Hurto a pleno día

Mensaje por **Clifford Solomon** » 07 Mar 2010 23:10

Clifford tenía la suerte de que con su cara de pocos amigos generalmente se libraba de toda situación de abuso escolar. Era lo más normal del mundo que los Hufflepuff fueran las víctimas, y sin embargo él llevaba, hasta la fecha, dos incidentes mínimos en su haber. La gente que no lo conocía asumía que su expresión vacía era una señal de sociopatía (aunque Clifford solamente se hacía cargo de la mitad de los síntomas, el resto no podría estar más alejado de su realidad) homicida.

Nadie le creería si decía que, dentro de la Sala Común de Hufflepuff, alguien acababa de quitarle su pergamino con la tarea terminada. Porque claro, los Hufflepuff se supone que son más buenos que el pan, ellos son trabajadores y honestos, ¿no será que lo perdiste? No. No lo perdió, porque ahí mismo, sentado sobre uno de los sillones, estaba el ladrón, mirándolo fijo a los ojos. ¿De qué le servía ahora su cara de nada?

Clifford se puso de pie, alejándose de la mesa donde tenía el libro donde estaba haciendo la tarea. No dejó de ver al ladrón, que parecía hasta sonreír con su pergamino entre los dientes, moviendo la cola entretenido. ¿Qué demonios tenía ese gato contra él?

Mensaje por **Clifford Solomon** » 07 Mar 2010 23:32

Clifford apretó los labios dando un paso hacia atrás, como si ahora se encontrara asustado al recordar que los gatos tienen dueños cuando vio a Sidonie hablarle al gato (que él todavía no reconocía como hembra).
No le costaría nada acercarse y ofrecerle ayuda a su compañera, porque sería lo más normal del mundo, el problema era que el gato seguía teniendo de rehén su tarea. La tarea que le había costado hacer, y que de verdad no tenía el tiempo para re-escribir. -¿O sí tengo?- reconsideró. Pero no, no tenía. Habría que armarse de valor.

Mensaje por **Clifford Solomon** » 07 Mar 2010 23:53

Tomó aire por la boca y caminó los mezquinos pasos que lo separaban de Sidonie, del sillón, de su gata y de su tarea de Runas Antiguas.
Miró el chocolate en el piso, y tuvo momentáneamente la desquiciada idea de que el chocolate era una trampa para el dueño del pergamino, y no para el gato. Lo cual no tenía sentido, por supuesto, Clifford lo sabía. Y aún así, tuvo que esforzarse para dejar de pensar en eso y aclararse la garganta.
"Disculpa, tu gato..." señaló el sillón. La claridad hecha persona, Clifford.

Mensaje por **Clifford Solomon** » 08 Mar 2010 00:08

Frunció muy levemente el entrecejo, casi como un espasmo de segundos, mirando a su compañera. Sabía que tenía que decirle que no se preocupara, que podía esperar, pero ahora que había vuelto a bajar la mirada hacia el chocolate no podía pensar en otra cosa.
Otra cosa que seguramente era irrelevante, y que debería guardarse, porque ¿a Sidonie qué le importaba lo que estaba a punto de decirle? Lo que le tocaba era despreocuparla, o darle ánimos, u ofrecerse por ella a recuperar algo que, a fin de cuentas, era suyo. Pero no.
"Los gatos no tienen las papilas gustativas para sentir el sabor dulce" se le escapó de la boca, con su rostro impasible y relajado que no mostraba que por dentro se quería patear por lo que salía de su boca. "Pero generalmente comen cosas dulces de todos modos" agregó.

Mensaje por **Clifford Solomon** » 08 Mar 2010 00:27

Clifford se mordió el interior del labio inferior, porque si no podía callarse pensando y mandando la orden a su cerebro, iba a hacer lo posible para complicarse la función fisiológica lo más posible. De poder, se ataría la lengua.
"No" respondió, como si él también tuviera la capacidad de asegurárselo. De todos modos tenía que pretender que no le molestaría que se quedara sin su tarea, porque ni modo preocuparse y hacerla sentir más culpable a Sidonie. "¿No tienes una...?" hizo un gesto con las manos, como si estuviera midiendo un fideo desde su centro hasta las puntas.

Mensaje por **Clifford Solomon** » 08 Mar 2010 00:46

Es que habían muchas cosas que entraban en la descripción mímica que hizo Clifford. No estaba pensando en una varita, pero sí, seguramente serviría. No quería rechazarle la idea, especialmente cuando no sabía si podía llegar a funcionar.
"No, está bien, yo tengo la mía" dijo, sacando la propia del bolsillo. Y él sabía que había riesgos en usar la varita, especialmente para él, porque no pensaba poner su bienestar por sobre el de la mascota de su compañera. Se agachó, con la varita en mano (la punta en su palma, el mango en dirección al sillón) y la apoyó contra el piso. La movió de lado a lado. Hubiera sido más fácil y menos peligroso usar una cinta de cabello o un cordón de zapato, pero Clifford tiene problemas.

Mensaje por **Clifford Solomon** » 08 Mar 2010 01:08

Clifford sabía que pedir cosas específicamente eran más fáciles, pero también le parecía que era algo muy de mandón, y como no tenía autoridad alguna sobre Sidonie no quería que ella lo malinterpretara. Lo sé, es él el que malinterpreta como funciona el mundo.
Siguió moviendo su varita, rogándole a Helga Hufflepuff en su inmensa bondad que no se escapara ningún encantamiento de la punta de la varita (que apuntaba hacia él) mientras seguía moviéndola contra el piso, distrayendo a la gata. Miró a su compañera y asintió con la cabeza, moviéndose un poco hacia atrás, todavía jugando con el animal.

Mensaje por **Clifford Solomon** » 08 Mar 2010 01:27

Clifford le devolvió la sonrisa a Sidonie, viendo que había recuperado exitosamente su pergamino. E imagino que en esta parte cualquier humano se iba a poner de pie y dejar de jugar con el animal, pero Clifford no podía, porque... no sé, se le hacía cruel. Había engañado al animal, le había sacado su pergamino (su pergamino) ¿y ahora lo iba a dejar en el medio del juego?
Suspiró, alejándose un poco más hacia atrás, todavía moviendo la varita frente a sí para el entretenimiento gatuno.

Mensaje por **Clifford Solomon** » 08 Mar 2010 01:48

Clifford agradecía totalmente que su pergamino estuviera a salvo, pero él quería ser relevado de la labor de entretenimiento de felinos delincuentes. Y no podía hasta que recibiera una orden directa.
O, bueno, acaban de avisarme que también se detendría si le arañan un dedo. Clifford soltó su varita, retrajo la mano y escondió el dedo lastimado dentro de un puño que apretó. Estaba disimulando lo obvio, porque no quería decirle nada a Sidonie.

Mensaje por **Clifford Solomon** » 08 Mar 2010 02:03

((Ya me voy a dormir, disculpa. Y gracias por el thread))

No alzó la vista para ver a su compañera, pero tampoco podía mirar la varita, porque se vería extraño que no la tomara. Y no quería confirmar que se había lastimado con su mascota. Por más que ella lo supiera y que todo el mundo viera la obviedad.
"No es nada, no..." ahora sí la miró, tratando de ponerse lo más serio que podía "no te preocupes, porque no es nada" repitió, con seguridad. Créetelo y te lo creerán, no le pasó nada en el dedo.

Mensaje por **Clifford Solomon** » 09 Mar 2010 22:50

Clifford casi que consideró, después de pensarlo lo mejor que pudo en el tiempo que tenía, mostrarle la mano para evitarle a Sidonie todo tipo de culpa y resposabilidad. ¡Pero eso no ayudaría! ¿Mostrarle un dedo ensangrentado (es que hay que exagerar) iba a hacerla sentir mejor, cómo?
"No..." dudó, ¿cómo explicarle las cosas sin terminar enredándose él? "No estoy mal" y de acuerdo, ella dijo mejor y no bien, lo cual sí daba lugar a que él estuviera bien y... ¿cómo era eso de no enredarse? Imposible. "Es decir, eh" negó con la cabeza.

Mensaje por **Clifford Solomon** » 14 Mar 2010 00:45

Bajó la vista al suelo, donde Sidonie había dirigido su mirada. Clifford puso una expresión de incomodidad, ¿qué tenían los gatos con él, que siempre lo atacaban? Eran como pequeños humanos peludos bipolares. "Lo siento" ¡lamentaba estar ensuciando la sala común, incomodando a Sidonie! Se llevó el dedo a la boca, siendo la primera opción que se le ocurrió. Al menos ahora no gotearía, y en segundos se le cicatrizaría el cortecito, esperaba. Y ahora no podía hablar porque tenía un dedo (¡seguramente sucio!) en la boca.