La casa amarilla

[Dmitriy Tsyolkovsky]

Jifelpof, no. Julpoffets, jajaja. No, ya. ¿Huffpoff? Hufflepuff... Leyó nuevamente para recordar bien el nombre de su casa. Estaba practicándolo porque ya estaba bueno. Dos semanas y todavía no se lo aprendía, tenía que estar mencionando a la casa amarilla. ¡Ya parecía burla! Al principio fue por rebeldía, porque la verdad no le importaba, pero ahora ya era el colmo.

Levantó la vista por un momento, también necesitaba un minuto de descanso, estaba sentado en uno de los sillones individuales de la sala, cerca de la chimenea. Le parecía tan chistosa la sala común de Hufflepuff, era como estar viendo la madriguera de un tejón. La hiedra y los dientes de león le recordaban las múltiples plantas que decoraban su casa en Rusia. Por cierto que recordarla no hacía que se sintiera mal, al contrario se sentía como en ella: agusto; huir de Rusia no era huir de su casa, si no de los problemas que se generaban en ella. Pero lo que más le gustó de ese lugar, fue el permanente sol que abrigaba con su calor... en Durmstrang siempre había sol pero daba igual, era como no tenerlo por el intenso frío.

[Veselko Tsolov]

A Veselko le pasaba exactamente lo mismo, la verdad. De las cuatro casas que había en Hogwarts, les había tocado la más difícil de pronunciar, por lejos. Uno podía hacer asociaciones relativamente sencillas con las otras casas (Griffin-dor, Slither-in, Raven-claw), ¿pero qué demonios era un Huffle-puff? ¿Cómo se suponía que recordase tal nombre? Era un abuso obvio hacia los extranjeros, Dmitriy, que no quepa duda.
Entró a la sala común con las manos llenas: sobre un pergamino en blanco sostenía unas diez galletas, todavía tibias, que le había pedido a una chica de quinto que por favor compartiera con él. Totalmente fingió estar famélico, no comprender social cues, y que la duda significaba que podía llevárselas. Le agradeció tan efusivamente que la chica no pudo más que frustrarse un poco en vez de enojarse con él, por lo que era una victoria.
Enseguida divisó a Dmitriy, con quien no tenía problemas en compartir su botín. "May I take this seat?" preguntó casi burlándose del inglés formal que ni de casualidad iba a usar en la vida real, señalando con la cabeza al sillón que estaba junto al de su compañero.

[Dmitriy Tsyolkovsky]

¡Demandemos a Helga Hufflepuff! O más bien a sus parientes, por tener apellidos tan raros. Y luego uno es el del apellido raro e impronunciable...

No, no, no, no, nooooo, ¡a mi ni me hables en inglés! Hijo de sushi, banshee y demás especie celta. Rió por la frase, enfocando su vista en las galletas. ¿Bueno, qué los de Durmstrang somos como niños de hospicio o qué demonios? "Of course" respondió interpretando la misma burla "If I take one of those", y señalando el objetivo. ¡O sea! Seguro saliendo de Hogwarts iba a pesar unos 20 kilos más. Había comida para hastiarse. Por cierto, buena la de hacerse el famélico; le daría Me gusta, pero no existe el Facebook aquí. Retiró lo que estaba leyendo para colocarlo en la mesa contigua, reacomodándose en su lugar para alcanzar las galletas de Veselko. Por cierto, ¿en qué idioma se hablaban mejor, en búlgaro o en alemán? Porque ruso, pues no. Y serbio, menos.

[Veselko Tsolov]

Pues yo creo que alemán, si es que es el idioma en el que suelen comunicarse los alumnos en Durmstrang. De todos modos me imagino que los que no tenían alemán de lengua materna solían mezclar palabras de otros idiomas, pero supongo que estos estudios en lingüística son un tanto irrelevantes cuando nos toca escribir en español.
"Why, of course" dijo, acercándole el pergamino con las galletas. Pucha, si Durmstrang no era un hospicio seguramente estaba cerca para los de la estrata más baja, me imagino. Y hasta ahí llegó su capacidad de hablar English. "La cantidad de comida disponible que tiene esta gente es ridícula" comentó alegremente.

[Dmitriy Tsyolkovsky]

Tenéis toda la razón, mi querido amigo. Hablemos alemán entonces. Cuando escuchó la última frase en inglés frunció el ceño. -¿Qué dijoooo?- Pero cuando escuchó el otro idioma, decidió mejor tomar las galletas y ya, ¡¿qué iba a estarse metiendo con los amigos?! "Eso nos pasa por vivir en el pico más alto de Europa, no llega la comida hasta allá" contestó risueño llevándose la galleta a la boca. Oye, no estaban mal ¿eh? Buen sabor. Me cae que sí se quedaba en Inglaterra.

[Veselko Tsolov]

Sonrió de costado, llevándose una galleta entera a la boca para apenas masticarla antes de tragar. A él no le molestaba en absoluto que pensaran que venían de una escuela abusiva: Veselko consideraba que la atención dada por lástima valía exactamente lo mismo que cualquier otra. Aparte no se iba a ofender si alguien se ofrecía a hacerle la tarea, por ejemplo.
Cuando hubo tragado, se pasó las manos por el sweater para deshacerse de cualquier migaja. "Creo que nunca te pregunté, pero ¿por qué elegiste venir? Siempre te fue bien en Durmstrang" soltó, agarrando otra galleta.

[Dmitriy Tsyolkovsky]

Imitó a su amigo con eso de las migajas, sacudiéndose la sudadera. ¿Pues qué eran esas galletas, polvorones o qué? Pero en vez de limpiar el migajero hizo una mancha en su sudadera, pfff, que tampoco brillaba de limpia ¿verdad?, pero vaya que era castrante. -Guvno!- talló fuertemente con el dedo. Bleh. Luego la quitaría con magia. Alzó la mirada para ver a Veselko. -¿Eh? ¿Por qué elegí venir?- "Ahm... ", ¡buena pregunta! ¿Pero cómo te explico sutilmente que viene huyendo de Rusia? "A veces dan ganas de huir de lo que estás acostumbrado para disfrutar de nuevas cosas, y creo que eso me pasó a mi". ¿Sí le contó alguna vez de su prometida o sirve como next topic? Bajó la cabeza un segundo y estiró nuevamente la mano para tomar otra galleta y meterla completa a su boca. Gracias, no más migajas.

[Veselko Tsolov]

Asintió, pensativo. A Veselko siempre le había dado la impresión de que la mitad de Durmstrang consideraba que ir de intercambio a Hogwarts era una pérdida de tiempo, era como rebajar de nivel; mientras que la otra mitad lo consideraría un honor. Pero esa era su impresión del alumnado, después de todo era incapaz de hablar por todos y cada uno de sus compañeros de escuela (porque algunos ni le dirigían la palabra, y a otros no les entendía ni aunque intentaran conversar). Por eso preguntaba, porque no sabía qué razones tenía Dmitriy, que era un buen tipo.
"Disfrutar de nuevas cosas..." repitió. "¿Me estás diciendo que vienes a disfrutar de la carne inglesa?" preguntó en broma, entrecerrando los ojos como si lo estuviera acusando. ¡Bromeaba, bromeaba! Imagino que estando en Durmstrang no llegaron a hablar tanto, por lo que quizás ni sabe lo de la prometida. O sabe lo básico, que está comprometido, pero no que la prometida no le va ni de casualidad. ¡Como gustes!

[Dmitriy Tsyolkovsky]

No eres el único, también a Dmitriy le costaba trabajo conversar con los compañeros que no dominaban por lo menos el alemán. Es que cómo te comunicas con alguien que habla... no sé ¡¿turco?! Rió por el comentario, porque no era del todo mentira. Fue uno de los factores que intervinieron en su decisión, pero en un bajo porcentaje. "Algo así, ¿a poco tú no disfrutarías de algo totalmente diferente?", qué tal si las chicas hasta se mueven diferente... ¡Uno qué va a saber! Hay que experimentar, mi querido Veselko. Te lo recomiendo.

[Veselko Tsolov]

Dejó escapar una risa breve, tentado de mirar alrededor a ver si había alguien que encajara con la descripción: una chica totalmente diferente. ¿Y si era británica una cuyos ancestros habían hecho cosas raras con los centauros, y ahora tenía una retaguardia de tamaño anormal? ¡Había que tener cuidado!
"Bueno, no voy a decir que no, ¿para qué mentirte?" comentó, todavía risueño. "Lo único que espero es que sea más fácil aquí" alzó las cejas, porque no estaría mal que las chicas fueran un poco menos complicadas. Es decir, Dmitriy estaba como estaba, ¿pero Veselko? Si no fuera por sus hermanos no hubiera aguantado solo los primeros años en Durmstrang si es que el bullying era tan normal, y aparte de eso su apariencia no era la del típico northern-European. En Durmstrang llevaba las de perder, pero aquí... estaba por verse.

[Dmitriy Tsyolkovsky]

No olvides que los Dursmtrang buscamos más una mitad veela, que mitad centauro. Pero tienes razón, hay que ser precavidos. No queremos que en la familia luego salgan cosas como el profesor de Encantamientos que tiene antecedente duende. ¡¿Te imaginas juntarte con una mitad-elfa?! Que si es como Liv Tyler me quedo callado.

Veselko, las mujeres aquí y en China son complicadas. Que no te dé esperanzas el hecho de cambiar de país. "No te ilusiones mucho ¿eh? Me han dicho que las inglesas, sí, OK, son dóciles y divertidas, y entran fácilmente en el juego, pero sólo si les gustas y eres educado con ellas", ¡o sea, el experto! Neh, lo leyó por ahí. "Sólo espero que no haya marimachas como en Durmstrang", continuó ingenuamente ¡como si en todos lados no se cocieran habas! Además, Dmitriy es rubio por accidente, antes la vida no era tan fácil.

[Veselko Tsolov]

Claro que se acordaba del accidente de Dmitriy, especialmente porque un alumno que en esa época estaba en séptimo casi se dueleaba con su mejor amigo de la bronca: Dmitriy había salido casi hasta victorioso del accidente de esa clase de Pociones, mientras que ese chico (de la estrata más baja, por lo que llevaba una vida de resentimientos) había perdido las cejas y el lóbulo de la oreja izquierda en clase una vez.
"Marimachas" repitió, porque era una palabra que nunca le salía pronunciar en un intento y siempre se la olvidaba. "Bueno, si alguna marimacha se te acerca, no me ofendo si la guías hacia mí" agregó, como si estuviera haciéndole un favor al mundo. ¡Traedme vuestas marimachas, vuestras dientonas, vuestras planas, incluso a las leprosas! No, momento, a las leprosas mejor no me las traigas.

[Dmitriy Tsyolkovsky]

Pero el chico recuperó el lóbulo de la oreja ¿no?, si hay pociones que recuperan huesos, que no recuperen orejas. Por cierto que Dmitriy dominaba el alemán desde el tercer año, así que no tenía problemas.

Rió por el comentario ocurrente de Veselko. "No te voy a dejar las sobras, amigo" ¡o sea, otro acomplejado! Óigame no. "Te presento a las grf... gref, eh... unas de rojo con las que conversé en clase ayer" malditos nombres raros. Hogwarts raro. Le sonrió mientras se reacomodaba en su asiento. Si es posible, Dmitriy agarró otra galleta. ¡Ahora ya tenía sed! Aunque una de quinto de su misma casa le dijo en la mañana que la cocina estaba cerca de Hufflepuff.

[Veselko Tsolov]

Y si no hay? Es decir, no que George Weasley quedó con una sola oreja? Quizás los huesos se pueden volver a hacer crecer, pero no ciertas partes del cuerpo, como orejas y... ojos, supongo. No sé, nunca recuerdo los detalles de los libros.
"Por favor" aceptó con tranquilidad, porque uno nunca rechazaría el hacer nuevas amistades con chicas de rojo. Bah, con chicas de ningún color, no vamos a ponernos en delicados ahora, a esta altura del partido. "Cuál es la edad mínima, por cierto?" preguntó. Carraspeo, carraspeo.

[Dmitriy Tsyolkovsky]

Bueno, punto, preferible no discutir temas cannon.
El carraspeo lo interpretó de múltiples maneras mi querido Veselko, sé más específico. "¿Edades? " Había edades para todo. "Yo digo que desde que alcanza el picaporte de la puerta..." y rió a carcajadas. Albur, señores. ¡Albur! Y comencemos: "Y si puede cargar al animal" enfatizó "también". Volvió a reír agitando los hombros fuertemente. Lo desataste Veselko. Pero... ¿o no lo que dijo Dmitriy?