La taza medio vacía

[Waleska Sumpter]

Otro día, otro galeón.

Cuando eres trabajador del ministerio tus días suelen ser bastante parecidos solo con algunas variaciones, así que la rutina termina absorbiendo hasta aquellas almas más inquietas, y los dueños de varitas de sicomoro pueden despertarse un día con cenizas sobre la mesa de noche sin previo aviso. Y como el mundo no está lleno de excepciones, Waleska tampoco era una.

Cada día despertaba a la misma hora en su departamento en Liverpool, se bañaba, se preparaba un rápido desayuno y metía unas frutas en su maletín, que también llevaba muchos papeles que seguramente revisó hasta bien tarde la noche anterior y estaban llenos de correcciones hasta en los bordes de los pergaminos, no siempre por errores sino porque Waleska tenía una excepcional habilidad para cambiar de opinión y además estar segura de que la siguiente idea era mucho mejor que la anterior. Luego se vestía como muggle para salir a la calle, caminaba un par de cuadras y ahí se reunían siempre las mismas cinco personas que vivían en el área, se congregaban en el mismo callejón, rodeando la misma percha oxidada que a las 7:45 am los haría aparecer en el Ministerio Británico de Magia.

Es ahí donde la rutina tiene su ligera variación. Verán, a Waleska no siempre se le antoja un café, especialmente no el del Ministerio porque era particularmente malo hasta que te acostumbras, pero luego de noches de largas jornadas de trabajo extra (que nadie le pidió), solía tomarse una taza mitad leche mitad café con dos de azúcar y para llevar, y ese día era uno de esos.

Se disponía a salir de la cafetería cuando una melena le llamó la atención. Generalmente no veías tal estado de descuido en trabajadores así que le hizo pensar que debía estar para alguna audiencia porque había hecho algo malo, porque prejuzgar nunca pasa de moda ni ser una chismosa por querer verle la cara. Tomó un camino diferente para poder pasarle por el frente y no tardó mucho tiempo en reconocerlo, porque aunque estaba todo lleno de pelo la cara de Clyde Archivald no era tan olvidable.

Justamente cuando lo reconoció ocurrió el evento del café, lo que la hizo sonreír y caminar hasta él.
"Vaya, vaya, Archivald, recuerdo que tus reflejos eran mucho mejores en el colegio, ¿Qué te pasó?" Saludó muy a su manera.

[Waleska Sumpter]

Le sorprendía mucho ver a Clyde de esa manera, y con esa manera me refiero a todo peludo y desarreglado. Nunca habló mucho con él, pero siempre lo trató con respeto por ser capitán de Quidditch. Le parecía un buen tipo al que no le sucedían muchas cosas buenas (como estar comprometido con Ophelia Cromwell, por ejemplo). Nunca supo si se casó o no con ella, aunque no había oído nada sobre eso en los periódicos.

Le sonrió y se sentó frente a él. No le preguntó si podía pero tenía cinco años sin verlo, tenía algunos derechos. "¿Pensaste que era quién? Te veo nervioso, ¿Qué haces por aquí? ¿Vienes a una entrevista?" Sondeó. No se imaginaba a Clyde trabajando en un Ministerio, en realidad no lo veía en ningún lado porque no lo conocía así de bien. La última vez que lo vio no tenía nada de barba y cabello corto, todo un chico de diecisiete años.

"¿Necesitas ayuda con eso?" Preguntó levantando el mentón hacia su camisa manchada de café. Se giró para buscar su varita y le apuntó con ella pero no dijo nada, esperando a que él le dijera que podía. De no haberlo visto tan preocupado lo habría hecho sin preguntar pero no quería lanzarle nada si eso aumentaba sus nervios.

[Waleska Sumpter]

Sonrió casi con ternura. Las personas nerviosas le causaban diferentes emociones que dependían de su estado de ánimo, como era de mañana y nada malo o estresante le había sucedido hasta ahora, una persona en el estado de Clyde le causaba simpatía. Era eso o estaba extrañamente feliz de verlo. No siempre se topa con gente que conocía en el colegio pero cuando lo hace siempre era grato. Menos con Dante Vaughan, nunca es grato verlo a él.

Siguió apuntándolo pero viéndolo a los ojos. "No te preocupes. Uno sabe hacer estas cosas porque que se te derrame el café en la ropa es súper común, y más que querer lucir presentable es evitar el olor que desprende después de un rato. A mi me huele como a agua empozada pero todos perciben algo diferente, es casi como una poción de Amortentia" Se rió y miró la camisa de Clyde "Tergeo" Pronunció. Como si su varita fuese una aspiradora, el líquido que dice ser café empezó a desaparecer de la ropa, hasta quedar tan limpia como estaba antes. Cuando terminó, Waleska se guardó la varita. "¡Voila!" Dijo sonriendo. "¿Ahora si me cuentas qué haces aquí?" Preguntó.

[Waleska Sumpter]

Sonrió de medio lado y posó los antebrazos en la mesa, inclinándose hacia adelante para escucharlo mejor. "De nada" Contestó tranquila. Algunos magos pueden subestimar esos hechizos hogareños pero, así como lo es aprender a cocinar, lavar y planchar entre otras cosas, todo eso se vuelve necesario cuando necesitas hacerlo. Que Clyde no supiera era indicativo que no lo necesitaba lo que a Waleska le pareció normal porque, si mal no recordaba, él era rico.

La historia la tomó por sorpresa y se echó hacia atrás, mirándolo con tristeza, luego volvió a inclinarse y si pudo, le tomó una mano. "Lo siento mucho" Le dijo sinceramente. Ella había perdido a su hermana y había sido devastador, así que simpatizaba mucho con ese tipo de noticias, aunque claro, estaba en su naturaleza querer saberlo todo, más por su eterna curiosidad (o necesidad de chisme) que por haber sido Ravenclaw. "¿Cómo murieron?" Preguntó manteniendo la tristeza en su semblante. "Y sobre ser tutor competente, no dudo en que se lo probarás, aunque para la próxima quizás un corte ayudaría" Le dijo, sin intención de ofender sino todo lo contrario. No lo veía desde hace seis años pero ella siempre estaba inclinada a decirle a cualquiera lo que debía hacer.

[Waleska Sumpter]

Que le dijera que sucedió hace dos años no cambió en lo absoluto sus sentimientos de simpatía hacia su terrible situación. También pensaba en su sobrina de la que súbitamente tuvo que hacerse cargo. No dudaba (por alguna razón que no sabe porque en realidad no conocía mucho a Clyde) que él fuese un tutor decente, pero seguramente había sido muy duro para él pasar de la completa independencia a criar a una niña. "Sigo sintiéndolo mucho Clyde. Ya sé que no nos conocemos mucho pero si necesitas ayuda en algo no dudes en decirme. Vivo en Liverpool y no tengo idea de cómo cuidar niños pero si puedo organizar un mundial no creo que no pueda hacer que no se muera por unas horas" Añadió seriamente aunque al final quería decirlo en broma.

Cuando él le explicó un poco más la situación lo soltó finalmente e hizo una mueca de duda. "No conozco a nadie de esa zona, tampoco sabría darte ningún buen consejo para parecer competente" Le dijo sinceramente. "Pero demostrar con buenas palabras lo mucho que quieres a tu sobrina debe ayudar en algo" Añadió como quien no quiere la cosa, pensando sin embargo que era un buen consejo.

[Waleska Sumpter]

((Dado que tú no nombraste significa que querías que se te pegara siempre que leyeras este thread xD))

Así que sí seguía con Ophelia. Le llegaron las mil preguntas a la mente pero decidió contenerse (algo que hace un par de años hubiese sido imposible) dada su actual situación. Waleska había cambiado a modo empático después de la historia de la muerte del hermano de Clyde, así que quería ser cuidadosa con lo que decía porque también lo veía muy nervioso por la vista que tenía esa mañana. Quería ayudarlo, no por ser un alma altruista sino porque quería sentirse útil que es su gran pasión, pero no tenía idea de cómo.

El tema de su trabajo aligeró un poco su tensión. "¡Si!" Dijo con una sonrisa "Soy del Departamento de Juegos y Deportes Mágicos, en la parte logística de la organización de las temporadas y mundiales de Quidditch. Es un trabajo muy movido la verdad" Comentó con cierta emoción. "Puedo darte entradas para ciertos partidos si gustas, yo casi nunca tengo a quien llevar" Añadió. A veces Edward tenía el tiempo y la acompañaba, pero la falta de pareja nunca la había detenido porque Quidditch es Quidditch, sin embargo, la compañía siempre era bien recibida. "¿Tú qué haces aparte de cuidar de tu sobrina?".

[Waleska Sumpter]

((Vi en estos días una película que se llama el Club de los Incomprendidos que es una mala imitación de The Breakfast Club y sale Clyde como un entrenador que quiere con sus estudiantes. Fue super raro, era la primera vez que lo veía en algo))

Ella no era tipo de chica que se ruborizaba, quizás a los dieciséis pero no a sus veintitrés, sin embargo sonrió y bajó la mirada por semejante cumplido. "Gracias" Fue lo que pudo decir. Que le dijeran que era buena en lo que hacía le causaba una enorme satisfacción, aún si Clyde no sabía como se manejaba en su propio departamento o si estaba sobrevalorando su papel como capitana en el colegio. Después de todo, Ravenclaw nunca ganó una copa en su mandato.

Dijo 'Oh' y asintió. "Si, eso tiene sentido" Comentó, sonriendo. "¿Es por eso que llevas la barba? ¿Para mezclarte entre los animales?" Dijo, queriendo hacer una broma. No quiso decirle animal, era solo su terrible sentido del humor.