Monsters of Rock

[Winston Harrington]

Estaba acostado de lado, una mano abajo de la almohada, con los ojos cerrados aunque todavía no había podido dormirse. No es que el colchón en el piso le resultara incómodo, y aunque estaba cansado físicamente su mente parecía estar dando vueltas y vueltas sobre los mismos temas. Quería dormirse, pero no podía.
Abrió los ojos y estos se enfocaron lentamente en Jo, acostumbrándose a la luz. "¿Hm?" preguntó, tratando de sonar casual. Pero temía un poco por lo que su hermana fuera a decirle.

[Josephine Harrington]

Esperó a que él reaccionara y lo miró todavía sin saber expresar lo que le pasaba. No podía decirle 'está todo bien' porque no era verdad, seguía molestándole un poco cada vez que lo pensaba pero no quería estar peleada con él.

"Te quiero igual" le dijo antes de hacer puchero, sintiéndose una tonta y dándose vuelta rápido en la cama para que Winnie no la viera. Mostrar así sus sentimientos no era algo en lo que tuviera práctica ni le resultara fácil afrontar.

[Winston Harrington]

La miró, expectante, agradeciendo en parte que estuviera un poco oscuro y que quizás ella tampoco podía verle claramente el rostro a él, como él a ella.
Cuando la escuchó sonrió, y sonrió todavía más cuando le dio la espalda. Sacó la mano que tenía abajo de la almohada sin levantarse demasiado se estiró hasta alcanzar con la mano parte de la almohada de Jo, para dejar sobre ésta la púa verde que ella había sugerido. "Yo también te quiero" se volvió a acomodar en el colchón, y cerró los ojos, mucho más tranquilo ahora. Iba a poder dormirse mucho mejor.

[Josephine Harrington]

Todavía con los ojos abiertos, se dio cuenta que se sentía de repente mucho más liviana y mejor, como cuando se quitaba una espina molesta que se le había metido en la yema de algún dedo. Ahora podía estirarse en el colchón e intentar descansar, la almohada se sentía súbitamente más cómoda y la luz que entraba por la ventana ya no molestaba.
Jo también sonrió al escuchar la respuesta de su hermano pero no sintió el regalo que Winnie le estaba dejando en la almohada porque la púa no pesaba pero sus párpados repentinamente sí. Mejor sería cerrar los ojos, quedarse con esa sensación y dormir. Mañana ya vería las cosas diferentes... ahora tenía una púa verde para recordarle que no estaba en el medio.