Beyond Hogwarts RPG - Foro de rol Play-By-Post ambientado en el mundo de Harry Potter
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Asuntos innecesarios
- Frankie Gibbs
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Asuntos innecesarios
Esto estaba mal en muchos niveles y lo sabía, ¿Qué razones podía tener además? No es como si tuviese la entrada prohibida o no estuviese invitada para hacer exactamente lo que estaba haciendo ahora unas horas más tarde. Era claro que Frankie Gibbs no estaba del todo bien de la cabeza y necesitaba hacer las cosas de la forma más tonta posible siempre y cuando signifiquen algo de emoción.
Entonces si, había decidido colarse a las haras Fletwock a mitad de la noche para dar una vuelta sobre Aloïsia sólo porque le provocó. Por eso y porque era la primera semana de vacaciones y ya se estaba aburriendo. Era agradable distraer la mente pensando en un plan para introducirse en el establo sin ser vista o escuchada, un poco de adrenalina que le ofrecía hacer cosas malas. Oh, Roan se molestaría tanto si se entera. Aunque tal vez no tanto, total que estaba a punto de cometer el peor error de su vida y obvio ella estaba invitada para verlo. Esto no tenía nada que ver con eso, claro. Frankie hacía estas cosas porque así era ella. No hay trasfondo, sólo sus problemas mentales.
Cómo entrar era la cuestión. Frankie había aprendido a aparecerse este curso y no se le daba mal, hasta ahora había logrado todo sin que se le quedara nada atrás pero sospechaba que las haras debían estar protegidas por encantamientos. O tal vez no y este plan podía ser más sencillo de lo que parecía.
Nah, eso del camino fácil no le gustaba. No, mejor irse por lo seguro: la red flu.
Así es como llegaba a casa de los Fletwock, no había restricciones. Todos debían estar dormidos así que solo tenía que llegar, salir por la puerta de entrada y correr a las haras. Parecía un plan sencillo siempre y cuando no hubiese nadie despierto. Solo si...
Para darle un toque dramático, se vistió con breeches, botas y camisa negra y se trenzó el cabello (un poco mal porque lo hizo ella pero ahí algo agarraba), lista para hacer algo ilícito. En la granja Gibbs todos dormían y Frankie se metió en la chimenea con el corazón bombeando fuertemente. Qué innecesario todo esto, pero a la vez qué bien se sentía.
Pronunció la dirección de siempre y soltó el polvo, conduciéndola por esa serie de oscuras chimeneas hasta detenerse en la correcta.
Respiró hondo y sacó un pie dentro de la propiedad Fletwock.
Entonces si, había decidido colarse a las haras Fletwock a mitad de la noche para dar una vuelta sobre Aloïsia sólo porque le provocó. Por eso y porque era la primera semana de vacaciones y ya se estaba aburriendo. Era agradable distraer la mente pensando en un plan para introducirse en el establo sin ser vista o escuchada, un poco de adrenalina que le ofrecía hacer cosas malas. Oh, Roan se molestaría tanto si se entera. Aunque tal vez no tanto, total que estaba a punto de cometer el peor error de su vida y obvio ella estaba invitada para verlo. Esto no tenía nada que ver con eso, claro. Frankie hacía estas cosas porque así era ella. No hay trasfondo, sólo sus problemas mentales.
Cómo entrar era la cuestión. Frankie había aprendido a aparecerse este curso y no se le daba mal, hasta ahora había logrado todo sin que se le quedara nada atrás pero sospechaba que las haras debían estar protegidas por encantamientos. O tal vez no y este plan podía ser más sencillo de lo que parecía.
Nah, eso del camino fácil no le gustaba. No, mejor irse por lo seguro: la red flu.
Así es como llegaba a casa de los Fletwock, no había restricciones. Todos debían estar dormidos así que solo tenía que llegar, salir por la puerta de entrada y correr a las haras. Parecía un plan sencillo siempre y cuando no hubiese nadie despierto. Solo si...
Para darle un toque dramático, se vistió con breeches, botas y camisa negra y se trenzó el cabello (un poco mal porque lo hizo ella pero ahí algo agarraba), lista para hacer algo ilícito. En la granja Gibbs todos dormían y Frankie se metió en la chimenea con el corazón bombeando fuertemente. Qué innecesario todo esto, pero a la vez qué bien se sentía.
Pronunció la dirección de siempre y soltó el polvo, conduciéndola por esa serie de oscuras chimeneas hasta detenerse en la correcta.
Respiró hondo y sacó un pie dentro de la propiedad Fletwock.

- Frankie Gibbs
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Después de conocer tantos tipos de transporte, encontraba a la red flu como uno de los más sosos. No le gustaba tampoco el hecho de lo mucho que tenía que ensuciarse, no por el hecho mismo sino porque no era algo que elegía. También que admitía que usar breeches limpios le gustaba, una de la tantas costumbres que adquirió en esa mansión.
Frankie estaba tranquila. Lo primero que vislumbró fue una casa oscura así que creyó que su plan iba a salir muy bien. Se sacudió la ceniza pensando que iba a manchar el suelo y eso no estaba bien. Se prometió a sí misma limpiar todo cuando estuviese de regreso.
Si es que le daba chance.
Escuchó un ruido que identificó como pasos demasiado tarde para reaccionar a tiempo. Algo así como meterse en la chimenea de regreso y fingir que nada de eso pasó. Pensó que sería Roan, casi por inercia, y le dio fastidio porque iba a tener que explicar sus razones con apenas fundamento que el 'Estaba aburrida'. Sin embargo, cuando se dio cuenta que no era su compañero de clases deseó que hubiese ocurrido lo contrario.
¿Cómo explicarle a Laurentia Fletwock aquello? Frankie estaba pensándolo. Bueno, en eso y en lo mucho que quería tener una trenza un poco más decente. Aparte de pálida por el miedo, despeinada.
Frankie estaba tranquila. Lo primero que vislumbró fue una casa oscura así que creyó que su plan iba a salir muy bien. Se sacudió la ceniza pensando que iba a manchar el suelo y eso no estaba bien. Se prometió a sí misma limpiar todo cuando estuviese de regreso.
Si es que le daba chance.
Escuchó un ruido que identificó como pasos demasiado tarde para reaccionar a tiempo. Algo así como meterse en la chimenea de regreso y fingir que nada de eso pasó. Pensó que sería Roan, casi por inercia, y le dio fastidio porque iba a tener que explicar sus razones con apenas fundamento que el 'Estaba aburrida'. Sin embargo, cuando se dio cuenta que no era su compañero de clases deseó que hubiese ocurrido lo contrario.
¿Cómo explicarle a Laurentia Fletwock aquello? Frankie estaba pensándolo. Bueno, en eso y en lo mucho que quería tener una trenza un poco más decente. Aparte de pálida por el miedo, despeinada.

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La luz de la noche se colaba por lados que Frankie no podía ver. Estaba demasiado ocupada viendo como ésta se reflejaba en la piel blanca y uniforme de Laurentia Fletwock. A veces le perturbaba lo mucho que se parecía a Roan y no podía darse cuenta aún a estas alturas si eso era lo que hacía que le cayera bien o mal, porque aún no podía hacerse de un juicio completo de ella. Era admirable, temida y pretenciosa a la vez y en igual medida. Frankie sentía algo raro en el pecho cada vez que estaba en su presencia, algo que le hacía querer impresionarla y esconderse al mismo tiempo, generalmente intentaba lo primero porque era demasiado orgullosa para estar ocultándose.
Adoptó una mejor postura (cosa que hacía casi con inercia cuando pisaba esa casa) y tragó saliva. Frankie también sabía que no debía inventarle una excusa, sabiendo cómo estaba vestida y que tenía el cabello amarrado, hacerlo solo podía ser una estupidez.
"No tenía intenciones de despertar a nadie." Comenzó, sacando su voz rasposa y lenta a relucir. "Pensé en entrar, montar un rato y luego regresar sin ser notada." Finalizó. Ahora que lo decía en voz alta parecía un plan con muchas fallas. Meritaba una disculpa que nunca salió de su boca. Aún le costaba disculparse con cualquiera que se apellidara Fletwock, sin importar si era Laurentia.
Adoptó una mejor postura (cosa que hacía casi con inercia cuando pisaba esa casa) y tragó saliva. Frankie también sabía que no debía inventarle una excusa, sabiendo cómo estaba vestida y que tenía el cabello amarrado, hacerlo solo podía ser una estupidez.
"No tenía intenciones de despertar a nadie." Comenzó, sacando su voz rasposa y lenta a relucir. "Pensé en entrar, montar un rato y luego regresar sin ser notada." Finalizó. Ahora que lo decía en voz alta parecía un plan con muchas fallas. Meritaba una disculpa que nunca salió de su boca. Aún le costaba disculparse con cualquiera que se apellidara Fletwock, sin importar si era Laurentia.

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Sus palabras le causaron una punzada de odio hacia ella. Holly no era una santa de su devoción, ya lo sabía. Ella era, después de todo, la mujer que le quitaba la atención de su padre. Sin embargo, después de tantos años de convivencia le había agarrado cierto aprecio, más por ser la hija de Jack que por otra razón. Por eso y porque su comentario solo le hizo recordar cómo eran todas las familias mágicas de clase alta, Frankie tuvo que contener sus ganas de contestarle de inmediato con lo primero que se le venía a la mente, cargado de malas palabras e insultos. No podía jugarse a la que todo lo podía ahora, de lo contrario no podría montar otra vez.
"Se llama Holly." La corrigió, con calma pero tensa. "Como dije, no quería que nadie se enterara. No se preocupe, no ocurrirá de nuevo." Le dijo, sin ninguna disculpa todavía. Su mentón estaba alto y su semblante muy serio. No quería sentirse pequeña al lado de ella o de cualquier persona de su clase que le gustaba pasar por encima de los demás. Jamás se sintió más orgullosa de pertenecer a una familia a la que no podría importarle menos su estatus social.
Respiró hondo.
"No quiero molestarla más, así que..." Amagó con girarse y regresar a la chimenea.
"Se llama Holly." La corrigió, con calma pero tensa. "Como dije, no quería que nadie se enterara. No se preocupe, no ocurrirá de nuevo." Le dijo, sin ninguna disculpa todavía. Su mentón estaba alto y su semblante muy serio. No quería sentirse pequeña al lado de ella o de cualquier persona de su clase que le gustaba pasar por encima de los demás. Jamás se sintió más orgullosa de pertenecer a una familia a la que no podría importarle menos su estatus social.
Respiró hondo.
"No quiero molestarla más, así que..." Amagó con girarse y regresar a la chimenea.

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El labio inferior le tembló, aunque la oscuridad ayudó a que no se le notara. Frankie no pudo aguantarlo más.
"¿Entonces porqué la llama 'La muggle de tu padre' como si fuese una mascota?" Soltó, reflejando el enojo en su voz. Desde luego, se escuchó y tuvo que elegir sus siguientes palabras con cuidado, -Si no te calmas, no podrás montar otra vez.- Se dijo, buscando un motivo para no hacer constancia del porqué Roan la castiga casi todos los días. "Holly no cocina." Agregó, en un intento muy malo de cambiar el tema.
Escuchó la oferta y miró la chimenea. Si pudiese elegir, preferiría irse, pero algo le decía que si rechazaba la invitación no podría volver a montar a Aloïsia jamás. Volvió su mirada a Laurentia "¿Tiene Earl Grey?" Preguntó por preguntar, en realidad tomaría cualquier té que le sirvieran. Frankie no era quisquillosa con la comida o las bebidas.
"¿Entonces porqué la llama 'La muggle de tu padre' como si fuese una mascota?" Soltó, reflejando el enojo en su voz. Desde luego, se escuchó y tuvo que elegir sus siguientes palabras con cuidado, -Si no te calmas, no podrás montar otra vez.- Se dijo, buscando un motivo para no hacer constancia del porqué Roan la castiga casi todos los días. "Holly no cocina." Agregó, en un intento muy malo de cambiar el tema.
Escuchó la oferta y miró la chimenea. Si pudiese elegir, preferiría irse, pero algo le decía que si rechazaba la invitación no podría volver a montar a Aloïsia jamás. Volvió su mirada a Laurentia "¿Tiene Earl Grey?" Preguntó por preguntar, en realidad tomaría cualquier té que le sirvieran. Frankie no era quisquillosa con la comida o las bebidas.

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Ya entendía lo que pasaba. Laurentia era una de esas personas a la que le gustaba llamar las cosas 'Por su nombre', así suene mal o sea políticamente incorrecto. A Frankie el estómago le dio un vuelco y se le quitaron las ganas de beber o comer algo, pese a no haber desayunado. Decidió, sin embargo, no comentar más nada al respecto. No estaba segura de que Laurentia no había herido sus sentimientos pero prefería no ahondar en el asunto, solo en caso de que sea cierto.
El silencio no le duró mucho igual. Esto de pensar antes de hablar se le da pésimo.
"Mi papá no me compromete porque estamos en el siglo veinte. El matrimonio debería ser algo opcional, no obligatorio." Contestó mientras la seguía. Bajó la cabeza, a sabiendas que había dicho algo que ponía en duda la crianza que le estaba dando Laurentia a sus hijos -Jamás montarás de nuevo.- Se dijo con pesar. Ahora tenía que ver cómo condicionaba su granja para tener al menos un caballo pero supuso que sería un proceso engorroso y no sabía si su papá querría pasarlo.
Igual no se iba a disculpar, ella creía que tenía la razón.
El silencio no le duró mucho igual. Esto de pensar antes de hablar se le da pésimo.
"Mi papá no me compromete porque estamos en el siglo veinte. El matrimonio debería ser algo opcional, no obligatorio." Contestó mientras la seguía. Bajó la cabeza, a sabiendas que había dicho algo que ponía en duda la crianza que le estaba dando Laurentia a sus hijos -Jamás montarás de nuevo.- Se dijo con pesar. Ahora tenía que ver cómo condicionaba su granja para tener al menos un caballo pero supuso que sería un proceso engorroso y no sabía si su papá querría pasarlo.
Igual no se iba a disculpar, ella creía que tenía la razón.

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La personalidad de Frankie estaba condicionada al hecho de que siempre obtuvo que lo quiso al pedirlo y que nadie le puso demasiados reparos cuando decía lo que pensaba. No era más madura porque la vida no se lo había exigido y no encontraba nada malo en su forma de ser porque había sobrellevado los problemas que se le habían presentado bastante bien según ella. Si, era niña, Laurentia atinaba bien. Era niña porque la vida que le había tocado la había convertido en una niña de diecisiete años.
Frankie levantó la cabeza de inmediato, impulsada por las palabras que se arremolinaban en su cabeza que continuaban sin pasar por un filtro que las detuviera de salir. "No creo que mi papá sea capaz de usarme para conseguir dinero rápido, aunque tampoco lo necesitamos y... Espera, ¿Mi-su voluntad? ¿Cuál es su voluntad?" Preguntó, un tanto alarmada porque, ¿Cuál podría ser la voluntad de Laurentia Fletwock que tuviese que ver con ella? Frankie no tenía idea de que ella pudiese imaginar juntarla con Roan, quizás porque la creía lo suficientemente inteligente como para saber que ellos nunca podrían llevarse bien como pareja, pensando que este aspecto era igual de importante que el hecho de tener el apellido Gibbs.
Frankie levantó la cabeza de inmediato, impulsada por las palabras que se arremolinaban en su cabeza que continuaban sin pasar por un filtro que las detuviera de salir. "No creo que mi papá sea capaz de usarme para conseguir dinero rápido, aunque tampoco lo necesitamos y... Espera, ¿Mi-su voluntad? ¿Cuál es su voluntad?" Preguntó, un tanto alarmada porque, ¿Cuál podría ser la voluntad de Laurentia Fletwock que tuviese que ver con ella? Frankie no tenía idea de que ella pudiese imaginar juntarla con Roan, quizás porque la creía lo suficientemente inteligente como para saber que ellos nunca podrían llevarse bien como pareja, pensando que este aspecto era igual de importante que el hecho de tener el apellido Gibbs.

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Por su lado, la conversación no podría desconcertarle más. No se había dado cuenta pero sentía que no le estaba causando la impresión adecuada a Laurentia, y recién se daba cuenta de que le importaba. Tal vez por el hecho de que era la dueña y señora de los caballos que con tan gusto monta, o puede tener que ver con esa mezcla de miedo y admiración que le tenía. De cualquier modo, las cosas no le estaban saliendo como había esperado y el asunto se tornaba más bizarro a medida que la mamá de Roan hablaba.
Se detuvo medio segundo, consternada por lo que acababa de escuchar, antes de reaccionar y adentrarse en la habitación, demasiado confundida para terminar de admirar la oficina que, si se ponía, seguramente le encantaría. "No puede estar hablando en serio. Usted no me conoce." Le dijo, como si esa premisa fuese suficiente como para hacer de 'su voluntad' algo absurdo.
De repente se sintió orgullosa de su padre y de que jamás diera su brazo a torcer con Laurentia. Claro que no podía acceder a casarla con Roan, ¿con qué moral podría hacerlo? Él se había casado por amor y con una muggle, después generaciones de magos, no necesariamente millonarios y con relaciones florecidas en Hogwarts en su mayoría. Su apellido se estaba extinguiendo incluso por falta de matrimonios. Ese pensamiento le recorrió la espalda como un escalofrío. Nunca había rechazado la idea del matrimonio pero ahora lo sentía casi obligatorio.
No le gustaban las cosas obligatorias.
Se detuvo medio segundo, consternada por lo que acababa de escuchar, antes de reaccionar y adentrarse en la habitación, demasiado confundida para terminar de admirar la oficina que, si se ponía, seguramente le encantaría. "No puede estar hablando en serio. Usted no me conoce." Le dijo, como si esa premisa fuese suficiente como para hacer de 'su voluntad' algo absurdo.
De repente se sintió orgullosa de su padre y de que jamás diera su brazo a torcer con Laurentia. Claro que no podía acceder a casarla con Roan, ¿con qué moral podría hacerlo? Él se había casado por amor y con una muggle, después generaciones de magos, no necesariamente millonarios y con relaciones florecidas en Hogwarts en su mayoría. Su apellido se estaba extinguiendo incluso por falta de matrimonios. Ese pensamiento le recorrió la espalda como un escalofrío. Nunca había rechazado la idea del matrimonio pero ahora lo sentía casi obligatorio.
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La miró reírse sin entender qué era lo gracioso. Comenzaba a creer que era una cuestión de genética eso de tener un sentido del humor completamente distinto al del resto del mundo y definitivamente eso no les hacía especiales o geniales, sólo extraños. Entonces Frankie la miró con extrañeza con la frase 'qué es tan gracioso' en la punta de la lengua, más se quedó ahí, tal vez porque se distrajo al verla caminar hacia su silla, pensando que ella debería hacer lo mismo pero en otra silla, lo más lejos posible de Laurentia pero no lo suficiente para que se notara que no quería estar cerca.
Acercó una silla frente al escritorio, frente a la mamá de Roan, y escuchó el resto de lo que le dijo, y mantuvo el silencio hasta que le hizo una pregunta. "Usted es la primera que lo dice." Le contestó, tratando de no sonar antipática. "¿Realmente creyó que le diría que sí alguna vez? Es decir, él se casó con quien le dio la gana y no conoce a Roan. Dudo que sepa más de él aparte de que 'Es un buen muchacho'" Le dijo, imitando al final un poco la voz de su padre, grave y de acento campesino.
Acercó una silla frente al escritorio, frente a la mamá de Roan, y escuchó el resto de lo que le dijo, y mantuvo el silencio hasta que le hizo una pregunta. "Usted es la primera que lo dice." Le contestó, tratando de no sonar antipática. "¿Realmente creyó que le diría que sí alguna vez? Es decir, él se casó con quien le dio la gana y no conoce a Roan. Dudo que sepa más de él aparte de que 'Es un buen muchacho'" Le dijo, imitando al final un poco la voz de su padre, grave y de acento campesino.

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Frankie tenía problemas para medirse con casi cualquier cosa, entre ellas estaba el azúcar. Aceptó la taza pronunciando un 'gracias' educado pero sin mirar a Laurentia, mientras le echaba cinco cucharadas de azúcar a su té y revolvía. Se llevó la taza a los labios, agradeciendo el líquido y su sabor, recordando que por la emoción de la aventura se había olvidado de desayunar antes de salir. Esperaba que su estómago no comenzara a rugir durante la conversación.
Se inclinó un poco, para ver las fotos en movimiento de la familia Fletwock, luego alzó la vista al no saber exactamente qué era lo que debía mirar. Frunció el ceño, pensando que lo que ella le decía no concordaba con la historia que se había hecho en su cabeza.
"¿Quiere decir que usted quería casarse con el Sr. Fletwock cuando lo conoció o sólo dice eso para no sentirse mal consigo misma?" Preguntó, a sabiendas (después de decirlo, obviamente) que eso había sonado mil veces mejor en su cabeza. Era una pregunta inocente aunque no había sonado como tal.
Se inclinó un poco, para ver las fotos en movimiento de la familia Fletwock, luego alzó la vista al no saber exactamente qué era lo que debía mirar. Frunció el ceño, pensando que lo que ella le decía no concordaba con la historia que se había hecho en su cabeza.
"¿Quiere decir que usted quería casarse con el Sr. Fletwock cuando lo conoció o sólo dice eso para no sentirse mal consigo misma?" Preguntó, a sabiendas (después de decirlo, obviamente) que eso había sonado mil veces mejor en su cabeza. Era una pregunta inocente aunque no había sonado como tal.

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Mientras Laurentia describía a Colton de joven, solo podía pensar en Roan, aunque era inevitable, es decir, ¿Hola? ¿Un tipo que se jactaba de sus insignias y una novia tetona? Decía Roan Fletwock por todos lados. Así que al final, su compañero había sacado un poco de ambos padres. Se preguntó si ella habría sacado algo de su mamá también, nunca lo sabría.
Pero la mamá de Roan dijo algo que no le cerraba del todo. "¿Y usted sabría que eso sucedería? ¿Que Colt- El señor Fletwock haría todo lo que usted odia hacer?" Inquirió. No entendía cómo alguien puede anticiparse a ese tipo de cosas antes de la convivencia continua.
Los Fletwocks eran extraños.
Pero la mamá de Roan dijo algo que no le cerraba del todo. "¿Y usted sabría que eso sucedería? ¿Que Colt- El señor Fletwock haría todo lo que usted odia hacer?" Inquirió. No entendía cómo alguien puede anticiparse a ese tipo de cosas antes de la convivencia continua.
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Frankie la miró con atención y silencio, apretando la mandíbula, incapaz de ver hacia otro lado que no fuesen los ojos o los labios de Laurentia Fletwock. Le confundía el hecho de que fuese tan joven, como si a su cara no le correspondieran los tres hijos que tiene debajo de la manga. Ella decía que su papá tenía cara de Hugo, Laurentia tenía cara de mujer sola, fuerte e independiente. No estaba tan lejos igual, simplemente no estaba sola.
Cuando terminó, tal vez por cansancio o para poder pensar, Frankie miró su regazo, sopesando sus ideas. "¿Y de qué forma usted creyó que yo haría feliz a Roan?" Preguntó, alzando la mirada. Ella no podía, él tampoco la haría feliz, sin mencionar que no ha podido superar a su mejor amigo que ahora viven en la misma granja. Frankie se tuvo que alejar pero no ha cambiado nada, no para ella. Laurentia no tiene sentido.
Cuando terminó, tal vez por cansancio o para poder pensar, Frankie miró su regazo, sopesando sus ideas. "¿Y de qué forma usted creyó que yo haría feliz a Roan?" Preguntó, alzando la mirada. Ella no podía, él tampoco la haría feliz, sin mencionar que no ha podido superar a su mejor amigo que ahora viven en la misma granja. Frankie se tuvo que alejar pero no ha cambiado nada, no para ella. Laurentia no tiene sentido.

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Sentía que la estaban regañando, ¿Por qué sentía que la estaban regañando? La manera de hablar de Laurentia le confundía, el hecho de estar tan segura de cómo era Frankie le molestaba, pero en un grado aún mayor le intrigaba. ¿Qué le había hecho creer a ella que conocía su carácter sólo por tratarla en algunas comidas y quizás viéndola montar? Claro que, si lo pensaba un poco (Frankie no era lo que se llama una persona reflexiva), ella no creía en los límites (eran innecesarios) y no le molestaría estar varias horas al día montada en un caballo. Pero había mucho más en un matrimonio de lo que Laurentia quería hacerle ver, Frankie presencia día a día uno muy feliz y funcional. Bruno y Holly hablan, se ríen y comparten gustos. Lo que Laurentia quería era una especie de contrato bilateral entre los dos Gryffindors: Yo te ofrezco libertad y tú me ofreces orden, o algo así estaba entendiendo.
"Okay, admito que me gustaría pasar más tiempo montando a caballo, pero no quiero nada de orden o reglas o lo que sea. A mi me gusta la libertad con la que me han criado y ciertamente Roan se ve muy feliz siendo el hijo favorito de Godric y el oh señor de los prefectos. Y aún cuando sí creo que debería soltarse un poco porque es un estirado, eso no significa que yo vaya a ayudarlo. ¡Además está Mila! Se van a casar en nada." Le dijo, hablando más en su tono informal de siempre "Y usted los aprobó, supongo." Agregó, dudando un poco.
"Okay, admito que me gustaría pasar más tiempo montando a caballo, pero no quiero nada de orden o reglas o lo que sea. A mi me gusta la libertad con la que me han criado y ciertamente Roan se ve muy feliz siendo el hijo favorito de Godric y el oh señor de los prefectos. Y aún cuando sí creo que debería soltarse un poco porque es un estirado, eso no significa que yo vaya a ayudarlo. ¡Además está Mila! Se van a casar en nada." Le dijo, hablando más en su tono informal de siempre "Y usted los aprobó, supongo." Agregó, dudando un poco.

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Contuvo el aire por un segundo.
"Lo estamos." Contestó de inmediato, sin titubear -¿Lo estamos?- Dudó, pero no quiso pensarlo demasiado. En realidad, no quería pensar sobre este asunto demasiado porque le daba miedo llegar a algún punto en el que estuviese de acuerdo así sea en una octava parte de lo que Laurentia estaba diciendo. A Frankie no le molestaba el matrimonio de Roan con Mila, aunque tampoco lo celebraba porque creía que eran demasiado jóvenes y estúpidos para casarse, pero esa era su versión más madura pensando, la versión que quizás no es madura en nada. Mila y Roan juntos le daban ganas de bostezar, pero no incomodidad. Mila y Roan están bien juntos, no importa lo aburridos que sean.
En eso, se miró su trenza, sabiendo que no era ni la mitad de bonita de cómo Roan se la hacía, o solía hacer. Frankie nunca fue de hacer manualidades, siempre ha sido muy tosca con las cosas, bruta en muchas ocasiones y torpe en el resto. Hacer trenzas era casi un arte para ella y eso debía reconocérselo a Laurentia. "Quizás usted pueda enseñarme." Le dijo, sin pensarlo demasiado. "No solo lo de las trenzas." Y esta era una idea que se le ocurrió hace medio segundo, sin meditarlo ni pensar las consecuencias de sus palabras.
Laurentia Fletwock como maestra de Frankie. Demasiado inestable para predecir.
"Lo estamos." Contestó de inmediato, sin titubear -¿Lo estamos?- Dudó, pero no quiso pensarlo demasiado. En realidad, no quería pensar sobre este asunto demasiado porque le daba miedo llegar a algún punto en el que estuviese de acuerdo así sea en una octava parte de lo que Laurentia estaba diciendo. A Frankie no le molestaba el matrimonio de Roan con Mila, aunque tampoco lo celebraba porque creía que eran demasiado jóvenes y estúpidos para casarse, pero esa era su versión más madura pensando, la versión que quizás no es madura en nada. Mila y Roan juntos le daban ganas de bostezar, pero no incomodidad. Mila y Roan están bien juntos, no importa lo aburridos que sean.
En eso, se miró su trenza, sabiendo que no era ni la mitad de bonita de cómo Roan se la hacía, o solía hacer. Frankie nunca fue de hacer manualidades, siempre ha sido muy tosca con las cosas, bruta en muchas ocasiones y torpe en el resto. Hacer trenzas era casi un arte para ella y eso debía reconocérselo a Laurentia. "Quizás usted pueda enseñarme." Le dijo, sin pensarlo demasiado. "No solo lo de las trenzas." Y esta era una idea que se le ocurrió hace medio segundo, sin meditarlo ni pensar las consecuencias de sus palabras.
Laurentia Fletwock como maestra de Frankie. Demasiado inestable para predecir.

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Frankie se creía una persona con un excelente sentido del humor, sin embargo, esas risas burlonas de Laurentia le tocaban una tecla que tiene por nombre Fletwock, porque eran los únicos que la activaban. Es una tecla peligrosa, que la hace hacer cosas locas como insultar a la gente, poner en riesgo su vida y sugerir cosas absurdas como tutorías de Laurentia Fletwock. Si Frankie no fuese una persona tan firme en sus decisiones (por no decir obtusa), ya se habría retractado.
"No encuentro divertido nada de lo que le acabo de decir, Señora Fletwock, hablé bastante en serio." Le dijo, exigiendo en cierta forma algo de respeto. Era la primera vez que trataba con ella así que no sabía que era así siempre. Su mirada de desdén también le parecía que estaba de más. ¿Para qué tanto afán con unirla con su hijo si ni la tomaba en serio? No entendía.
"Porque Roan ya no está disponible," Comenzó, sin inmutarse "y no creo que a usted le moleste tener un proyecto personal. Además, usted lo dijo, necesito más tiempo en una montura." Dijo.
"No encuentro divertido nada de lo que le acabo de decir, Señora Fletwock, hablé bastante en serio." Le dijo, exigiendo en cierta forma algo de respeto. Era la primera vez que trataba con ella así que no sabía que era así siempre. Su mirada de desdén también le parecía que estaba de más. ¿Para qué tanto afán con unirla con su hijo si ni la tomaba en serio? No entendía.
"Porque Roan ya no está disponible," Comenzó, sin inmutarse "y no creo que a usted le moleste tener un proyecto personal. Además, usted lo dijo, necesito más tiempo en una montura." Dijo.
