Mi casa es su casa

[Clifford Solomon]

A pesar de que se detuvo dos veces a pensar 'pero no importa porque me voy a ensuciar de todos modos en la chimenea, ¿no?' mientras buscaba la ropa para ponerse, sí olió la ropa para asegurarse que estuviera limpia y no apestara a nada que no fuera detergente para la ropa. Bueno, quizás había como un olorcito a humedad, pero todo en el piso donde vivía tenía un olor raro a mezcla humedad, tabaco y naftalina.
Era raro pensar en que tenía que ir de visita a su casa, porque ya no lo era. Era la casa de sus papás, aunque no realmente, era la casa de los papás de Shannon. Porque tampoco era la casa de Shannon ya. Todo eso lo ponía nervioso, ¿tendría que actuar como si estuviera en una casa ajena? Porque si era así, no tenía ni idea de qué se suponía que tenía que hacer, a menos que fuera quedarse muy quieto y esperar a que lo vayan invitando a caminar, a sentarse, como si no pudiera funcionar sin comandos específicos.
Agarró un puñado de polvos floo, dando un paso hacia la chimenea. Honestamente, solamente iba por ella. Sus papás seguramente no estaban ahí, porque era domingo, y aunque no le molestaría ver a los Southcott, no eran ellos los que lo impulsaban a socializar cuando no tenía ninguna obligación a hacerlo. Soltó los polvos floo, enunciando claramente la casa donde alguna vez sintió que pertenecía.

[Shannon Southcott]

((*Corre a estrujarte y a restregar su mejilla contra la tuya porque hay menos barba* XD))

Aquella podía ya no ser su casa, pero Shannon había tomado una decisión deliberada cuando su mudó a un piso del que podía salir, subirse a la bicicleta y llegar antes de la hora al hogar de sus padres. No porque lo hiciera realmente seguido, pero era agradable saber que podía. Más importante, era reconfortante seguir estando en las proximidades de un lugar que tenían en común (y no era como si pudieran quedar de verse en Hogwarts, porque en su inmensa crueldad, el colegio te cierra las puertas una vez que egresas).

Cuando llegó a la puerta principal, después de dejar su bicicleta en el cobertizo, tocó el timbre. Esa sí era una diferencia interesante, tener que llamar a la puerta en lugar de simplemente entrar. Sus padres no estaban, regresarían hasta esa noche, y ella estaba cordialmente invitada a cenar con ellos, pero mientras tanto, la casa estaba, de nuevo, a su entera disposición.

Corrió a su ex-habitación, porque de verdad, de verdad tenía ganas de lanzarse sobre su ex-cama. Ni idea, cada quién sus rarezas. Ya se enteraría cuando alguien usara la chimenea.

[Clifford Solomon]

((El próximo trabajo de Clifford: scratching post))

Después de ese extrañamente disfrutable malestar que era viajar usando polvos floo, llegó a destino. Cerró los ojos, se quedó quieto en el lugar mientras aguantaba la respiración, esperando que el polvo bajara a su alrededor. No sabía porqué siempre sentía que se le había llenado la nariz de polvillo, ¿acaso respiraba fuerte sin darse cuenta? Tendría que comprarse ese cosito que usaban los nadadores, o dos corchos en cada fosa nasal, lo que fuera más conveniente.
Abrió lentamente los ojos, y sin salir de la chimenea se pasó una mano por el hombro, quitándose la mugre. No iba a ensuciar la casa, por más arreglable que fuera con magia, si podía tratar de ser súper cuidadoso antes. Como si no tuviera ningún apuro en el mundo, sacudiéndose el sweater lentamente.

[Shannon Southcott]

((Lo que lo haga feliz está OK))

Escuchó las campanillas que sonaban, similares al timbre de la puerta, cada vez que una visita llegaba vía red flu, y despegó el rostro de la almohada. ¿Se había quedado dormida? No estaba segura, pero miró a su alrededor para ubicarse, porque el lado por el que entraba la luz gracias a un ventanal era incorrecto (en su habitación actual, la ventana estaba en la pared opuesta). -¡Cierto!-. Se levantó de un salto, ya corriendo a la puerta del cuarto para salir disparada por el pasillo y bajar al salón donde estaba la chimenea. Mientras tanto, se pasaba una mano por el cabello, para acomodarlo, y otra por la parte inferior de su rostro, porque tenía pesadillas con babear mientras dormía.

[Clifford Solomon]

Sacudió los hombros, luego un pie, que usó para salir de la chimenea, y el otro para estabilizarse fuera de ella. Se inclinó hacia la chimenea, como si estuviera haciéndole una reverencia, para sacarse el sweater adentro de ésta. De paso, si le había quedado ceniza en el cabello, esperaba que el sweater ayudara a quitársela. Hacía mucho que no viajaba por la red floo, por lo que se sentía un poco nervioso con el tema de cómo limpiarse después de salir de una chimenea. Usar la varita sería buena idea, pero no le llegó todavía.
"Está todo tan sucio..." murmuró en voz baja cuando el cuello del sweater le soltó la cabeza y se pudo incorporar.

[Shannon Southcott]

Imagino que puede haber una repisa en la chimenea en la que los dueños de la casa ponen a disposición de sus invitados lo necesario para limpiarse, como pañuelos de tela súper suaves que permanecen húmedos mediante magia, toallas para secarse y escobillas para remover la ceniza de la ropa. O sea, por si alguien no quiere sacar la varita y arreglar la situación con magia, o por si las visitas eran menores de edad ((Portia nos gruñe desde su habitación en Hogwarts)).
Shannon prácticamente voló en su camino escaleras abajo y para cuando entró el salón estaba más que lista, en términos de disposición y velocidad, para taclearlo. Así, sin cerciorarse primero de que sí fuera su amigo y no un amigo de sus padres de la tercera edad a quien podría fracturarle la cadera. "¡Clifford!" exclamó a voz en grito, estirando los brazos.

[Clifford Solomon]

Me gustaría que existiera una máquina donde podés poner una copia de tu consciencia, como esas maquinitas en las que te dan un chicle, y que salga una idea genial para que los meros mortales como yo la podamos usar. No sé si ganarías un montón de dinero funcionando a moneditas, pero harías de este mundo un lugar mejor.
Giró la cabeza cuando escuchó la voz de Portia SHANNON porque fue totalmente Shannon la que habló y Clifford no escucha voces que no son, luego giró el torso hacia ella y se quedó inmóvil. "Estoy sucio" fue lo único que dijo, como advertencia ya sea para que ella no lo tackleara o para que supiera que él no estaba presentable para su hogar. O ex-hogar. Es todo muy confuso.

[Shannon Southcott]

Bueno, sería como un complemento a lo que ya hago de lunes a viernes en horario de oficina, ¿no? Porque realmente no aspiro a una vida de lujos sin límites, pero me gustaría conservar todas las comodidades a las que me he acostumbrado, como un techo, una cama calientita e internet.
Shannon se le fue encima para abrazarlo/colgársele como si no lo hubiera visto en décadas (incluso si sólo han completado dos en sus vidas), porque o bien no lo escuchó, o la advertencia le importó un comino. "Clifford, te extrañé un montón, ¿cómo estás? ¿El viaje bien? ¿Tienes hambre?". Sus preguntas salían como si las disparara una metralleta, una disculpa.

[Clifford Solomon]

Supongo que tienes razón, solamente que seguro que usar y abusar de tus ideas geniales cuesta más caro que comprar un chicle.
Apoyó las manos en la espalda de Shannon y le dio unas palmaditas suaves, sin quejas por el recibimiento, pero preocupado por poder estar ensuciándola. Las preguntas de ella se filtraron por su cerebro lentamente para tratar de responderlas todas en una sola frase. "Yo también te extrañé, y estoy bien" aseguró agregando una palmadita extra en la espalda de Shannon. Creo que en realidad todas y cada una de esas palmaditas eran algo extra.

[Shannon Southcott]

Cerró sus brazos alrededor de él con un poquito más de fuerza y se mantuvo así unos segundos antes de soltarlo y dar un par de pasos en reversa, devolviéndole su espacio vital. Como no podía quedarse simplemente quieta, casi de inmediato se movió hacia la chimenea. Alcanzó uno de esos pañuelos de tela húmedos y se lo ofreció para que se limpiara. Cabe aclarar que Shannon lo hace porque quiere que él se sienta cómodo, no porque la ceniza sea su enemiga. "Te ves bien" opinó. Me pregunto si lo que no pronunció fue 'sin esa cosa que llamabas barba en tu cara'. "¿Seguro que no quieres un vaso con agua?".

[Clifford Solomon]

"Ah" como sorprendido por la presencia del paño aunque sabía que estaba ahí y que se podía usar, lo tomó bajando un poco la cabeza, como si utilizarlo fuera un atrevimiento. Se lo comenzó a pasar por la ropa, mirándola.
"No..." dudó, agrandando un poco los ojos para agregar "¿tú quieres agua?" preocupado, porque si ella quería agua, él podría ir a buscarla por ella. Cualquier oportunidad que Shannon le diera de ser útil, estaría más que feliz de tomarla. Juro que le da gusto verla, no sé porqué es así.

[Shannon Southcott]

Negó con la cabeza enérgicamente porque no, no quería agua, aunque creo que habría contestado así incluso si estuviera a un minuto de morir deshidratada, porque sabía que Clifford ni lo pensaría antes de ir por el líquido, y acababa de llegar; Shannon todavía se estaba decidiendo entre abrazarlo de nuevo o no. Mientras tanto, ya se había quedado varios segundos inmóvil, lo cual le resultaba antinatural, así que comenzó a balancearse en su lugar hacia el frente y hacia atrás. "Me pregunto si hay alguna persona en el Ministerio de Magia tratando de encontrar una manera de que emplear la Red Flu no resulte en gente cubierta de ceniza" comentó, observando brevemente el paño ahora sucio.

[Clifford Solomon]

Se quedó mirándola unos segundos de más después de verla negar con la cabeza, por si ella cambiaba de opinión y decidía que sí quería algo de agua.
Continuó pasándose el paño por la ropa, sin dejar de observar a Shannon. "¿Tal vez cumple alguna función?" preguntó en voz alta, como esperando que la ceniza le contestara. "Como si fuera un dispositivo de seguimiento..." agregó en voz más baja, mirándose una de las mangas.

[Shannon Southcott]

Regresó la mirada al rostro de Clifford y abrió los ojos un poquito más de lo normal, porque nunca se le había ocurrido que la ceniza podría tener una función más allá de darle algo que hacer a los elfos domésticos. "Me pregunto entonces si hay alguna persona en el Ministerio de Magia tratando de encontrar una manera de rastrear a la gente más higiénica" comentó, y sonrió ampliamente para indicarle que estaba bromeando, no se trataba de comenzar a rebatirle cada teoría. Entonces, sin más anuncio previo, estiró el brazo para ofrecerle la mano, porque a ella le parecía que ya estaba lo suficientemente limpio como para que sus padres no fueran a enterarse después de que subió a un chico Clifford a su ex-habitación. Y ambos sabemos que taché esa palabra para mantener la ilusión de que podemos censurarlos, déjame soñar.