My friends are trying to kill me

[Waleska Sumpter]

El cómo había llegado a estar sentada en una de esas mesas de madera mohosa, esperando por un muchacho desconocido que bien podía ser un asesino serial o un gay que quiere seguir en clóset, es bastante larga, y como es Waleska, ella querría que se las contara de principio a fin.

Waleska nunca ha sido muy reticente a salir con muchachos. Después del fiasco con la reconciliación con Duke, Waleska estaba dispuesta a empezar de nuevo con otra persona, básicamente porque, después de varios meses, se dio cuenta de que él no iba a llamarla. También pensó que había perdido su número y esperó dos meses más después de eso pero ya había sido mucho. Tenía que dejarlo ir y cometió el error de comentarlo con una compañera de trabajo que seguramente era una de ese millón de amigas que tiene Dante, o al menos, es amiga de una de las del millón.

'No es bonito de forma convencional,' Le dijeron 'pero definitivamente tiene algo cautivador. Es algo tímido pero tú eres experta con la gente tímida. ¡No perderás nada con intentarlo!' y la verdad es que era cierto. Lo peor que podía pasar era que terminara unas libras más pobre, en el caso de que el tipo no pagara por las bebidas. Quitando lo del posible asesino serial y gay, su amiga tenía razón. No perdía nada con intentarlo.

Comenzó a ponerse nerviosa cuando se dio cuenta que no tenía idea de cómo lucía el tipo. ¿Cómo demonios iba a saber que era él? ¿Le habrían dado alguna descripción de ella? ¿Debió haber dicho qué se iba a poner? Definitivamente debieron decirle lo que él se iba a poner. Soltó aire por la boca, inflando las mejillas. Lanzaba miradas nerviosas a la entrada y se tocaba el cabello mucho, sintiendo su suavidad. Al menos se lo había lavado y Merlín sabía lo poco que hace eso.

Entonces lo vio llegar. Dante. -Mierda- Agachó la cabeza y puso una mano abierta y horizontal sobre su frente, tratando de ocultarse.
Él no podía ser su cita, por favor que él no sea cita. Dante no era algo tímido, hablar con Dante era hablar con un puto poste. Dante no era bonito en una forma poco convencional, Dante era una mancha borrosa debajo de tanta peca.
Él no era su cita.

[Waleska Sumpter]

Comenzó a raspar la madera con la uña, ya sin saber qué hacer. ¿Estaba permitido irse de una cita a ciegas? Demonios, ¿Por qué llegó antes de la hora?

Abrió un poco los dedos para ver a través de ellos hacia Dante, pero cuando lo hizo, él la estaba mirando. -Joder, joder, joder- ¿Por qué su mano no era más grande y la ocultaba completa? ¿Por qué no tenía el poder de teletransportarse sin que ningún muggle se diera cuenta de su partida? ¿Por qué Gabriel Frost les dio una victoria injusta al equipo Potter? ¿Por qué Dante era Dante y no otra persona mucho más agradable y menos pecosa?

Mientras escuchaba los pasos de Dante aproximarse a su mesa mientras en su cabeza se escuchaba la marcha fúnebre de Chopin, Waleska trató de recordar un momento feliz con Dante, como para tratar de verle el lado positivo a este reencuentro y sólo pudo ubicar aquella vez que les hizo una escena a él y a Meghan por besuquearse en el campo de Quidditch, y recordó su patética actuación en el partido de egresados donde lució como un amateur, como si ella nunca lo hubiese entrenado.
No, Dante nunca fue su persona favorita del equipo, incluso lo mencionó en su anuario, como para que quedara la evidencia para la posteridad.

Lo escuchó sentarse y se mordió el labio inferior. Era ridículo ocultarse más. No podía fingir demencia. Él se daría cuenta, tarde o temprano, de con quién le habían arreglado una cita, y si conocía a Dante como lo conocía, él tampoco estaría feliz de encontrarla, no después de los insultos que le dedicó después de aquel infame partido.

Bajó la mano y se lamió los labios, sintiendo el sabor plástico de la pintura de labios. Merlín, se maquilló por Dante.

[Waleska Sumpter]

Waleska también tenía un diálogo planeado, obviamente. 'Hola, Vaughan. Ésto es lo que vamos a hacer. Nos iremos de acá ahora mismo y nos ahorraremos el momento incómodo. Yo diré que apestaste y tú dirás que yo apesté. Realmente no me importa. No tenemos que rememorar ningún buen momento entre nosotros porque no los hubo, así que adiós.' Entonces ella se levantaría y esa sería su última palabra, sin dejar que hablara, como siempre, porque así era su relación: ella hablaba y él debía obedecer, porque era la capitana del equipo.
Oh, esperen, eso fue hace tres años. Ella ya no tenía el derecho de mandarle a hacer nada.

Justo cuando estaba procesando la información, Dante comenzó a reír, como maníaco. Drogas, seguro. Waleska siempre vio a Dante como una persona propensa a caer en adicciones, o en cometer suicidios. Es más, le sorprendía verlo vivo, para ser honestos.

Pese a estar segura de que la razón era sobredosis de algo, Waleska se cruzó de brazos y le dedicó una mirada desaprobatoria que Dante debía saberse de memoria "¿Qué es tan jodidamente gracioso?" Le preguntó. Dante le estaba arruinando su salida triunfal.

[Waleska Sumpter]

Dante riendo era escalofriante. Es como si vieras a una estatua o a una gárgola riéndose. No se supone que deben hacerlo, sus cuerpos no están hechos para ello y aún así lo hacen. Se veía anti natural, casi tanto como sus pecas. Nada más pensar en los lados donde también debía tener pecas le daba vértigo. Ni siquiera sabía porqué estaba pensando en partes de Dante con pecas.
Genial, treinta segundos con Dante y ya se le estaba contagiando su rareza. Genial, simplemente genial.

Luego llega él y comienza a burlarse de su cabello. Dante. Burlándose de algo. ¿Es que acaso el jodido mundo se volteó y ella no se dio cuenta?

De repente se sintió expuesta, como indefensa, probablemente porque no esperaba eso de él. Se recuperó rápidamente, de todas formas, cuando se puso erguida y descruzó los brazos, dejando las manos sobre su regazo, como si cambiar de posición le aumentara el coraje "¿Por qué? ¿Acaso te gusto más así, Vaughan? ¿Te diste cuenta del clóset donde estabas encerrado y lo único que se te ocurre es insultar a las mujeres que tienen más bolas que tú al hacerse un cambio drástico de look?". Ella en realidad no creía que Dante era gay, más bien lo consideraba medio asexual, como para acentuar su anti naturalidad.

Y se me ocurrieron un par de chistes sobre abortos pero no me quiero pasar.

[Waleska Sumpter]

Comenzó a respirar con fuerza por la nariz. Nadie le había hablado así en su vida, y no es como si fuese una de esas veces en donde cabe la frase '¡Alguien tenía que hacerlo!' porque no, al menos no creía. Sintió como si el karma estuviese haciendo las suyas de repente, pero la pareció poco probable, o sea, ¿Le quitas a la familia y de paso le pones a un loser de secundaria para ponerla en ridículo? Ya sabía que la vida era una mierda pero no tanto.

Alzó la cejas "¿Mi excusa? Es un puto corte de cabello, Dante, no es un cambio de sexo. Y si mal recuerdas, yo tuve un novio en Hogwarts. No es como si mi sexualidad hubiese estado en duda en algún momento." Se inclinó hacia adelante y colocó el dedo índice sobre la mesa "¿Y qué carajos es ésto? ¿'Vamos a decirle todo lo que siempre quise decirle a mi enemiga del colegio'? Ni siquiera sabía que me odiabas tanto, Vaughan, y si pretendes que me voy a quedar sentada para escuchar como tus húmedos sueños donde me pones en mi lugar se hacen realidad estás muy equivocado." Se ayudó con las piernas para echar la silla hacia atrás y ponerse de pie.

Ella no era del tipo de huir de las situaciones. Justo ahora le estaban temblando las piernas porque una parte de ella quería quedarse y seguir con la catarsis pero la verdad es que ella no odiaba tanto a Dante como para quedarse a escuchar lo que él tenía para decir. Dante no le iba a arruinar sus preciosos recuerdos de secundaria, cuando era popular, jugadora de Quidditch y tenía una familia.

[Waleska Sumpter]

Waleska se había parado pero no había movido ni un solo músculo más. Las palabras de Dante le golpeaban el pecho como miles de dagas pequeñitas que iban a dejar miles de cicatrices en su blanca piel. Sabía que no debía tomarse a pecho nada de lo que él le decía. Él es un idiota, él no vale la pena, él es un loser que no sabe parar una quaffle ni aunque se la lanzaras a las manos. Sin embargo, ahí estaba esa opresión en el pecho que la hacía querer encogerse y agarrarse el corazón. Bien podía ser Dante o Duke el que le estuviese diciendo eso y Waleska se sentirá igual de mal. No sabía qué estaba mal con ella, ni siquiera sabía que había algo malo en ella hasta que Dante se lo hizo ver y lo odiaba por eso. Antes no lo hacía para ahora sí.

"No te creo." Logró pronunciar. Si ella no fuese ella seguramente no podría articular palabras pero su lengua trabajaba incluso cuando su cerebro no "Yo te importo demasiado. Yo hice que tu miserable vida estudiantil fuese un poco mejor aceptándote en el equipo, ¿Y sabes qué, Dante? Eras patético como guardián y yo te dejé estar, no por lástima porque yo no siento lástima por nadie, sino porque creí que mejorarías. No lo hiciste pero yo te dejé quedarte y no te atrevas a olvidarlo." Lo señaló con el dedo, juzgándolo con el gesto.

[Waleska Sumpter]

Sintió calor en su cuello y pecho, producto de las manchas rojas que probablemente ya se vislumbraban sobre su piel. Ser tan blanca y de piel delicada no siempre era tan fabuloso. Tus sentimientos siempre se muestran en tu piel como contraposición de que todo los colores te combinan. No que Waleska esté pensando en lo afortunada que es de que el naranja le quede bien. No. Waleska está pensando en lo mucho que extraña al Dante poste del colegio, porque uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde.

"Un jodido gracias sería suficiente." Contestó, dándose cuenta que había estado alzando la voz desde el comienzo de su 'Cita'. Vaya, casi cuatro años sin salir y su regreso al mundo varonil terminaba así, siendo insultada y rebajada por Dante Vaughan. Si mal no recordaba, incluso el apellido del pecoso era una especie adjetivo en sus tiempos estudiantiles.
'¡Hey! ¿Qué tal saliste en Encantamientos?' 'Mal. Me pasé de Vaughan y puse la respuesta que no era.'

Una corriente de aire impulsó el humo de cigarro hacia ella, lo que hizo que tosiera y agitara el aire con la palma, exagerando un poco la tos y el gesto. "Apaga esa mierda." Le espetó. Ella no fumaba, obviamente. El cigarrillo te daña los pulmones y para hacer ejercicio necesitas unos fuertes para no cansarte tan rápido. No agregó el 'eso te va a matar' porque realmente no le importaba si se moría.
Lo más seguro es que se suicidara o muriera por sobredosis antes de que eso pase.

[Waleska Sumpter]

Y volvía a reírse escalofriantemente.
Apretó los labios, decidiendo qué hacer. En otros tiempos se habría ido a las manos para forzarlo, porque ella es era una tomboy por excelencia. Alguna llave de wrestling. A lo mejor romperle un brazo. Lo que sea para sacarle el 'gracias' de esa boca pecosa.
Pero no iba a hacerlo. Primero porque no estaba tan en forma como solía y segundo porque no era una persona naturalmente violenta. Escandalosa, irritante y dramática sí, pero no violenta.

Alzó las cejas, sintiéndose desafiada. Oh, si, ella es experta en poner frases erróneas en la boca de las personas. "Me puse de pie porque voy a buscar una cerveza, jodido imbécil. Así que apaga eso. No quiero ser una fumadora pasiva, gracias." Le fulminó con la mirada antes de caminar hacia el bar.

"Una heineken." Pidió, algo brusca porque todavía tenía la rabia en la parte más externa de su piel. A Waleska no le gustaba mucho beber, no desde lo que casi pasa con Edward la última vez que lo hizo, más se sentía segura ahora con Dante.
Ni un millón de cervezas harían que ella se acostara con él.

Volvió a la mesa y le dio un trago largo a su cerveza holandesa cuando tomó asiento. Le lanzó una mirada a la Guinness de Dante y rió, por primera vez en la noche.
Ni siquiera tenían el mismo gusto en bebidas y eso le pareció gracioso.

[Waleska Sumpter]

((Tenemos el mismo número de mensajes. Nada, comento.))

Cuando despegó la boca de la botella se quedó mirando la marca roja que había dejado su lápiz labial en ella, como para recordarle que se había maquillado para ver al pecoso pelirrojo menos atractivo del planeta. Nunca entendió porqué Meghan lo había besado. A su mente le llegó algo como que aquello había sido una prueba de algo pero no podía estar muy segura. Sus años gloriosos en Hogwarts estaban bastante borrosos cuando trataba de recordarlos. Podía acordarse de cosas bastante claves pero había muchas zonas grises de por medio.
Quizás sí había sido una perra con Dante pero su cerebro milagrosamente no lo dejó grabado. A lo mejor sí se merecía esa tanda de insultos.

Levantó la vista para ver cómo apagaba el cigarrillo y esbozó una pequeña sonrisa que se forzó a borrar porque no quería tentar a su suerte. Capaz Dante la veía feliz y saltaba con otro insulto a su apariencia, de la que estaba muy conforme muchas gracias. No extrañaba su cabello largo. Nunca fue una chica de hacerse arreglos o cosas raras en el pelo. Cortárselo había sido la mejor decisión.

Hizo rodar a la botella sobre su propio eje antes de alzar la mirada hacia Dante. Enarcó las cejas, casi esperando a que él terminara con su discurso de 'Odio a Waleska, odio mi vida' para poder continuar con el siguiente tema.
Cuál tema, ni idea.

[Waleska Sumpter]

((Oh, pero eso se puede arreglar. Recordemos que lo nuestro son puras concesiones. Tú posteas algo y yo debo postear también, así sea en los playlist. Lo sé, nuestro matrimonio es lo más.))

Se dio cuenta que Dante no era exactamente pelirrojo. Era de un color raro. Merlín, ¿Había algo que no fuese raro en él? Incluso su mirada, toda fija y penetrante, hacía que se revolviera en su asiento. Si nadie decía nada este momento iba a pasar de incómodo a extraño, aunque estaba casi segura que ya habían traspasado esa línea hace rato.

"¿Entonces terminaste?" Preguntó, alzando las cejas, ya sin poder soportar el silencio. "¿No tienes algún otro asunto pendiente conmigo? No sé, que en realidad todo el equipo me detestaba como su capitana pero eran demasiado amables para decirlo o algo así, ¿Se te agotaron los insultos?" Se llevó la botella a los labios y bebió un trago largo, casi preparándose.
Iba a estar a la defensiva un buen rato. Dante había hecho que ella subiera las delgadas barreras que la protegían de imbéciles como él. A Waleska le gustaría decir que lidia con los de su tipo todos los días pero sería una mentira. No discutía con nadie desde hace años. Esos pequeños malentendidos se veían como juego de bebés al lado de lo que tuvo con Dante hace unos minutos. Le sorprendía que siguiera sentada frente a él. No sabía si sentirse valiente o masoquista sobre eso.

[Waleska Sumpter]

Waleska se echó hacia atrás en su asiento, buscando una posición más cómoda y quizá menos femenina. No le importó. Estaba con Dante, no le importaba hablar como camionero texano, abrir las piernas o hasta eructar frente a él. Si él podía espantar a una persona ella también, aunque quería creer que tenía que hacer un pequeño esfuerzo para lograrlo. Dante no tenía que hacer esfuerzo para nada.

Soltó un muy bajito "No parece." Entre su discurso, justo después que mencionó lo de la falta de asuntos pendientes. A ella no le gusta interrumpir a la gente cuando habla pero a veces se le iba de las manos, como cuando alguien dice algo increíblemente estúpido o falso, como ahora.

Puso los ojos en blanco. "¿Y qué querías que hiciera? ¿Que me alegrara de que la primera cita que tengo en años sea con un viejo y no particularmente querido ex compañero de clases? No seas estúpido." Su boca alcanzó la cerveza y bebió un trago "Y no juegues a que tú no te hubieses ido si me hubieras visto primero. Al menos yo no me fui. No se porqué." Se encogió de hombros y bebió otro trago. Siempre le había parecido que las cervezas rubias eran más suaves y refrescantes que las negras.

[Waleska Sumpter]

Soltó una especie de bufido con un risa corta y medio burlona "Oh, pero yo sí se quién eres." Soltó, segurísima de sus palabras. Waleska creía fervientemente que las personas no cambian. Pasan por fases y puede que parezca que cambiaron pero la verdad era que volvían a su estado inicial eventualmente. Eso le pasó a ella, al menos. Después de la guerra estuvo en una especie de limbo donde no era ella misma y luego volvió a su cabeza, actuando como siempre había actuado. Tal vez algunas maneras se aplacaban pero no más de ahí.
El Dante que tenía frente a ella era el mismo de siempre sólo que con rencor acumulado y más vocabulario. Él seguiría odiando a la mayoría de las personas y soltaría más gruñidos que palabras, punto.

"O simplemente me pareció demasiado grosero y decidí quedarme." Le dijo, tratando de desmerecer su teoría, no porque no pensara que tenía sentido porque si, simplemente no quería estar de acuerdo con él.

"Y sólo para que conste, yo no te detestaba hasta hace cinco minutos." Le guiñó el ojo, chasqueando la lengua, siendo un poco chocante con el gesto y bebió un largo trago de su heineken.

[Waleska Sumpter]

Frunció el ceño. Una vez más trató de recordar si había sido particularmente dura con él, y la verdad es que no lo sentía así. Siempre fue muy dura con todos los del equipo. Siempre le faltó tacto con ellos, tratar de entender sus sentimientos, tratar de unificarlos, por eso ella no era una buena líder. Si, era experta en decirle a las personas qué hacer, también era buena organizando y muy responsable pero le faltaba humildad. Ella sabía eso de sí misma en parte, pero más que intentar arreglarlo, simplemente lo toma como una limitación. Ella no puede estar a la cabeza de nada que requiera trato con personas, por eso es probable que se quede en su puesto de logística para siempre.

"Estoy muy segura." Contestó, porque tenía que decirle algo. Se pasó la mano por el cabello, recordando que se lo había lavado y peinado para esto. Qué desperdicio de tiempo.

Se inclinó hacia adelante, de repente muy atenta en lo que decía "¿De qué estás hablando? Te trataba exactamente como los demás." Se defendió, sintiendo que Dante acababa de sonar como un ex novio resentido.

[Waleska Sumpter]

Volvió a mirarlo con el ceño fruncido. Si seguía así iba a terminar con una arruga en la frente al salir del bar. "Yo no pensaba que eras la peor persona del planeta." Aclaró apuntando el dedo índice al techo "Pensaba que eras la persona más antipática del planeta, lo que es muy distinto." Le dijo, como si eso mejorara mucho las cosas "Es tú siempre fuiste tan..." Alzó una mano y trazó un círculo en el aire como si estuviese limpiando un vidrio invisible "Tú. Era como si siempre estuvieses inconforme. No eras como Queenie que siempre mostraba lo feliz o lo molesta que estaba. Joder, hasta Meghan mostraba más sentimientos que tú." Se rascó detrás de la oreja "Eras inescrutable y yo no me sentía cómoda con eso." Admitió, finalmente.
Supongo que ahora no lo recordaba pero lo más probable es que, cuando se conocieron, Waleska estuvo siendo Waleska y Dante Dante: ella comenzó a hacerle demasiadas preguntas, querer saber mucho de él sin obtener nada a cambio. Hoy en día puede aceptar que la gente no se lleve bien con su naturaleza confianzuda pero a los once no pensaba lo mismo. A los once era obstinada, caprichosa y preguntona. Es muy probable que haya trazado una línea entre Dante y sí misma desde ese día hasta que se volvió capitana de Ravenclaw y lo tuvo que tratar porque sí, y estaba segura de que hacía un esfuerzo por no tratarlo peor que a los demás, incluso cuando quería hacerlo.
Quizás el intento no le salió muy bien, después de todo.

[Waleska Sumpter]

Waleska no tenía idea de lo que sus palabras le hacían a la autoestima de Dante, al igual que él no sabía lo que le hacía a sus sentimientos cuando le criticaba sus maneras. Empática como empática no era, Waleska es más literal. Si te veía llorando obvio que sabe que estás triste, o si sueltas suspiros largos o si tiras todas las puertas y gritas a la gente. No era buena leyendo gestos pero atinaba de vez en cuando la emoción. Con Dante nunca atinaba nada, al parecer.

Se terminó de beber su cerveza y se le quedó viendo a la etiqueta mientras lo escuchaba hablar. Alzó la mirada, tratando de leer algo nuevo de su expresión. Nada. Dante era una jodida pared: está ahí, dura, sin que puedas saber algo de ella más que el hecho de que esta ahí. Si no supiera que es una pérdida de tiempo, Waleska haría uno de sus épicos interrogatorios policíacos para descubrir la raíz del problema de Dante y escarbar en lo más profundo de su ser hasta encontrar algo agradable en él.
Pero ella no era una jodida psicoanalista, por más que se la de de una.

Suspiró "Si, bueno. Algunos somos buenos en unas cosas. Tú debes ser bueno para algo." Enfatizó. Quizás debió esperar a que él le dijera para lo que era bueno pero no le dejó tiempo. Se puso de pie y se estiró para agarrar la cerveza de Dante y la suya por el cuello "¿Quieres otra?" Preguntó, por cortesía.