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[Eileen Breckenridge]

El paquete cayó a los pies de Eileen, quien lo levantó y luego miró hacia los lados para ver de dónde había salido. Hubiera sido más inteligente leer el nombre en el paquete, pero fue fácil identificar a la lechuza de Mila en la mesa de Ravenclaw.
Caminó en esa dirección, con el paquete firmemente entre sus manos, observando la escena. Lo cierto es que Mila, más allá de la fama explosiva que podía tener a veces, era bastante tierna con su lechuza.

[Eileen Breckenridge]

¡Nada más lindo que ver a una compañera de buen humor! Mila se merecía ser feliz, como casi todas las muchachas de Hogwarts, así que Eileen apuró el paso y dejó el paquete sobre la mesa con extremo cuidado.
"Buenos días, Mila" saludó, y se tomó el atrevimiento de sentarse junto a ella, la vista fija en Mancha mientras sonreía alegremente. Le encantaban las mascotas ajenas, y esta lechuza no era excepción. "Buenos días a ti también" agregó con voz melosa, hablándole al animal sin vergueza alguna.

[Eileen Breckenridge]

Ladeó la cabeza, alzando los hombros como respuesta a la primera pregunta porque la verdad es que no había dormido ni bien ni mal, ¡era demasiado temprano como para saber si había dormido lo suficiente! Con respecto al clima, sí tenía respuesta. "Lindo, pero un poco fresco para mi gusto" comentó mientras le dedicaba otra sonrisa a la lechuza. Notó el suspiro de Mila, pero prefirió no preguntar por educación... aunque tenía muchísima curiosidad.

[Eileen Breckenridge]

Los ojos de Eileen casi se salieron de sus órbitas cuando Mila le mostró el contenido de la caja. En primer instancia pensó que lo hacía para tentarla, o para causarle envidia, y si esa era su intención estaba funcionando por completo.
"¿Es en serio?" preguntó en voz baja, mirando a la Ravenclaw a los ojos. Porque si era broma, no era gracioso. Pero si era en serio... si era en serio, iba a querer todo el botín.

[Eileen Breckenridge]

Cuando Mila empujó la caja en dirección a ella, Eileen la tomó con ambas manos, asegurándola fuertemente sobre su falda. No pensaba soltar esa caja hasta que estuviera a salvo, dentro de su baúl (o los contenidos dentro de su estómago).
"Creo que tu abuela es mi segunda persona favorita en el mundo, después de ti" exageró de buen humor, sin poder terminar de creer su buena suerte. ¿Y si Mila cambiaba de opinión? Eileen correría, pero no sé si su estado físico le permitiría llegar a la Sala Común a tiempo.

[Eileen Breckenridge]

Soltó la caja con una de las manos para agarrar una galleta salada, que inspeccionó dos veces antes de acercarla. No era la primera vez que se sentaba en una mesa ajena, pero siempre era cuidadosa en caso de que hubiera algún bromista cerca.
"Suena como una abuela genial" dijo alegremente, mirando a Mila con una sonrisa. Le encantaba cuando ella estaba de buen humor, realmente era como otra persona completamente distinta, aunque los rumores o malas lenguas siempre le habían dado peor fama de lo que era cierto. "¿Pasas con ella los veranos?". Le dio un mordisquito a la galleta, probándola.

[Eileen Breckenridge]

¡Oh no! Eileen va a estar encantada con que Mila vea la vida con otro color, pero no si esa felicidad está causada únicamente por una presencia masculina. ¡Ojalá salga el tema!
-Cierto- recordó, cuando Mila nombró lo del baile. Recordaba haber escuchado otros comentarios en los casi cinco años que llevaban como compañeras en Hogwarts que hacían obvia la pasión de la Ravenclaw por la danza. "Pues, mis veranos..." alzó la vista, tratando de hacer memoria "creo que los paso comiendo" rió, porque en parte era cierto. Algunos veranos los pasaba en su casa, pero otros los pasaba en Francia con sus primos, por lo que algo de actividad hacía entre atracón y atracón.

[Eileen Breckenridge]

Miró a Mila y sonrió brevemente, preguntándose qué tanto podía Mila recuperar en baile matándose los veranos, considerando lo poco equipado que estaba Hogwarts como para darle a una futura bailarina el entrenamiento necesario. También le hizo recordar a cuando, antes de entrar a Hogwarts, practicaba natación a diario.
"No me puedo quejar... no tengo la disciplina como para hacer algo fijo los veranos" confesó, estirando la mano sobre la mesa y moviendo los dedos lentamente, tratando de atraer a Mancha hacia sí para hacerle mimos.

[Eileen Breckenridge]

"La pura verdad" le dijo con una sonrisa, mientras que con una mano acariciaba suavemente a Mancha, y con la otra (inconcientemente) acariciaba la caja de chocolates y golosinas que le había regalado la Ravenclaw. Ojalá nadie pensara que estaba loca.
"Pero hablando en serio, ojalá tuviera tu dedicación, Mila" comentó en un tono casi soñoliento. Qué lindo sería, pero qué flojera.

[Eileen Breckenridge]

Si Eileen no hubiera visto a Mila tocando la lechuza antes, también hubiera asumido que estaba enferma y podría contagiarle algo. Pero confiaba en la ravenclaw, no por nada era la casa de los inteligentes.
Miró a su compañera de reojo mientras hablaba, su pasión era un poco intimidante a veces, pero menos mal que desvió la conversación a Mancha. "¿Es niña o niño?" preguntó, por la lechuza.

[Eileen Breckenridge]

"Ooooh" dijo casi cantando, mirando a la lechuza con una sonrisa. "¿Con que eres un niño, eh?" arrugó la nariz y miró a la Ravenclaw, sin quitar la sonrisa de la boca.
"Siempre pensé que tu lechuza era niña. ¿Era de tus padres?" preguntó, porque también siempre había asumido que era una lechuza heredada. Si no era de sus padres, quizás hasta de sus abuelos.

[Eileen Breckenridge]

"Oh..." dijo con una breve sonrisa, volviendo a mirar a Mancha con preocupación -Debió salirle barata- pensó incómodamente, ¿qué familia gastaba tanto dinero en chocolates que Mila no quería en vez de comprarle una lechuza más vivaracha?
Miró a la ravenclaw, ¡claro, ella había ido a desayunar! Pero teniendo la caja de dulces no se sentía tentada por nada en la mesa "Mmh... ¿qué hay de bueno?" preguntó, esperando que no fuera a ofrecerle una manzana.

[Eileen Breckenridge]

Miró la mesa, acomodando la caja de dulces sobre su falda como para tener más libertad de movimientos. Bien la podría dejar sobre la mesa, o junto a sí en el banco, o en el piso entre sus piernas, pero no quería siquiera dejar la chance de que alguien pudiera quitarle su botín.
"Mh..." dijo pensativa, mirando el plato de Mila y volviendo a ver los contenidos de la mesa. "¿Me pasas un pan?" preguntó, estirando el brazo para enseñarle que no llegaba a la panera.

[Eileen Breckenridge]

Mejor prevenir que curar, Mila, uno nunca sabe cuándo pueden atacar los piratas robadulces y Eileen se niega a ser la primera víctima en Hogwarts.
"Gracias, Mila" agradeció, agarrando la cesta de pan con ambas manos cuando vio que la ravenclaw también estaba acercándole un vaso y la jarra de jugo. Qué amable que era, le daba mucho gusto ver actitudes así y realmente se sentía agradecida. "¿Te puedo hacer una pregunta tonta?" aparte de esa que acababa de escapar de su boca. Se sirvió jugo en el vaso y dejó la jarra sobre la mesa.

[Eileen Breckenridge]

Se acercó un pedazo de pan y lo partió sobre un plato vacío, hundiendo los dedos en la miga para sacarla de la coraza del pan sin mucha delicadeza.
"¿Es difícil ser tan perfecta?" habló en voz baja, porque sabía que la pregunta era tonta. No lo decía con mala intención, y no culparía a Mila si la malinterpretaba, pero desde primer año que Eileen se preguntaba cómo alguien podía parecer tan en control de todo, una dama a los once años.