Primero de noviembre

[Dion Thornhill]

Te voy a confesar que uno de mis principales problemas es que no sé cómo es el uniforme (¿túnica de esas que se abrochan al frente o una de las que cubren todo como si fuera un poncho largo? ¿Sweater, camisa, falda? No sé), entonces solamente siento muchas capas de ropa e imagino que al menos puedo sentir un poquito el stap del brasiere.
Dion siguió besándola, ignorante de los planes que consideraba Joss en ese momento. La mano con la que le estaba agarrando la mandíbula aflojó un poco el agarre, convirtiéndose en una caricia para la mejilla de Joss.

[Joss Brackenbury]

Por practicidad, yo siempre me imagino el uniforme como el de las películas, con una túnica que se abre al frente, debajo de la que lleva un suéter, una camisa y, en el caso específico de Joss, el bra que quieres suponer que él puede sentir (seguro sí). A riesgo de pecar de obvia, pero para protegerme, también lleva falda, panties y Joss en lo personal prefiere las calcetas largas a las mallas.
La caricia le mandó otra especie de descarga que recorrió su espina dorsal y la mano en su cabello le dio un suave tironcito. Perdón. Vale, sus planes quedaban en pausa temporal.

[Dion Thornhill]

Está muy bien que aclares que Joss lleva falda y panties, porque yo podría tomarme muchas libertades literarias si no había información que fuera a ponerle trabas a mis fantasías.
"Hm" el sonido gutural acompañó a Dion mientras fruncía un poquito el entrecejo cuando sintió el tironcito en su cabello, aunque no se está quejando. Es todo muy novedoso, nunca le habían tirado del cabello antes, Joss.

[Joss Brackenbury]

Lo supuse.
Igual que no se acostumbre, porque a Joss le pareció una acción un tanto más violenta de lo necesario y ya sentía la necesidad de disculparse. O sea, si pudiera. Que podría, pero no está lo que se dice lista para dejar de sentir el contacto entre sus labios (hablando de novedades, quién se iba a imaginar que una persona que podría llorar si alguien le escupía encima al hablar iba a disfrutar tanto la lengua de otro ser humano en su propia boca). Como para compensar, usó la mano responsable de la agresión para dejarle caricias entre la nuca y el cuello.

[Dion Thornhill]

No sé si a Dion le gustó o no que Joss le tirara del cabello, pero que inmediatamente después le hiciera caricias se sintió súper agradable. No que fuera normal dudar mientras tenía su lengua en la boca de Joss, pero cualquier confirmación de que ella le tenía cariño era de las más placenteras.
La mano en el torso de Joss le rodeó la espalda para apretujarla contra sí, perdón si le está aplastando el brazo con el que ella se está aferrando del unforme de Dion.

[Joss Brackenbury]

Salvemos el brazo de Joss mandándolo a estirarse de regreso sobre su hombro. Desconozco si la intención implícita acá era la presión de sus pechos contra el de él, sin embargo me siento generosa y por eso lo menciono, que quede por escrito. Ella se sintió un poco cohibida cuando la fastidiosa voz interior se lo mencionó, mas tampoco era como si pudiera hacer algo al respecto, era lo que era.
Y no puedo hablar por Joss del futuro, pero por ahora sólo permite en su boca la lengua de alguien a quien le tiene cariño. Como mínimo Dion le cae bien. Garantizado.

[Dion Thornhill]

Yo me siento aliviado de que seas tú la que menciona estas cosas que pueden pasar, lo tomo como un premio por mantener todo tan limpio de momento, y aprecio tremendamente tu generosidad. Y los generosos pechos de Joss, también.
Dion ladeó la cabeza para el otro lado, siempre inquieto en los besos más profundos, angurriento por sentir más de Joss y limitado por la cantidad de brazos y boca que tenía.

[Joss Brackenbury]

Hey, Joss no tiene pechos generosos, no le levantes falsos.
Ella, por su parte, estaba comenzando a agarrarle el
ritmo y a mover su propia cabeza para acomodarlo de la mejor forma posible. Lástima que no pudiera darle más de lo que parecía estar buscando, porque no sabía cómo o no estaba segura de que él estaría OK con lo que se le ocurría. Creo que acá entendió por fin que él pareciera pedir consentimiento previo antes de todo. -Oh-.

[Dion Thornhill]

La investigación diaria que realizo gracias a Google Images me lleva a creer que sí son generosos, un milagro de la naturaleza, dos tesoros de la humanidad. Pero bueno, si yo le levanto falsos espero que ella se haga responsable por levantar otras cosas.
La mano con la que apretó a Joss contra sí aflojó la presión un poco, subiendo hasta su nuca. La piel de Joss contra las yemas de sus dedos era una sensación maravillosa.

[Joss Brackenbury]

No estamos muy seguras de cómo funciona acá la asignación de responsabilidades, pero Joss dice que ella no está levantando nad… Oh, espera, en el momento en que Dion dejó de usar su mano para apretarla contra él, su instinto entró en acción, como si fuera de vida o muerte impedir que se creara el más mínimo espacio entre ellos, así que reubicó sus manos para colocarlas en su espalda y atraerlo hacia sí misma. De paso su cuerpo se movió contra el de él, así que supongo que sí pueden culparla de tratar de levantar algo.

[Dion Thornhill]

A Dion le gustaba sentir que Joss lo desea, por lo que sentirla a ella moverse contra él iba un poco más allá de la reacción física placentera. Ahora era el turno de Dion de soltar un sonidito: el suyo era de placer, un sonido bajo que nacía desde su garganta como un gemido muy bajo pero vibrante en su boca.
Menos mal que en la página anterior mencioné que estaba activado el Chub meter. Me toca avisar que hubo modificaciones, por cierto. Threat level: Medium. Ese nivel era bastante peligroso, porque no podía permitr que suba el nivel. Al menos no ahora. No ahí. No en ese momento, con Joss, en el aula, en Hogwarts, esa mañana.

[Joss Brackenbury]

Ella ya había comenzado a aceptar sus propios sonidos como una realidad con la que tendría que lidiar, pero el de Dion fue algo nuevo y pasó de inmediato a la misma categoría de cosas a las que su cuerpo reaccionaba de manera primitiva, igual que cuando antes le había hablado con la voz algo ronca. Al mismo tiempo, pudo notar que aunque demostrarle tan claramente que ella también le tenía muchas ganas era en extremo agradable, también era bastante peligroso, porque quiero suponer que así como el puede sentir sus pechos presionados contra él, ella puede sentir algo... creciendo al sur del hemisferio. Y quizá tenían que bajarle tres rayitas a la actividad recreativa. Por eso relajó las manos y puso tantito de su parte para que al menos un pedazo de pergamino pudiera pasar entre ellos. No enrollado, pero que pasara.

[Dion Thornhill]

El pergamino pronto iba a tener que estar enrollado y en horizontal para marcar una distancia saludable, porque era muy difícil bajarse del juego aunque fuera más lento. De paso el pergamino podía ser usado para golpear a Dion en el hocico para que aprenda a controlarse mejor.
Dion sabía que no podía seguir sin elevar demasiado el nivel de peligro en sus pantalones, pero era muy difícil separarse. Había mucho que quería hacer todavía, y la idea de alejarse físicamente de ella era una crueldad. Su lengua hizo una noble retirada de la boca de Joss, aunque sus labios decidieron succionar los de ella en un acto de rebeldía momentánea.

[Joss Brackenbury]

Si hay que pegarle a Dion, también hay que pegarle a Joss; él no está fajando solo. Ahí tú decides si nos vamos a los pergaminazos. Espera, vas a pensar mal, ¿verdad?
Joss no puso resistencia a la retirada de la boca ajena e hizo lo propio, así que le sorprendió que él metiera un último golpe antes de rendirse. Dion tiene suerte de que ella no sea del tipo competitivo, porque el objetivo acá era bajarle a la intensidad. Flexionó los brazos para terminar con las manos sobre sus hombros y dejarles la horrible tarea de empujar suavemente para forzarse a sí misma a retroceder. No estaba muy segura de cómo se suponía que siguiera con su vida como antes, despegada de Dion la distancia equivalente a mínimo un pergamino enrollado en posición horizontal.

[Dion Thornhill]

Yo nunca malpensaría nada. Habiendo dicho eso, por ahí podemos arreglar eso de que haya que pegarle a Joss y a Dion. Podemos organizar que se vayan turnando, captemos la vibra sin presiones.
Dion exhaló por la boca, que ya extrañaba la de Joss. Se relamió los labios sin pensarlo como buscando su sabor otra vez. Sus dos manos se despegaron de ella en simultáneo, porque le tocaba a él también hacer un esfuerzo, pero una de sus manos subió a su propio hombro para tomar la mano de Joss. Era difícil mirarla y reprimir las ganas de besarla otra vez.