Chismes de Peluquería

[April Zimmer]

Estaba sentada en uno de los bancos del patio con las piernas flexionadas como indio, con la cabeza apoyada en el hombro de Ethel. Su amiga había insistido con que comiera una varita de chocolate porque vio que sólo había tomado un té y no había comido nada esa tarde. April le había hecho caso no sin antes jugar como diez minutos con la golosina. Ahora la chica estaba intentando convencerla de que se peinaran mutuamente para la cena. Hace días que April quería probar una trenza extraña que habían visto en la Corazón de Bruja pero ahora ya no tenía tantas ganas...

"Si cenas conmigo en Hufflepuff" le pidió April como condición para enderezarse en el banco y dejar que la peinara primero antes de ella intentar hacer lo mismo con su mejor amiga. No era muy buena con los peinados, las veces que había intentando hacerlo con Bonnie terminaba haciéndole dos rodetes ridículos como cuando eran pequeñas, pero iba a hacer un esfuerzo. Que estuviera triste no era justificativo para arruinarle la tarde del sábado a Ethel.
Reservado

[Ethel Stover]

((después de miles de años te eTZtrañé <3333333333 ))

¿La trenza francesa que venía publicada en la Corazón de Bruja del mes pasado? ¡Pero para eso necesitaban demasiado cabello! Hmm... pero si es para levantarle el ánimo a la pobre despechada de su amiga... No te preocupes, le cortamos el cabello a Cecile y te lo pegamos a ti, já. "Por supuesto que sí" le dijo sin mover el hombro para que su amiga no sintiera jalón alguno por algún brusco movimiento de su parte, "pero ya cómete ese chocolate que nada más lo estas derritiendo con los dedos" le exigió de forma imperativa, pero es que ya estaba cansada de verla toda tirada en la desgracia y la depresión. ¿Pues, qué gárgolas le hizo aquél, ahora? Una acá cuidándola de que no le pase nada a su hermoso corazón y éste va y se lo pisotea. Porque obviamente culpaba a Kyle, ¡¿quién más?!

[April Zimmer]

(( Mi chú ♥))

Tenía el cabello finito pero bastante largo, seguramente iba a poder hacerle una trenza. Aunque no se viera como la de la revista, April iba a sentirse mejor igual. Ponerse linda y comprar cosas suelen ayudar a levantar el ánimo cuando no lo hace comer.
Sonrió sin despegar los labios y bajó la mirada hacia la varita de chocolate. Todavía le faltaba comer la mitad. Exhaló, resignada y se puso a terminarla todavía sin levantar la cabeza del hombro de Ethel "¿Qué peinado te gustaría para ti?" le preguntó entonces intentando animarse y mentalizarse en lo que iba a tener que hacer cuando terminara de comer. "¿No vale usar magia?" agregó porque sabía que sería trampa pero no confiaba en sus habilidades de peluquería.

[Ethel Stover]

Giró ligeramente el rostro hacia su amiga para ver si en definitiva había optado por evitar la comida o si estaba accediendo a comer al menos el chocolate que le había dado y sonrió cuando la vio comerlo. "Yo quiero algo... hmm.... súper elegante, así todo re estirado como si me fueras a quitar las arrugas" que ni tenía pero estaba esforzándose por ser graciosa y hacer que su amiga riera. Ya tenía varios días que no sonreía. Parecía que alguien había cambiado de cuerpos con ella y le habían dejado a una tipa toda deprimida y aplastada.

Cuando comentó lo segundo de inmediato negó con la cabeza "Ah-ah" cantó a modo de negativa. Si el chiste de todo era que su amiga se despabilara un poco para desaparecer esa depresión extraña que traía su amiga.

[April Zimmer]

Y el esfuerzo de Ethel había dado resultado porque April finalmente sonrió de manera genuina cuando su amiga habló de arrugas. Hasta levantó la mirada y al verla se tentó de risa. "¿Qué arrugas?" preguntó divertida antes de darle la última mordida del chocolate para terminarlo.
Cuando finalizó de comer la golosina, se enderezó en el banco, dejando en paz a su amiga que ya la había soportado encima y también la había aguantado con el aire triste toda la tarde. "Ok, sin magia" murmuró una vez que se incorporó en el asiento aunque se puso a buscar su varita entre la ropa para limpiarse las manos y no ensuciarle el cabello a Ethel cuando la empezara a peinar "¿Quieres que te peine primero o prefieres empezar tú?" le preguntó.

[Ethel Stover]

Pues sí le pesaba un poco el cuerpo de April pero se aguantaba porque también ella se la había aplicado varias veces a ella cuando estaba triste. Así que tenía que retribuir el favor. "No, no, no, no" dijo repetidas veces negando con la cabeza, "empieza tú" y la señaló para después voltearse y darle la espalda, dejándole su cabello suelto y listo para iniciar.
"Ya sabes, algo elegante. Por cierto ¿trajimos ligas?" preguntó de sorpresa, deteniendo cualquier acción para voltear a ver a su amiga.

((¿sí? pfff))

[April Zimmer]

Se limpió las manos y luego se acomodó detrás de Ethel en el banco para estar cómoda y poder manejar su cabello. Asintió con la cabeza, como si su amiga pudiera verla, cuando le recordó que debía ser algo elegante. April no era precisamente la persona con mejor gusto para esas cosas, pero suponía que si comenzaba dejándole bien tirante el cabello adelante como su amiga había pedido y después improvisaba una cola de caballo o un rodete podía gustarle el resultado final.

"Creo que sí, fíjate en mi bolso" le dijo porque ella ya estaba echando hacia atrás el cabello de su amiga "Y pásame el peine, por favor" le pidió. Ok, esto estaba funcionando... casi que no iba a quedarse revolviendo el pelo de Ethel como hacía con la comida, pensando en otras cosas.

[Ethel Stover]

Pues es que sí, tenía que olvidar eso que no sabemos qué tiene, o bueno al menos Ethel que estaba ávida de saber qué bisteces con sus milanesas. Lo de que tuviera las manos a medio lavar no le importaba. Tenía 14 años y apenas se estaba desarrollando ese instinto de higiene de los adultos, no era para tanto. "A ver, veamos" se medio torció porque había sentido las manos de su amiga en su cabello y no quería jalones horribles de cabello para buscar con la mano la bolsa sobre la banca. Parecía tentáculo tanteando la superficie hasta ver la bolsa y acercársela para abrirla sobre su regazo.

Para empezar, medio veía porque tampoco quería bajar la cabeza mientras la peinaba su amiga por los jalones, "Auch, oyeeee" le reclamó en buen plan porque ¿qué creen? acababa de sentir un jaloneo, pero le dio igual y siguió buscando en la bolsa: encontró algo de dudoso contenido, ah, ya, era una pluma para escribir, un tintero (¡¿un tintero?!), unos frasquitos con pintur.... ¡¿un peluche?! ¡¿Qué demonios?! "¿Y esto?" o sea las ligas le valieron un pepino.

[April Zimmer]

Estaba tirando hacia atrás todo el cabello de su amiga para poder cepillarlo primero antes de intentar peinarla con una cola de caballo alta y luego improvisar algo que se viera bonito por detrás y no sólo tirante por delante. Con la cabeza medio perdida en cualquier lado no notó que ella se había reclinado para revolver su bolso y por eso tironeó sin querer "Ay, lo siento!" soltó aflojando la presión de sus manos y volviendo a la realidad.

Se asomó por un costado para ver qué era lo que su amiga había encontrado que le había llamado la atención "Ah, es el señor Plumas" contestó como si nada y fuera super normal tener un peluche en la mochila.

[Ethel Stover]

¿Súper normal? ¡¿A los 14 años?! Ok, creo que April tiene un pequeño problema de identidad. Ethel había dejado las muñecas y los peluches a las 11, casi 12. Es decir, ¿sí conoces a sus primas, no? Pippa preocupada por su figura desde que tiene uso de razón y Zelma, bueno, qué puedo decir de Zelma si su fama la persigue todavía en estas épocas. ¡Pff! Ethel estaba actualmente más preocupada por traer las uñas pintadas e impresionar a los chicos grandes con su flacucha figura diminuta.
Expresó una especie de HUH? mientras que con el entrecejo fruncido la volteaba a ver y volvió a meter el peluche en la bolsa. "Ahh" recordó ahora elevando una ceja, volviendo a meter la mano en la bolsa en busca de las ligas que tenía planeado buscar en primer lugar. "Es el peluche mugriento que tienes de toda la vida" y lo de mugriento era más de burla que de verdad. Incluso soltó una pequeña risita, porque así se llevaba de mala onda con ella y porque sabía que su amiga le iba a aguantar todo lo que le dijera (¡así era también con ella!).

[April Zimmer]

El señor Plumas era su compañero hacía muchísimos años, su papá se lo había regalado para su cumpleaños número cinco y era el único muñeco que llevaba a Hogwarts. Le daba lástima dejarlo tirado en el baúl así que normalmente adornaba su cama o lo llevaba en la mochila de paseo (?).

"Ey, no está mugriento" lo defendió soltando una risa y deteniéndose porque necesitaba que su amiga le pasara el peine para poder seguir "Aunque sí, ya le toca el baño" dijo mitad en broma mitad en serio porque no le vendría mal una lavada al peluche "¿Encontraste el peine?" le preguntó asomando su cabeza una vez más.

[Ethel Stover]

Sintió otro jalón -Oouch- pero se lo aguantó porque también estaba de burlona y supuso que lo había hecho April adrede. Metió más a profundidad la mano dentro de la bolsa para ver si sus dedos podía tocar algo puntiagudo y lo logró, lo había encontrado. Pero las ligas... ush, todavía no daba con ellas. "Acá está" lo agarró entre sus dedos y se lo pasó a su amiga flexionando el codo para pasárselo por encima de su propio hombro. Luego regresó de nuevo al tema del peluche (¡porque no la iba a dejar en paz, jó!), así como la mano a la bolsa de su amiga ya que tenía sí o sí que encontrar las ligas. "¡No juegues! Esa cosa es de antaño, ya tírala" comentó muy al aire, no pensando en los sentimientos que tenia vertidos April en ese muñeco.

[April Zimmer]

Tomó el peine que Ethel le pasaba y se volvió a acomodar detrás de ella, todavía sentada como indio en el banco. Tarde o temprano iba a tener que pararse aunque con el poco ánimo que tenía iba a terminar arrodillándose para poder ver por encima de la cabeza de su amiga. Comenzó a cepillarle el cabello despacio, intentando desenredar las puntas.

April frunció el ceño antes de hablar "¿Cómo voy a tirar al Señor Plumas?" porque claramente no era una opción "Fue un regalo de mi papá!" le contó para que entendiera sus motivos para no querer deshacerse de él. Sí, podría dejarlo en su casa, no llevarlo más al colegio, pero nunca tirarlo.

[Ethel Stover]

¡Ay, por favor! Su papá le había regalado hartas muñecas a Ethel y ésta ni se acordaba ya de ellas; estaban arrumbadas en una esquina seguro. ¿Te acuerdas de su cuarto morado con sillonsitos bien monos? Todavía sigue ahí, pero a un lado ahora tiene barnices de colores y revistas de moda. O sea, tiene todo un anaquel sólo para la Corazón de Bruja... ¿puedes creerlo? Expresó un hmmm al estilo March Simpson, dejando los ojos en blanco. "No creo que haya sido el único muñeco que te haya regalado tu padre" comentó muy deprisa como para iniciar debate (¡ahhh, porque cómo le gustaba llevar la contra!) "Y no creo que se acuerde que te lo regaló" es decir, si supieras también la cantidad de cosas que le han comprado a Ethel, ¡pff! ni sus padres se acuerdan de cuánto pagaron de colegiatura este año en Hogwarts.

[April Zimmer]

¡Claro que se acordaba del cuarto de Ethel! Era un sueño... ya estaban grandes para jugar a las muñecas y a la casita pero esa habitación le había parecido lo más cercano al paraíso de juguete para una niña.
Quizás fuera porque su familia no estaba en la misma posición económica que la de Ethel, pero April no había tenido tantas muñecas como para no recordarlas y mucho menos que su padre no se acordara del señor Plumas.

"No, siempre nos traía muñecos de animales mágicos" le contó repasando las puntas antes de seguir con la otra mitad del cabello de su amiga "Pero claro que se acuerda del señor Plumas, tampoco fueron tantos!" inclinó la cabeza para ver mejor y continuar peinándola "¿Por qué ahora te la agarras con él?" preguntó porque esa actitud le hacía acordar a alguien y en ese momento no le hacía mucho bien recordarlo.