Tormenta

[Cathleen Cowershof]

Alzo las cejas con sorpresa, ¿Con que esas tenían? ¿Eh? , miro a la muchacha con cara de poco amigos y por poco le gruñía... -¡Fuera de aquí fiiiiiitch!- Oh, estaba tan furiosa, pero taaan furiosa que de ser otra tiraba todo y se marchaba en ese mismo instante. Literalmente. "¿Ahora soy tu novia?" inquirió con desdén, se cruzo de brazos, no esperaba una respuesta porque no estaba muy segura que le gustara.
Si la intención oculta de todo eso era que ella no lograra recordar el asunto importante, bien, ya no lo recordaría en lo que quedaba de día.

[Cathleen Cowershof]

Yo no decido nada. He dicho. Ok, mejor no.
Oh, Merlín. Esa respuesta le había gustado tanto como quedarse encerrada en una habitación a oscuras y sola.
Apretó los labios, preparando alguna sarta de insultos y patadas lo suficientemente acertadas que la ayudaran a sentirse menos burlada (?) frente a él, pero una pequeña luz se encendió en su cerebro. "Preferiría..." mascullo, moviendo entre sus manos su botella de coke, "A los chicos les gustan las chicas con novios ausentes e imbéciles, así que diré que eres uno de esos la próxima vez que intente ligar con alguien. Estaremos a mano, en teoría" contó y sonrió, recuperando un punto de confianza en si misma. Déjale pensar, que es capaz de hacer ese tipo de cosas geniales, que solo funcionan cuando esta muy ebria.

[Cathleen Cowershof]

Enarco una ceja, mordiéndose el labio inferior con fuerza, tarde o temprano iba a terminar por matarlo, de tanta rabia que le daba que fuera tan.. tan... Todo era mejor cuando él estaba lejos y a ella no le temblaban las piernas. "Pues que suerte que no vas a estar ahí para verlo" soltó sin pensarlo, igual que un tercio de las cosas que decía a diario. Y lo pateo, porque ella también tenía derecho a que un chico hiciera lo que ella quisiera en la cama (tenderla por ejemplo) y Sirius no podía llegar y arruinarle el plan.

[Cathleen Cowershof]

Sintió la poca confianza que tenía desaparecer, ¡Era tan injusto! ¿Cómo podía ser tan idiota y seguirle gustando? A veces era tan confuso, que ni ella misma lograba entender, a ese paso tendría que ir consulta con el psicomago o enloquecería. Todo por culpa de él, si, él y nadie más.
Alzo su botella acercándola a su boca para tomar un largo trago, dudo antes de hablar "No lo estas todo el tiempo" mentía, no cabía duda y él podía hacerlo notar y conseguir que se sintiese más humillada de lo que estaba, porque así era como se sentía. Pero la negación era el primer paso para a aceptación.

[Cathleen Cowershof]

Oh, genial, embriagarse con coca-cola, eso va más allá de todo lo que creía saber (¡?).
¡Le había dado la razón! ¡Lo había hecho! Sonrió, recobrando por completo esos puntos de confianza que se le habían escapado momentos atrás. Estaba dispuesta a decir algo al respecto tipo: '¿Vez? Tengo la razón'; cuando otro mesero se acerco, con la pizza en sus manos, distrayendola por completo. "Ya era hora" murmuro, apartándose un poco de la mesa para que el mesero pusiera los cubiertos, platos, servilletas, etc.

[Cathleen Cowershof]

((*tacha la fecha mucho, mucho, mucho* Yo siempre entiendo cuando dejan de quererme (??!)))

Ella era lo suficientemente terca (caprichosa, quizás) como para dejarse vencer con pucheros y gestos que no provenían de un niño de seis años. Así que no sigas Sirius, no lo hagas, porque entre tu y un niño haciendo pucheritos la diferencia, ante estos ojos (y los de Cathleen) que se han de tragar los gusanos (?), no es mucha.
Se mordió los labios al ver su comida humeante y olorosa, estaba tan hambrienta que todo lo demás empezaba a carecer de sentido importancia "Lo que tu digas" tomo una porción con sus manos, servilleta de por medio, y empezó a acercarla a su boca. "Lo que tu digas" repitió y dio un mordisco, algo moderado pero poco femenino. La mejor pizza que había probado en días.