Orientacion Tardia

[Clotilde Mollet]

Se encontraba en la torre del reloj mirando el patio con científico interés. No sabía qué estaba buscando entre las personas que pasaban, probablemente que alguno tenga un cartel con la respuesta a la pregunta que le hicieron esa mañana.
Pero no, nadie hacía carteles en ese lugar, solo ella, porque le parecía la manera más fácil y rápida de llegar a las personas sin necesidad de hablarles.

La charla que tuvo hoy con el jefe de su casa era con motivos vocacionales, algo que solían hacer con los de quinto curso pero se ofrecieron a hacerla a los de intercambio en el caso de que en sus respectivos colegios no la hagan. A Clotilde le pareció interesante (y tampoco tenía nada mejor que hacer) así que aceptó con buena predisposición. Ella, después de todo, aún no estaba segura de qué haría luego de salir de ese castillo.

Flitwick y ella pasaron por todas las carreras mágicas que existían. Desde medimagia hasta herbología. Podía estudiarlas todas porque tenía las calificaciones pero nada le gustaba y salió de su despacho más confundida que cuando entró. El enano no entendía que ella quería hacer algo con significado, pero no quería algo tan trivial como salvar personas o encontrar a los mortífagos restantes. Ella quería hacer algo especial, pero no sabía qué.
Estaba confundida, frustrada y por eso, en la torre, a dos horas de la cena, sacó la cajetilla de cigarrillos.

No le sorprendió que al abrirla estaba casi entera y la había comprado hace un mes, que fue cuando se enteró que había un dealer (¿Por qué no dicen eso en la charla introductoria, eh? Porque se nota que todo el mundo sabe de ese Hufflepuff capitalista). Clotilde no era una adicta, empezando con que era un gasto adicional innecesario y terminando porque era demasiado típico de los que se creían marginados. Ella es algo así como marginada, pero no le gusta lo típico.
Aunque eso no quita que sepa apreciar las bondades de la nicotina en momentos de estrés.

Tomó un cigarrillo y se lo llevó a la boca, sacó la varita, para encenderlo y le dio una calada, con tranquilidad.
A lo mejor su destino no estaba en el mundo mágico. Quizás los muggles tenían mejores oportunidades para ella, solo tenía que darse cuenta lo que le gustaba, o, al menos, lo que menos detestaba.

En eso, escuchó pasos detrás de ella. Se giró, nerviosa, escondiendo el cigarrillo a sus espaldas, olvidándose por completo que esa era una zona fumadora por excelencia.

[Clotilde Mollet]

((Incluso, después de ver ese video, yo pensaba que era hetero. Lo que hace el amor ciego))

Bajó los hombros, aliviada y sacó el cigarrillo de su escondite, llevándoselo a la boca. Puso el brazo izquierdo en un ángulo de noventa grados, pegado a su abdomen, mientras que el codo del derecho se apoyaba en el dorso de la mano del izquierdo. Su mano derecha sostenía el cigarrillo.

"Hey" Contestó en tono monocorde mientras observaba a Jolene de arriba a abajo antes de girarse de nuevo a ver al patio.
La conocía, obviamente. Estaba en su casa, era mucho menor y también era hija de unos tipos famosísimamente muggles. No podía recordar dónde lo había escuchado aunque lo intentó, por unos segundos. Para ser honestos, si Clotilde raramente le dirigía la palabra a gente de su edad, difícilmente se la dirigiría a alguien tres años menor. No era personal, simplemente estaba predispuesta a no escuchar nada productivo de sus bocas.

Miró su cigarrillo, calculando el tiempo que tardaría en fumarlo. No quería compañía en ese momento, había ido allí para pensar. Esperaba que Jolene fuese silenciosa o, mejor, que se fuera de allí. Pese a que no la conocía ese breve intercambio de miradas le bastó para saber que no la delataría. Son de la misma casa además, y los azules (hasta donde sabe) no eran unos reconocidos soplones.

[Clotilde Mollet]

((Se les puede dar mientras están en clóset pero después ya no da, porque sabes que no te quieren.))

Giró la cabeza lentamente hasta posar la vista en Jolene. Se le ocurrieron varias cosas para decirle, empezando por ¿No tienes una varita? Y terminando con No. ¿Por qué? Porque, aunque en realidad no estaba en su naturaleza ser así, la costumbre era algo complicado de quitarse. No obstante, pensó que si Jolene se terminaba su cigarrillo rápido se iría más rápido, y Clotilde tendría más tiempo para pensar en su futuro a solas.

Con un suspiro de fastidio, le dio una calada al cigarrillo antes de pasárselo sin decirle nada. Soltó el humo tratando de hacer círculos pero no le salió bien, nunca le salía bien, algunos eran solo humo otros eran una forma extraña e irregular. No practicaba mucho de todas maneras, no tenía tanto tiempo libre para eso. Hacer carteles que nadie va a leer le quita demasiado tiempo.

Volvió a mirar a Jolene, pensando de repente que ella era demasiado joven para comenzar a fumar. Abrió la boca para decirle eso pero la cerró. Ella no era su madre ni su amiga ni tenía ese algo que tenían algunas personas que las impulsaban a dar consejos útiles a las personas. Todos sus consejos eran útiles pero no solía darlos si no los pedían. O le daban cuerda, que para ella es lo mismo.

Esperó a que Jolene terminara y extendió la mano con los dedos abiertos para encajar el cigarrillo entre ellos.

[Clotilde Mollet]

((Esas relaciones con famosos son clase aparte. Todas lo sabemos.))

Aceptó el cigarro de vuelta, colocándolo entre los dedos índice y medio, sin mirarla porque así iba encaminada su relación: cero contacto visual, cero intercambio de palabras, sólo humo y voces mentales. Eso le gustaba, incluso comenzaba a agradarle la situación cuando Jolene comenzó a hacer su acto con el humito. Felicidades, tienes dinero para comprar cigarrillos especiales, un aplauso para tus padres que te pagan tus lujos.

Clotilde cesó de sus intentos por hacer circulitos porque automáticamente lo vio ridículo y se limitó a fumar, tratando de concentrarse en su problema y no en lo mucho que le gustaría poder hacer dragones con la boca. -Cosas que te gustan. Te gusta hacer cosas con las manos. Te gustan los barbudos. Te gusta el cigarro que tiene la niña... No, para- Clotilde tuvo que voltearse y darle la espalda a Jolene, no podía concentrarse, de verdad que no -Te gusta el olor a óleo. Odias a los Picasso wannabe. ¿Acaso ese cigarro huele distinto?- Dio una larga calada, tratando ahogar con humo los pensamientos sobre el cigarro de la otra Ravenclaw, odiando su presencia allí.

"Arte." Dijo casi murmurándolo. No había sido su intención pensar en voz alta, pero su mente mezclaba pensamientos oportunos e inoportunos sobre la chica de al lado que era difícil sacar una conclusión interna.

[Clotilde Mollet]

Era algo muy molesto eso de que la interrumpieran en medio de una epifanía, pero tal vez aún más molesto era la voz de Jolene: ¿Cómo podía ser ronca y aguda a la vez? No es que ella se fijara en voces todo el tiempo, tal vez era el simple hecho de que la estaba interrumpiendo que hacía que odiara todo con respecto a ella. Lo de siempre.

Se giró porque no daba que la ignorara "No la conozco." Le contestó levantando una ceja y mirándola de arriba a abajo sin ninguna razón en específico o siquiera fijándose en su cuerpo realmente, era sólo una mirada de desdén que lleva usando sin darse cuenta por muchos años.

Se llevó el cigarrillo a los labios y le dio otra calada, pensando de nuevo en su futuro. ¿Cómo hacen los magos para obtener un título de bachillerato muggle? Estaba segura de que necesitaría uno para aplicar. Debía preguntar eso.