Blancas pascuas

[Moira Wallace]

Esa semana de vacaciones había sido todo un reto psicológico para Moira. Había pasado por todos los estados de ánimo posibles, desde la ansiedad y la alegría al abandonar Hogwarts sabiendo que su destino era Durness en la misma Escocia, y no Birmingham en Inglaterra, hasta la incomodidad, el deseo de soledad, las ganas de morir al volver a caminar la misma cuadra del pueblucho por vez un millón, la felicidad por estar en la playa, el asco por las vacas, las ganas de matar a Tavia, la vergüenza por sentirse una intrusa y trescientas cosas más que se le pasaron por la cabeza.

¿Molestarle dormir en el sótano? No, claro, si total ella era slytherin, se pasaba el año en el tiradero de basura del castillo, lleno de humedad, ¿por qué iba a querer tener una ventana al menos? Claro que no la necesitaba, démosle la ventana a la nena caprichosa de Tavia, porque no, Moira no estaba siendo caprichosa, para nada. ¿La casa demasiado chica? La hacía alternar entre su necesidad de silencio y espacio personal, a quedarse fascinada imaginando que podría haber tenido una familia así, grande, donde nunca aburrirse, donde siempre hubiera algo que contar. Compartir todo era nuevo y extraño, le gustaba tanto como la asustaba e incomodaba por momentos, por la falta de costumbre.
Todos, menos Tavia, le habían hecho la vida más fácil pero que Alpin le estuviera tanto encima no ayudaba a no sentir o imaginar que el resto de su familia debía pensar que Moira lo estaba acaparando o alejando de ellos. Todos iban a ponerse del lado de Tavia cuando esa semana terminara y vieran que ella había ido sólo para comerse su comida y robarles al hijo que debieron extrañar desde el último Septiembre. Así de bipolar se sentía todo el tiempo, molesta por no encajar nunca en ningún lado.

Al menos las paredes estaban llenas de libros y la sensación de estar viviendo otra vida por unos días, hacían que le gustara un poco su rinconcito en el sótano. Mejor dicho el rinconcito de Alpin, que también estaba usurpando. Primero no había querido dormir en su cama, creía que ella debía dormir en el sillón pero su alma slytherin añoraba un colchón cómodo. Las primeras noches le había costado adaptarse pero ya dormía totalmente cómoda. Sin embargo, esa mañana se había despertado temprano, algo ansiosa por volver a Hogwarts. Todavía en pijama había ordenado un poco el cuarto y había guardado sus cosas para cuando se fueran por la tarde. Estaba terminando de meter su ropa en la mochila para luego cambiarse y subir a desayunar, si es que los Blishen ya estaban despiertos. Lo bueno de esa familia gigante era que SIEMPRE alguien estaba despierto.

[Moira Wallace]

Los disfraces mullidos de conejo de pascua son lo más del universo... para nenes de seis años. Moira, en cambio, iba a debatirse entre varias opciones: reírse hasta quedar sin aire, querer morir de la vergüenza, o ceder a la tentación de darle un abrazo a Alpin así vestido, por simple curiosidad, porque el pelaje se veía muy tentador y suave. No todos los días podías abrazar a un conejo de pascua de tamaño real.

No, no estaba preparada psicológicamente tampoco para ver a Tavia así vestida, ni a los padres de Alpin por los cuales sentía respeto y agradecimiento (aunque la hayan confinado al sótano). No. Menos mal que pensaba ponerse un buzo con capucha, porque tenía algo de frío, y así podría taparse un poco la cara al caminar con ellos por el pueblito o intentar ocultar algún ataque de risa momentáneo, por ejemplo cuando descubriera el pompón en la cola de Alpin, porque el traje tiene pompón ¿no? si no lo tuviera, sería una gran desilusión.

Seguramente Alpin no escuchó nada cuando acercó su oreja a la puerta de madera porque Moira estaba comenzando a cambiarse de ropa. Se había quitado el pijama, ya tenía un pantalón de jean puesto, medias violeta y estaba colocándose el brasier cuando él comenzó a descender por la escalera para buscarla. Inoportuno era poco. Para suerte de Alpin (o no), Moira estaba de espaldas y no pudo verlo, aunque creo que en ese momento se hubiera asustado mucho al pensar que había un conejo gigante acosador en su habitación temporal. Era mejor que se asustara a que reconociera que era Alpin el que la estaba viendo con el torso desnudo y quisiera matarlo o no hablarle nunca más en la vida.

[Moira Wallace]

Los lunes de la espalda y quizás algo más cuando ella se puso de costado para tomar la remera de manga larga blanca que estaba sobre uno de los escalones de la pequeña escalera de madera que Alpin usaba para buscar los libros que estaban más altos. Como Moira no era muy rata de biblioteca, aunque había chusmeado un par de esos libros durante las noches que llevaba allí, había usado los escalones para colgar algo de su ropa. Con el poco espacio que tenía en ese sótano había tenido que improvisar.

Como hacía frío allí abajo, se estaba cambiando bastante rápido sin embargo, Alpin pudo haber visto algo del casi nulo escote de Moira mientras tomaba la remera y estiraba los brazos hacia arriba dejando al descubierto su pecho para pasar el cuello de la remera por su cabeza. No, nada emocionante, con lo flaca que era tenía pocas tetas, aunque no se quejaba, podía ser peor. Una vez que pasó la remera se la acomodó y volvió a darle la espalda al conejo depravado para ponerse un sweater violeta bien abrigado. Comenzaba a sentir hambre, así que mejor le ponía onda a ponerse las botas.

Le di tiempo suficiente a Alpin para esconderse o irse y disimular como que no vio nada, porque si Moira se entera le va a meter las orejas de conejo por lugares dolorosos.

[Moira Wallace]

Por suerte ya se había sentado en la cama para ponerse las botas, cuando los ladridos la detuvieron en lo que estaba haciendo y Moira alzó la cabeza con cara de susto para ver qué pasaba. Desacostumbrada a que hubiera una mascota, entró en pánico cuando el perro empezó a ladrar y a bajar las escaleras, corriendo como un loco. Dejó la bota a medio poner y se echó levemente hacia atrás, pensando en que Kilt iba a querer saltarle encima pero alguien o algo parecía haberlo detenido. Algo que divisaba peludo y blanco. WTF??!!!

Alzó las cejas y quitando el pie de adentro de la bota, decidió pararse y caminar hacia la escalera sólo con sus medias. A medida que avanzaba distinguió primero al perrito negro con algo en la cabeza, unas ridículas orejas blancas de conejo, y finalmente al coso peludo que fue tomando forma hasta que lo distinguió como un conejo gigante.
"¡Al?" llamó insegura, todavía sin poder hacer la unión en su cabeza y comprender que era su mejor amigo el que estaba ahí dentro, disfrazado por Pascuas. No, no podía ser cierto, debía estar delirando, seguro que Tavia había puesto alguna poción alucinógena en su cena. "¿Eres tú?" preguntó temiendo que fuera alguien más de la familia y se diera cuenta que era una persona horrible que estaba a punto de reír sin parar por lo ridículo del traje.

[Moira Wallace]

Cuando giró reconoció sus ojos celestes, aunque podría haber sido cualquiera de los Blishen, el único que se ponía rosado por estar disfrazado de conejo delante de ella era su amigo. Lo escuchó mirándolo primero algo incrédula pero divertida por la situación y por lo que le decía. Se rió al imaginar que Alpin realmente se sentía el conejo de Pascuas dentro de ese traje. Ya liberando la risa, miró al pobre terrier escocés y asintió con su cabeza "Mucho gusto" le dijo al perro.
Contrario a lo que Alpin pudo haber pensado, Moira se estaba tomando con muy buen humor la ridiculez y la vergüenza ajena con la que tendría que compartir el resto del domingo. Podría haber hecho escándalo como a ella le gustaba, asegurar que no pensaba salir de ese sótano hasta que la dejaran en el tren para volver a Hogwarts y que iba a jurarle a todo el pueblo que no los conocía y que la tenían secuestrada (y por eso la hacían dormir en el sótano). Pero no, todo era tan... surrealista que estaba muy tentada de exprimir al máximo ese momento. ¿Quién le creería que había visto a Alpin vestido de conejo gigante? Oh por Merlín, nadie pensaría que los Blishen estaban dementes y hasta disfrazaban al perro por Pascuas.
"¿Puedo tocarle las orejas, Señor Conejo?" preguntó mirándolo a punto de volver a estallar de risa.

[Moira Wallace]

Es que era demasiado para procesar, era loco e inesperado que Alpin entrara a la habitación disfrazado así, ya bastante extraño se sentía el escenario donde estaban, la casa de él, todo era nuevo hace días para Moira y no pudo reaccionar de otra forma, porque era tan ridículo que le resultaba divertido y estaba fascinada. Amaba revolcarse en lo raro y vergonzoso.
Todavía sonriente, estiró un brazo y no necesitó ponerse en puntas de pie para poder tocar las orejas del disfraz. Eran suaves y peludas, así que disfrutó del contacto y lo miró sintiendo que iban a dolerle los cachetes si seguía riéndose. Menos mal que lo siguiente que dijo Alpin no le resultó taaaan divertido. "Oh no" negó con la cabeza "Eso no va a pasar" respondió terminante como era ella en todo y dio un paso atrás por las dudas de que Alpin quisiera insistir o tocarlo más la contagiara, como ocurrió con su sweater festivo de Navidad.
"¿Qué...? ¿Todos se disfrazan?" por fin hiló la idea en la cabeza al ver al terrier en brazos de Alpin con sus orejas, a su amigo convertido en conejo gigante y sabiendo que arriba debía estar no sólo un disfraz para ella esperándola, sino todos los Blishen en manada con bigotes, dientes gigantes y orejas altísimas esperando que se sume a esa costumbre demencial.

[Moira Wallace]

Se cruzó de brazos y escuchó a Alpin sin poder evitar echarle una mirada al traje completo y preguntarse si tendría un pompón en la parte de atrás. No iba a poder salir de ese sótano si eso era así. Apretó los labios, tentada, volviendo a mirarlo a los ojos y asintiendo con la cabeza.

"Te sacrificas por el bien de tu familia" dijo dramáticamente intentando justificar el uso de esos disfraces del mal "¿Crees que si no me lo pongo algo malo sucederá?" preguntó dándole a entender que no estaba en sus intenciones hacerles la pata solamente para que sus padres no se vuelvan a separar, dudaba que un montón de hijos disfrazados de conejo una vez al año fuera lo que los mantenía unidos. En el fondo, a Moira le daban bronca esas tradiciones bobas familiares básicamente porque su familia no tenía una y porque le parecía tan cursi todo que no entendía por qué no había nacido en una familia así, quizás ella fuera más feliz si desde chiquita sus padres la hubieran disfrazado de conejo, ahora no juzgaría a nadie y todo le parecería color rosa. Ahora sería Tavia.

Alzó las cejas cuando Alpin sugirió que había un par de orejas de conejo para que Moira hiciera juego con Whiskey y con el terrier que ahora le olía el jean. "Si lo planteas así, sí... lo es" murmuró antes de dar media vuelta para sacarse al perro de encima y para ir a ponerse las botas para poder subir a desayunar "Pero si voy a ser el bicho raro por no disfrazarme y tus hermanos me van a mirar feo, creo que prefiero las orejas al traje completo" se cruzó de piernas para ponerse la bota en el pie derecho "Además ya me cambié, no voy a volver a vestirme para disfrazarme de conejo" ensayó la justificación que usaría para explicarle a los padres de Alpin que no iba a formar parte de la tradición, al menos iba a estar en el bando de los que no tenían elección... ella, Whiskey y el perro iban a ser un buen equipo.

[Moira Wallace]

Ella no era supersticiosa, y le gustaba actuar como que no creía en nada y era imposible que fuera a traerles mala suerte a los Blishen que ella no se disfrazara, pero aún así iba a hacerlo, porque muy en el fondo tenía corazón y si de alguna manera loca contribuía a la felicidad de su amigo lo haría. Para odiar tanto a la gente, le preocupaba mucho lo que pensaban los demás de ella, así que no quería que los Blishen creyeran que era una amargada de lo peor. Estaban grandes para los disfraces y las orejitas de conejo, pero sólo por buscar aceptación y no hacerle pasar un mal momento a Alpin lo haría.

Lo miró con cara de pocos amigos ¿qué le quería decir? ¿que de todas maneras siempre iba a ser un bicho raro por no estar alegre y feliz cumpliendo con tonterías y tradiciones familiares? Sólo asintió con la cabeza cuando Alpin le informó que la esperaba arriba y bajó de nuevo la vista para terminar de ponerse el calzado. ¿Tan tarde era que los demás ya estaban haciendo otra cosa extraña y cursi en la playa? ¿O estaban locos y se habían levantado en la madrugada el último día de descanso para juntar unos huevos pintados?

Se puso de pie "Me gusta la idea... si ese alguien es quien yo creo que es" la idea de molestar un poco a Tavia (porque estamos hablando de ella ¿no?) le entusiasmaba pero no podía evitar sentirse algo molesta/culpable porque otra vez Alpin estaba perdiéndose una actividad con su familia por estar con ella. Sin embargo no llegó a comentarle nada al chico porque comenzó a huir escaleras arriba seguido por el perro "Termino de ordenar y subo" le avisó entonces elevando levemente la voz antes de buscar su mochila para guardar el pijama que se había quitado y terminar de dejar todo guardado para volver a Hogwarts.
Unos pocos minutos pasaron y Moira subió también las escaleras para salir del sótano y notar la claridad. Definitivamente se había hecho tarde y los Blishen estarían por volver de su locura en la playa. "¿Ya desayunaste?" le preguntó a Alpin cuando entró en la cocina. Todavía estaba desacostumbrada a verlo disfrazado de conejo así que no pudo evitar sonreír algo burlona.

[Moira Wallace]

No sé si Moira se hubiera sentido muy cómoda al ver de repente a un conejo gigante trayéndole una bandeja con café y torta. También estaban sus ganas de salir del sótano, prefería desayunar arriba, donde había luz y donde no se sintiera una extraña por estar usando la habitación, y específicamente la cama, de su amigo.

"Yay!" festejó con ironía y le chocó los cinco a Alpin con las mismas ganas con las que había hablado pero luego le sonrió. La verdad era que agradecía haber zafado de la experiencia de juntar huevos en la playa tan temprano y que no la despertaran a la madrugada el último día de vacaciones. Se rascó levemente el brazo y corrió una silla para sentarse a la mesa, cerca de Al.
"No, gracias... no me gustan las pasas" murmuró al ver el pedazo de torta y, aunque era la verdad, se sintió algo incómoda porque parecía que siempre le encontraba algún defecto a la comida y la rechazaba. Antes de sentarse estiró el brazo para tomar la jarra de café creyendo que aún podía tener algo, pero no. "¿Sabes dónde puede haber más café?" le preguntó y antes de que él dijera nada le adelantó "Yo lo hago!" No quería que siguieran sirviéndole de todo y no hacer nada, solamente rechazar lo que le ofrecían.

[Moira Wallace]

Lo miró alzando las cejas y luego volviendo a mirar a la jarra sin entender. ¿Estaba diciéndole que no era amable? porque eso ya lo sabía, ¿pero qué tenía que ver? Hasta que comprendió y odió un poquito más lo muggleborn que era. Odiaba no poder reconocer cuándo un artefacto era mágico y cuando se usaba igual que la manera en que ella había aprendido desde chica... todavía le costaba reconocer la magi en los objetos y se sintió algo frustrada por no poder hacer ni siquiera el café.

Tomó aire, intentando juntar paciencia para no sonar enojada con la jarra y conseguir su desayuno. "No le pedí aún" murmuró, decidiendo sentarse finalmente y ver qué pasaba si volteaba levemente la jarra sobre una de las tazas que había en la mesa "¿Me das más café, por favor?" preguntó sintiéndose bastante boba y mirando fijamente a la jarra como en un gran porfavorporfavorporfavor mental. Tiraría los dados, pero como no funcionan y me parece que ya Moira sufre lo suficiente, vamos a suponer que la jarra entendió que realmente quería café para desayunar y soltó el líquido caliente hasta que ella la frenó a media taza. "¿Tú qué quieres?" le preguntó a Alpin parándose de nuevo para buscar la leche.
Desconozco la anécdota de la Alfano con las tostadas, pero sé que Moira va a morirse de ternura o incomodidad al ver que Alpin limpió toda la torta de pasas sólo por ella.

[Moira Wallace]

Tomó el cartón con la leche y le echó un chorro pequeño a la taza mientras escuchaba a Alpin. Sonrió un poco al escucharlo decir que él y su familia eran un poco raros. Y... sí, no todos se levantan para disfrazarse de conejos y buscar huevos de Pascua. Pero tenían ese tipo de rareza que Moira envidiaba un poco, la casa de Alpin se sentía como un verdadero hogar, había mucha gente yendo y viniendo, comida en cantidades, un montón de huevos de chocolate, hasta Simnel cake. Ser tan tradicionales la habilitaba a quejarse pero en el fondo sentía algo de curiosidad por tener una familia así. Estaba segura de que ella misma hubiera sido muy diferente de haber nacido en una familia así en lugar de la que le había tocado en suerte.
Negó con la cabeza mientras revolvía la taza con una cuchara y volvía a sentarse "No importa... todo estuvo bien" le aseguró, quizás si le hubiera preguntado al comienzo de la semana, Moira se hubiera quejado de tener que dormir en el sótano pero ahora no lo haría, no había sido tan malo al final "Fue... diferente, y divertido" admitió y le sonrió volviendo a mirarlo, queriendo decir algo más pero sin saber cómo. Recién ahí notó el desastre que estaba haciendo Alpin quitándole todas las pasas a la torta. Abrió grande los ojos, sintiéndose culpable "¿Qué haces?" preguntó en lugar de decir lo que quería decir.

[Moira Wallace]

Moira se había olvidado por un momento de que Alpin estaba vestido con ese ridículo traje hasta que lo miró algo avergonzada por todo el trabajo que se había tomado por su capricho de no comer pasas. Perfectamente podía desayunar otra cosa, no era necesario que destrozara la torta por ella. Toda esa semana también venía luchando contra esas manías de su forma de ser, tan intolerante, desde convivir en una casa llena de gente hasta comer cosas nuevas e intentar no dejar un plato lleno de comida sólo porque algo no le gustaba.

"Gracias, no hacía falta" dijo tomando el plato con la porción de torta que Alpin le ofrecía. Revolvió una vez más la taza y lo miró llena de inseguridad "¿Fui un desastre como invitada?" preguntó entonces, queriendo saber ahora su evaluación, ella ya le había dicho lo que realmente sentía después de esa semana en su casa, ahora quería saber cómo se había sentido Alpin.

Tomó las orejas negras y las observó un poco, pensando que otra vez estaba haciendo algo diferente por no prestarse a cosas que escapaban a su forma de ser, tenía que dar la nota poniéndose las orejas del perro en lugar del disfraz del resto de la familia... aunque tampoco se iba a sentir bien poniéndose el traje de conejo, primero porque era ridículo y segundo porque ella no era parte de la familia. Mejor mantener las cosas así, ser fiel a su personalidad. No podía ser algo que no era.

[Moira Wallace]

No sonaba muy amable que le dijera que era un desastre de persona, Moira iba a fulminarlo con la mirada, como si quisiera que se atragantara con las orejas de conejo que ahora debía ponerse en la cabeza. Las miró titubeante un instante más hasta que decidió dejar de dar vueltas, que no era tan terrible, al menos no estaba disfrazada de cuerpo entero como Alpin. Se colocó las orejas sobre la cabeza y volvió a revolver el café con leche como si nada, antes de levantar la mirada y dejar que su amigo la viera así de ridícula.

Alzó los hombros también "No soy la persona más fácil del mundo" comenzó porque sabía que convivir con ella una semana podía haber sido algo pesado para los Blishen también, justamente porque sus costumbres eran como el agua y el aceite, y Moira era sumamente quisquillosa y le costaba adaptarse a lo que escapaba a su concepción del mundo. Si las cosas no eran como las había imaginado o como ella la haría, todo se volvía una decepción que la llenaba de mal humor "Debo haber sido un dolor de cabeza para tu mamá a la hora de cocinar, por ejemplo"
Tomó un sorbo de café luego de reír al recordar las fotos humillantes, porque no había otra palabra que la que su amigo había usado para describirlas. "No digas eso, te quedaba precioso el sombrero de tu mamá para taparte del sol" se burló para molestarlo y le sacó la lengua.

Comenzó a juguetear con la porción de torta, como solía hacer con toda la comida antes de decidirse a probarla, tomando sólo un pedacito. La masa se deshizo fácil porque los huecos que Alpin había dejado al retirar las pasas le hacían el trabajo fácil. Sonrió algo irónica antes de contestarle "¿Cómo puede ser eso mejor?" preguntó sin entenderlo "No fue agradable que tuvieras que dejar tu habitación por mi culpa..." - o que yo haya tenido que dormir en un sótano- agregó en su mente porque no quería ofenderlo, él no tenía la culpa, y ya había pasado todo, esa noche volvería a dormir en el castillo, no tenía sentido discutir con Tavia o hacerlo pasar un mal momento a Alpin, especialmente cuando pese a todo la había pasado bien. Podía decir que había sido bastante feliz con la familia Blishen, y eso era mucho para alguien como ella.

[Moira Wallace]

No lo parecía, pero Moira era bastante blanda en su interior, y saber que le había caído bien a la mamá de Alpin la sorprendió y la puso contenta en partes iguales. Luchaba porque no se notara pero no era nada tolerante al rechazo, incluso cuando a Moira tampoco le caía bien Tavia, igualmente la hacía sentir mal que ocurrieran cosas como no poder compartir la habitación. Ella quería rechazar al mundo, no ser la rechazada, quizás por eso se adelantaba a juzgar todo antes de ser ella el objeto de burla.

No comentó nada, sólo probó un trocito del pastel, y notó que sin las pasas era bastante tolerable, incluso le gustaba el sabor a limón en la masa.

"No me hace sentir mejor que hayas tenido que dormir con las mascotas" murmuró antes de tomar la taza para darle otro sorbo al café con leche. Sin embargo, casi se ahoga -¿Mi color?- Bajó la taza, algo contrariada, y se observó la piel de la mano. Sí, no era tan blanca ni pálida como su amigo o su familia, pero nunca se había puesto a analizar la diferencia. Lo miró a Alpin y por primera vez notó que estaba algo rosado. ¿El traje de conejo le daba calor o se había sonrojado?

"Gracias, supongo..." Moira se llevó una mano a la cabeza para acomodar las orejas y asegurarse de que estuvieran derechas "Ahora yo comparto algo con las mascotas..." necesitó bromear porque no sabía qué se respondía a eso. Decirle a Alpin que también le quedaba bien el traje sería algo extraño, la realidad era que podía decirle que se veía tierno así pero creía que fuera buena idea. Moira también sintió algo de calor en sus mejillas y decidió volver a concentrase en el café con leche.

[Moira Wallace]

Sabía que la risa de Alpin no había sido precisamente espontánea pero agradecía que intentara reírse de su chiste y relajara el ambiente. Aprovechó el instante de silencio para tomar otro bocado de torta, aunque algo deshecha iba a teminar toda su porción, no quería seguir despreciando la comida de los Blishen. Mientras comía lo miró a Alpin y se puso a pensar qué le gustaría hacer antes de volver al castillo. La realidad era que no le molestaría despedirse de la playa, pasear un poco más y observar el paisaje porque no sabía cuándo lo volvería a ver. Durness le había agradado, le gustaban los colores, las piedras en la playa y, a diferencia de Al que era un chico de interiores, a ella le gustaba más estar afuera de la casa.

"¿Crees que tu familia todavía esté en la playa buscándolos?" preguntó una vez que tragó y rodeó la taza con las manos para darse calor "Nunca participé en una, podría ser divertido" sí, eso sonaba un poco a optimismo pero por las dudas necesitaba averiguar más antes de aceptar involucrarse en esa tradición "¿Se supone que es cómo una búsqueda del tesoro normal o hay algo más?" y se refería específicamente a que si habían alterado el juego con magia. Buscar por todos lados como si se le hubieran perdido huevos pintados de colores no la entusiasmaba pero quizás los Blishen lo habían vuelto más interesante y por eso parecía una tradición familiar tan importante que hasta requería disfraces.