El problema de los corchos

[Basil Markinswell]

La paranoia no tenía límites y la de Basil iba en aumento. Volver al colegio y estar cerca de Alessa y su posible-maldición-gitana lo habían puesto nervioso, pero no quería resignarse a tener mala suerte toda su vida sólo por haberle dado un beso en una obra de teatro escolar. Si al menos hubiera pasado algo más... pero no, ahora estaba maldito y con una escoba que volaba chueco por culpa de Greystone.

Había salido a practicar para poder volar con la escoba que se suponía que tenía que jugar al quidditch ese año, porque Deren lo había mantenido en el equipo titular. Basil siempre había sido un poco perezoso a la hora de jugar pero no quería hacer papelones y que la escoba lo tirara en pleno vuelo o que lo estrellara contra una de las tribunas. Rogaba porque dejara de volar chueco y estar temperamental, pero ese palito de madera y paja no parecía estar de acuerdo con sus expectativas y lo había hecho levantar altura de manera errante, llevándolo hasta una de las torres donde decidió sacudirse el equipaje,o sea a Basil. Cayó raspándose el brazo contra uno de los techos y aferrándose al marco de una ventana pudo detener la caída y pararse sobre el alféizar, donde parecía que iba a tener que quedarse a vivir porque su escoba siguió volando sola hasta desaparecer en dirección al bosque prohibido. Apretó los dientes, molesto, observándose el brazo lastimado y recién cuando se le pasó el enojo inicial se dio cuenta de lo terrible de su situación. Estaba en la ventana de una torre! Podía ver el lago y las montañas perfectamente desde allí, aunque quizás no era tan buena idea mirar el paisaje y tomar consciencia de la altura en la que estaba. Sintió vértigo en el estómago y ganas de morir ahí mismo. ¿Cuánto más tenía que sufrir para que Alessa le quitara de encima esa maldición?

Tenía que salir de allí, volver a entrar al castillo y, sobre todo, sobrevivir y no caerse. Comenzó a golpear la ventana que tenía más cerca deseando que hubiera alguien que lo escuchara y lo ayudara. Siguió golpeando de manera insistente, sintiendo que cada segundo era una eternidad...

[Basil Markinswell]

Por el bien de Basil y su integridad física, vamos a suponer que sí, que la vida decidió sonreírle y que no sólo había puesto a Tamsin en su camino para que lo ayudara, sino que las ventanas se abrieron hacia el lado de adentro del aula. El alivio que sintió cuando la ventana cedió y vio el interior del salón lo hizo recuperar el aliento y las ganas de respirar. Tomó aire profundo, notando que seguía estando alto y que iba a tener que pegar un buen salto para volver al suelo, estable y bello suelo.

Levantó la vista y notó a la responsable de su repentino golpe de buena suerte. Whitehorn. Se quedó viéndola unos segundos, porque era la ex de su primo y nunca había sabido cómo tratarla. Para él era terrible, porque quería caerle bien a todo el mundo y Tamsin tenía una expresión que le indicaba que ante lo primero que dijera que no fuera de su agrado lo mandaría a matar. Y ya con una maldición encima era suficiente, no necesitaba más.
"Gracias" murmuró intentando calmarse y no pensar en eso, tenía que adelantarse un poco para sentarse sobre la ventana y poder saltar al interior "Tuve un... problemita" dijo mientras se acomodaba sobre el marco.

[Basil Markinswell]

Ya sentado en el borde de la ventana, volvió a mirarla, dudando, como si tuviera algo que esconder. Claramente no, tenía justificación, y ni siquiera estaba seguro de que casi matarse fuera algo castigable, pero la pose y la manera de hablar de Tamsin no ayudaban a que se tranquilizara después de su aventura voladora.

"Mi escoba enloqueció" no podía acusar a Greystone de intento de homicidio, no creía que Tamsin fuera muy afecta a creer en maldiciones gitanas, y para acusarla de robarse maldiciones de la sección prohibida de la biblioteca necesitaba pruebas "Me tiró en pleno vuelo y caí aquí" respondió sincero, esperando que ella le creyera. Se ayudó con los brazos para tomar envión hacia adelante y saltar al suelo, cayendo en el espacio frente a Tamsin.

[Basil Markinswell]

Arrugó apenas los ojos al sentir sus tobillos resentidos por la caída abrupta al suelo. Estaba todavía intentando recuperarse cuando la pregunta de Tamsin lo hizo sonreír sin ganas.

La miró desde los diez centímetros que le llevaba (otro problema los corchos) y asintió levemente "Claro que estoy seguro" o sea, jugaba quidditch hacía un año como titular, pero había practicado bastante antes, y no era un niño de primer año para que una escoba lo tirara porque sí. Claro que la escoba era la que tenía el problema! "Anda mal desde el verano... ya no me sirve" le explicó antes de alzar las cejas, mirándola más interesado ahora que decía eso por primera vez en voz alta. Dicen que el primer paso para solucionar un problema es admitirlo, y ahora que lo había hecho tenía la solución frente a sus ojos: Tamsin Nimbus Whitehorn, su salvadora.

[Basil Markinswell]

Sonrió divertido por la presunción de la chica. ¿En serio su primo había cortado con ella cuando era tan divertido escucharla quejarse y patalear sin siquiera dejarlo meter bocado? Dio unos pasos más, escuchándola, y dirigiéndose a uno de los asientos del aula. Necesitaba descansar un instante por la fuerza que había hecho para no caerse de la ventana y comprobar que no se hubiera roto nada más, aparte de su escoba y su dignidad.
"De hecho..." comenzó a hablar mientras se sentaba "Es la Nimbus que el padre de Deren le regaló a todo el equipo el año pasado" alzó una ceja mirándola para saber su reacción "Yo pienso que enloqueció... y no creo que sea por alguno de esos motivos que dices, ¿cierto?" preguntó para saber su opinión ya que parecía tener una para cada cosa.

[Basil Markinswell]

Estaba chequeando el estado de su capa y sus zapatos mientras la escuchaba a Tamsin. Quizás fuera porque se sentía aliviado de no haber caído desde esa altura ni haberse roto nada más, pero las respuestas de ella lo hacían sonreír. Además estaba siempre su necesidad de caerle bien a todo el mundo y seguirle el juego, así que apelando a su cortesía de manual rechazó la propuesta de la chica.
"Gracias, pero jugué la mitad de los partidos de la temporada pasada con ella..." le dio a entender que ya sabía usarla "Claro que son buenas escobas, creo que de verdad algo la hizo dejar de funcionar durante el verano" insistió con su teoría porque todavía no había ocurrido su encuentro con Alessa que le quitaría finalmente la maldición Greystone a su vida "¿Tiene alguna protección o algo así contra encantamientos o maldiciones?" quiso saber, quizás podían revolucionar el mercado de las escobas (?) si todavía no se les había ocurrido hacer una escoba que fuera imposible de controlar por alguien más que no fuera su dueño.

[Basil Markinswell]

Era una lástima que Tamsin se pusiera de mal humor y no la estuviera pasando tan bien como él. La molestia de la chica le causaba gracia y no sabía por qué, las teorías descabelladas que lanzaba la volvían entretenida. Volvió a ponerse de pie una vez que se sintió mejor y le sonrió como si lo último que dijo fuera un chiste.

"¿Crees que alguien de mi propia casa me hechizó la escoba?" preguntó interesado, quería escuchar todas las locuras que le pasaban por la cabeza a Tamsin. Era como cruzarse a alguien tan opuesto que resultaba fascinante, ella parecía tener el filtro roto, ese que en cambio él tenía tan arraigado "A todo esto... ¿te interrumpí con el caída?" le preguntó para curiosear sobre qué estaba haciendo fuera de horario de clase en esa aula, en parte porque iba a ofrecerse a acompañarla un rato si a ella no le molestaba. O sí, si le molestaba era todavía mejor.

[Basil Markinswell]

Sonrió por la respuesta de Tamsin y contestó "Sí, pero no todos..." mentira, él era ambicioso de pies a cabeza pero jamás se le ocurriría romper una de las escobas que Deren les había regalado "Además ¿no crees que sería algo tonto que nos hechicen las escobas a los jugadores de nuestra propia casa?" moría por saber qué locura se le ocurriría a Tamsin para justificar esa idea, ya que parecía bastante decidida cuando algo se le metía en la cabeza "Sería más útil hacérselo a la competencia..." Si pudiera cruzaría los dedos para que esa frase la hiciera picar.

Basil no se sintió ofendido porque la chica le dijera casucha a Slytherin, a él le daba todo bastante lo mismo esa competencia, lo importante era estar bien relacionado y estar en esa 'casucha' le había servido bastante. "Te agradezco entonces" respondió haciéndose el agradecido "¿Quieres que te ayude en lo que estabas haciendo?" preguntó antes de disfrazar su curiosidad con gratitud "Así te devuelvo el favor".

[Basil Markinswell]

Era divertido que Tamsin dijera locuras, pero tenía que concederle que la última teoría lo había hecho dudar al menos unos segundos. Quizás tuviera razón, debía tener más cuidado no sólo con la rarita de Greystone o con los equipos rivales, también no venía mal desconfiar un poco de su propio grupo. "Sí, lo soy" respondió imitando el tono casual de ella, porque estaba en pleno proceso de amoldarse a Tamsin en su intento de caerle bien a todo el mundo. Nunca se sabe para qué podría necesitar a la ex de su primo.

Intentó relajarse observando el aula mientras escuchaba a la chica. Si era tan supersticioso como para creer en maldiciones gitanas, también lo era para creer en adivinar el futuro, sea con la bola de cristal o con el resto de hojas de té en una taza. Basil particularmente estaba obsesionado con no repetir la historia de su padre y no ser el hijo a quien casaran no tan ventajosamente como a su hermano mayor. Él quería ganar esa competencia interna entre Markinswells.

"¿Por qué no?" alzó también levemente los hombros y le sonrió, dispuesto a escucharla "¿Cómo lo harás?" preguntó para saber si tenía que hacer algo para ayudarla.

[Basil Markinswell]

Aunque era un adicto a mentir, no había elegido Adivinación, por lo que iba a creer lo que Tamsin le dijera (o no, quizás cuando después se lo contara a Taffy o a Darrin estos le dijeran que era un nabo por creer en esas cosas). Tomó asiento, agradecido porque todavía le dolía un poco la espalda por la caída de la escoba, y se puso derecho.
"Muy bien" respondió mientras se arremangaba apenas la túnica, de manera que ella pudiera ver bien su mano. Extendió el brazo y lo apoyó en la mesa, dejando su mano al alcance de Tamsin por si quería mirarla mejor para sus mentiras práctica.

[Basil Markinswell]

No, Basil va a creerle ciegamente, soy yo la que asume que Tamsin va a inventar y que va a ser muy divertido xD, aunque no para él.

Basil intentó mirar también la palma de su mano, no entendía por qué la gente la usaba como objeto de comparación para decir que conocían algo muy bien, porque se daba cuenta que era la primera vez que le prestaba atención. Nunca había notado la línea tan grande que ahora Tamsin delineaba hasta el borde su mano. Tampoco las otras dos líneas más gruesas que corrían perpendicularmente y terminaban en su dedo índice.
Estaba intrigado y las expresiones de Tamsin no ayudaban a que se calmara "¿Qué viste'" preguntó entonces al ver que ella hacía silencio nuevamente. No sonaba como algo malo, pero si era interesante como su compañera decía, necesitaba saberlo ya!

[Basil Markinswell]

Basil parpadeó, tardando un instante en reaccionar. Claro que conocía a Crowley! Eran compañeros, aunque la ignorara por vivir en su mundo, sabía perfectamente quien era. Pero la carcajada de Tamsin lo hizo reír sin muchas ganas, pensando en que era una broma. Obvio que no había leído eso en su mano, era imposible.

La miró sonriendo con falsedad "Vamos, en serio" le dijo "Aunque Trelawney es capaz de creerte... estoy seguro de que no leíste eso" Se puso algo impaciente porque no quería que Tamsin le tomara el pelo, quería que le dijera algo útil como que iba a ganar el último partido de qiudditch de la temporada, o que se iba a casar con Joanne o alguien así de importante.

[Basil Markinswell]

Se mantuvo en silencio, expectante, porque esta vez Tamsin prometía leerle la mano en serio. Basil no solía tener cosquillas, pero el roce de los dedos de la chica en su mano le provocaba una sensación ligera de molestia. Era tolerable así que se mantuvo serio y no le dijo nada, era más interesante escuchar que viviría mucho y que tendría varios amores. Asintió con la cabeza cuando la chica habló de desafíos en su futuro, sin molestarse, creía que de todas las cosas que podría haber leído ella en su mano, le estaban tocando cosas bastante afortunadas.

"¡Eres muy buena en esto!" la aduló porque sabía que era la manera de conectar con su compañera y con la mayoría de las personas "¿Algo más que veas?" preguntó entonces inclinándose levemente hacia adelante para mirar él también la palma de su mano "¿Las otras líneas que no son tan largas no significan nada?" Había un aspecto que ella no había mencionado pero era el que más le interesaba en ese momento: el dinero.

[Basil Markinswell]

Los dos (y todos) eran mucho más felices cuando les decían lo que querían escuchar y Basil era muy bueno en eso, así que no había motivo para que, ahora que ella había bajado un poco la hostilidad, no se llevaran bien.

Le interesó cuando habló del destino y volvió a bajar la mirada, intentando identificar la línea de la que hablaba Tamsin pero sin poder hacerlo. Se conformó con saber que sería exitosa, aunque aún no tuviera idea de qué profesión se trataba, dudaba que fuera así porque no le ponía mucho empeño a nada, hasta era un capitán de quidditch bastante mediocre, recién el año siguiente comenzaría a ponerse las pilas consigo mismo. Como no pudo ver nada, dejó de buscar y se concentró en la que ahora su compañera recorría, provocándole nuevamente esa molestia extraña por el roce.
Se sorprendió porque lo que Tamsin decía tenía mucho de verdad y si eso era cierto, significaba que todo lo demás también. Volvió a mirarla, intentando disimular "Como todo el mundo, supongo..." respondió intentando justificarse "¿A ti no?"