Cuentas pendientes

[Irina Lewis]

Debió confiar en su instinto. Sabía que estaba cometiendo un error o dos al meter a un desconocido a su departamento para hacer un trabajo pero nunca creyó ser tan tonta. Irina siempre había pensado que era un chica inteligente, que sabía cuidarse incluso de los dementes de sus vecinos, y que nada malo podía pasarle. Hasta que apareció Dolovo. Claro, si por lo menos supiera que se llamaba así el rubio que cambió la cerradura de su casa. ¿De verdad había sido tan idiota de ni siquiera preguntarle el nombre?

Apretó los labios, humillada, delante del oficial de policía mientras terminaba de interrogarla. El abogado de la empresa para la que trabajaba se había ofrecido a acompañarla porque aunque la habían citado como testigo, era posiblemente la última en haber visto con vida al encargado de su edificio y eso no era para nada alentador. En cualquier momento podían considerarla sospechosa. Sentía una angustia horrenda en el pecho, ganas de llorar pero de la rabia. ¿Cómo se había metido en todo esto? ¿Cómo algo tan inocente como ir a una cerrajería la había metido en un caso policial? Un asesinato.

Aunque le había explicado todo lo que sabía al detective, se había quedado muda cuando le pidieron información sobre el cerrajero. No supo cómo decir que no tenía idea de quién era. Irina contuvo las lágrimas todo lo que pudo hasta que estuvo fuera de la comisaría y se despidió de su compañero de trabajo, agradeciéndole por su ayuda. Tomó una bocanada de aire ahogando las ganas de llorar y, sintiendo la bronca comenzar a arderle en el pecho, observó la calle. ¿Cuál sería la manera más rápida de llegar hasta el local? Necesitaba gritar, desahogarse y aunque sabía que no era lo mejor, que si quería salir de eso tenía que pensar fríamente, fue comiéndose el enojo hasta que bajó del metro y finalmente estuvo a unos pasos de quien creía firmemente que era el culpable de ese pequeño infierno en el que estaba viviendo hacía unos días. Y pensar que creía que su vida en ese edificio era mala...

El rubio ya no estaba en la puerta como un perro guardián, por lo que entró en el local buscándolo desesperadamente con la mirada. La campanita en la puerta debía haberle dado el alerta. Esperaba encontrarlo solo porque no quería que nadie escuchara lo que tenía para decirle.
Reservado

[Irina Lewis]

((De a un post por mes vamos a terminar para el próximo Mundial xD))

Fue como si toda la adrenalina que había sentido y que la había llevado hasta allí se esfumara cuando vio al viejito japonés que la saludó del otro lado del mostrador. Irina tomó aire por la boca y se le quedó viendo unos segundos, como si necesitara entender dónde estaba y por qué.
"Sí, lo siento" dijo cuando logró calmarse "Estaba buscando a..." si, cierto que no sabía el nombre y que era una idiota por eso "Un chico rubio que me atendió la otra vez, él vino a instalar una cerradura a mi casa" le explicó acercándose al mostrador y forzándose a sonreír inocentemente.

[Irina Lewis]

Irina frunció el ceño, dudando por un instante porque no se esperaba esa respuesta. Si hacía memoria, el hombre que la atendió estaba parado en la puerta. ¿Y si ni siquiera trabajaba ahí y se había metido en el local? No, no podía ser. ¿Para qué actuar? Una vez que hubiera robado la plata de la caja y la plata que le había dado Irina como adelanto, no tenía por qué ir efectivamente a su casa para cambiarle una cerradura si tan sólo era un ladrón.
Lo miró al viejo que parecía no mentirle. ¿Y si estaba senil y se olvidaba de que tenía un chico que lo ayudaba? ¿Era demasiado?

"Es que no es por algo del trabajo que hizo..." intentó explicarle, insistiendo en la existencia del rubio "Es por algo que pasó en mi edificio cuando él se fue y necesitaba su ayuda" Irina tomó aire por la boca, comenzando a sentirse frustrada. De pronto negó con la cabeza "No importa, no se preocupe" alzó levemente la mano porque estaba confundida por la situación y no lograba nada con insistirle al pobre viejo. Sentía que se merecía que, encima de asesino, fuera un ladrón que la había engañado todo el tiempo para meterse a su casa quién sabe con qué fines. Quizás si no mataba al portero primero, la que hubiera terminado muerta era ella.
Irina bajó la mirada, intentando procesar todo, y se dio vuelta dispuesta a marcharse.

[Irina Lewis]

Si supiera lo que pasaba por la mente del viejo, Irina no sabría qué decirle. No se consideraba ni amiga ni enemiga, de hecho se odiaba por no saber su nombre para poder decírselo a la policía, y no había nadie más común y muggle que ella. Realmente lo que había llevado a Dolovo a ese edificio y desquitarse con el portero había sido casualidad.

Cuando giró escuchó las pisadas y se detuvo. Más tarde recordaría que el viejo le había mentido diciendo que estaba solo y le molestaría mucho que le vieran la cara de tonta, pero en ese momento sólo pudo apretar los labios. Por un lado quería hablar y preguntar para quitarse tantas dudas de la cabeza, pero por otro no podía evitar pensar que estaba metiéndose en la boca del lobo. Cada momento todo se volvían más extraño. ¿Por qué el viejo le mentía y el tipo rubio aparecía sin camisa y con cara de destrucción?
Dudó un instante que hacer y sólo logró alejar la mirada de Dolovo "Lo siento, sólo necesitaba hacerte unas preguntas..." dijo cuando juntó el valor "Pero no sé si sea buena idea". No, claro que no, Irina.

[Irina Lewis]

Alzó las cejas, sin saber bien cómo reaccionar. ¿Y si mejor salía corriendo de ahí mientras podía? Aunque la idea era tentadora se quedó petrificada al escuchar su respuesta. ¿Ese ruidito de fondo era...? No, no podía ser lo que ella estaba pensando, no estaba hablándole mientras iba al baño.
"¿Perdón?" soltó porque no sólo le estaba hablando de una manera muy poco amable sino que todo era demasiado inapropiado ¿qué clase de persona iba al baño delante de desconocidos y les hablaba desde ahí? ¿o se aparecía sin camisa? Comenzó a sentir algo feo en el estómago, una sensación de que realmente todo allí estaba mal y que o la tomarían por loca si preguntaba lo que había ido a preguntar, o no le gustaría la respuesta que iba a obtener de esa gente.

[Irina Lewis]

Tomó aire, pensando por dónde comenzar mientras intentaba no mirar demasiado a Dolovo, no sólo porque no tenía toda su ropa y eso la hacía sentir incómoda, sino porque toda su actitud le daba mala espina. Si quería tener algo de información tenía que tener cuidado y algo le decía que mirarlo directamente sería peor.

"Lo siento, el otro día nunca pregunté tu nombre" era mejor comenzar por ahí, si le explicaba directamente que creía que él había sido el último en ver a un hombre asesinado y que encima sospechaba de él, Irina estaba segura de que él nunca le diría su nombre "¿Tú eres...?" lo miró alzando levemente las cejas e intentando mantenerse tranquila.

[Irina Lewis]

Cada respuesta suya no hacía más que convencerla a Irina de que su idea de que él hubiera tenido algo que ver con la muerte del portero no era tan descabellada como creía. Si no era asesino, al menos era alguien bastante extraño y para nada agradable.
"¿La gente como yo?" repitió sin entender a qué se refería y, más por miedo a la reacción de él y terminar sin obtener ninguna de las respuesta que había ido a buscar, Irina negó con la cabeza y decidió terminar de dar vueltas, como él le pedía "El otro día cuando viniste a instalar la cerradura... no sé si recuerdas al hombre que apareció en un momento, ¿el portero del edificio?" preguntó intentando sonar natural y llevar la conversación en paz sin que él se sintiera atacado, pero aparentemente con ese hombre era algo imposible.

[Irina Lewis]

Irina desconocía la situación habitacional (?) de Dolovo y creía que sabía lo que era un portero, es más, pensaba específicamente que él podía saber qué le había sucedido al hombre pero la pregunta de él la hizo dudar. Intentando ignorar la mirada de él relojéandola, ella también se paró más derecha juntando coraje para lo que debía decir.

"Es que... lo encontraron muerto, en las escaleras" y aunque le hubiera encantado seguir hablando de corrido, tuvo que tomar aire para seguir porque no era una situación normal para ella hablar de gente muerta y menos con desconocidos. No era que lo apreciara al hombre, al contrario, lo odiaba bastante y quizás se sentía un poquito culpable de haber deseado alguna vez que desapareciera para que dejara de molestar tocando timbre y mirando debajo de la puerta si ella se encontraba para hablarle de tonterías "Al parecer poco tiempo después de que lo vimos" apretó los labios sin saber cómo explicarle la situación en la que estaba metida y menos que menos podía decirle que sospechaba de él.

[Irina Lewis]

La frialdad de él para hablar del tema la tensionó un poco más aunque alzó una ceja porque algo de todo lo que había dicho Dolovo era discutible para Irina. Su mirada no resultaba nada tranquilizadora, ella no estaría tan segura de que no fuera capaz de matar, al menos metafóricamente. Él como actor era bastante convincente porque estaba haciéndola dudar seriamente de la locura que estaba cometiendo. ¿Y si realmente había ido a hacerle esas preguntas a un tipo que no tenía absolutamente nada que ver y que sólo había estado en su casa de casualidad en el día equivocado? Que Dolovo pensara que era una loca en ese momento ya era lo de menos, así que continuó hablando por las dudas de que, aún siendo inocente, pudiera ayudarla en algo.

"Es que estuvieron interrogándome y me preguntaba si habías visto algo extraño cuando..." y se frenó al darse cuenta de un detalle que no había tenido en cuenta ni siquiera cuando había ido en un arrebato hasta ese lugar "tú en un momento saliste con él a buscar algo" no logró disimular que el tono de su voz había cambiado y lo miró sintiendo nuevamente que estaba segura de que había sido él.

[Irina Lewis]

Frunció el ceño cuando él empezó a hablar y no atinó a responder nada antes de que él siguiera, porque claramente decirle que no estaba algo asustada era una mentira, una mentira que prefería repetirse en su cabeza para no admitir que lo que había hecho era bastante estúpido. La posibilidad de que la culparan de algo que no había hecho la había enceguecido y se había metido, en efecto, en la boca del lobo.

Negó con la cabeza porque no le importaba que él fuera del servicio, no estaba sospechando de él por eso, pero sí porque era un extraño que casualmente había sido también uno de los últimos en ver con vida al portero. Todo su discurso la dejó quieta pero especialmente la aclaración, innecesaria al parecer de Irina, de que el lugar estaba lleno de objetos con los que podía lastimarla. Ni hablar de todo el análisis que él había hecho sólo en segundos de que podía hacer lo que quisiera impunemente.
Le costó un montón volver a tomar aire para hablar "No te estoy acusando porque seas 'el servicio'" dijo repitiendo sus palabras "Y no estoy inventando nada, sólo estoy intentando entender qué pasó" intentó sostenerle la mirada pero no duró muchos segundos "Cualquiera en mi lugar querría averiguar la verdad si lo están acusando de algo que no hizo" e instintivamente dio un paso hacia atrás, como para tener la puerta más cerca.

[Irina Lewis]

También si fuera más inteligente hubiera aprovechado el momento en que él le dio la espalda para desaparecer de ahí pero la mente es extraña y aún creyendo que estaba en peligro solamente pudo pensar en que cada cosa que hacía y decía lo volvía más extraño y la confundía más. ¿Debía memorizar la dirección de la cerrajería y decirle a la policía? No, no podía confiar en Dolovo, él y ese viejo mentiroso que lo protegía iban a hacerla quedar como loca delante de la policía negando que la conocían, y eso la haría todavía más sospechosa. Sentía que iba a volverse loca y, aunque sus no-consejos tenían bastante lógica, a Irina le daba bronca porque sentía que estaba tomándole el pelo.

"¿Si realmente...?" no podía creer lo que escuchaba "¿Insinúas que soy culpable?" lo observó todavía más confundida, su feo presentimiento sobre él era cada vez más grande, algo estaba mal y no solo porque la había pseudo amenazado con lo que podía hacer estando en su territorio. Su actitud haciéndose el desentendido, no moviéndosele un pelo porque había sido el último en ver vivo a alguien asesinado... fuera el asesino o no, él no le gustaba. Como diría alguien que debe seguir jugando en el otro foro... le daba mal yuyu (?).

[Irina Lewis]

Inspiró y sin notarlo apretó las uñas contra la palma de su mano, volviéndola un puño. ¿Creía que estaba bromeando? ¿Que su libertad era un chiste? A ella no le causaba nada de gracia la situación en la que estaba sin haber hecho nada. Debió imaginar que él se burlaría, hasta que estuviera sin camisa delante de ella y no hubiera mostrado ni la más mínima intención de ayudarla era una burla.

Asintió una vez con la cabeza, entendiendo que no iba a lograr nada "Bien. Gracias por tu ayuda" dijo sin necesidad de que se notara la ironía en la voz, porque total bien sabía él que no había hecho nada más que acusarla y amenazarla "Y perdón por la molestia" que él fuera un maleducado que le hablaba mientras meaba no significaba que ella fuera igual. Se dijo que ese era el momento de irse, con algo de suerte dejaría de sentir escalofríos apenas estuviera bien lejos, a unas cuantas estaciones de metro de allí, y no volvería a tomar ese camino para ir al trabajo nunca más. Por las dudas.

[Irina Lewis]

Se sentía tan molesta consigo misma y con Dolovo, además de todavía preocupada por su propia situación, que mientras caminaba no notó absolutamente nada hasta que fue tarde. Antes de que ella pudiera llegar a la puerta, esta se abrió y un tipo voló a pocos metros suyo.

Irina quedó paralizada observando a los hombres que entraban, sintiendo el mismo miedo en su estómago que la única vez en su vida que la habían asaltado. Su cerebro que agarró a ese recuerdo creyendo por un instante que estaba en medio de un robo hasta que el tipo que estaba golpeado terriblemente habló. Ella observó con algo de horror las heridas y la sangre en el suelo antes de mirar a Dolovo por instinto. No sabía nada de él pero increíblemente en ese momento se había vuelto la única persona conocida allí y lo miraba como si él pudiera darle una explicación.
Lo único que sabía era que quería irse pero sentía que si daba un solo paso algo horrible podía ocurrirle.

[Irina Lewis]

No entendió el gesto de Dolovo ni le trajo nada de tranquilidad, si estaba quieta era porque estaba tan confundida como asustada. Su pánico no hizo más que crecer cuando esos hombres se le acercaron para sotenerla por los brazos y, aunque mantenía la mirada en el frente, intentando entender qué pasaba, sentía que se iba a morir ahí mismo. Quería irse a su casa, quería despertarse y que fuera una pesadilla por estar tan preocupada por el crimen del portero.

Las cosas empezaron a tener algo más de sentido al escuchar al hombre calvo explicar por qué estaban ahí. Le hubiera encantando explicar que ella no tenía nada que ver con ellos pero no sólo presentía que a esos hombres poco les importaba sino que Dolovo se le adelantó, metiéndola todavía más en el problema. Titubeó un instante, porque instintivamente quería negar con la cabeza y pedirles que por favor la dejaran ir, pero la mirada inquisitiva de Dolovo le decía otra cosa. Que el otro tipo todo magullado la mirara también, la puso más nerviosa y terminó por asentir con la cabeza aunque sus ojos llenos de miedo la podían delatar.

Volvió a mirar a Dolovo "Sí, yo iba a buscarlo... con él" no sabía qué estaba tramando el rubio ni cómo hizo para hablar sin que le temblara demasiado la voz. El arma en su espalda le extendía un cosquilleo lleno de miedo a todo el cuerpo y lo único que quería era que la sacaran de ahí.

[Irina Lewis]

Las risas de los hombres la hicieron dar un respingo, tenía tanto miedo que ese sonido fuerte la asustaba aún más. No podía estar pasándole eso, esas cosas solo ocurrían en las películas que a veces miraba, no en la vida real. Que la estuvieran amenazando y estuviera en medio de una extorsión con tipos armados era algo que no terminaba de aceptar ni entender, como si fuera un cuadro que se veía de lejos. Ella era una chica común y corriente, no conocía a ninguna de esas personas, todo eso tenía que ser irreal.

Irina abrió grande los ojos al ver cómo le ponían el arma en la cabeza al chico rubio y sentía que le costaba respirar. La idea de que fueran a matarlos a todos le hizo un nudo en la garganta y tuvo que aguantar las ganas de llorar.

¿Doppel? ¿Así se llamaba el rubio? No tuvo mucho tiempo de pensar en eso. Sintió que dejaban de sotener el arma en su espalda y que la soltaban de una vez, y eso fue suficiente como para poder volver a respirar con un poco menos de miedo. Al ver al tipo lastimado tirarle un beso sólo pudo devolverle la mirada con desagrado mientras con una mano se sobaba el lugar donde la habían agarrado fuerte del brazo.
Cuando escuchó que Dolovo la llamaba, si así se puede decir, alzó una ceja, volviendo a sentirse paralizada hasta que el movimiento de su mano, y las ganas de alejarse del tipo armado que los vigilaba, la hizo caminar hacia donde él le decía.

Sentía que el corazón le latía fuerte por el miedo, mientras pensaba cómo hacer para escaparse y se daba cuenta que no tenía muchas opciones, por lo que comenzaba a desesperarse. Subió la escalera de manera casi autómata, los escalones crujieron bajo sus pies y cuando llegó al final se detuvo esperando al rubio. "¿Qué vamos a hacer?" soltó angustiada "Quiero irme de aquí" si, sonaba como una nena chiquita pero jamás había estado tan asustada en su vida y no sabía qué hacer.