Beyond Hogwarts RPG - Foro de rol Play-By-Post ambientado en el mundo de Harry Potter
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Advertencia: ¡No te distraigas!
- Edith Chevalier
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Advertencia: ¡No te distraigas!
A pesar de no ser su jefe directo, Édith debía responderle en varias ocasiones al señor Crouch, le aterraba cada vez que la enviaban a su oficina a hacerlo firmar algo, esas miradas que él le lanzaba, como si ella estuviera haciendo algo terrible y no lo develara, eran simplemente aterradoras. Ella no lo entendía, solo estaba ahí, haciendo su trabajo. Sí, tal vez fuese extranjera, pero no por eso era un ser malvado. Había dejado salir el aire que contuvo mientras estuvo dentro de esa oficina, agradeciendo que el contacto terminara rápido. Volvió a su escritorio y se sentó dejando a un lado la correspondencia que la asistente del señor Crouch no había querido abrir. Lamentablemente, a ella le tocaba hacer el trabajo menos agradable. Y abrir aquel correo, lo era. ¿Por qué? Pues al señor Crouch no todos lo querían y muchos le enviaban cartas de odio. A veces con pociones, otras con cosas aún más desagradables, pero ella debía abrirlas. No sabía cuales tendrían solo notas, o cuales traerían sorpresas, así que siempre debía ser muy cuidadosa.
Por un paquete de los que habían llegado para él era que se encontraba allí. Estaba distraída al abrirlo y no le dio tiempo de reaccionar lo suficientemente rápido, por lo que terminó en la primera planta de San Mungo. Jamás habría creído que algo así podría pasar. Del lugar del que ella venía, las personas no se comportaban de esa manera, o al menos no tan radicalmente, no con ella. Una serpiente de tres cabezas la había mordido y no se estaba sintiendo del todo bien. Bastantes cosas le preocupaban en ese momento. Primero: ¿Iba a morir? Segundo: aún no había podido avisarles a sus padres. Y tercero: si salía de ahí ¿aun tendría trabajo? No había sido su culpa lo que había sucedido, no podrían culparla por ello o molestarse por haberse ido. ¡Había avisado! Con pruebas y demás. Porque su mano completamente hinchada era prueba suficiente de que debía ir al hospital.
Y así lo hizo, en cuanto entró la enviaron a la primera planta. De ahí la habían llevado hasta una camilla donde la dejaron sentada, esperando a la persona que la atendería. Pensaba en sus preocupaciones mientras dirigía su mirada hacia el frente, porque lo menos que quería hacer era mirar su mano, que la hacía sentir como si fuese a perderla en cualquier momento. Esperaba, de verdad, que pudieran arreglarlo.
((RESERVADO))
Por un paquete de los que habían llegado para él era que se encontraba allí. Estaba distraída al abrirlo y no le dio tiempo de reaccionar lo suficientemente rápido, por lo que terminó en la primera planta de San Mungo. Jamás habría creído que algo así podría pasar. Del lugar del que ella venía, las personas no se comportaban de esa manera, o al menos no tan radicalmente, no con ella. Una serpiente de tres cabezas la había mordido y no se estaba sintiendo del todo bien. Bastantes cosas le preocupaban en ese momento. Primero: ¿Iba a morir? Segundo: aún no había podido avisarles a sus padres. Y tercero: si salía de ahí ¿aun tendría trabajo? No había sido su culpa lo que había sucedido, no podrían culparla por ello o molestarse por haberse ido. ¡Había avisado! Con pruebas y demás. Porque su mano completamente hinchada era prueba suficiente de que debía ir al hospital.
Y así lo hizo, en cuanto entró la enviaron a la primera planta. De ahí la habían llevado hasta una camilla donde la dejaron sentada, esperando a la persona que la atendería. Pensaba en sus preocupaciones mientras dirigía su mirada hacia el frente, porque lo menos que quería hacer era mirar su mano, que la hacía sentir como si fuese a perderla en cualquier momento. Esperaba, de verdad, que pudieran arreglarlo.
((RESERVADO))
- Gerald Cowershof
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Re: Advertencia: ¡No te distraigas!
Tuvo que contener un gran suspiro de decepción mientras terminaba de leer/anotar los datos en el historial de uno de los pacientes de la Sala, era un mago anciano que había sido mordido por un escarbato, estos no eran animales especialmente peligrosos pero el anciano había descuidado su herida (probablemente ni le había prestado atención) y presentaba una infección algo grave. Ah, justo la clase de pacientes que menos le agradaba: los que tardaban en acudir por atención medica. De haber acudido a tiempo, el pobre anciano no tendría que estar varias semanas en el hospital con peligro de perder su pie. Por eso, si él llegaba a enterarse que Edith había salido de su trabajo (un terrible trabajo, renuncia Edith) sin permiso para ir a recibir tratamiento, la iba a considerar como una persona muy sensata; primero porque ponía su salud por encima de cualquier otra cosa y segundo porque le hacía el trabajo más sencillo a él. No lo juzguen por querer simplificar su trabajo, si supieran cuantos casos de heridas graves que pudieron atenderse a tiempo había tratado esa semana, podrían comprender a este pobre Sanador que solo quería dormir un par de horas.
Gerald se despidió del anciano tras darle a beber una poción analgésica y camino hacia el nuevo paciente que le habían asignado, le habían dicho que se trataba de otra mordedura y esperaba que en esa ocasión no fuese otro caso de descuido por parte del paciente que requiriera hospitalización que lo obligara a cumplir más turnos nocturnos de los que decía su contrato. Al llegar a la camilla, cerro la cortina que la separaba de las demás y tomo el pergamino con los datos de la paciente que algún enfermero había dejado en la mesita adyacente a la camilla, donde ya estaban todos los materiales que podía necesitar para curar la herida.
Dio un corto suspiro al leer la información correspondiente a la herida, no muy seguro de querer saber como aquella muchacha había recibido una mordida de runespoor (¿Mercado negro? ¿Tráfico de animales mágicos?) pero eventualmente tendría que enterarse. Tomo asiento en un banquito entre la camilla y la mesita, y regreso el pergamino al lugar donde lo había encontrado "Buenas tardes, señorita Chevalier" le saludo, buscando llamar su atención porque le parecía que estaba algo distraída o adolorida "Soy el sanador Cowershof y voy a tratar su herida, ¿Cómo se siente?" preguntó, sacando un par de guantes de uno de los bolsillos de su túnica para ponérselos. Él también esperaba que aquello tuviese arreglo porque no tenía buena pinta.
((Hola. Esperemos que Edith no se nos muera.))
Gerald se despidió del anciano tras darle a beber una poción analgésica y camino hacia el nuevo paciente que le habían asignado, le habían dicho que se trataba de otra mordedura y esperaba que en esa ocasión no fuese otro caso de descuido por parte del paciente que requiriera hospitalización que lo obligara a cumplir más turnos nocturnos de los que decía su contrato. Al llegar a la camilla, cerro la cortina que la separaba de las demás y tomo el pergamino con los datos de la paciente que algún enfermero había dejado en la mesita adyacente a la camilla, donde ya estaban todos los materiales que podía necesitar para curar la herida.
Dio un corto suspiro al leer la información correspondiente a la herida, no muy seguro de querer saber como aquella muchacha había recibido una mordida de runespoor (¿Mercado negro? ¿Tráfico de animales mágicos?) pero eventualmente tendría que enterarse. Tomo asiento en un banquito entre la camilla y la mesita, y regreso el pergamino al lugar donde lo había encontrado "Buenas tardes, señorita Chevalier" le saludo, buscando llamar su atención porque le parecía que estaba algo distraída o adolorida "Soy el sanador Cowershof y voy a tratar su herida, ¿Cómo se siente?" preguntó, sacando un par de guantes de uno de los bolsillos de su túnica para ponérselos. Él también esperaba que aquello tuviese arreglo porque no tenía buena pinta.
((Hola. Esperemos que Edith no se nos muera.))
- Edith Chevalier
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Re: Advertencia: ¡No te distraigas!
Quizá debía pedir un cambio de departamento, no podía seguir trabajando de esa manera. Se suponía que tenía ciertas obligaciones, pero nadie había mencionado que podría terminar en San Mungo por ello. Tal vez en un departamento menos peligroso, uno en el que menos personas recibieran amenazas. Pensó en uno, pero no, ella no podía terminar en ese departamento, no podría soportarla. Parpadeó un par de veces cuando lo escuchó, distrayéndose a un más. Volvió su cabeza y miró al Sanador, entrecerró los ojos y luego sacudió la cabeza, entendiendo la pregunta. Aparentemente había olvidado el porqué de que estuviera ahí.
Miró su mano, pero tan pronto recordó la hinchazón, volvió a mirar al Sanador Cowershof. Le sonrió “Édith” le corrigió casi sin voz, porque sentía que con el señorita todo era demasiado formal y eso no le gustaba. Aunque la mano la había hecho entrar en pánico, por el color que creía que estaba tomando. ¿Cómo se sentía? Terrible. Tenía un montón de pensamientos nada agradables en la cabeza y agregarles los síntomas que tenía en ese momento, lo hacía aun peor. Creía tener fiebre, se sentía un poco mareada y, no sabía si era ella omitiendo algún tipo de dolor, pero creía que ya no podía sentir la mano. Hizo el intento de cerrarla, pero le costaba, la sentía entumecida.
“Creo que… bien” le contestó en principio, intentando disminuir lo que estaba pasando. Sabía que no debía hacerlo, porque él era el Sanador, quien se suponía que debía saberlo todo, pero no podía evitar querer hacer que las cosas se vieran mejor de lo que en realidad eran “Aunque casi no puedo sentir la mano” agregó, porque creía que eso podía ser lo más importante. Por suerte ya llevaba unos cinco años en Inglaterra y su pronunciación ya era bastante buena, porque con acento y la voz tan baja, dudaba que él pudiera entenderla.
Miró su mano, pero tan pronto recordó la hinchazón, volvió a mirar al Sanador Cowershof. Le sonrió “Édith” le corrigió casi sin voz, porque sentía que con el señorita todo era demasiado formal y eso no le gustaba. Aunque la mano la había hecho entrar en pánico, por el color que creía que estaba tomando. ¿Cómo se sentía? Terrible. Tenía un montón de pensamientos nada agradables en la cabeza y agregarles los síntomas que tenía en ese momento, lo hacía aun peor. Creía tener fiebre, se sentía un poco mareada y, no sabía si era ella omitiendo algún tipo de dolor, pero creía que ya no podía sentir la mano. Hizo el intento de cerrarla, pero le costaba, la sentía entumecida.
“Creo que… bien” le contestó en principio, intentando disminuir lo que estaba pasando. Sabía que no debía hacerlo, porque él era el Sanador, quien se suponía que debía saberlo todo, pero no podía evitar querer hacer que las cosas se vieran mejor de lo que en realidad eran “Aunque casi no puedo sentir la mano” agregó, porque creía que eso podía ser lo más importante. Por suerte ya llevaba unos cinco años en Inglaterra y su pronunciación ya era bastante buena, porque con acento y la voz tan baja, dudaba que él pudiera entenderla.
- Gerald Cowershof
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Re: Advertencia: ¡No te distraigas!
Observo curioso a la señorita Chevalier cuando le pareció que volvía al mundo real, no estaba muy seguro de si aquello era ensoñamiento o algún efecto secundario de la mordedura, así que decidió tomar nota mental de sus reacciones por si acaso eran síntomas de algo más o de que la mordida se estaba tornando más seria de lo que pensaba. Mientras terminaba de colocarse los guantes le observo la mano con un poco más de detenimiento y luego el rostro, para asegurarse que la extremidad era la única que había cambiado de color. Mal Édith, te veo mal.
Le sonrió de vuelta, incapaz de negarle una sonrisa a una mujer paciente y comprendiendo su intención, se le ocurrió que quizás ella se sentía más tranquila si era tratada con menos formalidad, pero no hizo reciproco el gesto porque debía mantenerse profesional. Alzo las cejas, sospechando de la respuesta que le había dado no era más que una mentira y luego asintió cuando termino de escuchar sus palabras, no muy convencido con su explicación. No se le había hecho fácil pero si en la botica podían entender su escritura, el podía entender lo que dijeran sus pacientes.
Extendió una mano para tomar la muñeca de Edith y acercarla hacia él con cuidado, pudo sentir que tenia la piel caliente y eso le hizo fruncir el ceño, ¿Acaso era uno de esos pacientes que no cooperaban? Muy mal, muy mal. "Tienes fiebre" le reprochó, por suerte no era una temperatura muy alta así que podía ocuparse de la herida primero "¿Qué más sientes?" preguntó con calma como si se tratara de un niño pequeño, cambio de posición la mano de ella para tener un mejor acceso a la herida, luego tomo un hisopo grande que remojo en una de las pociones que se encontraban en la mesita. "Es un desinfectante" informó antes de empezar a pasarlo sobre la herida "¿Cuál de las tres cabezas te mordió?" porque, así como cada cabeza tenía una personalidad diferente, lo que causaba la mordida de cada una de ellas era distinto también.
Le sonrió de vuelta, incapaz de negarle una sonrisa a una mujer paciente y comprendiendo su intención, se le ocurrió que quizás ella se sentía más tranquila si era tratada con menos formalidad, pero no hizo reciproco el gesto porque debía mantenerse profesional. Alzo las cejas, sospechando de la respuesta que le había dado no era más que una mentira y luego asintió cuando termino de escuchar sus palabras, no muy convencido con su explicación. No se le había hecho fácil pero si en la botica podían entender su escritura, el podía entender lo que dijeran sus pacientes.
Extendió una mano para tomar la muñeca de Edith y acercarla hacia él con cuidado, pudo sentir que tenia la piel caliente y eso le hizo fruncir el ceño, ¿Acaso era uno de esos pacientes que no cooperaban? Muy mal, muy mal. "Tienes fiebre" le reprochó, por suerte no era una temperatura muy alta así que podía ocuparse de la herida primero "¿Qué más sientes?" preguntó con calma como si se tratara de un niño pequeño, cambio de posición la mano de ella para tener un mejor acceso a la herida, luego tomo un hisopo grande que remojo en una de las pociones que se encontraban en la mesita. "Es un desinfectante" informó antes de empezar a pasarlo sobre la herida "¿Cuál de las tres cabezas te mordió?" porque, así como cada cabeza tenía una personalidad diferente, lo que causaba la mordida de cada una de ellas era distinto también.
- Edith Chevalier
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Re: Advertencia: ¡No te distraigas!
Prefirió girar el rostro hacia su derecha cuando él le tomó la muñeca. Lo que menos quería era ver y saber exactamente lo que le haría. ¿Y si usaba una aguja? ¿Los magos usaban agujas? No lo podía recordar y como usualmente no iba con Sanadores, no podía asegurarse si lo hacían o no. Cambió su expresión a una de vergüenza cuando lo escuchó, aunque siguió sin querer mirar. Ahora sabía que sí tenía fiebre, pero no le agradaba que él la regañara por no decirlo antes. No creía que fuese algo demasiado terrible. Claro, si lo comparaba con su mano.
Sus siguientes preguntas prefirió contestarlas con la mayor sinceridad posible, porque no deseaba que volviera a regañarla. Aunque era complicado contestar la última y es que le costaba saber cual de las cabezas la había mordido. No lo había visto. Si aquello le había sucedido, había sido por una distracción. Porque vio a Edward salir del departamento con la alemana a la que todos creían extraña, porque parecía no agradarle nadie. Aunque suponía que él era la excepción. El punto es, que en cuanto abrió el paquete, aquel animalejo la mordió y terminó haciendo que soltara un grito, grito que se extendió por la oficina y que sólo llevó a que una de sus compañeras reaccionara aún más rápido que ella y exterminara a la criatura. Por eso ni siquiera la había podido llevar.
“Sólo estoy un poco mareada” contestó a lo primero, negándose a creer que en realidad estaba bastante mareada. Tanto, que comenzaba a molestarle el tener los pies colgando y que veía un poco borroso. “Y no lo sé, lo lamento.” sí, se sintió aún más avergonzada por ello, porque imaginaba que debía ser importante el saberlo pero no podía darle una respuesta. Y era terrible, porque de verdad quería poder terminar con aquello pronto, para poder comportarse como quería hacerlo. Mirarlo y ser agradable. No ser la tonta que ni siquiera pudo notar cual cabeza de una serpiente la había mordido.
Su hermana menor adoraría aquella historia cuando pudiera contársela.
Sus siguientes preguntas prefirió contestarlas con la mayor sinceridad posible, porque no deseaba que volviera a regañarla. Aunque era complicado contestar la última y es que le costaba saber cual de las cabezas la había mordido. No lo había visto. Si aquello le había sucedido, había sido por una distracción. Porque vio a Edward salir del departamento con la alemana a la que todos creían extraña, porque parecía no agradarle nadie. Aunque suponía que él era la excepción. El punto es, que en cuanto abrió el paquete, aquel animalejo la mordió y terminó haciendo que soltara un grito, grito que se extendió por la oficina y que sólo llevó a que una de sus compañeras reaccionara aún más rápido que ella y exterminara a la criatura. Por eso ni siquiera la había podido llevar.
“Sólo estoy un poco mareada” contestó a lo primero, negándose a creer que en realidad estaba bastante mareada. Tanto, que comenzaba a molestarle el tener los pies colgando y que veía un poco borroso. “Y no lo sé, lo lamento.” sí, se sintió aún más avergonzada por ello, porque imaginaba que debía ser importante el saberlo pero no podía darle una respuesta. Y era terrible, porque de verdad quería poder terminar con aquello pronto, para poder comportarse como quería hacerlo. Mirarlo y ser agradable. No ser la tonta que ni siquiera pudo notar cual cabeza de una serpiente la había mordido.
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- Gerald Cowershof
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Re: Advertencia: ¡No te distraigas!
No, no, no. Los magos no usaban agujas, tampoco abrían a la gente a diestra y siniestra, ni cosían las heridas, porque nada de eso funcionaba con las enfermedades mágicas. Ellos usaban varitas, pociones e hisopos, todo mucho más práctico. Una vez termino de limpiar el área de la mordida coloco el hisopo en un contenedor de desechos, giro la mano de ella para tener acceso a la palma y repitió el proceso con un hisopo nuevo. "Solo un poco mareada, ¿Estas segura?" podía notar que los colmillos del animal le habían causado un par de heridas profundas, así que además del estado de la mano esperaba que ella presentara otros síntomas y se los confirmara para poder decidir que mezcla de pociones debía suministrarle. Pero Gerald comprendía que ella no recordará cual de las tres cabezas la había atacado, y hasta llego a pensar que había sido una pregunta estúpida, después de haber sido atacado por una runespoor de casi dos metros de largo y tres cabezas él tampoco recordaría mucho.
Por suerte para Édith ((y porque acabo de leer el libro de Animales Fantásticos)) no había sido la cabeza de la derecha, cuyos colmillos eran venenosos, o no estaría sentada tan tranquilamente en la camilla, sólo un poco mareada y con algo de fiebre. Desecho el otro hisopo y remojo uno nuevo en una poción distinta, "Es cicatrizante" dijo, pasando el algodón sobre ambos lados de la mano. Levanto su mirada para ver mejor la cara de ella, y por unos instantes pensó que era bastante bonita, lastima que no estaba siendo una paciente cooperativa ¿Eh? Lastima, "¿Haz tenido visiones?" inquirió, tomando una tira de tela para realizar el vendaje "Quiero decir, ¿Sientes que haz estado soñando despierta luego de la mordida? ¿O sientes que tienes que ser muy meticulosa?" ah, ya a esas alturas sentía que era más sencillo darle una poción a un niño que obtener respuestas de Édith. No que él prefiriera los pacientes que no paraban de hablar y quejarse por sus malestares, pero un paciente que daba tan poca información le dejaba todo muy difícil.
Por suerte para Édith ((y porque acabo de leer el libro de Animales Fantásticos)) no había sido la cabeza de la derecha, cuyos colmillos eran venenosos, o no estaría sentada tan tranquilamente en la camilla, sólo un poco mareada y con algo de fiebre. Desecho el otro hisopo y remojo uno nuevo en una poción distinta, "Es cicatrizante" dijo, pasando el algodón sobre ambos lados de la mano. Levanto su mirada para ver mejor la cara de ella, y por unos instantes pensó que era bastante bonita, lastima que no estaba siendo una paciente cooperativa ¿Eh? Lastima, "¿Haz tenido visiones?" inquirió, tomando una tira de tela para realizar el vendaje "Quiero decir, ¿Sientes que haz estado soñando despierta luego de la mordida? ¿O sientes que tienes que ser muy meticulosa?" ah, ya a esas alturas sentía que era más sencillo darle una poción a un niño que obtener respuestas de Édith. No que él prefiriera los pacientes que no paraban de hablar y quejarse por sus malestares, pero un paciente que daba tan poca información le dejaba todo muy difícil.
- Edith Chevalier
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Re: Advertencia: ¡No te distraigas!
Quizá si el Ministerio requisara de mejor manera los paquetes que llegaban, cosas así no sucederían. Édith creía que los encantamientos de extensión estaban regulados por ellos mismos, pero al parecer eso sólo aplicaba para quienes trabajaban en el Ministerio. Porque, meses atrás, al notar que llevaba un bolso con dicho encantamiento la habían regañado. ¿Los demás magos y brujas no contaban? ¿Ellos si podían hacer lo que quisieran con sus varitas? Por suerte Édith no pensaba en eso, evadía el tema en su cabeza, así como evadía pensar en cosas importantes, como si se realizaría una investigación al respecto o si lo habrían denunciado ya.
Asintió con la cabeza a su pregunta, porque sabía que un mareo se podía quitar con cualquier poción o incluso que se le podría pasar cuando llegara a casa. No creía que las cosas fuesen tan malas mientras pudieran bajar la hinchazón y por lo que escuchaba, no sería difícil de lograr. Desinfectante y Cicatrización, no, no podía ser tan malo. Pronto podría volver a casa, con sus padres y podría descansar de ese día de locos. Porque ni muerta volvería al Ministerio a verle la cara al señor Crouch.
Volvió a mirarlo cuando mencionó las visiones ¿Soñar despierta? Eso lo hacia todos los días, todo el día, por lo que si fuese un síntoma se le haría bastante difícil reconocerlo. Parpadeó un par de veces seguidas, porque de pronto comenzó a sentir los párpados pesados y no quería que el Sanador creyera que la estaba aburriendo. Le sonrió de nuevo “¿Qué hace cuando la persona ya sueña despierta desde antes de la mordida?” le preguntó debido a lo que pensaba “Aunque no, nada de meticulosidad” Si algo podía aclarar y reconocer, era eso. Le avergonzaba no poder dar respuestas más concretas, pero en ese momento le costaba recordar cierta cantidad de cosas y pensar en otras.
Asintió con la cabeza a su pregunta, porque sabía que un mareo se podía quitar con cualquier poción o incluso que se le podría pasar cuando llegara a casa. No creía que las cosas fuesen tan malas mientras pudieran bajar la hinchazón y por lo que escuchaba, no sería difícil de lograr. Desinfectante y Cicatrización, no, no podía ser tan malo. Pronto podría volver a casa, con sus padres y podría descansar de ese día de locos. Porque ni muerta volvería al Ministerio a verle la cara al señor Crouch.
Volvió a mirarlo cuando mencionó las visiones ¿Soñar despierta? Eso lo hacia todos los días, todo el día, por lo que si fuese un síntoma se le haría bastante difícil reconocerlo. Parpadeó un par de veces seguidas, porque de pronto comenzó a sentir los párpados pesados y no quería que el Sanador creyera que la estaba aburriendo. Le sonrió de nuevo “¿Qué hace cuando la persona ya sueña despierta desde antes de la mordida?” le preguntó debido a lo que pensaba “Aunque no, nada de meticulosidad” Si algo podía aclarar y reconocer, era eso. Le avergonzaba no poder dar respuestas más concretas, pero en ese momento le costaba recordar cierta cantidad de cosas y pensar en otras.
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Re: Advertencia: ¡No te distraigas!
Lamento informarte de esto Édithcita, pero no eres Hermione y no puedes tener un bolso del tamaño de una billetera tan extendido como para que entre un elefante ahí, ¿ok? Deja de quejarte y anda a cambiarte el pb a buscar un mejor empleo. Después de mandar a tanta gente a Azkaban, no puede esperarse menos de la correspondencia del Sr. Crounch, no se quien habrá dicho que ser Auror o Hit-wizard eran los los trabajos más peligrosos del mundo mágico pero mira, no, estaba bien equivocado.
No terminaba de convencerle que ella estuviese solo un poco mareada pero para su desgracia no podía ponerla a caminar de un lado al otro de la Sala solo para asegurar lo que ya sabía. Que mal que se veía ella con esa actitud. Muy mal. Una vez vendada, dejo la mano herida sobre la camilla y se acerco de nuevo a la mesita, donde comenzó verter pequeñas dosis de algunas de las pociones que allí se encontraban en un vaso. Mientras lo hacía, no pudo evitar encontrar graciosa la pregunta-respuesta que Édith le había dado, así que sonrió y contuvo una risa que sonó como una tos, "No podemos hacer nada, los inefables no han terminado de explicar porque soñamos despiertos" respondió sin borrar la sonrisa, y una vez escucho las últimas palabras de su paciente agrego unas gotas de una poción que debía despejarle la mente, esperaba que esta controlara las fantasías y visiones que causaba la mordedura de la cabeza del medio. Claro, si Édith no era sensible a los componentes de la pócima, pero en el pergamino que había leído mencionaban ninguna alergia.
Con un golpe de varita en el borde hizo que el contenido del vaso se mezclara y luego se lo extendió a la joven, "De un solo trago" le indico. El líquido tenia chispas y un vapor azul pero no olía mal, y era muy probable que no tuviese mal sabor.
No terminaba de convencerle que ella estuviese solo un poco mareada pero para su desgracia no podía ponerla a caminar de un lado al otro de la Sala solo para asegurar lo que ya sabía. Que mal que se veía ella con esa actitud. Muy mal. Una vez vendada, dejo la mano herida sobre la camilla y se acerco de nuevo a la mesita, donde comenzó verter pequeñas dosis de algunas de las pociones que allí se encontraban en un vaso. Mientras lo hacía, no pudo evitar encontrar graciosa la pregunta-respuesta que Édith le había dado, así que sonrió y contuvo una risa que sonó como una tos, "No podemos hacer nada, los inefables no han terminado de explicar porque soñamos despiertos" respondió sin borrar la sonrisa, y una vez escucho las últimas palabras de su paciente agrego unas gotas de una poción que debía despejarle la mente, esperaba que esta controlara las fantasías y visiones que causaba la mordedura de la cabeza del medio. Claro, si Édith no era sensible a los componentes de la pócima, pero en el pergamino que había leído mencionaban ninguna alergia.
Con un golpe de varita en el borde hizo que el contenido del vaso se mezclara y luego se lo extendió a la joven, "De un solo trago" le indico. El líquido tenia chispas y un vapor azul pero no olía mal, y era muy probable que no tuviese mal sabor.
- Edith Chevalier
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Re: Advertencia: ¡No te distraigas!
Su sonrisa se expandió un poco más, porque encontraba chistoso lo que el Sanador había dicho. ¿Los Inefables no lo habían hecho? Quizá al Cowershof le hacía falta acercarse un poco más a los muggles, que tanta curiosidad tenían. Y se lo pudo imaginar, con su uniforme verde, sentado en algún sillón con algún libro de psicología en sus manos. Parpadeó un par de veces más y soltó una corta risa por lo que había pensado “Los muggles lo han investigado y tienen teorías muy llamativas” le comentó antes de aceptar el vaso con la mano que no tenía hinchada. Lo miró con mala cara, pero de igual manera tomó aire antes de acercarlo a su boca y beber el contenido como él le había indicado.
Se quedó muy quieta luego de eso. “No creó que funcionara” dijo luego de unos momentos. El mareo no había disminuido, incluso comenzaba a sentir frío y si antes sus ojos amenazaban con cerrarse, en ese momento tuvo que cerrarlos por completo, porque de pronto todo lo veía negro. Sintió que se iba de lado y quiso agarrarse de algo, pero ni siquiera pudo estirar la mano. Lo que si pudo escuchar antes de perder el conocimiento fue el vaso dándose contra el suelo.
Se quedó muy quieta luego de eso. “No creó que funcionara” dijo luego de unos momentos. El mareo no había disminuido, incluso comenzaba a sentir frío y si antes sus ojos amenazaban con cerrarse, en ese momento tuvo que cerrarlos por completo, porque de pronto todo lo veía negro. Sintió que se iba de lado y quiso agarrarse de algo, pero ni siquiera pudo estirar la mano. Lo que si pudo escuchar antes de perder el conocimiento fue el vaso dándose contra el suelo.
- Gerald Cowershof
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Re: Advertencia: ¡No te distraigas!
Alzo un hombro, pensando que los muggles tenían teorías llamativas para todo lo que no podían entender, pero considerando que carecían de habilidades mágicas era comprensible que se la pasaran creando propuestas de por qué sucedían las cosas. Además de los inefables, ellos contaban con los psicomagos, quienes seguro tenían sus propias teorías respecto al soñar despierto... Pero no los recordé a tiempo, me disculpo Pero él no era especialista en mentes psicomago, así que no tenía porque saber de esas cosas.
Aprovecho para desechar los guantes y poner un poco de orden en la mesita mientras Édith tomaba el contenido del vaso, se la quedo mirando fijamente porque le gustaba ver las expresiones de los pacientes al beber las pócimas, después le contaba a sus compañeros de trabajo y escogían quien había obtenido la mejor reacción. Gerald aun no lo sabía, pero iba a ganar ese día. "Si funcionará" aseguro, pero se arrepintió de inmediato cuando la vio cerrar los ojos e irse de lado. Oh-no. Se le había desmayado el paciente. -¡Por San Mungo, Merlín y los cuatro fundadores!- justo en esos instantes había una estado de crisis en su cerebro, era la primera vez que le ocurría algo así, nunca ningún paciente había presentado efectos secundarios de tal magnitud tras recibir algún tratamiento de su parte ¡Por algo lo habían hecho hacer todas sus pasantias en la tercera planta del hospital!
Por instinto su cuerpo se movió mucho más rápido que su mente, se levanto del banquito y antes de que la muchacha llegara a caerse logro tomarla por los hombros y la empujo hasta recostarla sobre la camilla, "¡Édith!" la llamo, poniéndole una mano en la mejilla dándole palmaditas suaves "¡Édith, despierta!" al menos no le quedaba duda que la poción antipirética había sido muy efectiva. Demasiado muy efectiva.
Édith. No te mueras. Era broma.
Aprovecho para desechar los guantes y poner un poco de orden en la mesita mientras Édith tomaba el contenido del vaso, se la quedo mirando fijamente porque le gustaba ver las expresiones de los pacientes al beber las pócimas, después le contaba a sus compañeros de trabajo y escogían quien había obtenido la mejor reacción. Gerald aun no lo sabía, pero iba a ganar ese día. "Si funcionará" aseguro, pero se arrepintió de inmediato cuando la vio cerrar los ojos e irse de lado. Oh-no. Se le había desmayado el paciente. -¡Por San Mungo, Merlín y los cuatro fundadores!- justo en esos instantes había una estado de crisis en su cerebro, era la primera vez que le ocurría algo así, nunca ningún paciente había presentado efectos secundarios de tal magnitud tras recibir algún tratamiento de su parte ¡Por algo lo habían hecho hacer todas sus pasantias en la tercera planta del hospital!
Por instinto su cuerpo se movió mucho más rápido que su mente, se levanto del banquito y antes de que la muchacha llegara a caerse logro tomarla por los hombros y la empujo hasta recostarla sobre la camilla, "¡Édith!" la llamo, poniéndole una mano en la mejilla dándole palmaditas suaves "¡Édith, despierta!" al menos no le quedaba duda que la poción antipirética había sido muy efectiva. Demasiado muy efectiva.
Édith. No te mueras. Era broma.
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Re: Advertencia: ¡No te distraigas!
La confusión invadió su cabeza en cuanto quiso abrir los ojos de nuevo. Seguía viendo todo negro, por lo que intentó nuevamente parpadear para ver mejor, esto sin demasiado éxito. Lo que más la confundía era esa voz masculina llamándola. ¿Seguía en el hospital? ¿Había ido realmente o había estado soñando y aun no se despertaba del todo? Sentía que estaba acostada, así que lo último era probable. Quizá quien la llamaba era su padre, quizá se estaba haciendo tarde para ir a trabajar. Pensó en moverse, levantarse, pero le costó más de lo que creyó posible, debido a que se sintió increíblemente débil sin entender el porqué.
“Maman…” llamó en un susurro intentando darse la vuelta. ¿Y si estaba enferma? Tomó aire y esperó un momento. Luego, cuando abrió los ojos y notó que ya podía ver, lo que observó la confundió aún más. ¿Quién era ese? ¿Seguía soñando? Sabía que a veces se imaginaba a hombres guapos, pero solo si había visto alguna película romántica antes de dormir y no recordaba haberlo hecho. Parpadeó un par de veces más con fuerza y volvió a mirarlo, a él y a su uniforme.
Le costó unos pocos segundos, pero al final pudo recordar y aceptarse que estaba en San Mungo y el porqué. Miró al Sanador y como no recordaba muy bien que había sucedido, solo pudo disculparse “Pardon…” pero al ver su expresión logró que una mínima sonrisa apareciera en su rostro, porque no le gustaba que se preocuparan por ella y prefería infundirle algo así como confianza "Estoy bien" le aseguró, sin estar demasiado segura. Ya comenzaba a sentir un cosquilleo en la mano que debía estar hinchada. "¿Qué fue lo que paso?" le preguntó, para estar segura y entender porque en ese momento estaba recostada de la camilla.
“Maman…” llamó en un susurro intentando darse la vuelta. ¿Y si estaba enferma? Tomó aire y esperó un momento. Luego, cuando abrió los ojos y notó que ya podía ver, lo que observó la confundió aún más. ¿Quién era ese? ¿Seguía soñando? Sabía que a veces se imaginaba a hombres guapos, pero solo si había visto alguna película romántica antes de dormir y no recordaba haberlo hecho. Parpadeó un par de veces más con fuerza y volvió a mirarlo, a él y a su uniforme.
Le costó unos pocos segundos, pero al final pudo recordar y aceptarse que estaba en San Mungo y el porqué. Miró al Sanador y como no recordaba muy bien que había sucedido, solo pudo disculparse “Pardon…” pero al ver su expresión logró que una mínima sonrisa apareciera en su rostro, porque no le gustaba que se preocuparan por ella y prefería infundirle algo así como confianza "Estoy bien" le aseguró, sin estar demasiado segura. Ya comenzaba a sentir un cosquilleo en la mano que debía estar hinchada. "¿Qué fue lo que paso?" le preguntó, para estar segura y entender porque en ese momento estaba recostada de la camilla.
- Gerald Cowershof
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Re: Advertencia: ¡No te distraigas!
Su preocupación disminuyo un 1% en cuanto la vio ir recobrando el sentido, ese porcentaje significaba que no tendría usar un 'Ennervate' para hacerla volver a la normalidad, lo cual era excelente porque aplicar un hechizo sobre una persona que que no había perdido el conocimiento a causa de otro hechizo era como despertar cayendo de la cama, una sensación nada agradable. Y Gerald solo quería lo mejor para sus pacientes.
"¡Édith, Édith! ¡Abre los ojos!" la llamo de nuevo, antes de que ella despertara por su cuenta. Se le escapo un suspiro de alivió y se dio cuenta que el corazón le latía desenfrenadamente, obviamente nervioso y ansioso por lo que hubiese podido ocurrir si ella no- Oh, no, mejor ni pensarlo. Con sus manos apoyadas sobre la camilla, inclinado sobre Édith, Gerald busco calmarse un poco. Tuvo ganas de molestarse, porque las disculpas de su paciente estaban totalmente fuera de lugar pero después recordó que en ese tipo de situaciones nadie tenia la culpa. Había sido a causa de la mordedura y la reacción del cuerpo de Édith a las pociones, -No fue mi culpa- en absoluto, no lo era.
Volvió a reprimir una risa, cuando noto que ella quería darle algo de confianza al decirle que estaba bien, porque obviamente no lo estaba. Él lo sabía con nada más mirarla y notar lo pálida y débil que se encontraba. Pero tampoco estaba bien discutir con los pacientes a diestra y siniestra. Lo iba a dejar pasar hasta que pudiera ponerse de pie por su cuenta y entonces la iba a regañar, con esa autoridad que le daba ser Sanador, por andar burlándose mintiéndole a quien la estaba curando. "Te desmayaste" le dijo sin darle vueltas al asunto "Necesito que venga un familiar" le informó, incorporándose y buscando el pergamino/historial médico, al encontrarlo dio un par de golpes con la varita sobre la parte que tenía los datos del contacto de emergencia "No puedes estar sola en el hospital". Aunque, lo que quería decirle, era que por la pinta que tenía iba a tener que pasar más horas de las esperadas sobre esa camilla.
"¡Édith, Édith! ¡Abre los ojos!" la llamo de nuevo, antes de que ella despertara por su cuenta. Se le escapo un suspiro de alivió y se dio cuenta que el corazón le latía desenfrenadamente, obviamente nervioso y ansioso por lo que hubiese podido ocurrir si ella no- Oh, no, mejor ni pensarlo. Con sus manos apoyadas sobre la camilla, inclinado sobre Édith, Gerald busco calmarse un poco. Tuvo ganas de molestarse, porque las disculpas de su paciente estaban totalmente fuera de lugar pero después recordó que en ese tipo de situaciones nadie tenia la culpa. Había sido a causa de la mordedura y la reacción del cuerpo de Édith a las pociones, -No fue mi culpa- en absoluto, no lo era.
Volvió a reprimir una risa, cuando noto que ella quería darle algo de confianza al decirle que estaba bien, porque obviamente no lo estaba. Él lo sabía con nada más mirarla y notar lo pálida y débil que se encontraba. Pero tampoco estaba bien discutir con los pacientes a diestra y siniestra. Lo iba a dejar pasar hasta que pudiera ponerse de pie por su cuenta y entonces la iba a regañar, con esa autoridad que le daba ser Sanador, por andar burlándose mintiéndole a quien la estaba curando. "Te desmayaste" le dijo sin darle vueltas al asunto "Necesito que venga un familiar" le informó, incorporándose y buscando el pergamino/historial médico, al encontrarlo dio un par de golpes con la varita sobre la parte que tenía los datos del contacto de emergencia "No puedes estar sola en el hospital". Aunque, lo que quería decirle, era que por la pinta que tenía iba a tener que pasar más horas de las esperadas sobre esa camilla.
Última edición por Gerald Cowershof el 05 Abr 2016 22:30, editado 1 vez en total.
- Edith Chevalier
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Re: Advertencia: ¡No te distraigas!
¿Se había desmayado? Bueno, al menos eso explicaba el porqué de que se sintiera de esa manera y que no recordara que había sucedido luego de cerrar los ojos. Lo miró con algo de sorpresa y abrió ligeramente la boca. Había creído que sería rápida aquella visita al médico. Vamos, solo se había terminado desmayando ¡Ya estaba bien!
“¿Está seguro de que es necesario?” le preguntó. Además de que no quería quedarse ahí más tiempo del necesario, ni siquiera sabía si sus padres podrían entrar a San Mungo porque era completamente muggles. Sabía que había alguien más a quien podría escribirle, pero no quería que fuese Edward quien se quedara con ella y la cuidara. Ya él le había dejado en claro que prefería que su relación fuese meramente amistosa y aun le costaba verlo ser cariñoso con ella sin desear algo más. Ya varias compañeras se lo habían dicho, lo mejor era guardar distancia.
“No sé si ellos puedan entrar” intentó explicarse. Y aunque dudaba que los Sanadores pudieran tener problemas con el status de sangre de una persona, debía ser cuidadosa. Siempre existían excepciones. Miró al Sanador Cowershof, pensando por un momento. “Son muggles” le dijo esperando su reacción. Él no parecía el tipo de persona que era racista, en realidad, por el trato que llevaba, parecía ser bastante agradable.
“¿Está seguro de que es necesario?” le preguntó. Además de que no quería quedarse ahí más tiempo del necesario, ni siquiera sabía si sus padres podrían entrar a San Mungo porque era completamente muggles. Sabía que había alguien más a quien podría escribirle, pero no quería que fuese Edward quien se quedara con ella y la cuidara. Ya él le había dejado en claro que prefería que su relación fuese meramente amistosa y aun le costaba verlo ser cariñoso con ella sin desear algo más. Ya varias compañeras se lo habían dicho, lo mejor era guardar distancia.
“No sé si ellos puedan entrar” intentó explicarse. Y aunque dudaba que los Sanadores pudieran tener problemas con el status de sangre de una persona, debía ser cuidadosa. Siempre existían excepciones. Miró al Sanador Cowershof, pensando por un momento. “Son muggles” le dijo esperando su reacción. Él no parecía el tipo de persona que era racista, en realidad, por el trato que llevaba, parecía ser bastante agradable.
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Re: Advertencia: ¡No te distraigas!
AMIGA, QUIERASE. Edward no hace más que meterse con todos tus otros pjs cualquier escoba con falda que le pasa por delante.
Aparto su mirada del pergamino, donde tras los golpes de varita había aparecido la información de los contactos y asintió lenta y repetidamente, totalmente seguro. "No estas en el mejor estado para estar sola en el hospital" le estaba hablando en un tono muy calmo y con la mejor pronunciación que tenía, porque pensaba que la mezcla de la pócima, los fluidos salivares (baba) de la serpiente y el desmayo, no le permitían a Édith comprender las cosas con tanta rapidez como una persona lucida. Gerald por su parte, no comprendía porque ella se mostraba tan reluctante a que su familiar fuera al hospital, ¿le daría pena que la vieran en esa condición? ¿Le tendrían miedo a los hospitales? ¿Le tendría asco a los hospitales? ¿No tendría familia? Ah, no, ahí decía que si tenía.
Continuó leyendo hasta llegar a la parte crucial del asunto, lo cual leyó al mismo tiempo que Édith se lo comunicaba: "Son muggles" Baia baia, él no tenía problemas con eso, porque era adoptado y su mamá de mentiras era muggleborn, pero eso hacía un poco más complicado el asunto "Tenemos un protocolo en estos casos, pero toma un poco más de tiempo" le aclaro, metiendo una mano en un bolsillo de su túnica verde feo de Sanador, "Por suerte viven en Londres" se sonrió, encontrando la situación extrañamente graciosa, siempre había querido evitar todo el papeleo que conllevaba permitir la entrada de muggles al hospital y ahí estaba, escribiendo la dirección de Édith en un pergamino para que la recepcionista pudiera seguir el protocolo establecido: enviar una lechuza con la dirección del hospital y explicar las razones por las que debían ir y al llegar, algún empleado iría a recibirlos.
Doblo el pergamino y lo mando a la recepción con un movimiento de varita, se volvió a sentar en el banquito y le tomo la mano sana a Édith para leerle los signos vitales en la palma verificar que no se encontraba tan fría como antes. "Hasta que lleguen te haré compañía" una linda manera que iba a estar bajo observación médica.
Aparto su mirada del pergamino, donde tras los golpes de varita había aparecido la información de los contactos y asintió lenta y repetidamente, totalmente seguro. "No estas en el mejor estado para estar sola en el hospital" le estaba hablando en un tono muy calmo y con la mejor pronunciación que tenía, porque pensaba que la mezcla de la pócima, los fluidos salivares (baba) de la serpiente y el desmayo, no le permitían a Édith comprender las cosas con tanta rapidez como una persona lucida. Gerald por su parte, no comprendía porque ella se mostraba tan reluctante a que su familiar fuera al hospital, ¿le daría pena que la vieran en esa condición? ¿Le tendrían miedo a los hospitales? ¿Le tendría asco a los hospitales? ¿No tendría familia? Ah, no, ahí decía que si tenía.
Continuó leyendo hasta llegar a la parte crucial del asunto, lo cual leyó al mismo tiempo que Édith se lo comunicaba: "Son muggles" Baia baia, él no tenía problemas con eso, porque era adoptado y su mamá de mentiras era muggleborn, pero eso hacía un poco más complicado el asunto "Tenemos un protocolo en estos casos, pero toma un poco más de tiempo" le aclaro, metiendo una mano en un bolsillo de su túnica verde feo de Sanador, "Por suerte viven en Londres" se sonrió, encontrando la situación extrañamente graciosa, siempre había querido evitar todo el papeleo que conllevaba permitir la entrada de muggles al hospital y ahí estaba, escribiendo la dirección de Édith en un pergamino para que la recepcionista pudiera seguir el protocolo establecido: enviar una lechuza con la dirección del hospital y explicar las razones por las que debían ir y al llegar, algún empleado iría a recibirlos.
Doblo el pergamino y lo mando a la recepción con un movimiento de varita, se volvió a sentar en el banquito y le tomo la mano sana a Édith para leerle los signos vitales en la palma verificar que no se encontraba tan fría como antes. "Hasta que lleguen te haré compañía" una linda manera que iba a estar bajo observación médica.
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Re: Advertencia: ¡No te distraigas!
Lo miró con atención cuando habló de un protocolo para casos como ese. Quizá fuese una buena idea el guardarlo como nota mental, por si existía la posibilidad de que sucediera de nuevo. Amaba a más no poder a su familia, pero en situaciones de ese tipo habría preferido no tener que involucrarlos. Su madre entraría en pánico. Ella lo sabía. Primero porque algo le había pasado y no había terminado en un médico usual, lo que la haría pensar que era grave, y segundo, porque tendría que ir hasta allá. Se la podía imaginar dramatizando la situación, porque su madre todo parecía sentirlo más que los demás. Luego, su ‘yo’ curioso atacaría y querría saberlo todo. Quizá al final, hiciera el intento por quitarle importancia a la situación para hacerlos sentir bien y confiados a todos.
Soltó una corta risa “No tiene idea de lo que acaba de hacer” le informó antes de que se sentara y le tomara la mano. En cuanto lo hizo, se sintió extraña, emocionada, pero eso solía pasarle y sabía que debía aprender a controlarse, porque ya era hora de que entendiera que no todo buen trato la llevaba a una buena y bonita relación. No, él era un Sanador y probablemente actuara de esa manera con todo el mundo porque era su trabajo. Lo miró sonriéndole, pensando en que lo mejor era insistir en que su estado estaba muchísimo mejor, porque seguía dudando que fuese tan malo como para que le tocara quedarse ahí.
“Estoy mejor, en serio” le dijo antes de apretarle levemente la mano e intentar sentarse, cosa que no funcionó, puesto que aún se sentía débil y algo entumecida. Se sentía como si su cuerpo estuviese despertando, como si tuviese un montón de hormigas caminándole por todas partes y esa no era una sensación para nada agradable. Lo miró de nuevo, aún sonriendo. “Quizá sólo necesito un momento más” por supuesto, porque no era que aún se sintiera fría y mareada, o que le estuviese costando levantarse. No. Sólo era el mareo inicial. Nada había pasado con ella, sólo que una serpiente la había mordido, pero eso a cualquiera podría pasarle.
Soltó una corta risa “No tiene idea de lo que acaba de hacer” le informó antes de que se sentara y le tomara la mano. En cuanto lo hizo, se sintió extraña, emocionada, pero eso solía pasarle y sabía que debía aprender a controlarse, porque ya era hora de que entendiera que no todo buen trato la llevaba a una buena y bonita relación. No, él era un Sanador y probablemente actuara de esa manera con todo el mundo porque era su trabajo. Lo miró sonriéndole, pensando en que lo mejor era insistir en que su estado estaba muchísimo mejor, porque seguía dudando que fuese tan malo como para que le tocara quedarse ahí.
“Estoy mejor, en serio” le dijo antes de apretarle levemente la mano e intentar sentarse, cosa que no funcionó, puesto que aún se sentía débil y algo entumecida. Se sentía como si su cuerpo estuviese despertando, como si tuviese un montón de hormigas caminándole por todas partes y esa no era una sensación para nada agradable. Lo miró de nuevo, aún sonriendo. “Quizá sólo necesito un momento más” por supuesto, porque no era que aún se sintiera fría y mareada, o que le estuviese costando levantarse. No. Sólo era el mareo inicial. Nada había pasado con ella, sólo que una serpiente la había mordido, pero eso a cualquiera podría pasarle.