Le había costado dormir la noche anterior. Se arrepentía de haber lanzado esa piedra por no haberlo pensado más. Había sido demasiado impulsivo, demasiado imprudente. Su hermano le había dicho que, aunque no había participado, le habían enviado una lechuza para una cita a ciegas. Se preguntó, entonces, si Cupido le había hecho lo mismo a ella. ¿Qué hubiera pensado? ¿Se hubiera sentido estresada, incómoda?
Era la primera vez que deseaba que no fuera a encontrarse con April. Esperaba que quizás alguien más hubiera recibido su lechuza, y que no había actuado de forma irresponsable y egoísta con April. Se pasó toda la mañana en el Gran Salón, en un desayuno eterno, hasta que llegaron las diez de la mañana. Eventualmente,
Alex apareció a las 10:30 en el Invernadero.
Caminó hacia el invernadero y entró con la vista en sus propios zapatos. "Hola" saludó, levantando la vista. -Oh, no- pensó. Seguramente ella estaría enojada, decepcionada, dolida. Se sentía terrible.