No hay de esto en casa

[Aimee Daughtrey]

Le hizo gracia el abucheo de la invisible multitud, no porque fuera particularmente chistoso actuar como dictadora y someter a esas docenas de personas a su voluntad, sino porque es simple. Rió para festejar a John antes de mirarlo con los ojos entrecerrados, dudando (según) de la veracidad de sus palabras de simpatía. "Preséntame a un pueblo que no lo sea" respondió sonriendo.

[Aimee Daughtrey]

"Ja-ja" y por si es necesario explicar, no se estaba riendo. Respiró profundamente y al exhalar retomó el papel de dictadora con complejo de superioridad, o Su Majestad en el trono. "Tienes mi autorización para hacer uso de lo hipotético también" 'accedió'. "Pero después no podrás volver a representar la voz del pueblo y reclamarme que todo sea muy hipotético en mi barrio". Desde todo hasta barrio, alteró su voz para imitar a John. Ya sabes, según.

[Aimee Daughtrey]

Si todo fuera tan fácil como ganar puntos por patéticas imitaciones...
Enarcó ambas cejas, fingiendo que se compadecía de John y su dilema. "Pongámoslo así para ayudarte: si continúas siendo la voz del pueblo inconforme, puede que un día te pidan que lideres una revolución en mi contra" se señaló a la altura del pecho con la mano derecha. "Y entonces tendré que decapitarte" añadió, subiendo la mano hasta su propio cuello para hacer el famoso gesto de adiós cabeza, sonriendo divertida. Porque no hay concepto más divertido que el de mandar a la guillotina a un compañero.

[Aimee Daughtrey]

Rió por lo bajo, juntando las manos como si fuera a rezar y colocando las puntas de sus dedos contra su barbilla. "Muy sabia decisión, Lord Willoughty" contestó con tono ceremonioso. "Ciñámonos a lo hipotético". Pronto dejará de saber de lo que está hablando, pero lo importante era no tener que entrar en detalles sobre sus actividades veraniegas.

[Aimee Daughtrey]

Por supuesto que era obligatorio, si usara el nombre real, perdería su poder para concederle un título. Problemas de jurisdicción, ya sabes.
Por una fracción de segundo sopesó la posibilidad de responder que sí, pero sacudió la cabeza de izquierda a derecha para negar. Sería demasiado complicado que el resto de sus conversaciones con John se limitara a lo hipotético. "Sólo por hoy. A menos que yo te avise lo contrario" agregó. Más vale prevenir.

[Aimee Daughtrey]

Alguien se tomó demasiado en serio la amenaza de la guillotina. Tampoco es como si Aimee tuviera una desarmada en su baúl y todas las noches se dedicara a afilar la cuchilla.
Se le escapó una sonrisa; le hacía gracia que nada de lo que estaban diciendo tenía sentido. Bajó la mirada a sus zapatos, buscando el control necesario para no reírse y mantener el papel de dictadora desalmada. Cuando lo consiguió miró a John muy seria. "No exactamente, más bien... leyes que duran el tiempo que yo quiera que duren" explicó. ¿Ok?

[Aimee Daughtrey]

Existe una cosa que se llama sentido común. Pero vale, admito que en estos tiempos ya no se sabe qué tipo de potencial psicópata o asesino en serie duerme en la cama de al lado.
Lo pensó por un instante, tratando de recordar todas las idioteces que había dicho en la última media hora a fin de no contradecirse. "Puedes. Es más, puedes tomarla incluso si alguien más la está usando; es un permiso especial" con la finalidad aparente de crear caos en las conversaciones.

[Aimee Daughtrey]

((¿Todavía? LOL))

Todas las personas viven en el reino de Aimee, es sólo que no todos han sido notificados. Reinar es complicado, se sortea un problema a la vez, Lord Willoughty. Pero si alguien lo llega a amenazar con un puñetazo por interrumpir las conversaciones una y otra vez, siempre puede argumentar que Aimee le dio permiso.
Se mordió suavemente el labio inferior. "Creo que, en el hipotético caso de que una misión se presentara en este momento, estarías listo" sentenció. Reflexionó un instante. "¿Quieres que te consiga un dragón? Y una damisela en apuros para rescatar" añadió, mirando alrededor.