Fecha de entrega

[Jesse Sacheverell]

Él había puesto muy claro en el formulario de pedido que la fecha de envío debía ser ANTES del 12 de Febrero, y hasta lo había subrayado dos veces para hacer énfasis. Y sin embargo, ahí estaba, en la lechucería con los brazos cruzados y mirando por la ventaba mirando a cada lechuza que llegaba con los ojos entrecerrados en forma de amenaza. Porque más le valía a alguna, ¡más le valía!, estar trayéndole el pedido.
Y lo peor es que la noche anterior se lo había anunciado, por confianzudo, asumiendo que llegaría durante el desayuno como muy tarde. Pero no. Y por eso estaba ahí, esperando con desesperación si es que tal existencia podía ser posible.

[Vivienne Branagh]

Dicen que la curiosidad mató al gato. Vivienne no sabía nada sobre eso, pero encontraba que la curiosidad era algo en extremo molesto, y totalmente te culpaba, Jesse, porque tú le habías prometido algo sin revelar los detalles, y a partir de ese momento no había podido dejar de pensar en ello.
Durante un rato trató de distraerse en su sala común haciendo tarea, pero finalmente no pudo más. Después de darse una vuelta por algunos lugares donde se reunía mucha gente (como la biblioteca) y preguntar a un par de Gryffindors, levantó la mirada hacia la torre oeste ((creo)). -No…-. De modo que ahí estaba, a punto de cruzar el umbral que daba acceso a la lechucería. Sobra decir que ella no era fan de esta área del castillo. Miró el piso y se le revolvió el estómago.

[Jesse Sacheverell]

((Pones 'creo' como si no supieras más de Hogwarts que Rowling, smh))

-¿Me estás cargando?- pensó mientras miraba con rencor a una lechuza de plumaje marrón claro que voló por encima de su cabeza y luego siguió de largo, saliendo por la otra ventana.
Descruzó los brazos, golpeándolos contra los costados del cuerpo audiblemente, por lo que algunas lechuzas agitaron las alas en protesta, y otras dejaron caer sus deshechos a su alrededor. Jesse estaba por convertirse en el hombre paloma y ni enterado.

[Vivienne Branagh]

((Jajaja, exagerado))

Lo lógico: soltó un chillido asqueado cuando comenzaron a llover desechos. -No me toquen, no me toquen, no me toquen-. "¡Qué asco!" expresó en voz alta y profunda (me pregunto si eso provocó que otras cuantas se alteraran y soltaran más desperdicios). Miró a Jesse, sin saber si reclamarle o no, porque es desubicada, pero tiene que reconocer que nadie la obligó a ir a meterse ahí.

[Jesse Sacheverell]

Giró la cabeza en dirección a la misteriosa voz y su rostro (que demostraba lo enfadado que estaba con las lechuzas, aunque la culpa seguro que era de quienes estaban a cargo del servicio de pedidos por correo) cambió en algo que era mezcla de preocupación y horror.
"..." la iba a saludar, en serio que sí, pero se le había ido todo el plan por la cañería desde el comienzo del día y se había quedado trabado, metido en un limbo lleno de caca de lechuza.

[Vivienne Branagh]

Enarcó una ceja, porque creo que es válido decir que nunca había visto a Jesse enfadado. Y es muy gracioso cómo afectan ese tipo de cosas, porque instantáneamente toda su actitud cambió sin que ella se diera cuenta (conscientemente, al menos), incluso si después la expresión de él mutó a una mezcla de preocupación y horror.
"¿Quieres despegar o algo?" preguntó sonriendo, haciendo referencia al movimiento de los brazos contra los costados anterior. Se quedó de pie donde estaba, porque seguía sin querer que la tocara la popó de lechuza.

[Jesse Sacheverell]

"Um" soltó, mientras su expresión se relajaba otra vez. Aún así, lo cierto es que estaba bastante preocupado por el paquete, y porque se imaginaba que Vivienne iba a estar enojada con él por haber armado tanta expectativa y terminar decepcionándola.
"Estaba considerando tirarme por la ventana, solamente eso" comentó, con una sonrisa de lado, guardando las manos en los bolsillos mientras daba un paso hacia ella, pasando por encima de un charco grisáseo y apestoso.

[Vivienne Branagh]

Se rió tranquilamente, como si bromear con la posibilidad de suicidio fuera hilarante. "Sería muy egoísta, ¿no? Le arruinarías el día a los que te vean aterrizar, o peor, ¿qué tal si le caes encima a alguien?" planteó, abriendo mucho los ojos para transmitirle mejor el horror de la situación en potencia. Negó con la cabeza. Daría un paso hacia él también, pero no podía localizar un espacio que estuviera dispuesta a tocar con la punta de su zapato derecho.

[Jesse Sacheverell]

Cada segundo que pasaba lo hundía más y más en la desesperación. Sin nada que ofrecerle, ¿qué le decía, feliz cumpleaños y te compré este chicle masticado, ojalá te guste? ¿O no la saludaba y se hacía el idiota hasta recibir el estúpido paquete? ¿Y si recibía el paquete mientras estaba con ella y se lo daba sin quitarle el recibo y ella se ofendía viendo el precio? Jesse no estaba acostumbrado a lidiar con estos problemas.
"¿Y si le caigo encima a alguien que te cae mal, y lo hago de forma graciosa?" ofreció, alzando los hombros. -¿Feliz cumpleaños?- iba a sonar súper estúpido.

[Vivienne Branagh]

Creo que se está azotando un poco, luego sus fans vendrán a lincharme por estresarlo cuando él hace el trabajo solo. Honestamente, creo que un 'feliz cumpleaños' y satisfacer su curiosidad sobre qué era el regalo bastaría.

Se mordió el labio inferior para no sonreír de nuevo. Iba a decir algo, pero no tenía muchas ganas de delirar en ese momento. "Huele horrible" murmuró. Las lechuzas le parecían simpáticas (en cuanto a su aspecto) y muy útiles, pero como buena hija de muggles, todavía no se acostumbraba a la idea de que éste era un medio de comunicación popular y aceptado. La oficina de correos que visitaba en Londres definitivamente no estaba cubierta de popó y tampoco olía así ni en sus peores días.

[Jesse Sacheverell]

Tú hablas de las fans como si fueran reales, pero bien que Vivienne me dejaría caer por la ventana si un Dominic Dogberry (así normal, ni siquiera tenía que estar sin camisa) se lo sugería.
"Es que comí frijoles" explicó, señalando con un dedo la salida de la lechucería y agachando la cabeza, como ofreciéndole ir hacia allá. O donde fuera, la verdad, ya no tenía sentido esperar ahí.

[Vivienne Branagh]

No voy a discutir el tema, evidencia hay de sobra. Tampoco negaré lo de Dominic, pero creo que el mundo entendería. Al menos el porcentaje del mundo formado por mujeres heterosexuales y hombres gays.
-Yuck-. Lo miró con desagrado. Ese tipo de comentarios también afectaban. "Pulgas, vamos a tener que buscarte a un entrenador o hablar con el veterinario sobre tus problemas" comentó. No quiero que sea costumbre asociar a tus personajes con perros, pero…
Captó el mensaje y comenzó a retroceder sobre los pocos pasos que se había internado en la lechucería.

[Jesse Sacheverell]

Iba a quejarme de que me los compares con perros, pero la verdad es que no me puedo quejar de que estés tan confundida que los consideres como un animal que tiene tan buena fama.
"Hablando de problemas..." comenzó, pero se quedó callado a propósito para comprarse tiempo, mientras caminaba con cuidado de no pisar nada (nada húmedo, al menos, para no resbalarse en excremento).

[Vivienne Branagh]

Hey, es tu culpa: primero lo llenas de pulgas, luego haces que insunúe que va por la vida tirándose plumas. ¿Sabes a quienes les pasan esas cosas? A los perros. Pero en mi libro los perros son todos abrazables y geniales, así que es como un honor.
Llegó al umbral nuevamente y levantó la mirada para prestarle atención. Se quiso reír de nuevo y soltar un comentario de esos gracioso-ofensivos, mas se abstuvo. Ladeó la cabeza, esperando la segunda parte del enunciado.

[Jesse Sacheverell]

En mi defensa nunca tuve un perro, lo cual explica porqué no estaba al corriente de esas características y también porqué carezco totalmente de alma para comprender los sentimientos humanos.
"¿Recuerdas que hoy es tu cumpleaños?" preguntó, como si fuera una forma totalmente normal de empezar a explicar el problema. Y ni siquiera bromeaba, sino que estaba serio, tratando de decidir cómo iba a explicarse.