Promesas hechas para ser cumplidas

[Duke Temple]

Parecía como si Duke tuviera un problema siempre con sus zapatos en la Sala Común. O los quemaba por inutilizables al saber qué cosas han estado debajo de sus suelas en la chimenea, o andaba con un par en la mano, dando vueltas por entre los sillones, buscando a alguien con la mirada.
Si fuera por él iría directo a donde suponía que tenía más chances de encontrarla, pero sabía (no por experiencia propia, claro) que esa zona estaba prohibida para la gente como él. La gente con testículos. Godric Gryffindor debió haber recibido muchas quejas por abuso sexual durante su estadía en Hogwarts, como para que no se pueda acceder a las habitaciones de las niñas.

[Julie Olivier]

¿La había buscado en varias ocasiones ya? Porque Julie se había olvidado de esa promesa, ¡que quede claro que si le huía era por los masajes! Lamentablemente para ella, en esa ocasión estaba fácil de acorralar. Hacía una hora se había sentado a estudiar de un libro gigante de brujería medieval, que le había resultado más soporófero que instructivo. En consecuencia, hacía poco más de 50 minutos que estaba recostada sobre el libro abierto en la mesa, totalmente dormida.
Duke se está acercando para taparla, porque es bueno, ¿no?

[Duke Temple]

Ah, claro, 'se había olvidado'... si no aceptan esa excusa para cuando no hago mis assignments para la escuela creo que no es justo que te la acepte a ti, igualdad para los sexos, Julie Olivier.
El problema estaba en que Duke no es bueno reconociendo a la gente. Quizás había saludado a niñas rubias con un 'Hola, Julie' desde lo de Hogsmeade, y ahora que ella estaba durmiendo sobre un libro tampoco le hacía fácil el reconocerle la nuca. ¿Tal vez si la hacía subirse sobre su espalda? Caminó en esa dirección, mirándola con curiosidad.

[Julie Olivier]

Julie esta vez no estaba soñando con Derek, al parecer eso sólo le sucedía con las pociones de la enfermería (y después se preguntan de dónde salen las adicciones adolescentes). En esta ocasión se había dormido con una frase del libro que había desencadenado en un vívido sueño en donde ella tenía que inventar una poción para evitar que todos sus súbditos sean alcanzadas por una maldición que les había echado un animago tramposo que se había colado en forma de ruiseñor a su castillo una noche. "...mfgá viene ¡mfá viene!", dijo en voz baja (por suerte, aunque no debe ser raro que los estudiantes estresados griten dormidos en la Sala Comúin), luego roncó suavemente y giró el rostro hacia el lado de la pared.

[Duke Temple]

La eterna lucha contra las drogas. Siempre y cuando no venga mamá Salinas a decirnos algo, estamos a salvo.
Entrecerró los ojos: se parecía a Julie. Pero para Duke, todas las rubias se parecían a Julie. ¿Sería una enfermedad, que le dificultaba diferenciar a la gente con ese color de cabello? Se le acercó lo suficiente como para apoyarse contra la mesa y espiarle la cara, para ver si efectivamente se trataba de ella. -Parecerse se parece-

[Julie Olivier]

Mamá Salinas NOOOO!!! Prefiero que me aplaste una manada de caballos gigantes con carroza llena de francesitas incluída.
Si se acercó lo suficiente debe haber visto que Julie ponía cara de miedo. Y si se acercó más todavía, debe haber recibido un palmazo con el dorso de la mano, que Julie utilizó para golpear al espía que estaba tratando de que ella no salve a su gente.

[Duke Temple]

-¿Qué le pasa?- pensó cuando vio su expresión, y lo que pensó a continuación fue una dedicatoria a la mamá de Julie y la colección de almejas que él imagina que ella tiene, cuando la rubia le dio un manotazo directo a la cara.
Soltó los zapatos y se llevó una mano a la cara, para empujarla de la silla con la otra, a lo bruto. "¡OYE!" totalmente pensó que se lo había hecho a propósito.

[Julie Olivier]

((La colección de almejas!!! Me muero!! Vos querés que me ponga aún más inadaptada social y me ria sola??))

Cuando su mano pegó contra el rostro de él comenzó el camino de vuelta a la realidad, pero con el empujón... Sí, fue como si el camino a la realidad hubiese tomado un atajo hasta el suelo. En la caída su único instinto fue agarrarse de algo. Lo siento Duke si te estiró el sweater (o lo que lleves puesto), porque lo único que pudo manotear fue tu brazo. Si no terminaste desparramado sobre la silla (ahora vacía), te quedaste con un colgante rubio de aproximadamente 50 Kilogramos colgando del brazo.

[Duke Temple]

((Sí, ¿no era ese el plan?))

Si le estirabas el sweater lo iba a prender fuego, y en lo posible iba a intentar hacerte sentir culpable por haberle arruinado una de sus prendas. Pero Duke no se aguantó el peso de Julie, pero tampoco se fue al piso para romperse contra la silla, sino que con la mano con la que se había tocado el rostro se agarró del borde de la mesa.
Entonces la situación pasó a ser la siguiente, Julie entre el piso y el brazo de Duke, Duke entre Julie y la mesa, y la mesa ahora quince centímetros corrida de donde solía estar. "¡Suelta, suelta!" exclamó, mientras recuperaba el equilibrio.

[Julie Olivier]

((Inadaptada será, entonces... Mi vida es un camino de ida hacia una mezcla 70% Penny, 25% Sheldon y 5% Bagheera ¿?))

Terminó de despertarse con el trasero a centímetros del suelo, por lo que apoyó la mano libre para aminorar la sentada al soltar el brazo de él. No entendía absolutamente nada, ni siquiera se acordaba de que antes de dormir estaba 'estudiando'. "¿Qué..?", se remojó los labios y miró a Duke, "¿Me caí?".

[Duke Temple]

((5% vaguera serás, JAJAJA. OK no. ¿Soy Wollowitz entonces?))

"Eeeh..." miró a Julie mientras consideraba qué responder. ¿Había testigos? Miró por encima de su hombro. La mayoría solamente los había visto caer, no cómo sucedió todo; ahora ya volvían a sus actividades y dejaban de reírse. "Sí" le aseguró. Y para quedar bien le ofreció la mano para ayudarla a levantarse, mientras se aclaraba la garganta.

[Julie Olivier]

((¿o baguette? XD ¿Te sentís más Wollowitz que cualquier otro? Te re imagino viviendo con tu madre controladora que no deja que tus amiguitos duerman en casa))

¡Duke es un mentiroso y yo no le puedo contar a Julie!
-Oh, no, Duke...-, la había encontrado, ¿qué hacer? Salir corriendo hacia las habitaciones sería admitir que le venía huyendo. Tendría que aguantarse hacerle los masajes, ¡pero tenía sueño! ¡Qué mal día había resultado ese!
"Perdón...", le dijo algo atontada aún, mientras se paraba con ayuda de la mano que le tendió él. Y debería haber dudado de su bondad, ¿no? Pero todavía tenía una mejilla grabada con el cuadriculado del sweater, digamos que no está con toda su lucidez mental.

[Duke Temple]

((Lo decía más porque se hace el langa con las minas y es un pesado, pero ¿gracias?))

Sí, perdón era la palabra correcta. Porque Julie tendrá el sweater tatuado en la cara, pero Duke se había comido un señor manotazo de ella y no lo ves quejándose. Okay, no se queja porque él la empujó, pero aún así.
Cuando ella terminó de levantarse, él corrió la mesa a su posición original, notando que había dejado caer su par de zapatos al piso, debajo de la mesa.

[Julie Olivier]

((XD Perdóooon!!! No es representativo de la realidad eso, no? ¿puedo ir a dormir a tu casa entonces? XD))

Que no se haga el mártir que cuando ella viese la camarita de seguridad que... ok, no. Ya sabemos lo mal preparado que está el castillo contra la delincuencia juvenil. Nunca se enterará del empujón.
Se pasó los dedos por el cabello, para acomodárselo, y luego se alisó el sweater. Miraba fijo el suelo a sus pies, aunque sin ver los zapatos, solamente para despabilarse y aguardar a que sus ojos se despierten y enfoquen como se debe. Recordó que estaba estudiando, pero un bostezo repentino le hizo entender que el día había llegado definitivamente a su fin y debía irse a la cama.

[Duke Temple]

((Sí, pero solamente si compartimos la cama. Es... eh, una condición que puso mi mamá JAJAJAJA))

Ah, sí, ¡qué casualidad, es hora de irse a la cama! Pues no, Julie, lo siento, lo hubieras pensado antes de subirte a la espalda de Duke en la vuelta a Hogsmeade. ¿Sabes qué hora es? Hora de lustrar zapatos ajenos.
Se agachó para recuperar su par de zapatos, y cuando se incorporó los colocó sobre la mesa, junto al libro de la rubia. A buen entendedor...