Night shift

[Agatha McGee]

Sobre la medianoche de ese lunes, Agatha estaba en el salón de té de la quinta planta bebiéndose una taza de Earl Grey. El lugar estaba prácticamente vacío a excepción de un par de personas a unas mesas de ella. Había decidido tomarse un descanso después de pasar un par de horas mirándose los zapatos. No había surgido ningún paciente de emergencia y lo cierto es que por las noches rara vez sucede, y aún así tienen que hacer el turno nocturno una vez al mes como parte de su residencia. No le molestaba hacerlo en realidad, podía usar ese tiempo para repasar sus notas o escribir ensayos de casos, solo que hoy no tenía ganas de hacer nada.

Después de analizar cada detalle de su taza levantó la mirada, sin expectativas (ni ganas) de ver a alguien conocido a esas horas de la noche.

((Reservado))

[Gerald Cowershof]

Como algo que le ocurría con frecuencia, Gerald había quedado atrapado en un intercambio de turnos que no le convenía, todo era culpa de su ingenuidad, claro, esa vez había creído que ese día era el aniversario de bodas de uno de sus compañeros de Sala y sin falta aceptó trabajar por él esa noche. Tiempo después descubrió que era el aniversario de su grupo musical favorito y solo iba a un concierto. Pero quizá si no decía toda la verdad, su esposa no se iba a tomar tan mal que hubiese estado siete días seguidos en turnos nocturnos y solo hubiese tenido tiempo para compartir tres comidas con ella en la semana.

Aunque no tenían muchos pacientes en la primera planta, atenderlos y encargarse de las rondas y los sanadores en entrenamiento era bastante agotador, así que cerca de la medianoche, decidió tomar un descanso. Necesitaba comer algo y quizá tomar una siesta, por lo que le pidió a los otros sanadores que no lo buscaran a menos que fuera realmente necesario y sin esperar más se había escapado al salón de té.

No se había fijado mucho en quién se encontraba en el lugar al entrar, porque sus prioridades eran claras y requería café y comida con urgencia.

[Agatha McGee]

Descubrió a un sanador entrando por la puerta y lo siguió con la mirada. Sabía quién era pero no lo conocía, de hecho, en ese instante no estaba segura de recordar su nombre porque se lo habían señalado como el 'sanador lindo de la primera planta'. Agatha estaba de acuerdo con ese calificativo aunque le haya afirmado a su colega que no estaba bien ponerle un apodo a los demás, porque así se empieza a encasillar a la gente.

Bebió un poco de té al tiempo que le seguía mirando, haciendo un esfuerzo mental por recordar su verdadero nombre. ¿Bernard? ¿Harold? Había una 'D' en alguna parte.

[Gerald Cowershof]

Para hacer un poco más difícil el trabajo detectivesco de Agatha, Gerald se había quitado la túnica verde lima que tenía su apellido en algún lado y andaba con el resto de su uniforme. Por la hora, digamos que había una zona de autoservicio, que era de donde él estaba sirviéndose un café y tomando muffins y scones, no encontraba nada demasiado apetecible, pero ya saben... Peor era nada.

Puso unas monedas en la zona de pago y le dio un mordisco a un scone de queso antes de darse vuelta. Observó con calma las mesas del lugar, no quería comer solo porque llevaba varios días haciéndolo, pero no debía sentarse con los acompañantes o pacientes, entonces optó por buscar otro sanador. Miró a Agatha, había visto su cara antes, claro, pero no creía haber hablado con ella alguna vez... ¿Cómo era su nombre? -A.... April- No, esa era su esposa -A... ¿Augusta?- no tenía cara de Augusta, mejor recordar el apellido.

[Agatha McGee]

Cuando sus miradas se cruzaron se le soltaron todas las alarmas, aunque de cara a Gerald ella solo había apartado la mirada. Sus habilidades sociales habían mejorado mucho pero nunca tomaba iniciativa o le sonreía a desconocidos, a menos que fuesen sus pacientes, que en ese caso tenía una muy ensayada y confortante sonrisa.

No se atrevió a ver si el guapo del primer piso la seguía mirando, solo se concentró en su té, analizando el color y el movimiento que hacía el líquido dentro de la taza.

[Gerald Cowershof]

-MmmcDonalds- No, no, ese lo había visto en un restaurante muggle, -McIntosh- seguía siendo muggle -McPhee- tragó lo que tenía en su boca, ese tampoco era, ni siquiera recordaba donde lo había escuchado. No se dio cuenta que ella había apartado la mirada porque su mente estaba agotada y ya ocupada pensando en apellidos.

Cuando desistió con los nombres, creyó verla ocupada pero se dijo a si mismo que no pasaba nada si le preguntaba si podía compartir la mesa con ella. Mientras se acercaba a la mesa fue pensando en lo que podía decirle por ejemplo que comería en silencio y que se marcharía al terminar. Realmente no sabía si al resto de sus compañeros de trabajo les pasaba lo mismo, pero a veces solo necesitaba compañía a la hora de comer.

[Agatha McGee]

Después de unos momentos pensó que era seguro volver a mirar hacia arriba porque había un tiempo limitado en el que puedes considerar un taza de té interesante y se volvió a topar con la mirada de Gerald. Se le pasó por la cabeza el leerle la mente para saber porqué la estaba mirando pero no creía haber llegado (o llegar alguna vez) al nivel de entrar en la mente de los demás sin que estos se dieran cuenta. Sería muy útil para una persona como ella. Nunca diría nada incorrecto.

Volvió a bajar la mirada hacia su té y respiró lentamente, asumiendo lo peor: que el guapo se acercaría y tendría que hablar con él.

[Gerald Cowershof]

Le sonrió amistosamente cuando volvió a mirarlo, pero se sorprendió un poco cuando ella dejo de hacerlo. Sí pudiese leerle la mente, Agatha lo encontraría muy preocupado por la posibilidad de tener migajas de scone en su barba de una semana. Pues, bueno, eso iba a tener que esperar, sus manos estaban muy ocupadas y pocas formas de limpiarse en mente.

No había obtenido una invitación tácita para acercarse a la mesa, pero lo peor que le podía pasar era que le pidiera que se pasara a otra. Se acercó a la muchacha con una sonrisa en su cara, la veía joven, así que asumía que aún era una aprendiz pero no lograba ubicarla en alguna planta o sala en particular.

[Agatha McGee]

Pensó en su colega Nancy y en cómo la machacaria si se enteraba que había tenido la oportunidad de hablar con el guapo de la primera planta y lo había ignorado. No sabía cómo se iba a enterar, pero lo haría, y no quería pasar por eso.

Levantó la mirada otra vez y se forzó a sonreírle de medio lado cuando fue más que obvio que se iba a sentar con ella. A lo mejor lograba hacer que tiempo pasaba más rápido si hablaba con él.

[Gerald Cowershof]

¡Ajá! Una sonrisa era todo lo que necesitaba. Tú les ofreces un gesto mínimamente amable y esos Gryffindor llenos de confianza lo veían como una puerta abierta a hacer lo que les viniera en gana. Primero sentarse en la misma mesa y después, quien sabe, comerse los snacks que guardaras para los turnos largos.

Colocó su plato y taza sobre la mesa de la muchacha, "Hola, ¿Cómo estás?" saludó y entonces comenzó a mover una de las sillas "¿Puedo sentarme aquí?" nada más lo había hecho por decencia y darle la oportunidad de negarse, pero de entrada asumía que no le iba a decir que no.

[Agatha McGee]

¿No estaba como demasiado contento para estar haciendo el turno de noche? Era difícil saber qué era normal, ella no le prestaba demasiada atención a los demás.

"Bien, gracias" respondió forzando otra media sonrisa. "Adelante" dijo, señalando el asiento de enfrente con la mano. Él no tenía que sentarse ahí, obvio, pero le pareció natural ofrecerle el más cercano. "¿Noche ajetreada?" Preguntó después de pensarlo un poco.

[Gerald Cowershof]

Si sirve de algo, su apariencia en general delataba que estaba cansado pero su expresión era alegre, porque así era como funcionaba en el trabajo.

Tomó asiento donde ella le indicaba que había coincidido con la silla que movió. Viéndola de más cerca seguía sin poder recordar su nombre pero podía ubicar su cara en emergencias, solo que muchos Sanadores pasaban por ahí y una larga lista de nombres venía a su cabeza.

"Con menos mordeduras de lo usual" respondió, abriendo una bolsita de azúcar para echarle a su café oscuro "¿Y la tuya?" abrió otra bolsita, estaba falto de azúcar también.

[Agatha McGee]

Tardó un segundo en entender lo de las mordeduras. Llevaba todo el rato diciendo que era el guapo del primer piso y no se acordaba qué era lo que hacían en el primer piso.

"Ojalá sea porque la gente es más consciente que los animales muerden" comentó, que igual sonaba a broma pero no lo era.

Apretó los labios y negó con la cabeza, bajando la mirada. "Esta noche no han necesitado una legeremante" respondió. Tuvo la sensación de estar dándose demasiada importancia con lo de legeremante porque no es que fuese eso, solo lo sabía hacer. Quiso corregirse pero no supo cómo así que bebió un sorbo de su té.

[Gerald Cowershof]

A Gerald sí le pareció gracioso el comentario y resopló una especie de risa ahogada, mientras removía su café. No era así, los magos eran muy confiados y no todos habían visto Cuidado de Criaturas en la escuela, esa noche solo había sido menos ajetreada que otras.

Me gustaría pensar que en la escuela de sanadores les enseñaban como proteger su mente de los legeremantes, pero también que tenían una especie de juramento hipocrático con el que se comprometían a usar la medimagía solo por buenas causas. Y por esa razón, él no le dio demasiada importancia igual no tenía muchos secretos que guardar. "Ah, entonces ¿Estudias psicomancia?" era una pregunta tontísima quizá pero bien podía estar graduada ya, por otra parte ya iba acortando su lista de nombres como a un quinto.

[Agatha McGee]

Yo también imagino que debían hacer algún tipo de juramento o que al menos debía haber algún acuerdo tácito entre magos en los que no debían leerle la mente a los demás. Claro que si no se daban cuenta nadie sufría, pero ella no tenía esa habilidad.

Asintió mirándolo un momento. "Ya casi termino, estoy con mi residencia" respondió. Sentía que se estaba olvidando de algo y luego cayó en cuenta. Estiró una mano. "Soy Agatha" se presentó. Lo hacía porque era lo educado y porque quería saberle el nombre. Era incómodo nombrarlo el guapo del primer piso en su cabeza.