Dulce Venganza

[Profesor Schmidt]

Los rumores corren rápido en Hogwarts y, para desgracia del alumnado, a veces llegaban a los profesores. Ya que aparentemente 'otros espectadores' del duelo, quizás la presencia de Schmidt no había sido notoria. Es que tampoco iba a interrumpir un duelo (por algo imaginaba que Dumbledore permitía que existiera un lugar para dicha actividad), pero si alguien rompía las reglas... Y un retrato antiguo deshaciéndose en cenizas (si es un retrato, debe estar doliéndole horrores a la pobre figura inmortalizada en el lienzo, ¡si tan sólo hubiera sido un paisaje!) es llamada suficiente como para intervenir.
Apresuró el paso entre los alumnos curiosos, para acercarse al dúo y hacer lo que le pagaban por hacer: poner límites.

((Lo siento, pero romper/quemar un retrato es vandalismo y va contra las reglas de la escuela))

[Profesor Schmidt]

Se acercó hacia ellos, algunos de los alumnos habían comenzado a despejar el lugar para evitar verse involucrados con los duelistas, algunos otros se quedaron para observar con curiosidad (y algo de morbosa felicidad, probablemente) lo que iba a suceder.
"Señorita Dallas, por favor" le pidió, anticipando que Rosseau no iba a tomar a bien los comentarios hechos con el obvio propósito de empeorar la situación del Gryffindor. Lo único que le impedía stressarse era que ninguno de ellos era Ravenclaw. "¿Podrían seguirme?" preguntó mientras comenzaba a caminar hacia una de las oficinas de profesores ese piso.

[Profesor Schmidt]

Schmidt se detuvo y miró a Dallas por encima de su hombro "Creo que en este momento tiene usted cosas más graves por las cuales preocuparse" le dijo en voz suave, controlado. Recordó a una de sus hijas cerrando la puerta de su habitación de un golpe al grito de '¡tú no entiendes nada!'. Tal vez fuera cierto, y sin embargo seguía siendo incapaz de ver el punto de vista de adolescente y sus prioridades, Russeau parecía mucho más consciente de la situación. Sacó la varita, dispuesto a hacer un hot air charm sobre la muchacha para secarla por completo, si es que no podía esperar.

[Profesor Schmidt]

De la varita de Schmidt, tras unos movimientos, salió disparado un hot air charm hacia Dallas, secándola y dejándole la ropa seca y cálida, pero para nada mejorando su apariencia. Él podría tener una hija, pero para nada se parecía a Dallas y su orden de prioridades. Rosseau se ganó una mirada preventora, mientras que por dentro esperaba que el Gryffindor no fuera a objetar alguna cosa también.
Continuó mirando hacia el frente ahora, dirigiéndose (y esperando que no hubiera ninguna otra distracción) hacia la oficina que estaba a pocos metros. Sería todo más fácil si simplemente lo seguían, lo escuchaban, y aceptaban lo que les correspondía de responsabilidad. Lamentablemente, los adolescentes no están obligado a ello por reglas escolares, aunque deberían.

[Profesor Schmidt]

Seguramente era una de las faltas más graves de Schmidt ser incapaz de entender completamente a las adolescentes. Le habían enseñado pedagogía, pero siempre es sumamente diferente el tratamiento según las respuestas de los libros que el accionar en la vida real.
Llegaron rápidamente hasta una puerta de roble, con detalles tallados que el tiempo había comenzado a hacer ininteligibles. Empujó la puerta con una mano, dejando ver un cuarto pequeño: un escritorio que daba a una ventana, tres sillas, un armario y un baúl. Dejó pasar a ambos, guardando la puerta para pasar después de ellos "Adelante, por favor".