La casa amarilla

[Veselko Tsolov]

Se llevó ambas manos a la cara para cubrírsela mientras pretendía derretirse en el asiento mientras exclamaba "¡Stefkaaaa!" como quien estaba teniendo una visión celestial orgásmica.
Le dió una palmada al almohadón con ambas manos (como seguramente Dmitriy había palmeado el perfecto derriere de Stefka en algún momento) para dejarse la cara al descubierto, para enseñarle lo placenteramente envioso que estaba.

[Dmitriy Tsyolkovsky]

Oh sí, Stefka podía verse o muy ñoña o muy tierna o muy sexosa, pero en todas sus facetas siempre se veía muy bien, y sin ropa se veía mucho mejor, ¿o no, Veselko? Porque Dmitriy asume que su amigo ya le metió mano, es decir, ¿quién no le metió mano a esa mujer en el Instituto?

Dmitriy esa noche de fiesta no perdió la oportunidad y salió de la friend zone en la que Stefka lo traía desde hace rato. Esa odiosa zona que tanto le molestaba. "Y tiene unas..." hizo un ademán con sus manos como si estuviera agarrando dos naranjas "... y un..." y, bueno, también hizo el mismo ademán pero como si estuviera agarrando ahora melones. El hormigueo que sentía creo que empezó a incrementar.

[Veselko Tsolov]

Pues Veselko nunca le había metido mano ni lengua a Stefka, la verdad. Una vez, cuando estaban en quinto año, ella lo había besado: uno de esos besos castos en la boca que no van a ningún lado, y había sido más en agradecimiento por escucharla que por otra cosa. Veselko ya ni se acordaba de qué había hablado la rubia, pero definitivamente no había ido donde Dmitriy había llegado a conquistar y plantar bandera.
"Noooooooo" dijo dramáticamente en voz baja, mirando a su amigo con una de esas sonrisotas imposibles de quitar. "¿Es toda sensible o...?" preguntó en voz baja, como si no debiera.

[Dmitriy Tsyolkovsky]

Veselko tan lento, ese día la hubiera terminado de besar bien en vez de dejar que sólo ella lo hiciera. ¡Zape!
"¿Tú qué crees?" le comentó de forma confiada torciendo un poco el cuello hacia un lado, recordando aquellas imágenes sobre el lavabo y la taza... y... otra cosa que no recordaba bien qué era. Soltó un fuerte ja y continuó: "Casi rompemos el lavabo" porque todo lo que hizo con ella lo recuerda y muy bien, no estaba tan perdido en el alcohol como otros.

[Veselko Tsolov]

¡Pero es que Stefka siempre le había dado la impresión que era el tipo de mujer que jamás estaría interesada físicamente en él! Y lo último que quería Veselko era mostrarse muy dispuesto para que ella lo dejara a media asta y se le riera en la cara.
"Te odio tanto, Tsyolkovsky" dijo animadamente, como si fuera un halago. Stefka así toda apasionada y dejándose hacer de todo estando en todas sus facultades... era definitivamente una fantasía (hecha realidad, para ciertos Dmitriy que conozco).

[Dmitriy Tsyolkovsky]

Tsk! Stefka nunca le da a enteder eso a los hombres, tu eres el que falló ahí. ¡Zape! Y no era la primera vez que le decían que lo odiaban, así que ya estaba acostumbrado y su única constestación fue reír. "¿Dónde estabas tú?" preguntó para no continuar dándole más pretextos a su amigo para dejarle de hablar. Tampoco era para estar presumiendo sus anécdotas sexuales, sólo los triunfos.

[Veselko Tsolov]

Yo creo que deberías darle los zapes en persona, Dmi, sino él nunca va a aprender. Eso sumado a que se saltaba la friend zone para irse a la de los brothers explicaba bastante la dificultad de Veselko por portarse tan mal como debía.
"Las Ignatyeva me invitaron un trago" dijo como si lo lamentase. Las Ignatyeva eran unas gemelas de Siberia, zufrieden las dos, y problemáticas como ellas solas. "Un trago se convirtió en cinco, y empezaron a discutir entre ellas, y..." exhaló por la nariz ruidosamente. Pasaban de mejores amigas a enemigas en tres segundos, esas dos, y Veselko había quedado en el medio tratando de que no se arrancaran el cabello una a la otra, como fieras salvajes. Fieras salvajes sin líbido.

[Dmitriy Tsyolkovsky]

¿Unas gemelas? ¿Se quedó con gemelas y no aprovechó la oportunidad? Ahora sí te va a dar unos zapes, y muy buenos. "Las Ignatyeva" elevó una ceja muy en alto porque tampoco estaban tan mal las chicuelas, sólo que sí tenían fama de problemáticas. "Hmm" comenzó pensativo para seguir con la pregunta del millón: "¡¿y no pasó nada entre ustedes tres?!" y lo dijo muy quitado de la pena, como si fuera algo normal entre caballeros, pero sí con un poco de incredulidad. ¿Gemelas y sólo se quedaba platicando con ellas?, ¡¿durante esa asquerosa y loca fiesta?! Que desperdicio de tiempo...

[Veselko Tsolov]

Me pintó la duda, ¿eran gemelas o mellizas? Bueno, casi que es irrelevante para ilustrar la estupidez de Veselko.
"¿Qué va a pasar si se la pasaban peleando entre ellas?" dijo con amargura, pasándose una mano por la nuca como para reprimir el recuerdo. Todo iba bien cuando ellas le habían empezado a regalar besos entre trago y trago, pero de verdad es que ellas buscaban la mínima razón para comenzar a discutir y pelearse. Él era un idiota por haberse pensado que algo de alcohol mejoraría las cosas entre las Ignatyeva. "Me amargo, Dmi, me amargo" dijo en broma, tratando de olvidarse.

[Dmitriy Tsyolkovsky]

Negó con la cabeza y se reacomodó en su lugar. "Es urgente, mi amigo" inició su comentario con un dejo de preocupación, mirándolo fijamente. "Urgente que te de unas clases para tratar con mujeres problemáticas" no que Dmitriy fuera un excelente docente pero sí uno con mucha experiencia en el ramo. "Porque no puedo permitir que dejes pasar oportunidades así en tu vida, Tsolov" hasta parecía su padre. Oh, no, eso le recordaba a su padre. Todo es culpa de Veselko, ¿gemelas y no terminar con por lo menos una de ellas?

[Veselko Tsolov]

Suspiró audiblemente. "Problemáticas, normales... necesito entender cómo es que funcionan las mujeres en general" confesó, hundiéndose en el sillón otra vez. Al menos Hufflepuff no tenía escasez de almohadones y superficies mullidas donde Veselko podría enterrarse y morir en comodidad.
"Soy demasiado flojo como para andar de conquista" admitió, mirándolo con curiosidad. ¿A Dmitriy se le tiraban encima todas las mujeres o tenía que hacer un esfuerzo para irse a los besos?

[Dmitriy Tsyolkovsky]

Las dos, porque por lo general se te echan encima las que no te gustan y las que sí tienes que hacer un esfuerzo. "Esas son ganas de..." pero ya no dijo nada, sólo negó con la cabeza a modo de decepción, tapándose los ojos con la palma de su mano. "Más bien tú quieres que todas vengan a ti. No mi hermano, eso no pasa en la vida real. Tienes que cazar, CAZAR, como los animales en la selva. Si no te me vas a quedar virgen toda la vida" porque eso le hiciste suponer, Veselko. Ojo con lo que dices.

[Veselko Tsolov]

Lo miró sorprendido, porque Dmitriy le había leído la mente: exactamente lo que Veselko había querido en la vida era simplemente quedarse ahí sentado hasta que alguna lo cazara a él. Y voy a culpar a su familia, porque si no lo hubieran mimado tanto seguramente Veselko haría las cosas por sí solo en vez de esperar a que le caigan encima.
"¿Ni una cogidita de lástima antes de morir, nada?" preguntó en tono suplicante, totalmente en broma. Qué asco si Veselko a sus 88 años le pedía un revolcón piadoso a su enfermera.

[Dmitriy Tsyolkovsky]

Sólo que la enfermera que estuviera cuidándote se apiadara de ti hasta el final de tus días. Pero no, no pasan esas cosas, Veselko. Así que ya bájate de tu nube. "Sólo que te encuentres a una muy desesperada" que las había, déjame te digo, pero no eran tan hermosas como uno se imagina, con tetas enormes y trasero grande. Más bien todas flácidas, porque ya a esa edad, pues, no. Dejó caer su cabeza sobre la palma cuyo brazo previamente había colocado estratégicamente sobre el descansa brazos. Veselko cada segundo que pasaba le sorprendía más.

[Veselko Tsolov]

Se rió, despreocupado por su horrible futuro a largo plazo. Claro, se reía ahora, pero dentro de unas décadas cuando la única que estuviera dispuesta a tirársele encima fuera una octogeniaria más parecida a una pelota desinflada que a una de las gemelas Ignatyeva...
"Quizás cuando uno de mis hermanos se vaya para el otro lado" quiso decir que uno de sus hermanos se muera, no que se admita de homosexual, pero da igual "puedo hacerme el tradicionalista y demandar que me corresponda a mí hacerme cargo de su mujer".