Gran Salón.
Había noqueado a Shiloh sin ningún tipo de reparo las tres veces que se había despertado, y June no se había logrado soltar de sus ataduras y mordazas en ningún momento, así que al final del día estaban los cuatro vivos y refugiados abajo de la mesa en la que habían atado a los dos ‘mordedores’ al principio del día. Shiloh amanecería algo dolorido y tendrían que chequear si a Dax le había quedado daño cerebral luego de los golpes que se había dado solo, pero estaban vivos, y eso era lo importante.
Y si bien Shiloh había ligado el rescate de arriba, sin hacer nada más que dejarse morder por June, eso no era algo que precupara demasiado a Ich. En todo caso, tendría carnada para tirarle a los ‘mordedores’ viejos y a los ‘nuevos mordedores’ si llegaban a acercarse demasiado a ellos. Porque Ichabod pensaba sobrevivir a ese día.
Y pensaba lograr que su primo y June sobrevivieran con él. Costase lo que costase.
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Viernes, 7:15 AM.
Las lechuzas dejaron caer un nuevo ejemplar de la Corazón de Bruja sobre los catorce sobrevivientes del Jueves.
Ninguno lloró.