Estación: St. John's Wood

[Valentine Young]

Valentine Young había pasado muchas noches en vela pensando y pensando cómo lograría salir del infierno en que se había convertido la residencia de monjas brujas en la cual vivía. No soportaba vivir más allí, las encargadas eran invasivas, entrometidas y controladoras; las otras chicas que vivían allí hasta le habían robado el pollo de la nevera y podía jurar que usaban sus cosméticos cuando debía quedarse en el hospital. Un infierno. Por fortuna, su mente encontró tranquilidad momentánea cuando leyó ese maravilloso artículo sobre Occamy Heights, tranquilidad que desapareció cuando vio el costo del alquiler. El lugar era maravilloso, lo que siempre había soñado (al menos cuando lograba dormir), pero no podía pagar 100 galeones al mes por una unidad para ella sola ¡Era demasiado! ¡Iba que tener que vivir otro terrible año en la casa de las brujas! ¡No!

Así que tras llorar quince minutos en uno de los armarios de suministros de San Mungo, regreso a los anuncios del Profeta para continuar su búsqueda de lugares donde vivir y la encontró: a Waleska Sumpter. No lo pensó dos veces y contesto, aunque tuvo que esperar a regresar a la residencia porque no tenía una lechuza disponible. Valentine compartió su información básica con su potencial roommate: nombre, edad y procedencia, además, le dijo que estudiaba una carrera muy exigente (sin especificar cuál) y que probablemente no estaría mucho en casa, no le molestaba el Quidditch y no tenía mascotas. Tras recibir una respuesta, Valentine preguntó si podían reunirse antes ya que tenía algunas dudas sobre la convivencia y el uso de la nevera/baño antes de firmar con el arrendador.

Habían acordado lugar, hora y algo distintivo para reconocerse (ella no le había dicho que tenía rasgos asiáticos) que en su caso era un suéter con un mapache al frente. El lugar del encuentro era una cafeteria en la estación St. John's Wood, por lo tanto, cerca a Occamy Heights. Iba cinco minutos tarde a la reunión porque por supuesto que había tomado el metro en lugar de aparecerse en un callejón y por supuesto que el metro tenía retraso, por si fuera poco, las escaleras de la estación las había subido corriendo y al llegar arriba, le faltaba el aire. ¿Qué tan mala impresión iba a dejar si llegaba otros dos-tres minutos tarde? Era mejor llegar tarde, que desmayarse ¿no?

((Reservado))

[Waleska Sumpter]

¿Qué, exactamente, estaba pensando cuando invitó a Duke Temple a conocer a su futura flatmate? Mírese por donde se mire, no tenía ningún sentido. Es verdad que cuando intercambió esas cartas estaba en un momento de tensión en el trabajo: la liga nacional estaba por empezar y eso siempre traía muchísimo trabajo. Aún así, no tenía excusa. Valentine llegaría, se encontraría a dos personas, se asustaría y buscaría otra compañera, entonces a ella le tocará gastarse sus ahorros viviendo sola hasta que consiga otra opción.

Todo eso pensaba sentada en una de las mesas exteriores del café. Tenía los codos sobre la mesa y los dedos apoyados en la frente, en un gesto de completa preocupación. Le había dicho que la reconocería porque llevaría la bufanda de Ravenclaw (nunca pierde la ocasión para usarla, es muy patriota), y aunque debería estar pendiente de la llegada de Duke o Valentine, Waleska no despegaba la vista del cenicero frente a ella. No había pedido café, solo llegó diez minutos antes y se sentó. Era cuestión de tiempo a que el mesero le pidiera una orden, ya lo sabía.

[Duke Temple]

Había algo sobre el London muggle que siempre lo hacía sentir incómodo: no sabía si era el hecho de que vivían arreglándoselas para inventar cosas nuevas, o en realidad era porque esa tecnología muggle lo hacía sentir cada vez más incapaz de adaptarse. Con las desventajas de antemano, claro.

De la chimenea de su casa a un negocio mágico en Hampstead y de ahí a la estación de subterráneo. Cuando salió del andén en St. John's Wood se sacó los guantes y los tiró en un cesto de basura. Quince minutos de viaje habían sido demasiado. Llegó al nivel de la calle y luego miró alrededor. Beetles Coffee Shop, Beetles Coffee Shop... ah. Beatles.

Entró al lugar y se quedó parado en la puerta, buscando con la mirada a Waleska o esperando que una mesera se le acerque a ofrecerle una mesa. No sé dónde cree que está.

[Valentine Young]

Duke Temple, un visionario en cuanto a medidas de higiene. Recuerden lavarse las manos y no tocarse la cara.

Tras dos minutos de respiraciones profundas y calmadas, y luego que sintió que se había refrescado un poco, comenzó a caminar. Dio un paso, inhalo, otro paso, exhalo, y así hasta que logro llegar a la cafetería. Uff, que alivió que justo al lado de la entrada/salida de la estación.

Valentine también llego hasta la puerta del local, pero ya que había alguien que le impedía pasar, decidió revisar primero las escasas mesas que tenían afuera. Debía buscar una bufanda de Ravenclaw -Azul y plateado. Azul y bronce ¿Azul y bronce?-... Y, allí estaba, pero oh, no ¿por qué se veía preocupada? ¿había cambiado de parecer? Se acerco con una sonrisa en su cara, pero comenzando a sentirse nerviosa -¿y si ya no quiere ser mi roommate?- y al llegar, toco suavemente con sus nudillos la mesa buscando llamar la atención de la muchacha "¡Hola! ¿Eres Waleska?" preguntó. Una pequeñita voz en su cabeza deseaba que no fuera, ¿y si se caían sus planes? ¡Otro año con las brujas no! ¡piedad!

[Waleska Sumpter]

Quizá podía escribirle a algún viejo compañero de clase. ¿Con quién se llevó bien? Mierda, no le venía nadie a la mente. Tal vez Simón O'Hare. No se hablaban desde hace años, pero seguro que se acuerda de ella. Era buen jugador de Quidditch, eso lo haría un buen compañero. Nadie de su trabajo, por supuesto. Todos eran medio inútiles.

Levantó la vista cuando escuchó su nombre y se puso de pie con una sonrisa, dispuesta a darle la mano a Valentine, pero una figura en traje, justo detrás de ella le opacó completamente.

"¿Pero qué coño te has puesto?" Le dijo a Duke. Acaso no se había enterado que el metro lo usan los plebeyos y que estaban en un café de mala muerte con precios para turistas muggles.

Ah, quizá Valentine pensó que la pregunta era para ella, porque la lanzó a su dirección.

[Duke Temple]

¿Cómo iba esa canción viejísima de Enrique Iglesias, con ese video donde la gente estaba en los balcones como si anduviera el covid-19 dando vueltas en 1999? Que pueden pasar tres mil años pero la voz de Waleska regañándome nunca la olvidaré, algo así era.

Giró la cabeza hacia donde provenía la voz: Waleska de frente, una chica de cabello castaño de espaldas. "¿Qué, qué tiene de malo?" dijo, caminando hacia ellas con el entrecejo fruncido. ¡Que agradeciera que no había aparecido ahí y con túnica! Merlín, pobre americana, que seguro la gente asume que es ruidosa como sus compatriotas mientras que ahí están Waleska y Duke, discutiendo apenas se ven.

[Valentine Young]

((Pues me toco buscar la canción porque no me acordaba.))


Se había puesto de pie con una sonrisa. ¡Sí! Qué bueno, eso significaba que iban bien, -Adiós ladrona de pollos- ahora debían darse un apretón y charlar sobre cosas importantes como si iban a limpiar ellas mismas o contrataban a alguien ¿no? Perfeeee-- ¿cómo? ¿co-co-qué? Dio un paso hacia atrás, cohibida y un poco espantada, ¿Qué tenía de malo su suéter de mapache? No merecía un insulto, ella solo-

Se volteó para poder ver a la persona que acababa de responder. ¿Waleska le hablaba a él? ¿y qué tenía de malo que estuviera vestido así? No sabía quien era pero se veía bien, los no-maj se vestían así, no todos pero.. O sea, podía ser un chaebol estar saliendo de una oficina y- Volvió a mirar a su futura roommate (¿aún lo sería?), en su rostro había un gesto de desconcierto ¿qué estaba sucediendo? Quizás aun tenía falta de aliento y por eso no entendía nada de nada.

[Waleska Sumpter]

Lo cierto era que Duke se veía bien. Es decir, ese traje le quedaba de muerte, y aunque ese pensamiento estaba muy presente en su cabeza, se encontraba en segundo plano, porque a Waleska, sin importar los años que pasen, siempre, pero siempre, le encantará discutir con Duke. Era una mala costumbre y tampoco lo hacía adrede, pero le salía natural, como si fuese un tic nervioso.

Tampoco es que ella iba en plan recoge latas, hasta se peinó, cosa que hace solamente en funerales y finales de Quidditch. Era full blonde ahora. A ver si con eso se divertía más.

Volviendo, Waleska miró de arriba a abajo a Duke "Parece que vas a ver a la maldita Reina. ¡Hola, Valentine! Por cierto, es Valentaine o Valentine, tampoco quiero decirlo mal" Le extendió una mano "Soy Waleska, imagina que la W es una V y ya está. Duke, ven, siéntate" Le señaló el asiento a su lado. "Este es Duke Temple, fuimos juntos al colegio e insistió en que quería conocerte también". Se sentó de vuelta y esperaba que todos hicieran lo mismo.

[Duke Temple]

Cuando la chica de cabello castaño volteó, Duke la miró y en ningún momento captó que ella podía ser la potencial compañera de apartamento de Waleska. ¿Quizás la nueva rubia había invitado a más gente para conocer a la chica? Lo cual sería genial, porque Duke se adjudicaría cualquier paranoia que pudiera haber plantado en Waleska.

Caminó hacia ellas y se detuvo junto a Waleska, frunciendo el entrecejo cuando notó que se estaban presentando y dando la mano. ¿Invitó a una desconocida a conocer a su compañera de apartamento? "Un gusto" dijo, tomando asiento.

[Valentine Young]

De repente se sintió pequeñita, bueno, de estatura era menor que ellos dos (unos centímetros nada más), pero también estaban muy bien vestidos y ella... ella tenía su suéter de mapache. Entonces, si vivía con Waleska en ese nuevo edificio tan elegante, quizá debía aprender a vestirse mejor. Es decir, de entrada debía renovar su armario, su ropa era infantil y... ¿debía usar zapatos altos? No tenían porqué ser sandalias, botas también funcionaban, como las de Waleska, si, eran muy bonitas y se veían muy bien, tenían mucho estilo. y poder de convocatoria visual. Su hilo de ideas fashionista termino allí, la siguiente mala palabra la sorprendió un poco, sin embargo, pudo recomponerse más rápido.

Decidió responder primero la duda sobre su nombre "Es Valetaine" dijo, como se pronunciaba en inglés "Gracias" nadie había tenido la delicadeza de preguntarle aquello, aunque allí no hacía mucha falta quizá sí en Francia. Se acercó a la mesa para tomar asiento, primero acepto el saludo de la muchacha y luego inclinó la cabeza para saludar a su acompañante, "Sí, mucho gusto Waleska y Duke" y sonrió. Estaba muy nerviosa, no había porque mentir. Y la presencia de Duke la ponía más nerviosa aún, ¿por qué quería conocerla? ¿acaso... era el novio y temía por la seguridad de su novia? Bueno, de haber podido ella habría hecho lo mismo (pedirle a un amigo que la acompañará, al menos), pero todos sus amigos estaban ocupados ese día. Apretó un poco la sonrisa y los miro, esperando que alguno dijera algo.

[Waleska Sumpter]

Si Valentine supiera que Waleska puede pasar una semana sin lavarse el pelo, sobreviviendo a punta de colas altas o moños para ir a trabajar, no se sentiría tan mal, pero era cuestión de tiempo hasta que se diera cuenta de todas esas cosas.

Cuando todos se hubieron sentado, Waleska esbozó una sonrisa un poco más relajada.

"Pues, creo que para romper el hielo es mejor que comience yo, ¿no?" Los miró a los dos, como esperando una respuesta pero hablando inmediatamente después. "Bueno, te comenté en mi carta que trabajaba en el Ministerio de Magia," Pensó que era prudente que todo lo que tuviese que ver con ese tema lo dijera en voz baja. Seguían estando en territorio muggle. "más específicamente en el departamento de Juegos y Deportes Mágicos, en la división de Quidditch, así que todo lo que tenga que ver con partidos, ligas, mundiales, etc, que se celebren en el territorio de Reino Unido, yo tengo que ver en su organización. El Quidditch es muy importante para mi, por eso lo mencioné en el anuncio, espero que te animes a jugar conmigo alguna vez" Hizo una pausa, sonriente.

"Además de eso, no tengo mascotas, aunque me encantaría tener un perro, pero soy consciente de que no puedo cuidarlo. Si no estoy trabajando, estoy entrenando. En el Ministerio tenemos una pequeña liga pero ninguno se lo toma muy en serio, a mi pesar. Otras veces estoy asistiendo a partidos, de los que siempre tengo entradas, si quieres venir estás también más que invitada" Añadió, otras vez con la sonrisa.

A estas alturas quizá Valentine se habrá dado cuenta que Waleska habla mucho y de Quidditch. Sino, vamos a darle unos minutos más.

"He estado viviendo en Liverpool por los últimos tres años me parece, y me encanta, pero la mayoría de mis vecinos con los que me llevaba muy bien se han estado mudando o tienen vidas demasiado ocupadas así que me sentía demasiado sola, por eso decidí volver a Londres, que es donde nací. He vivido en otros sitios, pero soy una persona de ciudad, sin duda" hizo una pausa y miró hacia abajo, pensando. "No sé, si tienes alguna pregunta, dispara". Sonrió.

No es que se le haya olvidado la existencia de Duke, pero no es como si él ya no supiera todas esas cosas sobre ella.

[Duke Temple]

Duke miró a Waleska mientras hablaba, mitad escuchándola y mitad perdido en sus propios pensamientos. Se preguntaba cómo es que Waleska podía hablar tanto, qué estaría pensando Valentine, y cuándo es que aparecería la americana.

Hizo a un lado el puño de la camisa para ver la hora en su reloj: ya era pasada la una, ¿cómo es que la tipa no había aparecido aún? ¿Quizás esta chica era su representante o algo así? Alzó la vista del reloj hacia Valentine.

[Valentine Young]

Asintió un par de veces, abriendo la boca para intentar responder un par, pero sin lograr mucho. Wow, Waleska hablaba mucho, bien, podía vivir con eso. A fin de cuentas ella también podía hablar mucho, mucho si se lo proponía.

Decidió negar con la cabeza "No, nada" respondió, lo más seguro era que más adelante se le ocurrieran cosas para preguntar, por el momento solo iba a procesar todo, comenzando por lo que consideraba más importante: Quidditch, entrenar y trabajar en el Ministerio de Magia. "No jugamos mucho Quidditch en casa, sin embargo, no me molesta verlo" dijo, pasándose un mechón de pelo tras la oreja, seguía nerviosa y no sabía que hacer con sus manos, "...y tampoco jugarlo, no soy muy buena, pero puedo aprender." termino con una sonrisa. Luego miro a Duke, como esperando qué dijera algo, o sea, por qué era su turno ¿no? O se iba a quedar en silencio todo el tiempo... Oh, vaya, se iba a poner más nerviosa aún.

[Waleska Sumpter]

A estas alturas, Waleska estaba extasiada. Valentine acababa de decir las palabras mágicas 'tampoco jugarlo, no soy muy buena, pero puedo aprender'. No hay nada que le guste más que enseñar Quidditch. El fútbol es divertido, pero nada se compara.

"¡Genial! Verás que te encantará una vez aprendas a jugarlo. ¿Tienes una escoba? Sino, yo te presto una y... no te preocupes por él, Duke no va a vivir con nosotras ni nada" comentó al ver que la mirada de Valentine iba hacia él. Ya sabía que esta situación la iba a confundir y solo podía culparse a ella misma. En fin, ya estaba ahí y al menos era agradable a la vista.

"Qué más, bueno, considero que soy una persona bastante organizada. Creo que es muy beneficioso que el edificio entero tenga magos y brujas, de esa forma podemos hacer la limpieza con magia en un momento, me acuerdo de un par de hechizos. En Liverpool casi lo tengo que hacer a la forma muggle por miedo a que vean una escoba barriendo sola por la ventana" Soltó una risa.

[Duke Temple]

Dejó de mirar a Valentine cuando Waleska volvió a hablar, pasando la mirada hacia la rubia a la vez que sentía su paciencia empezar a drenar lentamente. No quería quedarse ahí sentado en silencio, esperando a la americana, mientras ellas dos hablaban de Quidditch.
"¿Cuántas personas van a vivir en ese apartamento?" preguntó, y lo siento si interrumpió a alguna de las dos. Dejó de mirar a Waleska para ver a la asiática, esperando que ella le ofreciera alguna explicación que lo ayudara a entender quién era ella y qué rol cumplía ahí.