La invitación del año

[Royce Wakefield]

Cerró brevemente los ojos disfrutando de lo que quedaba de la explosión chocolatosa en su boca, estirando la mano para agarrar otro bombón y metérselo en la boca. Por un lado, Royce no va a hacerlo sentir mal a propósito nuca, pero por el otro debe ser frustrante alguien que vive en un termo.

"¿Y, están buenas las abejitas? ¿Van con los bombones?" preguntó mientras masticaba de lado, para poder hablar y comer al mismo tiempo. Igual preguntaba eso y sus manos ya estaban agarrando cosas, como si no estuvieran conectadas con su cerebro. ¿Esperar, ser cauto? ¿Qué es eso? Aparte no daba que Eren estuviera ganando la competencia de eructos, tendrían que organizar una bien seria en Las Tres Escobas y dejarse ayudar por un par de cervezas de manteca.

[Eren Morikawa]

Eren podía ganar la competencia de vómito, no sé si la de eructos. Pero pueden probar. Eso sí, si participa Eren, va a ser un antes y después en su vida: o se muere de risa y queda curado para siempre de su timidez, o sufre el peor trauma de su vida y se va a vivir a una cabaña en el medio de alguna montaña llena de nieve y vacía de seres humanos.

Pasaron unos segundos antes de que entendiese a cuál de las otras golosinas se refería Royce, pero cuando lo hizo, soltó un fuerte "¡No!" y estiró las manos hacia adelante, como para evitar una muerte segura (y eso que no había visto si Royce tenía de esos en las manos). "No, lodod edplotan" dijo, aún sin poder tragar. Advertencia hecha, tragó y continuó en un lenguaje de verdad. "Los dos explotan, ¿y si es mucho?"

[Royce Wakefield]

Alzó los hombros. "Ir a la enfermería es gratis" bromeó, aunque clarammente Eren tenía más experiencia con los servicios de primeros auxilios de Madame Pomfrey que Royce, porque a él raramente lo estresaba la vida y los compañeros no solían molestarlo. Royce era relajado y demás, pero porque también la había tenido bastante fácil. Así cualquiera.

Le mostró a Eren lo que tenía en las manos: una abejita, dos bombones y una babosa de gelatina. Agarró con la mano libre la babosa y se la metió en la boca. "Igual lo puedo probar después, cerquita de la enfermera" intentó tranquilizarlo, hablando con la boca llena. "Igual me estoy abusando de tu buena onda y me estoy comiendo todo" le dijo, quizás eso era una disculpa.

[Eren Morikawa]

Eren se sonrió con las bromas de Royce, pero se tapó la boca con la mano para no mostrarle los dientes llenos de chocolate. "Mejor, sí", coincidió. La enfermera estaría super feliz de que los alumnos fuesen a hacer experimentos cerquita de su puerta, ¿no? Un delivery de idioteces siempre es mejor que darse cuenta al final del día de que falta un alumno desde la hora del té.

La cuestión con la comida que explotaba o se convertía en burbujas adentro de tu boca era que la comida llegaba a lugares incómodos de sacar, como la parte de atrás del paladar. Eren trató de tragar todos los restos de chocolate, pero no tuvo demasiado éxito. Cuando sintió que en cualquier momento tosería y escupiría comida no respirable, recordó que había llevado bebida. Tratando de relajar la garganta para no toser antes de tiempo, sirvió té en dos tazas y se apresuró a tomar un trago de la suya.

¡El alivio! Al parecer, el té era una herramienta esencial para darse una panzada de dulces de forma correcta.

[Royce Wakefield]

Yo quiero creer que la enfermera los quiere, en realidad, especialmente a los que van a visitarla para buscar boludeces. Quizás es estresante tratar con los malheridos del Quidditch, con los accidentados en clase, pero ¿los alumnos que van por resfríos, que van a quejarse de un dolor de panza por comer mucho chocolate? El alivio para Pomfrey que debe ser lidiar con ellos, con gente que no trae problemas serios. Nadie le iba a hacer juicio por darle una pastilla de carbón a un chico que se abusó de haber descubierto el acceso a la cocina.

"Gracias" dijo, porque Eren hasta en una situación donde parecía al borde de atragantarse se había tomado la molestia de servirle té. "Si pudieras elegir una comida para el resto de tu vida, ¿qué sería?" preguntó, acercando su mano a la taza.

[Eren Morikawa]

Antes que nada, Eren sí le respondió a lo de estar abusando de su buena onda. Lo hizo con un fruncido de cejas y negando con la cabeza, porque estaba en medio de su lucha contra el chocolate, pero le respondió de alguna forma.

"Por nada", respondió, haciendo el gesto correspondiente con la mano libre, con la palma hacia el frente. Luego volvió a tomar la taza con ambas manos para darle otro trago al té sin tener ningún accidente de cálculo. Ni daba quebrarse un diente con el borde de la taza por estar algo nervioso.

"No lo sé... ¿De aquí del colegio o de mi casa?" re-preguntó. Las respuestas iban a ser bien distintas, así que necesitaba un momento más para pensar.

[Royce Wakefield]

Acercó la taza a sus labios y dio un mini sorbo rápido, como si alguien lo estuviera apurando.
"De todo el universo" le dijo con mucha seguridad, como si ya tuviera aprendidos de memoria los parámetros de las preguntas dementes con las que le salía a Eren. Royce miró a su compañero, pero luego bajó la vista a toda la comida que esperaba a ser devorada por él. No dudó en agarrar dos sapos de menta. Todavía tenía dos bombones y una abejita en la mano... en cualquier momento une todo como una bolita de plastilina y se lo lleva a la boca.

[Eren Morikawa]

Eren lo pensó un momento. Consideró toda la comida que le encantaba de su casa, pero ni siquiera su amistad cada vez más importante con Royce lo haría sentir menos 'raro' si comenzaba a enumerar comida japonesa y no inglesa. Tomó otro sorbo de té mientras pensaba en la comida de Hogwarts y, finalmente, levantó la vista y respondió con un simple: "La sopa".

La sopa era mágica para su estómago. Tan mágica que ni siquiera la sopa de Hogwarts le caía mal, por más estresado que estuviese a la hora de comer. Definitivamente, fuese del país que fuese, la sopa era la mejor amiga de su estómago sensible.

La sopa no picante, claro. Mejor tachemos algunos países del menú.

[Royce Wakefield]

Si Eren caía a la habitación con una caja de manju de azuki o unos dorayaki de crema pastelera, Royce iba a aparecerle en la casa todos los veranos con carita sonriente para ver si le convidaba otro. La madre de Eren iba a tener que correr a Royce con la escoba... Así que supongo que es una bendición, en parte, que solamente tuvieran cosas de Hogsmeade para atragantarse.

Royce se llevó los bombones a la boca. "Ah, vaya" dijo, masticando de costado y asintiendo enfáticamente. En parte porque los bombones estaban buenos, y en parte porque la respuesta de Eren era interesante. "¿Cualquier sopa? ¿La de fideos y esa de tomate frío por igual?" preguntó. Royce odiaba el gazpacho.

[Eren Morikawa]

¡Cómo se nota que hasta ahora Royce no había conocido a la madre de Eren! La pobre santa se iba a poner una fábrica de la comida que le gustase al amiguito de su hijo, con tal de que el chico viniera a visitarlo todo el verano y sacase a Eren de la burbuja de hijo único en la que vivía por decisión propia.

"Todas las sopas, menos las que son muy picantes", respondió. "Igual prefiero las que se sirven calientes", agregó. No odiaba esa de tomate, pero le era un poco más fácil digerir las sopas calentitas.

Dejó la taza casi vacía en la bandeja y tomó dos gomitas que parecían de menta, de la variedad que había sacado de los dispensers. Cuando las probó se dio cuenta de que eran de manzana, no de menta, pero le parecieron ricas igual.

[Royce Wakefield]

Royce masticó hasta tragar, sintiendo ya la pesadez del azúcar en su boca como si ahora salivara miel.
"Menos mal que no tuvimos esta conversación en primer año, con todo el curso" dijo, mientras se pasaba las manos por el pantalón. ¡Es que lo tenía que poner a lavar esa noche! No pasaba nada si lo ensuciaba extra ese día, no pensaba ir con el pantalón lleno de dulce al día siguiente. Sin ofender a Filch, pero seguramente ese castillo levantaba tremenda polvareda. "¿Y si todos te empezaban a conocer como el chico sopa? Hubiera sido difícil de remediar" comentó, agarrando su taza de té.

[Eren Morikawa]

Royce había tocado un tema bien sensible. ¿Lo habría hecho sin querer? Eren lo miró con la cara casi paralizada por un momento, casi aterrorizado. ¿Y si Royce no era bueno, al final, y solo estaba sacándole conversación para burlarse después?

"N-no quiero imaginarlo", dijo, soltando una risa algo falsa y definitivamente temblorosa. Tuvo que hacer un esfuerzo mental para traer todos los recuerdos buenos de su compañero a su mente. No quería darle piedra libre a su temeroso niño interior, que empezaría a hacer teorías sobre un plan claramente malvado de Royce y obligaría a Eren a correr a la habitación y encerrarse dentro de su baúl hasta terminar el año.

Tratando de verse normal, a pesar de haber perdido un poco de color en el rostro, tomó uno de los sapos de menta y se lo llevó a la boca.