En los baños

[Eugene Genkov]

Sí, bueno, que rece entonces. Realmente no pierde mucho. Observó con cautela, cual gato, los pasos de Lorenz, como queriendo aprovecharse de él en cuanto fallara o hiciera algo estúpido. De hecho, podía hacerlo, pero no quería, no era divertido sin un cómplice, sin Dietrich. ¿Estará afuera? Si Lorenz salió del baño se encontraría con una habitación vacía, Dietrich había bajado a los sillones cerca de la chimenea.

[Lorenz Van Buren]

Lorenz no pensó que estaba la habitación vacía, sino que había llegado a creer que quizás Dietrich se había escondido, o que tenía una capa de invisibilidad sacada de solo Dios sabe donde y estaba de pie allí observándolo, o alguna ora cosa completamente extraña e ilógica.
Miró hacia los lados dos veces antes de avanzar con exagerada cautela y el corazón en la boca hasta su cama. Contempló la idea de ponerse los pantalones, un sweater y los zapatos obviando el resto de las prendas, con tal de evitarse otros golpes y hechizos nuevos.

[Eugene Genkov]

Oh no, Lorenz en su cama... junto a su varita. ¿Se acordaría de usarla en contra de Eugene? No es que éste se acobardara y no quisiera salir del baño, de hecho estaba recargado sobre el marco de la puerta, pero... por precausión, dejó la varita en el aire, medio apuntando a Lorenz, medio no apuntándole. -Maldito Dietrich- de repente se quedó pensando dónde estaría.

[Lorenz Van Buren]

Se cubrió la boca con el reverso de la mano unos segundos, cerrando los ojos. Una punzada de dolor acababa de recorrerle toda la espalda, y el esfuerzo por no hacer ningún ruido de queja lo dejó inmóvil unos segundos. Definitivamente iba a cambiarse con lo primero que encontrara. Si eso iba a dolerle así toda la noche no iba a poder dormir, necesitaba alguna poción analgésica, o un vicodin, o morfina. Lo que hubiera. Miró a Eugene por encima del hombro.

[Eugene Genkov]

((Pff, puse "precaución" con s en mi post anterior LOL XD))

¿Dónde estará? Seguía preguntándose el paradero de Dietrich, es que... digo, si no fuera por su repentina ausencia, la tortura física de Lorenz sería mucho más entretenida. Elevó el rostro para encontrarse con el cuerpo de Lorenz y claro que notó que éste lo estaba, digamos, observando. "¿Qué me ves, quieres más?" y con eso podía entenderse que quizá hubiera algo más en la cama de Lorenz, quién sabe. Una mente malévola nunca deja de maquilar ideas... já.

[Lorenz Van Buren]

((Qué atento soy que no lo noté hasta que lo mencionaste... y leí dos veces tu post XD))

Y eso fue suficiente decir para que Lorenz se quedara quieto en su lugar, mientras abría más grandes los ojos, ignorando unos segundos más el dolor, porque... ¿por qué lo decía? Y ahora que se ponía a pensar, ¿por qué otra razón hubiera quedado Eugene en la habitación si no era para verlo pasar por otro momento doloroso y avergonzante?
"¿Qué más hiciste?" preguntó, sin moverse. Tal vez a la mínima le caía un tarro de aceite hirviendo en la entrepierna. Se le puso la piel de gallina.

[Eugene Genkov]

((Se te pega lo birolo de Lorenz, ya no lo rolees tanto... </sarcasm> LOL Ok no JAJAJAJAJAJAJA))

No contestó. No hacía falta, con sólo sonreírle bastaba para freakear the hell out of him. Pero bueno, eso le ayudó para caminar sin problemas por el pasillo que se formaba al centro, entre las camas, rumbo a la puerta. De loco se quedaba en esa habitación, viendo a Lorenz cómo se quitaba las costras de asquerosidad pegadas en su cuerpo... que pensándolo bien, sería entretenido, hmm, sin embargo no se detuvo.

[Lorenz Van Buren]

((ALRIC, si me toca andar con una tipa como Diane, bienvenida sea la bizquedad))

-Bastardo- porque el hecho de que no le contestara y le sonriera lo ponía más nervioso. ¿Y si habían puesto espinas venenosas en sus zapatos, o llenado de... no sé, AIDS su varita? Se quedó en el lugar, mirando alrededor, como si pensara que, de tanta paranoia y nerviosismo, ahora le iba a salir un detector de encantamientos en los ojos.

[Eugene Genkov]

Pues que pensara todo eso entonces; años de entrenamiento molestando a Lorenz, le dieron la confianza de dejarlo solo y muerto de miedo en ese momento para buscar a su cuatacho Dietrich. Maldito bastardo, esperaba que siguiera en la sala común. Abrió la puerta y la cerró tras de sí al salir. Adiós Lorenz, quédate con tus paranoias y miedos.

((Le fin?!))