Basta de palidas

[Mason Storstrand]

Corrió los dos últimos pasillos antes de llegar al Gran Salón, porque no solamente no llevaba reloj sino que tampoco recordaba a qué hora se suponía que tenía que encontrarse con Gretchen. Él era pésimo decidiendo ropa, así que simplemente había agarrado lo másformal que tenía en su baúl (heredado de su papá, a quien ya no le entraba) para ir a lo seguro. No tenía opciones más modernas y muggles como algunos de sus compañeros, por lo que estaba obligado a usar lo que tenía: tampoco se sentía cómodo pidiéndole a sus padres que le compraran ropa que iba a usar unas horas esa noche.
Así llegó a la entrada del Gran Salón, tratando de recuperar el aliento y buscando a -Gretchen, Gretchen, Gretchen- con la vista. Ya de por sí le iba a dar gusto verla con más color en la cara, porque la última vez que le habló ella estaba pálida (y delirando, pero enfoquémonos en la palidez hoy).

[Gretchen Crowley]

¡Ojalá Gretchen hubiese tenido que ponerse una túnica antigua heredada de su familia! Seguro que cualquier túnica antigua tapaba el doble que ese vestido que traía puesto. El vestido se lo había enviado su madre, a quien se lo había enviado una de las tías de Gretchen. O sea: el vestido era heredado de una de sus primas. Igualmente nadie la había obligado a usarlo, no. Ella, claramente en un ataque de locura momentánea, se había animado a aceptarlo y a no pedir una Opción B.
Ahora se arrepentía absolutamente: sentía que le faltaba vestido por todos lados. ¿Por qué había querido usar eso? ¿Por el color? Porque era obvio que NO por cómo le quedaba: ¡Le dejaba los brazos y las piernas a la vista! Brazos y piernas que estaban finamente torneados rellenados por años y años de postres y segundos platos. Y no solo eso: ¡Le marcaba los pechos! ¿Desde cuando tenía pechos? Eso claramente era por ser más gordita que sus compañeras. Y ni siquiera se le notaba la poca cintura que tenía, gracias al lazo alto del vestido.
Estaba a punto de tomar esa tardanza de Mason como un mensaje del tipo: 'vete a tu habitación que lo pasarás mejor', cuando lo vio acercarse a la zona donde ella estaba. Y de repente no pudo escuchar nada más alrededor, salvo los latidos de su propio corazón y el -uuuuuuiiiiiiiiuuuuuuuuiiiiiiiiiiuuuuuuu- que parecía estar emitiendo su cerebro comatoso como si fuese la Cadena Nacional.
Así que se quedó allí paralizada, completamente ruborizada (¿querías verla de color, Mason?) y retorciendo en las manos el chal que traía para abrigarse si le daba frío (del mismo color que el vestido).

[Mason Storstrand]

"¡Gretchen!" exclamó, deteniéndose frente a ella, doblando las rodillas mientras se hacía hacia adelante para apoyar las palmas de las manos sobre éstas, tratando de recuperar el aliento. Perdón si ese movimiento la hizo pensar que estaba por hacerle una reverencia o algo así, por cierto.
"No me dí cuenta de la hora" dijo, antes de tomar aire para continuar su frase "perdón por hacerte esperar" finalizó, exhalando sonoramente por la boca, pero obviamente animado. Ni se dió cuenta de lo diferentes que eran sus estilos a la hora de vestirse.

[Gretchen Crowley]

Ella sí que se dio cuenta, y lo miró de arriba a abajo, poniéndose más colorada aún (o sea: uniendo las orejas al colorete general). Nunca se había sentido más fuera de lugar en su vida (y ni se quería imaginar lo que le esperaría adentro del Gran Salón, cuando viera la cantidad de vestidos de adultas que llevaría seguro la mayoría de las chicas). Ella traía un vestido que habría relacionado con la versión barata de una Barbie (una Tammy, en mi caso), de haberse criado con juguetes muggles, y él estaba absolutamente elegante.
"Está bien, no esperé mucho", dijo con todo el coraje que pudo (aunque la voz le salió bastante bajita igual) y bajando la cabeza para dejar de observarlo tan fijo.
¿Le recuerdan en qué universo paralelo podría salir algo bueno de esa cita? Porque hasta el día de hoy no entiende por qué razón lo invitó a él y no a alguien más chico y más inseguro, como ella.

[Mason Storstrand]

¿Absolutamente elegante? Gretchen, ¿será que todavía estás bajo los efectos de la amortentia? Porque, seamos sinceros, Mason estaba ridículo con eso puesto. No sé el origen del chalequito ese, pero ese saco parece que se lo robó a su papá el día del casamiento, porque tenía más cola que el vestido de la novia. Un payaso.
"Phew!" exclamó, enderezándose el el lugar y ofreciéndole el brazo. "¿Entramos, no?" preguntó, ya más que dispuesto a explorar cómo había quedado el Gran Salón después de que los invitados lo decoraran.

[Gretchen Crowley]

Ay. Ayayay. Ay. No se dan una idea de lo que le dolió a Gretchen que Mason no le comentara nada de su vestido. No esperaba grandes elogios enamorados, como los que había escuchado de las demás parejas mientras esperaba, pero al menos un '¿te sacaste el uniforme?' o un '¿ese vestido era de un payaso?'. Cualquier comentario que diera a entender que había notado su producción, al menos.
Pero en realidad sentía que no merecía piropos, así que volvió a su cantito mental de -¿Qué estabas pensando cuando lo invitaste?-, que había reemplazado el comunicado cerebral anterior. No te sientas culpable, Mason: ella tampoco te elogió. ¡Pero lo de ella es por pánico a quedar como una tontita enamorada de nuevo! Y sí, para ella él está super elegante con su tapado de espalda larga. ¿Te comenté que en su familia no tienen mucho sentido de la moda? No lo tienen, y además priorizan la compra de libros para estudiar por sobre todas las cosas.

"Ok", aceptó. Y tuvo que armarse de valor para tomar el brazo de Mason. Era muy diferente eso de tocarlo sin la nebulosa cerebral de la poción diciéndole que estaba todo bien, pero lo importante era que, colorada como estaba, había asentido y había entrado al Gran Salón del brazo de él. Del brazo de su cita.
Cita que probablemente deseaba haber ido con alguien más, pero iba con ella por lástima.

[Mason Storstrand]

Mason es un imbécil, eso es lo que pasa, nadie le avisó que le tocaba halagarle el vestido a la chica apenas llegara y él solito no se iba a avivar. Yo creo que Mason no se había dado cuenta que ese vestido no era el atuendo usual de Gretchen, porque descontando la vez que ella había estado drogada literalmente (y ni hablemos del melón), nunca había entablado conversación con ella y, por lo tanto, no estaba al corriente de lo que usaba.
Caminó con Gretchen hasta la entrada del Gran Salón y enseguida miró alrededor, como para grabar en su memoria el lugar. Nunca se había imaginado que el Gran Salón, donde comía tres veces al día, podía verse así con algunos cambios. Les había quedado bastante bien, así que su mirada se paseó por todo el lugar, y luego miró a Gretchen.

[Gretchen Crowley]

¿O sea que un razonamiento normal de Mason sería pensar que Gretchen va así a la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, por ejemplo? Wow. Nada, no emito opinión... Pero WOW.
Y Gretchen también soltó un "Wow" casi sin aliento al ver la decoración. No vio que él la miraba, porque todavía tiene la visión algo limitada por los nervios: ve hacia adelante; cero visión periférica. Ojalá no se pise el vestid... Ah, no, cierto que su vestido tiene menos tela que un pañuelo de ñato.

[Mason Storstrand]

Obviamente estaba al corriente de que la gente tenía que usar el uniforme en clase, pero eso no quería decir que Mason fuera a pensar que Gretchen era rara si se producía así para ir a Hogsmeade o a un partido de Quidditch, por ejemplo. No sé si sea buena idea ir con ese vestido a las gradas, con el chiflete y los curiosos, pero que nada detenga tus sueños y esperanzas, pelirroja.
Le sonrió, complacido de verla admirando el lugar también. "¿Qué quieres hacer primero?" preguntó, como si se tratara de un parque de diversiones y tuvieran muchas cosas para elegir.

[Gretchen Crowley]

Seguro que hay una poción para cumplir cada uno de mis sueños, no te preocupes. Solo te diría que te cuides, porque pareces tener mala suerte en lo que respecta a mis experiencias con pociones. De todas formas: ¡gracias por salvar mi vida con la Amortentia! Otros chicos me habrían dejado allí tirada abrazando el melón roto como el amor.

Gretchen levantó la vista cuando él le habló, así que ahí sí que lo vio. Lo primero que pensó fue que debería elegir una mesa lejos de las hogueras si no quería potenciar el calor que sentía en las mejillas. Como para parecer ligeramente más normal y acostumbrada a esas cosas. Lo segundo que pensó fue que, con esa luz tenue, Mason se veía más perfecto aún. Y se preguntó si la Amortentia tendría efectos residuales en la gente.
Lo tercero que pensó, un par de largos segundos después, fue que él le había preguntado algo y tenía que responder.
"Tengo un poco de sed", comentó con timidez, tratando de que su sonrisa no se viera temblorosa de los nervios.

[Mason Storstrand]

"Un poco de sed" repitió con un breve asentimiento de la cabeza, como entiendiendo el comando. Yo no sé si él entiende que está en el baile como tu cita, y no como tu caballo-sirviente. Ya que la tenía del brazo todavía (espero que no sea muy incómodo para ella, por si tenía que andar con el brazo un poco levanrado), dio unos pasos leves hacia las mesas con la comida y bebida para que ella lo siguiera.
"Tomemos algo, entonces" dijo alegremente, porque para Mason siempre está todo bien. Aparte cree que vio unos jugos de fruta naturales y ya se está emocionando, porque todo bien con el jugo de calabaza, pero no es competencia.

[Gretchen Crowley]

Creo que todos los alumnos de Hogwarts deben desarrollar sentimientos de odio-amor hacia el jugo de calabaza. El tipo de sentimientos que te hacen odiar cada minuto en el que tienes algo delante tuyo todos los malditos días, pero que cuando ya no lo tienes lo extrañas y lo quieres tener de nuevo.

Gretchen estaba incómoda por muchas cosas, no solo por la diferencia de alturas (que ¡gracias por notarlo! Como si no lo tuviese presente everyday. Léase con sarcasmo), sino también porque no tenía la menor idea de qué se hacía en un baile, además de comer y bailar. Porque con bailar todo bien: sabía que no era una bailarina nata, pero le gustaba hacerlo (y esperaba que pudiese juntarse con sus amigas en la pista, al menos). Pero comer le daba cierto temor. ¿Y si todo estaba tan rico que no podía parar y Mason se avergonzaba de ella?
"Ok", respondió asintiendo con la cabeza ella también. Caminó semi-colgada del brazo de él, pero esforzándose por parecer más ágil de lo que era.

[Mason Storstrand]

Si hubiera estado solo quizás hasta hubiera corrido hasta la mesa para ver qué comida tenían disponible, pero como estaba con Gretchen trató de comportarse casi como un adulto y caminar normalmente, como si no se muriera de curiosidad por ver qué había para comer.
"Me muero si tienen jugo de sandía" comentó, aunque no sabía porqué habría de haber jugo de sandía en una fiesta de San Valentín. Notó que era la segunda vez que ella le contestaba con un 'okay', pero tampoco la quería obligar a hablarle. Después de todo, era la primera vez que trataba con Gretchen sin poción de por medio.

[Gretchen Crowley]

Ojalá alguno de los dos dé el primer paso en demostrar que le encanta comer, así ambos se pueden pasar toda la fiesta devorando delicias sin culpa.

"¿Porque es rojo?" preguntó sin pensarlo. Estaban en una fiesta de San Valentín, al parecer todo debía ser rojo. Desde las mejillas de las santurronas como ella o Alice, hasta las bragas de las devoradoras de hombres como Dora o Zelma.

Y todavía no entiendo del todo por qué Gretchen lo invitó, en serio. Quizás fue porque estaba segura de que le diría que no, y en ese caso ella le habría pedido disculpas y le habría repuesto el melón que le había hecho romper. El plan había sido, dentro de todo, apuntado hacia las disculpas más que hacia una cita. Pero Alice se había apresurado y no le había dado tiempo a darle el melón para llevar junto a la nota, y Mason había aceptado.
Gretchen era, claramente, víctima de sus propias ideas. Pero va a hacer lo posible por pasarla bien, lo juro.

[Mason Storstrand]

Se rió, encontrando muy graciosa la ocurrencia de Gretchen. ¡Tendría todo el sentido del mundo si elegían ofrecerles jugo de sandía por el color más que cualquier otra cosa! Aparte era invierno, sería súper especial si les ofrecían sandía.
"Tu pelo queda perfecto para este baile, entonces" le dijo con una sonrisa, y si no fuera porque le habían avisado que ella estaba en cuarto año y no en segundo, le hubiera apoyado una mano en la cabeza. Pero no, porque Gretchen es una pequeña dama y había que tratarla como tal. "¡Ah!" exclamó, volviendo a mirar la mesa con comida. Perdón, se distrae con esas cosas.