Ay, ella

[Antoine Dubarre]

O sea, el año pasado era súper genial, ella y su hermano. Era como Antoine hubiera querido crecer con Regina, de haber tenido la misma edad. Ella seguiría siendo la mayor, él el menor...
Y era triste ver que Julie Olivier ahora era una nena. Porque era linda, sí, muy linda, pero seguía pensando que sería mucho más genial si fuera como antes más... no sé. Menos, quizás, menos superficial.
Quizás por eso, cuando la vio, decidió decir, casi en un cantito "Ay, ella..." cuando la vio atravesar las puertas del Hall de Entrada hacia el castillo, donde estaba él.

[Julie Olivier]

Ella entraba al castillo con 3 compañeras, y caminaba del lado que estaba Antoine. De otra forma no lo habría escuchado, ya que una de sus compañeras estaba narrando a toda voz una charla que había tenido con un chico que le gustaba.

Julie reconoció la voz y lo miró por un instante. No pudo relacionar el tono con nada que pudiera haberle hecho para merecerlo. ¿Lo habría encerrado en un armario por mirón? -no, ese fue otro-. Sólo atinó a disminuir el paso, quedando levemente atrás de sus amigas, y decirle "¿qué?" mientras lo miraba extrañada.

[Antoine Dubarre]

"Ya sabes de lo que estoy hablando" respondió casi acusándola, bastaba verla para notar la diferencia: andaba ahora solamente acompañada por otras niñas, hablando de... niños, como si fueran interesantísimos. Si eran tan geniales, ¿por qué no andaban con ellos como antes, relajadamente?
No dejó de mirarla, los brazos aún cruzados. En su defensa, los varones maduramos mucho más tarde. Como a los 42 años.

[Julie Olivier]

Julie estaba lejos de ser madura, pero al menos podía compartir la mesa con gente adulta sin decir demasiadas estupideces. Y si andaba rodeada de niñas era porque los varones de su edad todavía no estaban demasiado enterados de cómo era el tema de la adolescencia.
Volvió a pensar en todas las cosas que podrían haber enojado a Antoine, y nada. "No sé de qué hablas... no te hice nada", le dijo acercándose, un tanto ofendida.

[Antoine Dubarre]

Ladeó la cabeza, viendo conforme que Julie se alejaba de las niñas para acercarse a donde estaba él.
"No, a mí no. ¿Pero qué te hiciste tú?" preguntó. Sí, se hacía el misterioso. La rutina no era muy diferente de la que había escuchado cuando lo hacían ir a la escuela dominical. Un poco de introspección arreglaba todo, ¿no?

[Julie Olivier]

Así que queríamos pelea. Tantos años de compartir carreras y juegos con Antoine y otros varones le daban a Julie el permiso para tratarlos de igual a igual, sobre todo a alguien menor a ella.
"Nada que te interese, supongo", le contestó un tanto fría. No sabía si irse sin enterarse de qué hablaba, o quedarse y ceder terreno para, al parecer, discutir por alguna bobería. Quizás se arrepentiría luego, pero le ganó la intriga.

[Antoine Dubarre]

Aflojó los brazos y los dejó caer a los costados. "Qué lástima" le dijo, aunque obviamente no sonaba muy sincero.
"Porque, en realidad, es por tu bien" agregó bajando la voz, y alzó los hombros, como si estuviera dispuesto a dejar el tema ahí. ¡Pero claro que no! Totalmente quería reclamar a la Julie de antes de las garras del esmalte de uñas y... no sé, los ruleros.

[Julie Olivier]

Cambió el peso del cuerpo al otro pie, cruzando ahora ella los brazos. La ponía muy incómoda esto de sentirse juzgada por alguien menor que ella.
"¿Qué cosa es por mi bien?", respiró fuerte, "¿Alguien te dijo algo de mi?". Fue lo único que se le ocurrió: Que haya llegado algún chisme extraño a oídos de Antoine.

[Antoine Dubarre]

"Puede ser" y no es que fuera mentira, sino que era una forma especial de ver (y oír) la realidad. Y aparte no es que sus compañeros (de casa, porque los de su año estaban casi o más dormidos que él) no notaran que la nena ahora era una nena. Y era inevitable enojarse un poco cuando Antoine sospechó que lo hacía a propósito.
"Igual sabes de lo que hablo, Olivier" acusó.

[Julie Olivier]

"Antoine...", bufó mirando hacia arriba un instante "¿Podrías decirme de qué hablas?", dijo remarcando la palabra. Tenía ganas de irse, pero se quedaba sólo porque Antoine y Kyle se llevaban bien y ella también había pasado tardes muy divertidas con ellos en los terrenos del castillo, como un amiguito más.

[Antoine Dubarre]

Frunció el entrecejo. "¡De tí!" exclamó, tratando de no levantar la voz, pero cuidando de ser lo suficientemente expresivo para que se entendiera bien que ella, sí, ay, ella, era el problema por elección.
"Con esa necesidad de estar toda... así" le señaló el cabello con una mano, como si fuera pecado tenerlo bonito y suelto. "Sí sabes de lo que te hablo" finalizó, casi rogando que no lo hiciera decirlo, porque realmente no sabía cómo.

[Julie Olivier]

No sabía si reírsele en la cara o pegarle una patada, una acción aniquilaría toda relación posible en el futuro, y la otra la devolvería un par de años atrás. Y no, no le daría el gusto de andar con trenzas y pantalón trepada a un árbol.
"Te refieres a...", lo miró, en parte incrédula y en parte ofendida, "¿tener el cabello suelto?". Lo miró por un instante sin decir palabra, luego agregó, más calmada "¿Eso te molesta?".

[Antoine Dubarre]

La miró, incrédulo. Porque no había forma en este mundo en el que Julie no supiera de lo que él le estaba hablando, algo tan obvio y hecho a propósito que ella elegía negar, ¿para qué? Todos lo habían notado.
"¡Claro que no!" exclamó. "Y, por las dudas, no es que me moleste particularmente a mí" se señaló el pecho con el dedo pulgar. Pero no, Julie estaba tomándole el pelo. Tenía un año menos, UN año, no una década, no era retardado mental.

[Julie Olivier]

Sacudió la cabeza, cerrando los ojos. Cuando los abrió avanzó un paso hacia él, no se iría de allí sin aclarar todo este asunto.
"Momento, Antoine. ¿Hay más gente a la que le molesta algo de mi y no me lo quieres decir?", negaba lentamente con la cabeza, "¿Somos amigos o no?", porque ella consideraba que si lo que molestaba a tanta gente podía ser corregido, era deber de amigo ayudarla.

[Antoine Dubarre]

Qué buena pregunta. ¿Eran amigos? Porque digamos que ahora ser amigos era otra cosa. Cuando eran más chicos ser amigos era solamente compartir un rango de edad más o menos parecido y no tener ninguna discapacidad motriz que te permitiera treparte a los árboles o jugar carreras. Ahora ser amigos era otra cosa. Y no estaba seguro Antoine de que él entrara en la categoría de ella.
"No sé" respondió, con sinceridad, mientras se encogía de hombros. Y no lo decía de mala onda. Si había que aclarar cosas, aclarémoslas ((sp?)) todas.