Blanca Navidad

[Moira Wallace]

Bueno, para tranquilidad de Alpin, esa noche Moira tenía la profunda certeza de que él no quería nada con ella. Si Tavia aparecía de la nada y le volvía a decir que su hermano actuaba raro por su culpa e insinuaba cosas locas como que él gustaba de Moira, iba a reírsele en la cara y contarle la anécdota del muérdago para zanjar la cuestión. No había chances, se había sentido incómoda por meses para nada. Eran amigos, sólo amigos. ¿Por qué dudar cuando él mismo había sido tan claro? Porque sos una naba, Moira.

Lo miró burlona, porque sabía perfectamente que se estaba riendo de ella, y estaba pensando en tomar la muñeca y meterla de cabeza en una fuente bien caliente, pero Alpin interrumpió el pensamiento malvado y liberador, al pasarle la caja de su regalo. Lo tomó sin muchas ganas pero sintiendo que merecía una compensación por su pequeño desprecio bajo el muérdago.
"Bueno... gracias" murmuró insegura. Tomó aire y estudio la caja frente a ella antes de acomodarla para poder quitar el papel y descubrir que dentro había un reloj de arena. Era bonito, sí, pero a Moira se le hacía un adorno medio inútil. ¿Cuánta arena era una hora? No tenía idea. Lo observó con curiosidad cuando vio que la arena de color verde comenzaba a bajar estrepitosamente. Ok, eso era inusual. Lo miró a Alpin alzando las cejas, como pidiendo una explicación o un manual de instrucciones de su regalo.

[Moira Wallace]

No entendía nada, la arena se había trasladado de un lado del reloj a otro con una velocidad increíble y, aunque le gustaba el reloj y el color de la arena, creyó que estaba roto "¿Es un chiste? ¿Me regalaste algo roto?" preguntó entonces sin entender tampoco por qué Alpin se reía como si hubiera presenciado la mejor broma del año. Lo miró con el ceño fruncido y sosteniendo con sus manos el reloj, que creía roto, en la mesa.
Cuando supo de qué se trataba relajó un poco la expresión y entendió, sólo un poquito, por qué Alpin parecía tan divertido con él. Se pasó una mano por el rostro "Bueno... no está siendo la mejor noche" admitió porque no tenía por qué ocultarle su molestia "Pero supongo que en la casa de mis padres o con mis tíos no estaría pasándola mucho mejor" soltó aire y buscó la caja que había estado cargando todo ese tiempo.

"Ya que me diste antes el regalo..." dijo pasándole el paquete "Supongo que también puedes abrir ahora el tuyo" lo miró forzando una sonrisa leve, sin despegar los labios.
Dentro de la caja había una edición muggle de Las Mil y Una Noches, un libro de Runas y otro que estaba de oferta en la librería, aunque Moira no tenía idea de quién era Gilderoy Lockhart, pero parecía hablar de unas aventuras y una historia con algo que tenía que ver con veelas y supuso que a Alpin le interesaría. No, ni idea de que el chico lo odiaba, que el tipo era un denso y que posiblemente a Alpin no le iba a gustar. Obvio que iba a sentir que le había hecho el peor regalo de Navidad del mundo porque todo lo había puesto muy sensible y odiaba fallar.

[Moira Wallace]

Lo miró y volvió a sonreír sincera, apenas animada porque Alpin acababa de decir una gran verdad: no podía ponerse peor. ¿O sí? Todavía tenía que abrir la caja que simulaba un super regalo pero eran apenas tres libros, todavía había chances de que su regalo no le gustara o no le pareciera suficiente. Sin embargo, todo parecía venir bastante bien para los dos, Moira observaba entusiasmada cómo Alpin iba reaccionando al descubrir de qué trataban los libros que había elegido para él, hasta estaban volviéndole las ganas de comer esas papas que se había servido por la mitad. Pero no... ahí estaba la piedrita en el camino, siempre presente. Estaba segura de que se había equivocado al agarrar un libro más del que no tenía idea de qué trataba, pero tampoco había querido darle solamente dos. Sentía que era poco, pero a veces menos es más. A Alpin claramente no le gustaba el último libro.

"¿Qué pasa?" preguntó apenas alzando las cejas "Si no te gusta, podemos ir a devolverlo... y eliges otro" se apuró a aclararle pero sintiendo que eso no compensaría que era pésima haciendo regalos. La arena verde del reloj había vuelto a caer con rapidez y la ponía nerviosa, así que lo corrió para que no estuviera en su campo visual y poder concentrarse en arreglar las cosas.

[Moira Wallace]

Moira pasó por alto que Alpin mirara tanto al reloj, ya sabía que le estaba mintiendo y no necesitaba ver la arena verde correr para darse cuenta. Lo escuchó hacer el esfuerzo por interesarse en el libro y puso la misma cara de WTF? cuando su amigo leyó la reseña biográfica del autor. ¿Sonrisa más encantadora? ¿Posta que eso era un premio? Agradecía a Merlín no leer nunca la Corazón de Bruja, salvo cuando Melwyn conseguía algún ejemplar y Moira lo juzgaba de pies a cabeza. Moira iba a ser de esa gente que consumía irónicamente cosas que sabían que apestaban.

Lo miró frunciendo el ceño "Claro que no!" soltó enseguida porque no, no le gustaba, recién caía en que sonaba bastante idiota que un tipo con ese premio de juguete escribiera un libro, pero tampoco podía decirle la verdad: lo agarré de la mesa de ofertas, quería rellenar el regalo "Era lo más nuevo que tenían en la librería..." intentó explicarle por ese lado "No sabía qué otro libro podría gustarte y que no tuvieras" alzó los hombros "o no estuviera ya aquí en la Biblioteca".

Volvió a mirar sus papas, tomando aire, intentando aceptar que esa noche todo le salía mal, hasta darle un regalo como la gente a Alpin. Se mordió la lengua para decirle que no todos tenían dinero mágico para gastar, que apenas si juntaba libras para cambiar en Gringotts para cosas que no fueran estrictamente de la escuela, que sus papás no entendían nada y que ella ya quisiera un papá fabricante de whiskey de fuego (para tomárselo todo y dormirse antes de las doce en todas las fiestas) y que fuera tan bueno y divertido que le mandara un sweater navideño lleno de magia. Pero no.

[Moira Wallace]

Recién con el ruido del reloj volcado horizontalmente en la mesa, Moira volvió a levantar la mirada y aunque le hubiera gustado alternarla entre el reloj de arena y Alpin, se quedó quieta mirando sólo el regalo. No contuvo la mueca de descreimiento cuando Alpin dijo que no estaba enojado con ella. Sí, claro. No le creía una palabra, era evidente que odiaba el libro y que pensaba que ella era una idiota por regalarle eso. Parecía que el bobo ese de rulos era más importante que los otros dos libros que sí había comprado pensando en él. Moira estaba aprendiendo que a veces menos es más.

Apoyó un codo en la mesa y pasándose la mano nerviosamente por el cabello, miro hacia el otro extremo de la mesa. Quería irse, quería encerrarse en su habitación desde que la ropa se le llenó de espíritu navideño que no sentía, pero en lugar de seguir su instinto se había quedado y todo había sido para peor. Volteó a verlo, finalmente, con evidente molestia.

"¿Sabes qué? Quémalo, tíralo, haz lo que quieras con el libro" murmuró duramente "Lo compré porque creí que darte dos libros solos era poco, que pensarías que era una tacaña de lo peor por regalarte algo que vale la mitad de lo que tú debes haber gastado en ese reloj inútil..." y señaló hacia su regalo, mirando con bronca la arena ahora quieta "¿Y me viste quejarme por él? ¿Te dije que era un adorno que no tenía ninguna utilidad?" se le llenó la garganta de ganas de llorar y se detuvo de pronto para esconder la cara ente las manos, tenía demasiada bronca y no era especialmente contra Alpin o el reloj o los libros... tenía bronca de que todo estuviera saliendo mal en esa cena y que ella acababa de terminar de arruinar.

[Moira Wallace]

Pero Moira no podía discernir que su queja fuera sobre el autor del libro en particular, lo sentía personal, ni siquiera que los otros dos libros le hubieran gustado compensaba. Había fallado ella, le daba bronca estar pasándola igual de mal que en su casa, o peor, porque Alpin le importaba y mucho. No era lo mismo que estar fastidiada y pasándola pésimo en la casa de su tío, no. Era la primera Navidad que pasaba en el castillo y con un amigo, porque según Alpin eso eran.

Cuando logró calmarse para no llorar de la bronca, tomó aire y volvió a mirarlo. Se sentía cansada, tenía hambre pero a la vez estaba enojada para poder comer. Se limitó a mirarlo también en silencio, seria, hasta que suspiró, aflojando un poco el rostro y alzando levemente las cejas en una mezcla de '¿qué me mirás? con '¿y ahora qué hacemos para remontar esto?'

[Moira Wallace]

Escuchó todo el plan de Alpin intentando no sonreír. Se suponía que estaba enojada, no que tenía que causarle gracia lo que él dijera. Quería odiarlo un poquito por haberle arruinado la ropa, por despreciar su regalo, por ser tan rubio, por algo... pero no. Se le escapó una risa finalmente porque amaba la exageración y necesitaba un recreo de tanto mal humor y bronca que sentía.

"Claro que no" le dijo, aunque sonaba contradictorio porque estaba riendo, pero dudaba que prender fuego los regalos la hiciera sentir mejor "¿Quién dijo que quería quemar el reloj?" preguntó porque ella quería que Alpin se deshiciera de ese libro que tanto le disgustaba, pero nunca dijo que no quería su adorno que la pondría paranoica cada vez que la arena corriera rápido. Se quedó mirándolo un instante, pensando en qué sería lo que la haría sentir mejor. Recordó que él volvió a hablar de volver a empezar y se le generó una duda genuina, de verdad quería saber a ver por qué eran tan diferentes ellos dos. "¿Cómo haces?" le preguntó entonces "¿Cómo puedes volver a empezar y no sentir bronca ni pensar en lo que haces de cuenta que no pasó?" por eso ella siempre le contestaba que no y le pedía que no saliera con eso de arrancar de nuevo una conversación o hacer de cuenta que nunca se habían dado regalos, porque no sabía cómo se hacía, cómo convencía a su mente y a su enojo que nada de eso había pasado.

[Moira Wallace]

Era un poco peligroso ese método, así iba a terminar prendido fuego hasta el perro que iban a tener que ya no me acuerdo cómo se llamaba.
Miró hacia el reloj, todavía convencida de que eso era, pero con ganas de no haberlo dicho en voz alta. Tampoco era para tanto, no lo odiaba tanto como para prenderlo fuego. "No importa, no lo quiero quemar" dijo segura y lo miró sin entender cómo podía decir eso de su propio regalo. ¿De verdad a él no se le movía un pelo por pensar que gastó dinero y tiempo en algo que iban a terminar quemando? Se iba a aferrar al reloj, así no le gustara, con tal de que Al no lo tire al fuego.

Se mordió el labio inferior, pensando en que siempre el motivo de la gente era el mismo: se conformaban con que no había otra cosa que hacer. Como no podían solucionarlo, aparentemente, se conformaban. A ella no le salía dejarlo pasar, a ella no le satisfacía saber que no había solución entonces no tenía sentido hacerse problema. Ella quería gritar y enojarse, quería cambiar lo que no se podía cambiar y sino refregarse en lo que no pudo ser como si disfrutara echándole sal a la herida.

Moira alzó las cejas al escucharlo llamarla Scrooge... ella no era ese viejo mala onda! Bueno, sí. "Tú no eres el Fantasma de la Navidad Presente tampoco" dijo en voz alta como si él hubiera escuchado su pensamiento donde se defendía de ser un viejo tacaño y malhumorado. Miró al pavo, ignorando un instante la sensación que le provocó saber que él quería quedarse a su lado de todas maneras, haciendo regalos horribles y chinchuda como estaba "Sí, muchas gracias" dijo en un fingido tono ofendido antes de acercarle el plato para que colocara un trozo al lado de las papas. Odiaba que Alpin no la dejara seguir enojada, porque no le salía la voz molesta y cada vez le costaba más mantener la cara de enojo.

[Moira Wallace]

"Gracias" respondió intentando mantener el tono enojado sin ningún éxito, y dejó de vuelta el plato frente a ella. Iba a responderle que no, que odiaba las salsas y más si eran para crear combinaciones agridulces pero Alpin zafó de escucharla quejarse una vez más, al pedirle algo para él. Buscó la salsera blanca con el liquido amarronado y lo tomó poniendo cara de asco mientras se lo pasaba.

Tomó cuchillo y tenedor para por fin comer algo, su estómago se lo pedía a gritos, y comenzó a cortar el pavo mientras escuchaba a su amigo, el fantasma de la Navidad presente, aunque él dijera que no lo era. Alzó las cejas antes de responder, con un pedacito de pavo en el tenedor listo para ser comido "Creí que lo conocías porque lees mucho" Moira estaba ajena al motivo tan maduro por el cual Alpin eligió leer ese cuento, comió el bocado primero y luego siguió "Es un clásico, en la televisión pasan diferentes versiones de ese cuento todas las Navidades" le contó como si Alpin estuviera acostumbrado a ese artefacto igual que ella. Un cuento de Navidad era el antepasado de Mi Pobre Angelito como clásico de la televisión de Diciembre "Se supone que debes aprender a ser generoso y bueno porque sino te quedas solo" Moira rodó los ojos, sabía esas moralejas de memoria, qué aburrimiento que siempre te quieran obligar a ser bueno.

[Moira Wallace]

¡Era caldo de carne! La idea de que esa cosa líquida tuviera sabor a grasa le revolvía el estómago, ¿qué clase de persona se comía lo que la carne había largado durante la cocción? Moira no.

"Creí que el mensaje del Caldero Saltarín era sé bueno con los muggles, pobrecitos" dijo mientras se servía jugo en el vaso, hablar y quejarse tanto le había dado sed "¿Quieres?" preguntó aguantándose las ganas de dejar la jarra pesada de nuevo en la mesa y no ofrecerle nada, pero era Navidad y la estaba pasando mal desde que pisó el suelo del Gran Salón, tenía que hacer un esfuerzo urgente por dar vuelta esa noche antes de que fuera tarde "¿Cuál es tu cuento favorito?" no recordaba habérselo preguntado, quizás porque quería ocultarle a Alpin que se había devorado el libro que le había regalado para su cumpleaños porque eran cuentos para magos y, peor, para niños.

Estaba dándole el primer sorbo a su jugo, sintiéndose mejor, cuando alzó la vista para contemplar lo mismo que su amigo. Lo miró por encima del vaso, todavía bebiendo y luego tuvo que mirar a Alpin con aire cansado "No pienso moverme de aquí" le informó "Simplemente ignóralo" apoyó el vaso en la mesa y decidió seguir comiendo "Si total no piensas darme un beso..." alzó los hombros. Además de que la hería terriblemente en el orgullo que de alguna manera Alpin la estuviera despreciando (aunque posiblemente tuviera un ataque nervioso si él llegara a querer besarla y le gritaría que no se atreva), no entendía la desesperación por alejarse de la plantita. No iban a estar juntos para siempre por estar un rato debajo de un muérdago, ¿cierto?

[Moira Wallace]

Esta vez sí notó el nerviosismo de Alpin así que volvió a concentrarse en su plato, cortando una papa. Moira sonrió, porque todo era más divertido cuando el nervioso era él y no ella a punto de explotar del enojo. Alzó las cejas, intentando medir el nivel de incomodidad que generaría para ambos esa situación. "Incomodísimo" le dio la razón aunque no le salió un tono muy seguro en la voz.
Sabía que iba a ser un momento bochornoso pero por un momento pensó en que el motivo de Alpin no era 'porque no quiero' o 'porque no me gustás' y eso le dio una repentina sensación de tranquilidad. No la estaba rechazando, quizás solamente estaba cuidando su amistad. Lo miró de costado mientras comía un pedacito de la papa y alzó los hombros, como diciendo que lo olvidaría sin problemas. A ella no la ponía histérica una plantita en sus cabezas, ya tenía demasiadas cosas que la sacaban de quicio para sumar una más, encima llena de superstición en la que no creía.

Soltó una risa "¿Y qué es lo que va a estar de moda en el '86?" le preguntó entonces y recordó que también pasarían la noche de Año Nuevo en el castillo. Uff... iba a ser otra noche larga.

[Moira Wallace]

Ni con un giratiempos podría arreglar la noche que estaban teniendo, ¿qué podía hacer sin que ambos lo vieran? No podía tironear de Alpin para que su sweater encantado no entrara en contacto con la ropa de Moira, no podía cambiarle el regalo o quitarle el libro de Lockhart al de Moira... ¿o sí? Tampoco podía espantar el muérdago que insistentemente crecía sobre sus cabezas. Moira comenzaba a olerlo también pero se había determinado a ignorarlo y comer en paz.

Se rió por la respuesta de Alpin y en seguida asintió con la cabeza mientras cortaba el pavo en su plato "Claro que creo, ¿no eres el Gran Blishen acaso?" bromeó burlándose un poquito del apodo. Masticó antes de responder algo, porque sinceramente no estaba sufriendo de ningún tipo de ansiedad por los exámenes hasta que él se encargó de nombrarlos. "¿Por qué?" le preguntó entonces "Te va a ir bien, tú siempre sabes todo..." no entendía la preocupación de Alpin, si siempre cumplía con las tareas, siempre sabía las respuestas en las clases que compartían, incluso Moira rodaba los ojos cuando lo escuchaba responder desde algún banco del salón y lo reconocía por la voz. En el fondo admiraba que le gustara tanto leer y aprender, también que se juntara a estudiar con compañeros, ella prefería la soledad y como mucho estudiar el día anterior a un examen con Melwyn "¿Sabes qué TIMOs debería dar si luego quiero estudiar algo relacionado a leyes mágicas?" preguntó como si nada, como si él no fuera la primer persona que se enteraba que ella planeaba seguir en el mundo de los magos una vez que terminaran la escuela y que fantaseaba con la idea de pelear por las causas justas, saber sobre las relaciones de los magos con los muggles y ver cómo mejorarlas.

[Moira Wallace]

Si pensaba volverse chongo al cumplir la mayoría de edad y convertirse en una tabla de lavar ropa con pelos, que por lo menos no se hiciera esos rizos dorados porque Moira no lo iba a poder tolerar.
Si Alpin llegaba a fallar iba a ser por el miedo que tenía a hacerlo. Era imposible que estudiando le fuera mal, sobre todo porque ya sabía muchas más cosas que los demás simplemente leyendo y no estudiando. Ella sería la primera en alegrarse pero mirarlo algo socarronamente cuando tuviera Supera las Expectativas y Extraordinario en todas las materias.

Tomó un sorbo de jugo mientras lo escuchaba, algo molesta porque estaba segura de que iba a tener que estudiar MUCHA Historia de la Magia... entendía que era necesario ¡pero qué aburrimiento! Por otro lado, si se entera que Alpin va a conseguirle algo pidiéndoselo a un familiar va a morir de vergüenza y va a rechazarlo, no quería que Alpin pensara que pretendía lograr las cosas por acomodo y mucho menos usándolo a él. Lo miró escéptica mientras cortaba una papa "Me imagino, casi tan interesante como el monólogo de Snape" le contestó porque suponía que la Jefa de la casa de Alpin había querido convencerlo de que se volviera experto en herbología o alguna cosa así "No quise preguntarle nada" fue sincera, no se sentía cómoda hablando con los profesores, sólo con algunos, pero él ya debía saber que era difícil ganarse la confianza de Moira "¿Tú ya sabes qué quieres estudiar? ¿Que te dijo la Profesora Sprout?" quiso saber.

[Moira Wallace]

Pero sería super romántico que el papá de Alpin tomara el lugar de Bruce Willis para redimirse por haberlos contagiado de espíritu navideño a la fuerza y dejarles la ropa más ridícula del mundo para cenar frente a los pocos compañeros que se habían quedado en el castillo. Moira es Ben Affleck, obvio (?)

Finalmente habían hallado un tema de conversación que, al parecer, no iba a terminar en pelea, ofensas o incomodidad. Moira por fin se relajó un poco y comenzó a disfrutar de la comida, del sabor del pavo, tan diferente al que hacía su tía Valerie todos los años para luego torturarlos toda la cena contando cómo lo hacía preparado. Tomó consciencia de que lo que estaba viviendo era nuevo, que tenía infinitas posibilidades para que su realidad no fuera la misma y la idea le gustó.
Escuchó las carreras tan hippies que Alpin quería estudiar y lo observó alzando las cejas mientras terminaba de comer. Y sí, entendía por qué lo quería convencer de hacer algo más útil, hasta bibliotecario le vendría como anillo al dedo, ¿pero rúnico? "Te veo como historiador" respondió alzando los hombros, Moira era muy práctica y era obvio que iba a elegir el mal menor "¿O quieres estudiar a las veelas para estar con chicas?" necesitó fastidiarlo para que comprendiera lo absurdo que sonaba todo lo que planteaba. Y quizás algunos buscaban algo que conocieran cómo se implementaba en la práctica o que les asegurara trabajo porque no todos habían nacido en cuna de oro. Moira rodó los ojos "No tienes que presumirlo, no todos tenemos nuestro apellido escrito en una botella de whiskey" tomó el vaso de jugo para darle un sorbo apenas terminara de hablar "Y entonces debemos ser más prácticos... además, me encantaría estudiar leyes para poder pelearme con la gente con fundamento" le confesó antes de sonreír y llevarse el vaso a la boca.

[Moira Wallace]

Es el más pálido de los dos así que le toca ser Liv Tyler, sorry.

En el mundo de Moira el amor al arte no daba de comer ni le pagaba un alquiler para poder irse de la casa de sus padres, así que no podía ser tan soñadora, además de que esas cosas tan teóricas y subjetivas no eran lo de ella, pero estaba bien si Alpin quería volverse hippie, fumar y delirar con ensayos de filosofía. Moira le tendría paciencia un par de noches mientras él escribe a la luz de las velas sus ensayos fumones, hasta que una noche se va a hartar, se va a levantar y le va apagar de un soplido todas las velas para que vuelva a la cama y se deje de joder.

Moira se rió genuinamente y dejó el vaso sobre la mesa. Giró a mirarlo sumamente divertida "¿Te convertirás en un seductor?" se tentaba de sólo decirlo "O un pervertido... depende qué piensen las chicas veela" ladeó la cabeza todavía encontrando muy cómico que Alpin usara la ironía para reírse de sí mismo, le gustaba pensar que había chupado algo de su acidez, como si Moira fuera un limón. "Lo que quieras estudiar menos las runas, vas a morir de aburrimiento" le dijo porque básicamente le importaba mucho que él se mantuviera vivo un par de años más, digamos que de alguna manera lo necesitaba.