No hay edad para el amor

[Charlotte Peyton]

¿Acaso acababa de escuchar la palabra Mademoiselle otra vez? Porque sólo cuando escuchaba esa palabra, un joven se aparecía frente a ella muy parecido a Ryd... oh qué casualidad, era Ryder, el mocoso de cuarto que la perseguía para todos lados. Ya le había preguntado a Diane qué podía hacer para que la dejara en paz sin romperle el corazón, porque muy cruel tampoco era, pero no le propuso mucho. Era un niñito de catorce años con un corazoncito muy dulce (... y empalagoso), que no podía rechazar. Le partía el corazón el sólo pensarlo. Además, ella tan de séptimo, era toda una mujer. Nada más faltaba casarse y cumplía con la descripción completa.

Así que, bueno, tuvo que soportarlo una vez más. "..." pero claro que no saludaría con su clásico hi, bitch como lo haría con Diane, porque es un niño de menor edad y esos saludos podrían ser demasiado ofensivos para algunas personas; oh bueno, quizá para Ryder no, pero uno nunca sabe. "... hola Ryder" saludó mirándolo de reojo porque ya hasta se llevaban así de a nombres y no de apellidos. Es que era todo un amor ese niño, lástima que fuera tan joven... y encimoso.
Uhm-no, asaltacunas no era. No estaba tan desesperada.

"Te ves bronceado" comentó llevándose un pedazo de zanahoria a la boca (porque ella es de ensaladas y demás, totalmente vegetariana), y acto seguido se giró para verlo de frente muy seria (ay, sí, muy seria, pff. Ni le quedaba). "Ryder, ya te dije que no juegues con los dragones" chiste local. Súper local porque ella adora a los dragones. Sí captaron ¿no? Bueno, sí, eso.

[Charlotte Peyton]

Me imaginé a Charlotte con su sombrero de ala ancha picándole los ojos a las arañas que se quieran trepar a su futuro esposo. Fue muy divertido, te cuento.

Luego, cuando le mencionó sus chocoaventuras y le reclamó ser una mala novia imaginaria, no supo ni qué decir o qué hacer, sólo parpadeó como si estuviera reproduciendo un mensaje en clave morse. Soltó un 'Awn' y lo miró con cara de compasión como diciéndole awwnnn ternurita, totalmente despreocupada por el enojo del muchacho. "... y se burlaron de ti tus hermanos" supuso. ¡Ah, porque también sabe que tiene hermanos! No en Hogwarts, pero sí vivos al menos. ((XDDDDD)) Hizo un puchero. Y no le extrañó que se sirviera lo mismo en el plato, ya estaba acostumbrada a que el chico le copiara prácticamente todo. O sea ¿un niño que comiera ensaladas? Que se la crea su mamá; y te puedo asegurar que ni Laurentia se la cree.