Uno u otro

[Moira Wallace]

Uy ¿Moira va a tener un regalo u otro dependiendo de la mano que elija? ¿No pueden ser los dos? Qué rata este Alpin, seguro que quiere guardar uno para dárselo en Navidad y amortizar gastos.

A Moira no le gustaba su cumpleaños. SORPRESA! A que nadie se lo esperaba.

En realidad era porque no tenía muchos amigos para celebrarlo. Casi ningún compañero la saludaba porque no lo sabían, ese día solía pasar bastante desapercibido, sus compañeras de habitación la saludaban más por obligación al escuchar a Mel felicitarla que porque recordaran que ese día era 'especial' para ella. Tampoco le gustaban los festejos en particular, como la Navidad. No estaba acostumbrada a celebrar nada. Le parecía tonto. Todos ahí creyendo que sus vidas eran especiales, cuando sólo eran uno más del montón. Y encima tenían un día específicamente para sentirse el centro del universo por un rato. Horrible.

Mel ya la había abrazado (suficiente muestra de cariño de acá a volver de las vacaciones de Navidad) y le había dado un regalo que Moira todavía no había abierto. Le gustaba hacerlo a solas, no delante de sus compañeras, así que el paquete estaba descansando arriba de su mesita de luz. Ahora tomaba un té mientras recorría la mesa del desayuno con sus ojos, intentando adivinar qué tendría más azúcar para atragantarse con eso y si tenía suerte morir antes de la primer clase del día.

[Moira Wallace]

Había apoyado la taza con determinación sobre la mesa y estaba dispuesta a abalanzarse sobre un pastelito de calabaza cuando sintió que la llamaban.

Moira casi nunca tenía hambre, a todas las comidas les encontraba un 'pero...' y las dejaba después de probar uno o dos bocados. Pero ese día tenía ganas de atragantarse con lo que fuera, era como una angustia que pensaba quitarse comiendo o llenándose de azúcar.

La voz de Alpin le hizo girar algo sorprendida, era raro que él la fuera a buscar y más a la mesa de Slytherin. Apenas se dio vuelta su mirada quedó a la altura de los dos paquetes -Oh, no- pensó mientras iba alzando la vista hasta el rostro del chico "¿Quién te dijo?" preguntó con algo de susto en la voz.

¿Por qué de todas las personas en el castillo él tenía que enterarse y encima llevarle regalos? ¿Era algo así como una misión que le habían encomendado al rubio? Onda espíritu de las navidades pasadas, tenés que hacer que Moira vuelva a creer en la Navidad y ahora también en su cumpleaños.

[Moira Wallace]

En realidad, cualquier persona cuerda que mirara la situación de afuera, se daría cuenta que la experta en arruinar momentos era Moira. ¿Por qué no podía simplemente decir Hola y dejarlo hablar? ¿Fingir que le gustaba su cumpleaños o estar tranquila y no tener pensamientos suicidas con bolas azucaradas? No, ella tenía que ser pura sinceridad, dejar salir todo su malhumor y que todos la conocieran como la mala onda que era.

Se quedó viéndolo comenzando a sentir que se le enrojecían las orejas, como si tuviera de repente mucho calor. Sabía que era mentira que la melliza desquiciada de Alpin supiera su cumpleaños y menos que anduviera contándoselo a él. Luego quedó sin saber qué decir al verlo titubear y finalmente entregarle no uno, sino DOS regalos. Quería que la muerte se la llevara en ese mismo momento.

Al escucharlo decirle feliz cumpleaños tan sinceramente, como solamente Melwyn se lo decía, sintió de repente un cosquilleo en la panza. Agarró los paquetes apretando los labios y los apoyó en la mesa. "Gracias" murmuró entonces mirándolo ya más calmada, como si felizcumpleaños hubiera sido un hechizo para sedarla. No sabía bien qué hacer tampoco ¿lo dejaba ahí parado solo? Estaba igual de perdida que Alpin, así que simplemente se corrió a un costado en el banco... "¿Quieres sentarte?" le preguntó como invitación a desayunar en la mesa de Slytherin. Le importaba muy poco si a los otros idiotas de su casa no les gustaba el intruso puffie.

[Moira Wallace]

Moira alzó una ceja, sin entender por qué de pronto la rechazaba. Lo miraba como intentando comprender qué debía hacer entonces, cuando Alpin, al parecer en contra de su voluntad, se sentó a su lado.

Lo miró extrañada y sonrió de lado "Entonces... tampoco vas a querer jugo de calabaza ni tostadas" se giró hacia la mesa para volver a la posición que tenía antes de que él llegara. Tomó su taza con las manos y le dio un sorbo al té. "No tienes que quedarte si no quieres, está bien..." le dio la oportunidad de que le dijera lo que él quería hacer en lugar de obedecer lo que pensaba que eran sus deseos. Sí, Moira le ofreció desayunar con ella pero no quería que lo hiciera por obligación. Quizás Alpin la mal entendió pero le costaba tanto saber qué hacer, era la primera vez que un chico le regalaba algo.

[Moira Wallace]

Ya conoce a Moira, sabe que con ella nada es normal. Debería haber estado preparado para una cara de pánico, enojo o alguna frase mala onda de su parte.

Ella seguía teniendo hambre, y más que nunca quería morir, pero la cercanía de Alpin que encima pensaba no desayunar y quedarse ahí... no sé, mirándola, la ponía nerviosa. Tomó con su mano lo primero que tenía cerca, un pastelito de calabaza, y lo dejó cerca de su taza antes de girar levemente la cabeza para mirarlo. Era gracioso cómo habían quedado sentados al revés pero a la vez parecían tan cerca.

"Gracias por los regalos" Moira estaba siendo cada vez más consciente de que arruinaba todo con su actitud "Luego los abro junto con el de Melwyn" le explicó para que supiera que no iba a tirarlos por más que los dejara ahí sobre la mesa y no los estuviera abriendo desbordada de felicidad en ese mismo momento.

[Moira Wallace]

Que a Moira le gustara discutir y encontrarle el pelo al huevo no significaba que pensara que Alpin hiciera las cosas mal. Por ejemplo, si su intención había sido tener un detalle con ella o sorprenderla, lo había logrado perfectamente.

No sabía qué había en esos paquetes pero salvo que fuera algo horrible como el reloj duende de Rainier, Alpin no lo había hecho nada mal. Eso le dio algo de curiosidad, quizás no esperara a la noche para abrir sus regalos de cumpleaños. Pasó la mirada de los paquetes a Alpin de nuevo, a punto de morder el pastelito. Alzó las cejas con algo de sorpresa mientras tragaba antes de responderle.

"Sí" mintió poniendo voz de inocente, que era un poco más clara que la rasposa de siempre "¿por qué?" siguió comiendo porque con algo de suerte se iba a atorar con las miguitas y su cumpleaños terminaría.

[Moira Wallace]

Tragó el trozo de pastelito y se sintió empalagada con el gusto dulce de la calabaza en su garganta. Ni una muerte linda podía tener. -Al menos Alpin estará a mi lado cuando me ahogue...-pensó, porque a Moira tampoco le era indiferente la rubia presencia del chico. La ponía terriblemente incómoda que él hiciera cosas buenas por ella, que la consolara cuando un idiota hacía un graffiti contra los hijos de muggles, que se le apareciera el día de su cumpleaños con dos regalos... todo era tan bueno que le daban ganas de golpearlo hasta que mostrara algún signo de sangre corriendo por sus venas y le sacara lo humano de adentro. Era como si sus genes veelas lo volvieran bueno al punto de enloquecerla.

Para Moira él era alguien en quien podía confiar, estar cerca suyo la incomodaba y la relajaba a la vez. No sabía cómo actuar, porque él era tan bueno y ella tan amargada que no lo merecía, pero al mismo tiempo quería que se quedara cerca de ella para sentir que no todo era tan malo en ese castillo ni en su vida en general.

Sonrió sin despegar los labios, traicionándose porque demostraba algo de tristeza. "No, solamente no quiero darle importancia a este día... quiero que termine pronto" le explicó, dándole a entender lo que realmente le pasaba. No le gustaba su cumpleaños. No había manera. Ese día en particular le recordaba (todavía más que los demás días) que no tenía una familia normal, que no le importaba a sus padres, que Agnes la veía como un fenómeno y que casi no tenía amigos. Pero ahí estaba Alpin, como siempre, queriendo convencerla de que estaba equivocada. Lo miró todavía sonriendo así, sin ganas "¿Tú cómo estás? ¿Seguro no quieres nada? Los elfos todavía no nos hechizan la comida por ser slytherins, vas a sobrevivir" bromeó.

[Moira Wallace]

Y Moira sabía que no era alguien fácil de tratar, ni que cayera naturalmente simpática. Por eso sabía que tarde o temprano Alpin también se alejaría de ella y su única relación cercana en el colegio volvería a ser Melwyn.

Mientras pensaba alguna manera de resumir lo que le pasaba con su cumpleaños, o resolvía seguir mintiéndole, se pasó una mano por el cabello, como quitándoselo de la cara. Cada vez lo tenía más largo, hacía muchísimo que no se lo cortaba.

Alzó los hombros "No me parece tan especial cumplir años" empezó mintiendo "y no tengo muchos motivos ni personas con quienes festejar" ¿contento ahora? enseguida volvió a morder el pastelito, dando por finalizada la explicación.

[Moira Wallace]

Moira pensaba que a la larga espantaba a la gente con su mala onda, pero como la mayoría de las personas le parecían ruidosas, tontas o molestas no le importaba demasiado. En cambio Alpin le daba tranquilidad, a veces la ponía toda vulnerable como frente al mural antisangresucia, pero la mayoría de las veces la sensación era agradable.

Los dos estaban para desestabilizarse mutuamente... Moira tuvo que dejar la taza de nuevo en su lugar en lugar de tomar un sorbo como tenía planeado porque las palabras de Alpin la sacaron de eje. Alzó las cejas todavía sin mirarlo y enseguida la expresión se le endureció un poco. Se mojó los labios antes de responder "No me molesta..." -pero tampoco quiero que te quedes por lástima- Moira odiaba dar lástima y a la gente que usaba la pena como medio para conseguir las cosas "A eso de las cuatro de la tarde empiezo a repartir globos y bonetes, que sé que te fascinan" bromeó intentando relajarse y lo miró "No voy a hacer nada especial, pero gracias por quedarte un rato conmigo"

[Moira Wallace]

Pero Alpin no puede jugar de masoquista toda la vida, en algún momento cuando se le pase la emoción de lo nuevo se va a dar cuenta que no está bueno sentirse mal por culpa de otra persona y la va a mandar a pasear por el jardín con el bonete puesto.

Sonrió de lado ella también, divertida por el recuerdo del miedo ridículo de Alpin. "Pronto no te iba a entrar más el bonete en la cabeza, menos mal que decidiste abandonarlo" se rió antes de terminar la taza de té. Sí, Moira notó que creciste en estos meses porque ella también lo hizo y siguen cabeza a cabeza. Estaba segura de que ibas a pasarla por mucho pero todavía están parejos en estatura.

Y ahí fue cuando Moira sintió una de las emociones más lindas que había sentido en la vida... a alguien le gustaba pasar tiempo con ella, de verdad. El corazón le latió un poquito más rápido de lo normal y se rió algo nerviosa "¿Por qué?" no le encontraba el más mínimo sentido a lo que había dicho Alpin, a su reacción al escucharlo ni tampoco a su pregunta, pero necesitaba saber por qué alguien tan tranquilo como él quisiera pasar tiempo con una resentida como ella.

[Moira Wallace]

Moira lo estaba cargando con el asunto del bonete con el afán de fastidiarlo y evitar el tema de su cumpleaños. Pero Alpin insistía. Ella alzó las cejas girando levemente a verlo, poniendo cara de inocente "No sé... quién sabe, debería haber traído tu bonete así te medíamos" se rió, revelándole de alguna manera que todavía tenía su gorro y que estaba perfectamente guardado, pero en su casa, en Birmingham.

Hacerle esas bromas la estaba poniendo de mejor humor, quizás su día no fuera tan horrible y podía dejar la mitad de ese pastelito de calabaza que estaba horrendo.

Ella también apretó los labios al escuchar a Alpin, otra vez le decía cosas lindas, cosas que ella no quería escuchar porque disfrutaba convenciéndose de que no le agradaba a nadie, así tenía motivos para odiarlos. Alpin no podía ser el único masoquista.

"No lo sé... no estoy acostumbrada a que eso pase" le explicó girando nuevamente a mirarlo pero, como había decidido no comer más, esta vez se echó levemente hacia atrás (teniendo cuidado de no chocar a algún compañero sentado cerca porque ella siempre reparaba en los demás) flexionando una pierna y sentándose de costado para poder verlo mejor "No sé si te diste cuenta pero no tengo muchos amigos" comentó como que era obvio, seguro que el rubio lo había notado "Yo no le agrado a la gente, ellos no me agradan a mí, todos contentos" sentenció "Es más, estaba segura de que te arrepentirías de quedarte para Navidad y me dirías que ya habías solucionado el tema con tus hermanos, que se volvían a casa a pasar las fiestas" le confesó ya sintiéndose liberada, una vez que Moira agarraba el camino de la sinceridad no paraba.

[Moira Wallace]

Claramente ella no iba a cargar un bonete por toda la escuela, ni que fuera un castigo de Snape. Cada vez que veía la rubia cabeza de Alpin sobresalir en las clases podía igual recordarlo, aunque él no lo supiera lo tenía bastante presente (a él, no a las disculpas sin sentido por lo que hacían los demás).

Ahora que había empezado a decir lo que pensaba se sentía más tranquila también, así que relajó los hombros y buscó con una mano uno de los paquetes que le había dado Alpin, el más grande que guardaba el libro de cuentos. Con los dedos jugueteaba con el papel tironéandolo de un borde. Sintió un vacío en el estómago cuando él le habló de la fiesta que tenía. "Cierto..." murmuró nada más, porque ya sabía que iba a estar emparentado de alguna manera con los hermanitos perfectosprefectos. Lo que sentía era desilusión, porque si bien Moira se convencía de que todo iba a salir mal, en el fondo esperaba siempre que la tortilla se diera vuelta y las cosas no fueran como creía. Alpin había dado vuelta la tortilla... la había elegido a ella por sobre la fiesta (que en la imaginación de Moira era una mezcla entre los bailes de Orgullo y Prejuicio con los de algún cuento de hadas).

Lo miró sorprendida "Pero... esa fiesta debe ser importante, no deberías dejar de ir por mí" otra vez, no quería que se quedara por lástima o compromiso "Me hubieras avisado antes de decirles que no" por un segundo se sintió culpable, como si Alpin se estuviera perdiendo el baile de Cenicienta por ella. ¿Y si había alguna prima lejana de los Fletwock que era su princesa azul?

[Moira Wallace]

Como no vamos a ser testigos de Moira abriendo los regalos, todos podemos imaginar la cara que va a poner cuando vea los cuentos de Beedle el Bardo. De molestia, obvio, va a pensar que Alpin la está cargando, que es una nena de cinco años a la que tiene que educar mágicamente porque nunca escuchó esos cuentos cuando era chica. Pero internamente le va a parecer uno de los mejores regalos que recibió en su vida y lo va a guardar en el cajón de su mesita de luz, de donde lo va a sacar para leerlo a escondidas de sus compañeras. Y el protector de labios... bueno, va a pasar a formar parte de su mochila pero también va a usarlo a escondidas de Alpin, no sea cosa que crea que le gustó mucho su regalo y se agrande.

Moira abrió grande los ojos y soltó el paquete que tironeaba cuando Alpin le sugirió que podían ir juntos a la fiesta de los Fletwock. Lo miró entre sorprendida y seria, considerando lo que él decía. ¿Qué haría ella en un baile de la alta sociedad mágica? La mirarían como sapo de otro poso. Sonrió de lado antes de responder "¿Crees que me dejen entrar?" se rió bajito de su propia 'broma', "No sé..." apretó los labios, la verdad era que ni siquiera tenía un vestido que estuviera a la moda mágica, iba a caer vestida de muggle o iba a tener que pedirle a Melwyn que le preste alguno de sus vestidos "¿Puedo ir?" preguntó finalmente como si él fuera su papá, porque tenía mil dudas en la cabeza... ¿podían llevarla a ella además de toda la prole Blishen? ¿Sus padres la dejarían? ¿Él quería ir con ella?

[Moira Wallace]

Primero lo miró poniéndose nuevamente seria, a punto de alzar una ceja como diciendo ¿en serio vas a usar una frase hecha como que es cuestión de querer? Moira sabía que no importaba exactamente lo que ella quisiera, porque si fuera así estaría pasando la navidad en el caribe, sola.

Pero veía a Alpin mirándola como si fuera bienvenida en cualquier lado, en el castillo, en su casa, en la fiesta de los Fletwock... y la hacía dudar de sus planes malvados (?). Apretó los labios, sintiéndose rara ante la pregunta del chico, que a sus oídos era como si le planteara una cita. Otra vez le daba vuelta los roles, ahora ella era Cenicienta y la querían llevar al baile. Alpin era el hada madrina, aclaro.

Sonrió levemente, sin despegar los labios, y comenzó asintiendo con la cabeza "Si crees que no va a ser un problema..."

[Moira Wallace]

No va a haber muchos príncipes Henry de su edad en el baile de Mr. Bingley, además para Mr. Darcy ya está ella.

Moira no pudo evitar mirar hacia un costado y ladear la cabeza con una expresión de 'si tu lo dices...' Dudaba bastante que esa clase de fiestas fueran divertidas, pero era una fuente inagotable de gente para criticar y no creía tener otra oportunidad de asistir a algo así. Alpin le había abierto la puerta, sin saberlo, a la alta sociedad mágica, esa que Moira miraba con recelo, iba a ir justamente cargada de prejuicios a esa fiesta pero iba a comportarse solamente para que Alpin no la odie.

Finalmente le sonrió y apiló los dos regalos. "Gracias de nuevo..." murmuró volviendo a mirarlo "ya debo irme a clases" esta vez no titubeó como siempre al despedirse, quizás porque entre los regalos y la invitación a la fiesta se sentía contenta y ya no le importaba tanto que nadie más la saludara. Con Melwyn y Alpin era suficiente.