Nostalgia navideña

[Meg Summers]

De las dos últimas ideas de Lodbrok; entre invitar a sus compañeros de Slytherin a compartir banquete de Navidad con el resto de alumnos de las casas porque un chico Gryffindor al cual acababa de conocer se lo había propuesto o ir a hablar con Snape sobre explosiones, temblores y aires contaminados en los terrenos de Hogwarts – Probablemente a manos de algún alumno bromista – sorprendentemente a Megan la que menos pavor le provocaba era la segunda.

Megan era muy recelosa de sus sentimientos – Muchísimo más en cuanto a romanticismo se refería – Y aunque cualquier idea apasionada fuera desechada rápidamente de su cabeza, pues así había sido siempre ella; realista e impasible, no podía evitar enrojecerse bajo su tez morena un poquito cada vez que Riùrik la tocaba.

Del mismo modo que había ocurrido cuando había agarrado su mano para sostenerla, el recuerdo de aquel confortable aroma hogareño, aquella seguridad que únicamente en casa había experimentado volvió a invadirla por dentro cuando éste posó la mano sobre su cabeza y realizó ese ligero gesto afectivo.

“De acuerdo, yo hablaré con Snape…” Respondió, agradeciendo la propuesta de Riùrik que le daba la oportunidad de mostrar lo que ella consideraba – un acto de valentía. ¿Por qué? ¿Por qué quería impresionarlo? No tenía la menor idea.

Trató de sonreír sin parecer demasiado estúpida, y cuando retomaron el paso una última oleada de hediondo aire abofeteó su cara antes de empezar a cruzar el puente. “Menos mal que no fuimos” indicó, señalando con la barbilla en dirección al estadio. “Espero que si de veras se trata de una travesura de Redwood éste reciba su merecido castigo” concluyó, realizando lo que trataba que fuera un guiño cómplice al chico Gryffindor, le había parecido que él y Damon no eran buenos amigos.

[Meg Summers]

Megan caminó reflexiva junto a Riùrik. Lo que el chico exponía no era ninguna mentira; y era desafortunado que casos como aquel se dieran siempre entre alumnos de la casa Slytherin a la que ella pertenecía. Pero Summers no era así; pese al linaje de su familia, sus padres le habían inculcado valores entre los cuales cabría destacar la responsabilidad y reconocimiento de sus actos - Ya sean buenos o malos - Bien era consciente de que ella no era una ninguna alumna ejemplar, pero jamás se atrevería a tirar de influencias familiares para exculparse de alguna travesura. ¿Pensaría Riùrik que ella sería como Redwood? Llegar a tales pensamientos provocó que algo dentro de ella se encogiera.

"Es injusto, sí... Pero espero que no pienses que todos los Slytherin somos así... " trató de justificarse antes de que Lodbrok tuviera tiempo de juzgarla. "¡Daría mil veces la cara ante Snape, McGonagall, Sprout, Flitwick y todos los Jefes de casa de la historia de Hogwarts antes que tener que ser reprendida por mi familia!" añadió divertida entre tímidas risas. No era ninguna mentira, decepcionar a sus padres era una de las cosas que Megan más temía.

[Meg Summers]

(Sorry por la demora… ¡Época de exámenes!)

Megan se sorprendió al descubrir a su acompañante riéndose de su comentario… La risa del chico Gryffindor hizo estallar la ligera burbuja de preocupación que se había formado durante los últimos segundos y acabó riéndose junto a su compañero. Estaba claro que él no la había juzgado… Eso la tranquilizaba; qué tonta podía ser en ciertas ocasiones, a veces se preocupaba por nada.

Golpeó al Riùrik con el puño en el hombro del chico y se quejó de su sonrisa burlona, a sabiendas de que no había sido mal intencionada. “¡Eh… No te rías! Si de verdad me crees, ¿Por qué te ríes así, Lodbrock…?” reprendió divertida al joven Gryffindor.

[Meg Summers]

(¡Acabé exámenes! Sorry por el abandono… Os he echado mucho de menos y que pusieran las películas de HP en Netflix no ayudaba tampoco mucho que se dijera…)

Nada de valiente. Pensó en aquellas palabras del joven Lodbrok y en lo confuso que le resultaba imaginarlo acobardado. Nada de valiente. A ella sí se lo había parecido, y mucho. Si aquel chico, que había sabido mantener la calma ante el estruendo no era valiente, ¿Qué era ella entonces? Claro que, el valor no se demostraba únicamente enfrentándose a criaturas de clasificación XXXXX y magos tenebrosos.

"¿Nada de valiente? A mi parecer eres un Gryffindor muy equivocado con su propia percepción, has sabido demostrar valentía hace un momento en la torre de la lechucería, ¿Qué te hace pensar que te falta valor?" Preguntó, curiosa por saber los miedos de un chico Gryffindor de último curso.

Habitualmente se le daba muy bien aparentar seguridad en sí misma, sobre todo entre los chicos; su falta de interés hacia ellos había hecho que su indiferencia se camuflara en desenvoltura. Pero Riùrik no se le dama demasiado bien a Megan. Desde el minuto uno, él había sido el chico tranquilo y desenvuelto que solía ser ella, y ella un saco de nervios cuyo origen desconocía. Desconocer porqué se sentía así con el joven Gryffindor le provocaba más temor que sobrevolar el lago de Hogwarts con aquel calamar gigante viviendo bajo sus profundidades.

[Meg Summers]

BOOM. La confesión de Riùrik cayó de golpe sobre el pecho de Megan como una estacada. La joven no alcanzaba a entender por qué sus mejillas, cálidas desde que el chico Gryffindor la había agarrado en las alturas, se apagaban ahora que había mencionado su interés por aquella chica.

Poco podía aportar ella sobre la materia; no tenía experiencia alguna que pudiera comparar con aquella anécdota. Nunca antes un chico había resultado de interés para Megan, no en ese sentido; claro estaba.

Alcanzó a ver como las mejillas de Lodbrok enrojecían mientras que las suyas se tornaban pálidas. “¿Qué ocurrió después?” se atrevió a preguntar finalmente, tratando de disimular su inquietud de novata. “Después de que te ayudara a… «romper» tu…?” Las palabras de Megan enmudecían, el tono divertido con el que Riùrik lo había contado la desconcertaba. “… Reloj” terminó por concluir su pregunta.