La Baronesa Sangrante

[Eileen Breckenridge]

No era que el fantasma de la casa Slytherin se había casado con una mujer fantasma heredera de un nombre desafortunado, sino que Eileen en esos momentos sentía que alguien estaba taladrándole el interior como castigo por no haber hecho de su útero un cálido hogar para un mini-humano. Oh, ¿no vas a usar estas paredes de tejido que te preparé? ¡Sufre entonces, Eileen! ¡Sufre!
No le importaba si la trataban de dramática, o si se supone que tiene que ocultar lo que sucede cada mes para proteger a los tontos varoncitos que son muy delicados como para enfrentar la realidad de la anatomía femenina, buscó a su compañera con la vista, porque necesitaba pedirle consejo (consejo en forma de poción). Era jueves por la tarde, después de que habían terminado de cursar todas las materias (sin contar a los que les tocaba sufrir astronomía por la noche), y la sala común se encontraba a medio llenar, con muchos alumnos conversando y terminando tareas.

[Charline Crowley]

((Gracias ;D))

Luego de Halloween el tiempo de Charline empezaba a normalizarse, ya no llegaba tarde a ninguna clase, ni olvidaba ninguno de sus deberes; también había terminado de aceptar su puesto de prefecta así que lo manejaba a la perfección, siempre buscando que las cosas estuvieran en su orden natural, eso influyó a que esa tarde luego de las clases no tuviera que terminar en la biblioteca así que muy animada se dirigió a su sala común.

Al entrar, no quiso subir de inmediato a la habitación así que se dispuso a quedarse muy cerca de la chimenea, como siempre que se encontraba allí. Se apoyó en el espaldar de la silla suspirando, al voltear al su derecha sus ojos se cruzaron con la mirada suplicante de Eileen que se encontraba en otro sillón mas o menos cerca de ella. Le sonrió y volviendo a respirar profundo agarró impulso para levantarse e ir a preguntar que era lo que le sucedía.

Aunque era su deber hacerlo, en ese momento solo se acercaba como Charline... su compañera durante casi cuatro años y medio.

[Eileen Breckenridge]

Cuando Charline le sonrió, Eileen casi que suspiró con alivio. ¡Su salvadora, la adorable Charline Crowley al rescate!
La esperó sentada, con una sonrisa que se iba ensanchando más y más con cada paso que daba la prefecto. Se pasó una mano por el estómago, más por reflejo ante la pequeña punzada de dolor que por hacer un gesto, y comenzó a soltar un "Chaaaaaaaaarrrrrr" tipo susurro melódico.

[Charline Crowley]

El movimiento de la mano de la chica, le daba a entender a Charline que se podía tratar de alguna urgencia medica, quizás alguna comida pesada o cualquier otra cosa menos lo que realmente era, pues no estaba acostumbrada a que la llamaran en tales situaciones. Seguía con su sonrisa cálida al momento de sentarse a su lado "¿que te ocurre?" preguntó acercándose un poco para que le pudiera oír, pues en unos pocos minutos ya la sala común estaba repleta de estudiantes de todos los años que acababan de entrar por montón.

[Eileen Breckenridge]

"Mmmh" se mordió el interior de los labios, porque claro que quería decirle, pero tampoco buscaba que Charline pensaba que ella solamente le estaba hablando por interés, porque necesitaba algo.
"¿Te vas a enojar conmigo si te pido algo?" preguntó acercándose más también, girándose en dirección a su compañera. Seguramente mucha gente le pedía cosas, así que quería ser educada y no abusarse de su bondad.

[Charline Crowley]

El poco tiempo que estuvo en espera de una respuesta, divisó a dos chicos de primero que entraban como caballos en una carrera, así que para no tener que levantarse los miró fijamente y estos al darse cuenta de la severidad de la mirada de Charline (que había practicado varias veces, para que empezaran a tomar en serio) aminoraron el paso y siguieron su camino entre cuchicheos hacia las habitaciones.

Al escuchar que la chica por fin hablaba volteó rápidamente a mirarle con incredulidad "¿por qué me he de molestar?" respondió, antes de ser prefecta siempre fue amigable con todos los Gryffindors, nunca le molestaba que le pidieran favores, a menos de que abusaran de su confianza allí si que los sacudía rapidito "¿que necesitas?" no supo por qué, pero como una cosa automática colocó su mano derecha en el hombro de la chica al momento de hablar y con un gesto rápido pero delicado al terminar de preguntarle la quitó, porque le parecía un poco absurdo.

[Eileen Breckenridge]

Le encantaba ver el poder de Charline en acción, especialmente la mirada fulminante que todavía le costaba asociar con la adorable muchacha que conocía desde hacía ya largo rato. ¡Le daba orgullo, también!
Cuando sintió la mano de Charline en su hombro, aunque fuera brevemente, supuso que era mejor decirlo y ya. "¿Podría pedirte que me convides un poco de poción para los... um, malestares femeninos?" pidió en voz baja. Ojalá no se enojara con ella.

[Charline Crowley]

La pregunta la desconcertó un poco pero hizo su mayor esfuerzo por no demostrarlo, porque se esperaba algo mas digamos inusual, no era la primera que le pedía algo como aquello, pues algunos Gryffindors piensan que los prefectos son como unos padres que designan al azar (bueno se dedican a mantener las cosas en orden y a reprender a los 'mala conductas'... quizás si se asemejen). Mostraba una cara inquietante, Kristy (su madre) siempre guardaba en su equipaje algún frasco, pero como ella nunca los utilizaba, no estaba segura en que parte de su baúl se encontraba "estoy segura de poseer un frasco completamente nuevo" suspiró "pero debemos subir a la habitación... a buscarlo" y cuando decía buscar, era remover por completo el lugar donde seguramente estaba.

[Eileen Breckenridge]

Ladeó la cabeza pensativa, llevándose una mano a un mechón de cabello para enrollarlo en su dedo índice, ya sintiéndose apenada por ser otra de las muchas que se abusaban de la bondad de su compañera.
"Si quieres y me dices dónde está puedo buscarlo yo" ofreció, imaginando que Charline tendría algo así bien organizado en algún cajón o en una parte específica de su baúl.

[Charline Crowley]

"No no no" dijo un tanto desesperada "digo, no pienses mal, pero vamos las dos" volvió a sonar calmada, como si tuviese el control de la situación "si te duele mucho... te puedo ayudar a subir". El problema era que en efecto su baúl era un mar de orden y por eso, no era factible que alguien mas lo desordenara, no para ella. Se levantó "¿vamos?" dijo, esperando a que la otra chica se incorporara.

[Eileen Breckenridge]

-Oooh- pensó, imaginándose que Charline guardaba las muchas cartas de amor que recibía de sus admiradores cerca de las pociones. Le pides que no piense mal, y es lo primero que hace.
"Eres la dulzura hecha persona" declaró, poniéndose de pie. "No me duele tanto, pero a veces me agarran punzadas y preferiría no sufrirlas en público" le dedicó una sonrisota mientras bajaba la voz para no hacerlo tan público. Generalmente se aguantaba si el dolor no era tan fuerte, pero esta vez la había agarrado totalmente desprevenida.

[Charline Crowley]

Sonrió un poco apenada "gracias... creo" dijo y comenzó a caminar en direccion a las habitaciones, se detuvo al notar que a Eileen le daba otro dolor "¿ya estas mejor?" preguntó, luego de esperar a que el rostro de la chica dijera que las cosas emepzaban a volver a su normalidad. En todo ese tiempo, intentaba buscar mentalmente el frasquito en su baúl, debia estar cerca de su poción para las alergias y para los dolores musculares 'porque uno nunca sabe' decía siempre Kristy

[Eileen Breckenridge]

Exhaló lentamente y asintió con la cabeza, detestándose un poco por ser víctima de estos dolores tan repetitivos en la vida femenina. ¿Por qué su cuerpo no se acostumbraba y ya?
"Prometo que esta será la primera y última vez que te pida algo así, Char" no sabía si ese era un apodo apropiado, pero quería probarlo. No tenía idea de cómo llamaban a Charline de cariño, y Eileen ya quería familiarizarse como para andar de nombres de pila.

[Charline Crowley]

El comentario le pareció gracioso, sin embargo no hizo ningún gesto que lo demostrara, para no parecer grosera "oye... esta placa... te da todo el derecho de hacerlo" bromeó, mientras se acercaban a las escaleras. Como iba primero se percató de subirlas despacio por si a Eileen le venia otro dolor de improvisto.

Al entrar a la habitación se dirigió directamente a su baúl y se arrodilló al frente de él, lo abrió (nunca estaba cerrado, confiaba en sus compañeras) y se le quedó mirando al interior donde había varios compartimientos, empezó buscar y sacó una pequeña cajita de estilo antiguo "si no está aquí, entonces no tengo... en dado caso, vamos y pedimos a la Señora Pomfrey" dijo, mostrando las opciones que tenían. Se sentó en la cama y lo abrió... "ahh... que suerte tienes" porque allí estaba el liquido azul de primero.

[Eileen Breckenridge]

Se sentó en una pequeña banqueta cerca de un espejo de pie, sintiéndose como una niña inútil. Pero Char era lo más, así que no se sentía como una carga particularmente negativa, aunque le debiera favores a su prefecta preferida.
"¿En serio?" preguntó cuando le dijo que tenía suerte, saltando del asiento para acercársele. "¡Char, te debo mi vida!" exclamó alegremente, y hubiera dado un saltito en el lugar si no sintiera que eso abriría las compuertas al mar rojo.