Donde no le incumbe

[Ceri Bellamy]

¡Era el gran día! El clima era normal, pero bien podría haber sido soleado, cálido y radiante para ir con lo que ella sentía. ¡Una cita! Honestamente ella pensaba que ya era hora, que bastante se había hecho esperar. Ceri estaba súper emocionada por la cita... casi casi como si ella fuera una de las dos personas que participarían de ella.
Era temprano aún, quedaban algunas horas hasta que los primeros carruajes salieran hacia el pueblo, así que era el momento perfecto para subir descaradamente por las escaleras que iban hacia las habitaciones de los chicos, para ir a golpear la puerta de la de sus compañeros de año. "Henry, soy yo, Ceri" se anunció, esperando que de hecho no estuvieran sus demás compañeros de año.

[Henry Leyden]

Una cita.
Eso era un cambio. No un cambio como cuando iba en busca de la sala de los menesteres y acababa husmeando por algún pasillo del cuál no se había percatado antes. No, era un cambio de verdad. Algo que seguía sin acabar de encontrar su sitio en el orden de Henry.

El orden perfecto en que mantenía sus posesiones y en los muebles de su habitación en casa, se había impregnado en otros aspectos de su vida; pero él no se fijaba en eso hasta que algo se salía del patrón.

Cuando Alessa dijo que iría (mediante una extensa respuesta de dos caracteres), e incluso mientras pensaba en que sitio sería mejor encontrarla, todo seguía en su sitio. Todavía el día anterior, no había ningún problema. Ni siquiera había tenido que hablar mucho del tema. Después de todo, no había mencionado lo de la carta y la cita a nadie, ni siquiera a Winston. Ceri había notado algo, quien sabe qué, y había hecho preguntas. Henry no era muy bueno guardando secretos, como bien sabemos, así que respondió a sus preguntas. Y todo sonaba como a una interesante (y potencialmente feliz) experiencia nueva.

Estaba entusiasmado y nervioso al despertar. Todo eso era natural.
Pero, ahora que tenía puesta la ropa que hubiera llevado cualquier sábado y que no sabía si se suponía que entregara el libro al principio o al final de la 'cita', se estaba dando cuenta de que esto no era exactamente igual que explorar el castillo. Se parecía más a explorar Londres sólo y sin bastón.

Cuando alguien llamó a la puerta, Henry casi pensó que era uno de sus compañeros de habitación, por más que eso no tuviera sentido. Pero era Ceri. Su primera reacción fue abrir la boca para decirle que se fuera, porque él estaba a punto de tener una crisis como las de Alice y que se sería mejor que estuviera sólo... Pero no dijo nada como, principalmente porque tendría muy poco de cierto.

"Hola, Ceri. Entra."


((¿De dónde salieron todas esas palabras?))

[Ceri Bellamy]

Sonrió cuando escuchó la voz de Henry y apoyó la palma de la mano en la puerta para darle un empujoncito mientras movía el picaporte con la otra. "Permiso" dijo con voz cantarina mientras pisaba la habitación de los varones, lentamente, como si estuviera explorando un territorio desconocido e impredecible. Entró al cuarto y cerró la puerta suavemente tras de sí.
"Vaya, yo pensé que sería un chiquero" dijo en broma mientras miraba alrededor, acercándose lentamente hacia Henry, porque ella no tenía apuro alguno en llegar hasta donde estaba su amigo. "Supongo que los elfos son buenos limpiando" se detuvo, mirándolo con una sonrisa.

[Henry Leyden]

"Créeme, el mérito es todo de ellos. Incluso mantienen todo en su sitio la mayor parte del tiempo." Y cuando no era así, Henry se daba cuenta a tropezones; nada grave, puesto que ya sabía a que atenerse.

"Y... ¿para qué me buscas?", preguntó, prácticamente invitándola a pedir lo que necesitara, pero en el fondo sabía más o menos porque estaba aquí.

[Ceri Bellamy]

Se rió suavemente con el comentario de Henry, porque le costaba imaginarse a sus compañeros de casa y año como unos sucios que dependían de los elfos. Y luego vino la pregunta.
"Para nada..." mitió, moviendo los brazos detrás de la espalda. "¿Qué harás hoy?" o sea, ¿cuál era la gracia de que ambos pretendieran que no sabían de lo que iban a hablar? ¡Ver quién se rendía primero!

[Henry Leyden]

'Nada'. Sí, como no. Pero bueno, eso todavía el podía dejarlo pasar. A lo mejor no quería incomodarlo diciéndole alguna barbaridad como que sabía que él iba a tener una crisis de ansiedad, o le avergonzaba admitir que sentía un poco de curiosidad en los acontecimientos.

"Ceri, sabes exactamente lo que haré hoy..." Ajá, justo como él sabía lo que estaba haciendo ella.

O quizá ella de verdad no estaba ahí por eso. Y, ¿porque tenía que tener presente su agenda? Qué el pensara que hoy era un día único y extraño, no significaba que todo el mundo estuviera pendiente... ni siquiera la única persona que estaba tan bien informada.

[Ceri Bellamy]

Pero Ceri aparte de ser un poquito metiche también era algo romántica (especialmente con las cosas que no la involucraban), y le parecía que la cita era un suceso importantísimo en la vida de su amigo. Aparte también había imaginado mil cosas, como una invitación tímida pero encantadora, ¡e intrigante! Porque Ceri nunca en su vida hubiera pensado que Alessa fuera del tipo de chica que iba a citas.
"Sí, es cierto..." dijo en voz baja mientras se le acercaba más, los brazos meciéndose detrás de su espalda. Hizo ruido al inhalar, exageradamente, varias veces seguidas "Bañarte" finalizó, con una risa.

[Henry Leyden]

Henry sonrio, estaba justo en el borde de las risas, pero sólo sonrió. Estaba un poco preocupado con sus planes para el día. Negó con la cabeza y trató de sonar serio al replicar:

"Después de eso, Ceri." ¿Vestirse? Bueno, sí. Y esa era la parte difícil, ¿cierto? Suspiró y se rindió primero, más o menos: "¿Sabes algo sobre ropa de chicos, Ceri?" Se supone que las chicas saben de eso también, ¿no?" No quiero ir con la combinación usual." Henry nunca había puesto especial interés en su ropa. Tenía un orden que seguía mecánicamente y ya. Hoy no parecía buena idea. Aunque hoy nada lo parecía porque estaba nervioso.

[Ceri Bellamy]

Sonrió triunfante mientras miraba a Henry tratando de ser más crítica, como si era la primera vez que lo veía y le tocaba buscarle defectos. Era súper emocionante que a él le importara la ropa que se pondría.
"Pues sí, supongo que deberías demostrarle que hiciste un esfuerzo para una ocasión medianamente especial" dijo con una sonrisa, girándose y caminando hacia el baúl más cercano. "¿Cuál cama es la tuya, la tercera?" preguntó, porque Ceri va a revisarte la ropa del baúl, Henry, aunque sonaba a que ella solamente preguntaba pàra sentarse en tu cama. Espero que hayas guardado la ropa interior en un cajón especial.

[Henry Leyden]

"Ajá", admitió, ante la afirmación de ella sobre sus intenciones.
Sí, venía a ser eso. En una forma que se parecía un poco a una baja en la autoestima. Todavía no estaba seguro de qué haría, de como haría que aquello fuera "medianamente especial". Pensaba de nuevo en eso mientras su amiga buscaba el baúl.

"Sip. ...¿Para qué quieres mi cama?"

[Ceri Bellamy]

"Voy a dormir ahí durante tu cita, para poder espiar a Winston y Sam en su hábitat natural" bromeó, y si bromeaba tanto creo que es porque debe estar un poquito nerviosa por ti, Henry. Igual se corrigió enseguida porque ya estaba parada delante del baúl que estaba a los pies de la cama. Era un misterio cómo hacían los elfos para que las pertenencias de todos lucieran tan idénticas, por más marcas personales que uno intentara ponerles.
"Quiero ver qué ropa tienes, quizás haya algo en tu baúl que no te habías probado antes" sugirió, agachándose frente al baúl y apoyando una mano sobre la tapa. Si Henry no quería que ella lo abriera, tenía que avisarle pero ya.

[Henry Leyden]

"Eso sería inútil, no pasarán el día aquí. Pero si quieres que cambiemos de habitación una de estas noches..." Empezó como una broma estándar, de esas tonterías que la gente dice sólo por pasar el tiempo, pero se le ocurrió la idea fuera de lugar de que cierta chica amanecería en el bosque prohibido (o catatónica en su habitación) si ellos encontraban la forma de llevar a cabo ese plan descabellado.

"¡Espera!", no iba a detenerla. Su baúl esta ordenado y necesita ayuda. Pero, precisamente en nombre del indispensable orden, tenía que aclarar: "No es un orden impecable ni inalterable, pero todo está puesto en grupo por... bueno, no veo los colores. No los mezcles mucho o el próximo fin de semana vestiré muy extraño", sonrió ante una idea que él no entendía del todo. Había oído de ciegos con un específico sentido de la moda, pero él se había limitado a seguir el orden establecido por su madre. Sí, quizá eso explique cualquier apariencia de niño bueno, completamente incoherente con su manía por explorar fuera de horas y entrar a donde no debía.

[Ceri Bellamy]

No se lo digas dos veces, porque Ceri (por más que le caigan bien sus compañeras) seguramente aprovecharía a instalarse con una bolsa de dormir en la habitación de los varones. No sé si para siempre, porque hay que ver cuánto aguanta, pero ella se animaría a intentarlo. No sé si Henry sentiría lo mismo en la habitación de niñas.

"¡Oh, claro!" exclamó contenta de que solamente le estaba dando una pauta y no una negativa. Metió los brazos dentro del baúl y sacó una pila de ropa, que dejó sobre la cama. De esa forma no sería tan difícil regresarla en orden. "¿Piensas ir más formal, o casual...? ¿Qué quieres proyectar con tu atuendo?" seguramente era difícil responder preguntas así, pero Ceri no sabía cómo ayudarlo sino.

[Henry Leyden]

"Casual... Formal... No, mejor casual."

Tomó aire y al final ya se puso claro: "Casual. Prefiero ir casual... ¿no parecería falta de preparación ni falta de interés, verdad?"

Aunque no esperaba que Alessa fuera de las que se fijan mucho en la apariencia, quizá todas las chicas esperan cierto grado de formalidad en una cita. Ojalá no. El distinguía la ropa formal porque se sentía incómodo con ella.

"En realidad... no tengo idea de que voy a hacer." Excepto claro, porque aprovecharía para entregar ese libro escondido en su baúl por un par de meses (sí, por ahi debía estar entre lo que movio Ceri, todavía no lo había sacado), que era un regalo que no se había atrevido a entregar. Fuera de eso, ¿que rayos hacía la gente en una cita?

[Ceri Bellamy]

Ceri no tenía la intención de ser metiche, pero eso no hacía que dejara de serlo. Le daba un poco de culpa ser así, pero no podía evitar sentir interés en la vida de su amigo y querer participar ayudándolo en algo así.
"Seguramente a ella no le va a importar qué te pongas, pero si yo fuera ella me gustaría que mi cita luzca como si pensó dos segundos antes de salir conmigo, así que algo casual pero distinto sería bueno" comentó, sacando una camisa del baúl y dejándola a un costado como una posible opción. No comentó nada sobre lo segundo, porque tenía demasiadas dudas y preguntas que no sabía qué decirle. Quizás era mejor que Henry soltara sus pensamientos libremente antes de curiosear.