Por debajo del mostrador

[Sir Ulrich Lamport]

Algo bueno tenían que tener los contactos entre los Mortífagos. No es que a Lamport le desagradaran, pero en general tenía que reunirse con gente que consideraba de mayor status social pero menor, mucho menor, en lo que se trataba de lo intelectual. No sólo los tontos y los genios siguen a los grandes líderes.
Tocó a la puerta de donde le habían indicado que vivían los Carrow. No había conversado con ellos, pero los reconocía de apellido y vagamente por su físico. No era muy difícil: un tipo con su hermana, adultos. Si Voldemort había aceptado a la hermana en el círculo, seguramente era por algo.
Esperó, guardando en el bolsillo del chaleco su reloj de plata y cerró el saco por encima. No habría de demorar mucho en la visita.

[Sir Ulrich Lamport]

Lamport no expresó la sensación de ligero desagrado que le causó la mujer. Se había malacostumbrado, sin lugar a dudas, a bellezas como Bellatrix Black. Pero ¿qué le importaba eso? Venía por otra cosa.
Tomó la mano de Alecto y la rozó con los labios, muy superficialmente, y la soltó. "Miss Carrow" asumió bajando la cabeza unos segundos y la volvió a levantar mirándola a los ojos sin timidez alguna "Ulrich Lamport" se presentó.

[Sir Ulrich Lamport]

Sonrió de lado y pasó a la casa con un paso lento, casi cuidadoso. Nunca se sabe las cosas que pueden ocurrir en un hogar de un mortífago y no se fiaba fácilmente de ellos. Desarrugó la nariz para girarse hacia Alecto y volver a enfrentarla con su fachada falsa y amable "Por favor" accedió, bajando un poco la cabeza en cortesía. Observó la casa con detenimiento, era mucho más de lo que se esperaba.

[Sir Ulrich Lamport]

Había tomado asiento donde fuera que estaban ahora, presumiblemente el salón de té o un living room que Lamport había analizado en su ausencia con la mirada. Se puso de pie cuando ella regresó y volvió a sentarse después de que ella lo hiciera.
"Imagino que sí" dijo, sin querer evidenciar que en realidad era con ella con quien se suponía que necesitaba hablar. Su profesión (la de ella y la de Amycus) le venía conveniente.

[Sir Ulrich Lamport]

A cualquiera le hubieran dado escalofríos escuchar esas palabras salir de la boca de Alecto dirigidas hacia uno, pero él trató de no imaginar un significado más profundo y se limitó a mirarla. Siempre a los ojos, siempre de una forma tan fija que parecía hasta insolente.
Le enseñó a Alecto la palma de la mano para rechazar las galletas. "Realmente lamento venir hasta aquí para molestarla con algo como lo que voy a pedirle, Miss Carrow" comenzó, tanteando el terreno y cubriéndolo de azúcar social.

[Sir Ulrich Lamport]

Alecto la cagó cuando decidió dejar que sus dientes imiten el color de los galleons, pero ¿qué puedo decir? No va a rechazar sus favores basado simplemente en su falta de higiene bucal y sus cabellos locos.
"Bien" apoyó un codo sobre su propia pierna, inclinándose hacia Alecto y bajando unos deciveles su voz "Estoy buscando un artefacto que vi en Bulgaria cuando era adolescente. En su momento no comprendí lo que era, pero" comenzó, mirándola fijo y con el semblante serio.

[Sir Ulrich Lamport]

Es que Alecto no está nada mal en las fotos, pero cuando me la imagino con esos dientes amarillentos en su boca pierde mucho de su encanto. Dicen que la primera impresión es la que cuenta, ¿no?
Lamport se movió cuidadosamente en el lugar, moviéndose sólo un poco hacia ella. No le quitó los ojos de encima ni un segundo y ladeó la cabeza sólo un poco hacia la derecha "Sabía que podía contar con usted para el tipo de servicio que estoy buscando" mientras menos gente se enterara de lo que necesitaba, mejor. Metió una mano en uno de los bolsillos.

[Sir Ulrich Lamport]

Sacó la mano del bolsillo y extendió hacia ella una fotografía cuadrangular. Se notaba que era vieja y detrás tenía escrita una dirección en búlgaro. Era una fotografía de una daga de platino y acero inoxidable dentro de una caja con inscripciones. Lamport miró atentamente el rostro de Alecto esperando ver alguna señal: sorpresa, alivio, interés, sospecha... nunca podía ser demasiado cuidadoso.

[Sir Ulrich Lamport]

Se llevó una mano a la barbilla, tomándosela con los dedos índice y pulgar, mientras sostenía con la mano el codo de esa mano, escuchando a Alecto con atención. "Estoy interesado en que haya la menor cantidad de obstáculos posibles, Miss Carrow" dijo, subiendo el dedo índice hasta el borde del labio inferior "Pero más interesado estoy en que sea imposible de rastrear de vuelta hacia mí" apuntó, todavía paseando el dedo por la parte inferior del rostro.

[Sir Ulrich Lamport]

"Perfecto, entonces" dijo tranquilo, sacando la mano del rostro y ladeando la cabeza. "No se preocupe por sus incentivos" llevó la mano a un bolsillo interno y sacó una bolsa de cuero negra del tamaño de un puño cerrado. Quitó el lazo con la que estaba atada y la dejó entreabierta sobre la mesa, los dorados galeones brillando dentro "Estoy seguro de que esto le alcanzará por ahora" prometió más dinero con una sonrisa apretada.

[Sir Ulrich Lamport]

"Muy bien" dijo, relajándose ligeramente en su asiento y adoptando un tono un tanto más informal y tranquilo mientras hablaba, su voz perdiendo parte de la fuerza y seguridad que quería transmitir al principio. No bajaba la guardia, pero trataba de aparentar más tranquilidad "¿Alguna otra cosa que necesite hacer para sellar el trato? Su palabra me basta" aclaró. Podía tomarlo como algo bueno o no, que ella era su garantía.

[Sir Ulrich Lamport]

Iba a preguntarle cuánto valía la palabra de ella pero prefirió quedar en silencio. Si los Carrow no se habían empobrecido ni estaban en fuga era porque seguramente hacían bien su trabajo.
"Si es posible" aclaró, contemplaba la idea de que no lo fuera con tranquilidad "me gustaría que me la devolviera. Es un recuerdo de mis días de estudiante" agregó, esperaba que se notara que fue a Durmstrang, pero no sabía si ella reconocería la escritura búlgara del ruso, ucraniano o sus semejantes.

[Sir Ulrich Lamport]

"Muchas gracias por adelantado, Miss Carrow" se puso de pie, ofreciéndole una mano. Supuso que no había más que hacer más que esperar noticias. Y apenas Alecto le confirmara que tenía el objeto en sus manos, volvería a visitarla.
"No le robaré más de su tiempo" dijo bajando levemente la cabeza en reconocimiento y pronto para caminar hasta la puerta de salida, no consideraba obligatorio que ella lo acompañara, pero si deseaba hacerlo podía dar unos pasos y liderar el camino.

[Sir Ulrich Lamport]

Una vez que Alecto lo hubo acompañado a la puerta se giró para verla nuevamente, ahora mostrándole una sonrisa que intentaba parecer sencilla y de confianza "Miss Carrow, por favor avíseme por lechuza a la brevedad en cuanto tenga noticias" le pidió ofreciendo la mano con la palma hacia arriba para que ella colocara la propia sobre la de él. Ya se despedía, a pesar de la insistencia sobre la daga.

[Sir Ulrich Lamport]

((Fin, entonces. Faltaría que agregues el link a nuestro próximo thread *tos*))