En el lugar y el momento equivocado

[Marlow Hamilton]

Marlow... quién sabe dónde estaba. No, en serio, no voy a relatar en donde estaba, porque no tengo ni la menor idea (¡a la mensa se le olvidó enviarme la notificación!). Lo que sí sé es cómo estaba la sala común de Hufflepuff en esa buena tarde del sábado: tranquila y apacible. El lugar perfecto para apachurrarse en un sillón y dormir puesto que, al parecer, se habían puesto de acuerdo todos para ausentarse. ¿Estarían en el gran salón, viendo un partido de Quidditch?... ¡no lo sé! Já, tampoco me avisaron. De la que sí poseo conocimiento es de una tal Jane Duvall. Ya saben: una muchacha bella, alta, el cabello peinado en chongo y las facciones finas. Estaba bajando las escaleras del dormitorio femenino. Armada de una gorda mochila y la prisa impresa en la cara. Creo que se disponía a abandonar la sala.

[Marlow Hamilton]

¿Con las mujeres grandes? ¿En serio? Huy, pues a ver si ahora no se llevaba una decepción al respecto, porque Jane podía lucir tan hermosa y fina como la mismísima Jane Bennet de Orgullo & Prejuicio, pero seguía siendo una humana con necesidades mundanas (y tú, no te hagas Jenkins, que seguro te habría pasado alguna vez... ¡también a Marlow!). Como en ese momento, que aprovechando que iba de salida y la ventaja del desplazamiento (por lo cual su pedo se esparecía en línea y olería de manera menos intensa), liberó una muda flatulencia al caminar. ¡Claro que hizo esto antes de caer en cuenta que estaba por ahí Max! Si no lo saludó o algo, no fue porque no lo reconociera, sino porque por una buena razón que ustedes comprenderían, aceleró el paso y se perdió tras la puerta de salida. Ni ella ni nadie estaba consciente de cuán potente había sido el pedo: en unos instantes lo averiguaríamos.

Dependiendo de si Max moría al oler el asunto, Marlow saldría del dormitorio femenino, o no (ni modo, a él le tocó la horrorosa tarea de catador, já). ¡Ah! Sí, porque ahí estaba ella. Casi lista para salir. ¿No se escuchaban unos pasos más? Estaba poniendo pie al final de las escaleras.

[Marlow Hamilton]

((LOL))

Marlow bajó las escaleras trotando, lista para recuperar el libro que había dejado olvidado en un sillón. Y aunque no le pareciera bonito que Jenkins la recibiera de esa forma (¿estaba poniendo esa mueca por ella? Pffff), lo saludó tan sencillamente como acostumbrado, "hey" dándole enseguida el perfil al girarse hacia el sillón, donde se supone que estaba su libro: no lo veía, ¿se habría equivocado de sitio?. Estaría distanciada como a dos, máximo tres pasos de él. Al quedarse pensando en una alternativa distinta para su búsqueda, "..." percibió cierta estela en el ambiente.

[Marlow Hamilton]

¡Guácalaaaa, Jenkiiiiiiiiiiiins! ¿Cómo pretendías relajarte tras una bomba como esa? Yo que tú hubiera corrido, ¡hubiera aleteado la revista para que sus páginas orientaran el olor a otra parte! Le habrías ahorrado a Marlow la natural sospecha sobre quién había sido el responsable del asunto: porque el pedo no había terminado de surtir efecto en el área, comenzaba ahora a concentrarse por donde ellos estaban y, permítanme decirles, era un pedo de alta categoría. ¡¿Y QUIÉN ERA EL ÚNICO PRESENTE EN LA SALA, APARTE DE ELLA?! "........." volteó a verlo, concluyendo lo peor. ¡Pero qué bruto! ¡Qué intensa flatulencia los rodeaba! En unos segundos más armaría el escándalo.

[Marlow Hamilton]

((No hay problema <3))

¿O sea que, para él, ni Kitty ni Mina ni se echaban pedos... o más bien eran lo suficientemente finas como para tirárselos en privado?
Marlow reaccionó a su apellido, "..." aunque no de manera verbal, sólo exaltando su expresión de escandalizada y acercándose una mano a la cara, amagando con taparse la boca en la cual iba imprimiéndose una sonrisa. De esas que te salen nerviosas, antes de reír. "¡MAX!... ¡pero qué bárbaro! ¡ME HUBIERAS AVISADO!" -¡¿qué demonios?!- ¡tan decente que se veía él!. Comenzó a mover una mano delante de sí, frenéticamente, en el gesto más antiguo de ahuyentarse olores indeseados que aleteaban alrededor. Bien podría tomarse como que estaba ahuyentando moscas. Pero toda una jauría de moscas. Wow, ¡¿pero qué demonios habría comido Jane?!

[Marlow Hamilton]

((Ouch :( bueno))

Pfff, en defensa de Jane: sería el primero y último pedazo que se tiraría en Hogwarts. Marlow se movió de un lado para otro, persistente en el gesto de manos e inquieta porque el olor había abarcado más de lo que ella creería razonable. "¿Estás loquito o quéee? No te hagas," de repente la atacaba una risa neurótica, "...¡la sala! Cómo la fumigaste, grandísimo... pffff, ¡grandísimo pedorro!" se quedó quieta en un sitio cuando pudo taparse la nariz con ambas manos. Por algún extraño motivo, lo que le provocaba el asunto competía entre asco y risa. Jamás de los jamases había olido un pedo como tal.

[Marlow Hamilton]

¿Marlow? Nada más un poco exagerad---isisisisisisisisisisiSÍSIMA. Nada más.
Miró a Max por encima de su nariz cubierta, ademán que también le cubría la boca; no tanto como para que no se notara la risa que le dio que dijera eso: ambos extremos de su boca se estiraron al máximo. ¡Qué frase más clásica! Como el niño que estando al lado de un plato con migajas, y con la cara cubierta de chocolate, se le ocurre decir que ÉL NO SE COMIÓ EL PASTEEEL... ¡¡¡POR FAVOR!!!. "¡¿Cómo no?!" el ceño que le dirigió no duraría tanto, pues tuvo que torcerse al frente para quejarse asqueada, "aaaaaaagh...", porque para hablar había tenido que descubrirse la cara (por ende nariz) y, bueno: inhalación de olorrrr.

[Marlow Hamilton]

Su vista siguió, naturalmente, hacia donde Max apuntaba. Por la enjundia de él al halagar, habría esperado una explicación inmediata "....." cuál va siendo su respuesta que le estaba señalando nada más y nada menos que un espacio de aire. ¿DE QUIÉN ESTABA HABLANDO? ¿Alucinaba ahora personas o qué? Regresó la vista hacia él, de un incrédula que debía notársele. Evidentemente, no le creyó nada. ¡¿La culpaban?!

[Marlow Hamilton]

((:D :D :D U RULEEE!))

Se le acentuó la cara que debía ir en la definición de diccionario para DUUUUDE, wtf. Si tan sólo estuviera Jane lo suficientemente cerca como para escuchar sus pasos alejarse (¡de pérdida!), pero no, la cobarde había huído. Ya debía estar bajando las escaleras, mucho muy lejos de ellos. "¿Quién?" tenía que preguntarlo. Max era el niño que le señalaba a su papá entusiasmadamente la jaula vacía de un zoológico diciéndole '¡tómale foto a ese! ¡Tómale foto a ese!', y el pobre cargando la cámara y los bombones y la mochilita de todos. ¿Pero de quiéeeeen estaba hablando? Qué desesperante.

[Marlow Hamilton]

Y Marlow hubiera aparecido en escena para comérselo a besos. No sé por qué demonios aparecería Marlow mágicamente en el zoológico, pero la situación, imaginada así, me causa demasiada, demasiada, demasiada ternura.
Max estaba pero loco si pensaba que el cuento se lo iba a tragar ella tan fácilmente. Resaltó los ojos y bajó las cejas, la expresión cargada de incredulidad. "¡¿Cómo crees que va a hacer eso?!" estaban hablando de la misma Jane, ¿verdad? ¡Nadie con una cara más angelical que ella! "¡Jane es una dama!" lo señaló acusativamente con el dedo índice, a modo de 'tú, difamador, ¡no me engañas!'.