Formula para hacer amigas

[Audrey Campbell]

Desde hacía un par de años que Audrey estudiaba en una mesa de la Biblioteca con Willow, pero no fue hasta ese año (mientras intentaba lograr una amistad con Lauren por consejo de Bertie) que se dio cuenta de que nunca habían sido realmente amigas. Hacían las tareas en perfecto silencio (salvo cuando una necesitaba ayuda de la otra para terminar de entender una idea) pero, cuando terminaban sus tareas, se levantaban de la mesa, se saludaban y cada una se marchaba por su lado.
Quizás la personalidad de ambas no pedía a gritos que esa relación estudiantil se transformara en una amistad, pero ahora que Audrey lo había racionalizado, no podría continuar sin al menos intentarlo.
Es por eso que esa mañana había guardado un paquete de galletas dulces en el bolso, y que a la salida de la la Biblioteca le había propuesto a su eterna compañera de mesa ir a sentarse un rato en los bancos del patio para hacer tiempo hasta la siguiente clase.
"...si no tienes otra cosa que hacer, claro", se atajó, dándole la posibilidad de evadir su compañía si quería. Porque quizás Willow no la soportaba, y por eso jamás habían charlado de cosas personales entre los 'Shhh' de Madame Pince.

[Audrey Campbell]

Sonrió con alivio. ¡Esto de hacer amigas se le estaba dando cada vez mejor! Al parecer no todas las chicas del colegio pensaban que ella era un leproso que había que esquivar. O un perro guardián de su novio.
"Yo tampoco... bueno, salvo dar unas vueltas por ahí", comentó. Porque sus tareas de Prefecta consistían mayormente en dar vueltas y estar atenta a que nadie necesite ayuda o esté haciendo algo que no debe. Como la policía montada pero a pie.
"Pero no ahora", agregó rápidamente. No quería de ninguna forma hacer sentir a Willow incómoda, mucho menos justo después de invitarla. Por las dudas caminó hacia el pasillo que daba a uno de los patios internos. Era un lindo día Primaveral, así que era el momento perfecto para disfrutar un rato sin hacer nada.

[Audrey Campbell]

Audrey también solía llevar bastante peso de libros encima. Sobre todo porque a veces tenía que quedarse en la Biblioteca con alguno de sus alumnitos (como llamaba con cariño los tres alumnos más pequeños a quienes ayudaba a estudiar a veces) y tenía que llevar sus tareas de años anteriores para tomar de referencia.
"A mí tampoco me agradan los grupos grandes" comentó, feliz de coincidir con ella en algo más que la mesa de estudio. "Vayamos a ese, entonces. Oh... ¡Debería haber traído algo para beber!" agregó sin pensarlo, haciendo notoria su falta de experiencia en charlas de chicas. -¿Nos dará sed? Quizás debería decirle que me espere aquí e ir a buscar algo...- pensó, mordiéndose el labio inferior con expresión nerviosa.