Encuentros

[Sir Ulrich Lamport]

Después del infierno que Bellatrix le va a hacer pasar, va a ser difícil superarla en cuestiones de dolor y placer, pero intentar no cuesta nada.
Miró a Elyon y sintió lástima por ella. Se guardó ambas varitas en el bolsillo y se acercó a ella para pasarle un brazo sobre los hombros y acercarla hacia sí, contra su pecho esperando que se calmara.
((Disculpa la brevedad))

[Sir Ulrich Lamport]

((¿Si fuera más temprano te quejarías, señorita bondad?))

Exhaló apoyando el mentón sobre la cabeza de Elyon, frunciendo el entrecejo. Realmente no podía decir nada para hacerla sentir mejor. El terror funcionaba de maravilla para sacar del país a los mudbloods y para mantener a raya a los mestizos. Era un riesgo que tenían que correr para el bienestar de la comunidad.
Y si complacer a Lord Voldemort, especialmente en esa época, no es buscar el bienestar de la comunidad, no sé entonces qué es.

[Sir Ulrich Lamport]

((Sr. Genial también era una respuesta aceptable))

Rió brevemente "¿Quiere decir que no es así normalmente?" preguntó pretendiendo sorpresa, mientras la giraba ligeramente para hacerla caminar nuevamente por el pasillo que daba a la entrada principal de la casa. Si pensaba dejarla vivir, sería mejor salir de allí antes de que volviera a ocurrir algo que fuera a hacerlo cambiar de idea.
No la soltó, tampoco la alejó de sí.

[Sir Ulrich Lamport]

Era tentador la idea de deshacerse de ella ahí mismo, pero Elyon habría colaborado tanto a su propia muerte que Lamport no sabría qué victoria adjudicarse.
Estaban a pocos metros de la puerta, las tablas de madera pútridas debajo de sus pies, el olor a humedad seguía siendo intenso. "Mejor vayámonos" le dijo, esperando que ella se recuperara pronto y escapara. Escapara de él.

[Sir Ulrich Lamport]

Mejor que Elyon estuviera paranoica, él no la quería nada equilibrada, no le convenía. La tomó, colocándose ahora detrás de ella y sosteniéndola con un brazo en actitud de control (esperando que pudiera pasar como sobreprotección) y la guió fuera del lugar, casi sin detenerse y sin mirar hacia atrás. Seguramente la hora pico había acabado, y las calles volverían a estar tranquilas. Como necesitaba.