Asistente personal

[Roman Joyce]

¿Cómo? ¿una escoba con rueditas de juguete? ¿Es esto lo que llaman privilegios?

Claramente, no se había dado cuenta de los cambios de color en la cara de su compañera, ya que de vez en vez volvía a mirar la escoba. "Aaaah. Qué mal" reconoció con pesar, las Nimbus eran buenas escobas, sin embargo, ese tipo de accidentes eran de esperarse, ya ese modelo estaba anticuado y estaba seguro que podían encontrar algunas en los armarios de los escobas si los revisaban minuciosamente *wink*.
"Yo sí" dijo, alzando ambas manos, porque antes se las había lavado mucho y luego cerro los puños, sintiendo que eso solo podía darle risa a él. "Pero me rompí un brazo aprendiendo a volar" se apresuró a agregar, por si le había dado la impresión de estar libre de pecados de primerizo con las escobas. Él había aprendido con una escoba vieja que su padre había traído del trabajo porque la iban a botar, y aunque, en efecto, nunca había roto una escoba, partes de su cuerpo si.

[Kinsey Weston]

Supongo que como todo, depende de la marca, porque Fred Weasley tuvo una, entonces así como exclusivas de la élite, pues no. Podríamos llamarlo privilegio de magos, porque yo nunca volé en escoba, boo.

Me da risa pensar en Kinsey como una lámpara con sensor de movimiento por la forma en la que palidece y recupera el color. Él no debería jugar con la iluminación de ese modo, luego se descompone.
Efectivamente, no entendió el chiste de las manos limpias, pero conservó la sonrisa, como por amabilidad. "Suena doloroso" comentó, a falta de algo mejor que opinar porque ella jamás se había roto un hueso. Entonces recordó algo que había escuchado una vez. "¿Te lo rompiste en tu casa, entonces? ¿Te llevaron a San Mungo?". Joyce, me parece que ya no eres el único que tiene preguntas para el otro.

[Roman Joyce]

Pero no puedes comparar una buena bicicleta con rueditas- perdón una escoba de juguete de buena calidad con una que probablemente era de tercer uso.

En defensa de Román, diremos que no se daba cuenta de los cambios de color de la pobre Kinsey, porque ya sabemos que estaba más interesado en la escoba que en cualquier otra cosa en ese momento.
Asintió, sí, había sido muy doloroso, no recordaba mucho del accidente pero sí que le había dolido horrores. "No, no. Fue en casa de un amigo de papá, tienen mucho espacio" comenzó a recordar "estábamos jugando y... no sé, de repente mi brazo estaba roto" movió su brazo como intentando imitar la posición en que había quedado, "papá quería ir a San Mungo, pero mamá prefirió ir al hospital. Así que estuve un buen tiempo con un yeso y fue incomodo" era como el castigo de parte de su mamá, sin embargo, no había evitado que siguiera montando en escoba, mucho menos en aquellas de dudosa procedencia.

[Kinsey Weston]

Enarcó la ceja izquierda sin darse cuenta, extrañada por la forma en que describió que de repente su brazo estaba roto. Ella nunca se había fracturado, pero quizá se imagina que cada segundo del evento queda grabado en tu mente en todo su doloroso esplendor. Y como sinceramente no tengo ni la más remota idea de qué había recordado Kinsey esa tarde de abril en la que escribí mi último post, voy a dejar que la mención del hospital muggle y el yeso acapare toda su atención, haciéndola dejar de lado la pregunta que planeaba formular.

Pasó la mirada al brazo de Roman, como si esperara verle algo distinto porque había estado enyesado alguna vez. "Nunca he estado en un hospital muggle" comentó de una manera muy casual. "¿Duele cuando te ponen el yeso?" curioseó.

[Roman Joyce]

Movió la cabeza de un lado a otro, ir a un hospital muggle era muy innecesario cuando podías visitar San Mungo y solucionar casi todo con un movimiento de varita o una poción, pero él tenía una mamá enfermera que confiaba ciegamente en la medicina muggle.

Alzo las cejas, "No recuerdo esa parte muy bien, solo dejo de doler en algún momento" seguramente le habían dado alguna medicina para eso, o una poción si su padre había intervenido, había cosas de ese episodio de su vida que recordaba mejor que otras. "Estuve un par de semanas con el yeso desde aquí" se tocó el hombro y deslizó la mano hasta un poco más allá de su muñeca "hasta acá y un cabestrillo" negó con pesar, ni jugando fútbol había sufrido un accidente semejante.

[Kinsey Weston]

Asintió lentamente, tratando de imaginarse que tenía el brazo inmovilizado un par de semanas. Para ese efecto, flexionó aquel cuya mano no sostenía su escoba, y lo dejó 'suspendido' a la altura que alguna referencia visual en su vida le dio pistas sobre qué es un cabestrillo. "Qué pesado" comentó al final, estirando el brazo en cuanto comenzó a sentirse incómoda.

Luego miró más allá de Roman. Iba a dar por hecho que su prima había osado plantarla cuando era quien necesitaba el favor. Qué valor de la enana. Se iba a ir a desayunar, dejando en manos de la Ravenclaw la decisión de tragarse su orgullo y permitir que todos vieran que tomaba prestada una escoba, o aguantarse con una de las escobas del colegio. "¿Ya desayunaste?" preguntó.

[Roman Joyce]

Cruzó las manos sobre su pecho y se dio unas palmaditas sobre los hombros, como agradeciéndoles el esfuerzo. "Ujum" confirmó, apretando una sonrisa.

De nuevo se distrajo unos instantes mirando la escoba, pero reaccionó rápidamente cuando escucho la pregunta. Sentía que ya habían hablado antes de eso, sin embargo no estaba 100% seguro, la escoba lo distraía un poco y a esas horas de la mañana, sin haberse alimentado apropiadamente, solía tener poca memoria. "Aún no" respondió, sin descruzar sus manos "¿Quieres ir? ¿tu prima ya no viene?" y para nada se estaba auto invitando a comer con ella y la escoba. Claro que lo relacionado a esta última sí que lo recordaba.

[Kinsey Weston]

((LMAO, leí el thread completo antes de postear, y así descubrí, porque no recordé, que él fue quien le preguntó si ya desayunó, jajaja. Sorry, igual la voy a culpar a ella XD))

Diría que fue un brain fart, pero como en este thread ella tiene 15 años y quiero pensar que su mentecita está al cien, voy a inventar que la realidad es que Kinsey puede ir por la vida haciendo preguntas y dando respuestas de cortesía sin procesarlo mucho. '¿Cómo estás? Bien, gracias, ¿y tú?', '¿Todo bien? Sí, ¿tú?', etcétera. Esta vez había preguntado con verdadero interés. O por lo menos para saber, porque ella sí quería ir ya a comer algo.

Hizo una mueca por la mención de su prima. "Voy a dar por hecho que no viene, porque tengo hambre" admitió, moviendo su escoba para apuntar con ella en dirección al Gran Salón . No interpretó la pregunta de Roman sobre querer ir como una invitación, en ningún sentido, pero considerando que él tampoco había desayunado, asumió que ahora irían en la misma dirección.

[Roman Joyce]

((Jejeje. Yo hago lo mismo con mis estudiantes: Hola ¿cómo estás? - Bien ¿y tú? - Bien ¿y tú? - y nos rompemos.))

Pues sí iban a ir en la misma dirección, y nada más no se iba a sentar en la misma mesa de Kinsey y su escoba porque, aunque él no tenía problema con Slytherin, lo más seguro era que el resto de los estudiantes no fuesen a estar muy cómodos con su presencia.
"¿Igual le vas a prestar la escoba a tu prima?" y si no, viendo que era tan generosa, le iba a preguntar que si se la prestaba a él aunque fuera para dar una vueltica en el campo de Quidditch (o quizá no, le daba una patada por confianzudo, quien sabe).

[Kinsey Weston]

((Todo va bien hasta que llega la hora de conjugar))

Negó con la cabeza, sólo una vez, pero con firmeza. "No, es evidente que no puedo confiarle mi extremadamente bien cuidada escoba a una persona incapaz de cumplir con un compromiso sencillo" contestó, con más franqueza que molestia. De hecho, lo único que le molestaba era que ahora tenía hambre, pero como lo resolvería en breve, no se iba a colgar con eso. "No le va a pasar nada si tiene que usar una de las de Hogwarts" agregó. Que era lo que había estado alegando en su mente toda la mañana.

[Roman Joyce]

Asintió y negó, secundando las palabras de la joven, luego abrió su boca un 'préstamela a mi' en la punta de la lengua, que se acobardó en decir a último segundo. Bueno, acobardarse no era algo muy propio de la gente de su casa, quizá era mejor decir que había recapacitado: aquella no era la manera correcta de pedir un favor. Le parecía que en realidad Kinsey no estaba muy dispuesta a prestar su escoba luego de esa experiencia, así que mejor cambiar su estrategia.

"¿Y piensas usarla esta semana?" preguntó, ojalá le dijera que sí y coincidieran y pedirle prestada la escoba solo para volar una vez no fuese tan inesperado como su plan inicial.

[Kinsey Weston]

La pregunta le pareció un poco extraña, pero después de unos segundos por fin se prendió el foquito imaginario que flotaba sobre su cabeza. Se aguantó una sonrisa, sólo porque no podía estar 100% segura de las intenciones de Roman hasta que él las confirmara de una forma más directa. "No tenemos planes específicos para esta semana todavía" respondió, como si su escoba fuera un ser que llevaba su propia agenda, independiente de ella. "¿Por qué, quieres invitarla a dar una vuelta?" agregó después, con una expresión seria, aunque estaba bromeando.

[Roman Joyce]

En realidad iba a ofrecerle que practicaran juntos en el campo de Quidditch o alguna tontería por el estilo, siempre con la mejor de las intenciones pero... Al demonio su no-estrategia, tenía la oportunidad ahí al alcance de una oración y no pensaba desaprovecharla. Además, él solo sabía de estrategias de fútbol y Quidditch que no podía aplicar fuera del campo de juego.

"¡Por supuesto que sí!" respondió con cero vergüenza y sin percatarse de la expresión seria o tan siquiera que estaba bromeando. Un segundo después, se dio cuenta que podía estar sonando demasiado confianzudo y le bajo dos a su tono y emoción: "Claro, sí lo permites" le estaba pidiendo permiso para salir con su hija, señora Weston usar su escoba un ratito.

[Kinsey Weston]

La situación le pareció en extremo graciosa... Que Roman esperara que ella le prestara su escoba después de todo lo que habían platicado la hacía pensar que él se sentía muy confiado de ser capaz de cuidarla adecuadamente, o muy indiferente a la posibilidad de morir a manos de una de sus compañeras de curso por destruirle su Comet 260.

Lo miró como si estuviera analizando un problema complicado en clase. No era egoísta por naturaleza, pero sí le gustaba mucho mantener sus cosas en perfecto estado, y si prestaba algo, lo esperaba de regreso en las mismas condiciones. "Sólo si prometes que antes te rompes de nuevo el brazo, que permitir que algo le pase a mi escoba". Esos eran sus términos.

[Roman Joyce]

Era un desubicado total, sí. O sea, aún sin haber escuchado toda la historia de la prima plantona y eso, pretendía que una compañera de curso con la que había interactuado muy poco en su vida escolar le prestara su bonita escoba de buenas a primeras.

La condición que ella le puso lo intimido un poco y por instinto se tocó el brazo, paso su mirada de la escoba a la cara de su compañera un par de veces "Lo prometo" dijo, solemnemente. Estaba muy confiado porque tenía como la mitad de su vida montando escobas y contaba con suficiente experiencia para decir con total seguridad que no las rompía más. Además, la enfermera no lo iba a dejar un mes con un yeso y analgésicos.