Spin the Wand III

[Jesse Sacheverell]

((Es el turno de Ian Bagnold-Browne La varita de Jesse indica:

Color de las chispas:
[dados]1d4 = 137677175 [/dados]

[+] Ver colores de las chispas

1. Chispas amarillas: Beso Francés (o beso con lengua).
2. Chispas rosas: 7 Minutes In Heaven: siete minutos en un armario de escobas a pocos metros de la mesa.
3. Chispas blancas: Beso Libre.
4. Chispas azules: God-Mode: el personaje puede decidir qué hacer. Puede besar a quien le tocó, a otra persona, o directamente decidir qué dos personas tienen que besarse.

A quién apunta: (chequear en la lista personal)
[dados]1d20 = 833811975 [/dados]
))

[Jesse Sacheverell]

((Es el turno de Frankie Gibbs. La varita de Jesse indica:

Color de las chispas:
[dados]1d4 = 70395577 [/dados]

[+] Ver colores de las chispas

1. Chispas amarillas: Beso Francés (o beso con lengua).
2. Chispas rosas: 7 Minutes In Heaven: siete minutos en un armario de escobas a pocos metros de la mesa.
3. Chispas blancas: Beso Libre.
4. Chispas azules: God-Mode: el personaje puede decidir qué hacer. Puede besar a quien le tocó, a otra persona, o directamente decidir qué dos personas tienen que besarse.

A quién apunta: (chequear en la lista personal)
[dados]1d19 = 1878770351 [/dados]
))

[Frankie Gibbs]

Frankie supo que estaba jugando como realmente jugando cuando escuchó su nombre y vio la gente mirándola. Por un breve segundo pensó que se había perdido algo y le tocaba lanzar un Tarantallegra (para lo que había firmado, ¿Leyeron, Dora y Jesse?), pero no. Frankie Gibbs iba a dar su primer beso no con Bertie como se imaginó en sus más dulces sueños sino con un Hufflepuff muy diferente.

Todavía le quedaba un chance, sin embargo. Si le tocaba God Mode podía hacer que Pippa Fletwock besara al piso (que totalmente estaba participando), o si le tocaba beso libre podía dar un beso en la mejilla. Desagradable pero no iba a ser el fin del mundo.

Cuando la varita se detuvo y echó las ominosas chispas amarillas, Frankie puso una cara de terror que ni siquiera sabía que era capaz de hacer, y se intensificó cuando levantó la mirada y vio con quien le tocó.

Tragó saliva y se bajó con las piernas temblorosas del banco, caminando con la frente bien en alto aunque en el fondo se sintiera diminuta. Su primer beso con un Hufflepuff que no era Bertie. Su primer beso con un extranjero. Su primer beso con un tipo que ni su apellido sabía pronunciar. Su primer beso con Dmitriy Tsyolkovsky.

No pidió Tarantallegra porque sabía lo ridícula que se vería hechizándose a sí misma, pero más aun era el hecho de que Frankie no solía acobardarse. Si, su primer beso sería una mierda como le pasa a la mayoría de las personas. Ella se había metido en esto y debía pagar las consecuencias, incluso si era demostrar frente al mundo que no sabía besar.

Se acercó a Dmitriy con los labios apretados y el semblante muy serio, esperando a que él se levantara e hiciera todo porque ella ni idea. Si la gente se burlaba les echaba Tarantallegra a todos, aviso.

[Khloe Piper]

¡Pero si la varita la había elegido a ella! Esperen... ¿Ian? ¿El gordito ese de sexto de pelos chinos? Err... Pensándolo bien que bueno que se fue con la otra chica. Todo bien Ian. Khloe puede soportar el rechazo; si fuera de Shane se aventaba al lago para que la comiera algún tiburón o el calamar gigante que yace ahí.

[Dmitriy Tsyolkovsky]

Uhuuuu, otra vez le tocaba a él. ¡Ya era justo! Pero se sacó de onda cuando vio la cara de Frankie... ¿qué, acaso no le gustaba? ¿No se le hacía guapo? Estaba morenito, sí, pero rubio también, ¿o ni así? ¿Tenía perejil en los dientes? Se pasó la lengua por los superiores por si acaso. Pero no. O es que estaba... ¿muy alto? Se acercó a ella preguntándose si le dolía algo del cuerpo, y acercando sus labios a su oreja. "¿Te duele el estómago o te quieres echar un pedo y no puedes?" no pudo evitar reír por eso, pero discretamente. Había que tranquilizarla primero, así que para entrar en confianza sólo puso sus manos sobre los brazos de Frankie casi cerca de sus hombros, mejor que ella fuera la de la iniciativa, no quería herir susceptibilidades. Jamás ha sido un bastardo patán.

[Frankie Gibbs]

Claro que Dmitriy no podía saber el porqué de su cara de horror. ¿Cuántas chicas de dieciséis que viven en un internado mixto pueden nunca haber besado? Frankie se lanzaría con un 0.0001% pero ella no tenía idea de matemáticas. Como sea, la pregunta no mejoró en lo absoluto su ánimo, lo que le hubiera mejorado el ánimo es que la rechazase, cosa que no hizo. Se está enterando que era 'metible' justo ahora, te cuento.

Sólo porque tenía que contestar algo le dijo "No." Muy bajito y miró como él se ponía en posición. Esperó unos momentos, pensando que él iba a dar el primer paso pero nada. Escuchó un '¡Es para hoy!' detrás de su espalda y Frankie tuvo que contener el impulso de voltearse y darle un derechazo al bocón. Finalmente se decidió y se puso de puntillas (le llevaba como chorrocientos centímetros el niño) y pegó sus labios con los de él porque era lo único que había aprendido de Roan Fletwock. El resto lo tenía que hacer Dmitriy, ella se dejaría llevar torpemente, moviendo sus labios con ciertas pausas y la lengua ni se diga. Capaz meter y sacar, de un lado al otro y de arriba a abajo, así súper dura, prácticamente huyéndole a la de él, pensando un -Shuuu, shuuu. ¡Aléjate!- o algo así. Era difícil pensar y mover la lengua la mismo tiempo.

[Dmitriy Tsyolkovsky]

... pero qué rígida que estaba. ¿Pues, qué le hizo? Se puso a recordar si no la rechazó algún día de todos los que vivió en ese Colegio. Pero no registró nada. ¿Por qué estaba tan... tan así con él? Se enserió para recibir el beso que no parecía beso ¿... es que era nueva en esto? ¿Tenía que guiarla? Se lo llegó a preguntar mientras sus manos bajaron por sus hombros hasta despegarlas para entrar por su cintura suavemente y pasar hasta su espalda para atraerla hacia él. Su lengua comenzó a explorar toda esa cavidad virgen, bueno, cuanto podía, hasta que con sus mismas manos se alejó de ella para terminar el beso, sonriéndole por si le había gustado. Lo hizo lo más suave que pudo, dale crédito por eso.

[Jesse Sacheverell]

((Es el turno de Shane Hawthorne. La varita de Jesse indica:

Color de las chispas:
[dados]1d4 = 872695230 [/dados]

[+] Ver colores de las chispas

1. Chispas amarillas: Beso Francés (o beso con lengua).
2. Chispas rosas: 7 Minutes In Heaven: siete minutos en un armario de escobas a pocos metros de la mesa.
3. Chispas blancas: Beso Libre.
4. Chispas azules: God-Mode: el personaje puede decidir qué hacer. Puede besar a quien le tocó, a otra persona, o directamente decidir qué dos personas tienen que besarse.

A quién apunta: (chequear en la lista personal)
[dados]1d17 = 80114341 [/dados]
))

[Shane Hawthorne]

((Posteo antes de que manden a bailar, sorry!))

Ya que hasta el momento había tenido una considerable participación en el juego, tomando en cuenta que apenas era su turno, no se sentía particularmente nervioso al girar la varita. No iba a negar que sería buenísimo que le salieran las chispas azules, porque podría hacer lo que le viniera en gana (¡como Khloe!), pero un hueco apareció en su estómago al ver que eran rosas. Vale, vale, ventaja del armario: no habría testigos. Desventaja: La duración del castigo. Ventaja: Eileen Breckenridge parecía simpática y era bonita. Desvent-- no, no ¿por qué seguía buscando desventajas?

Se levantó y sonrió tentativamente a la castigada elegida de la varita. Si no lo bateaba, la esperaría para caminar con ella (o detrás de ella, como dictara la interpretación de caballerosidad de la chica).

[Eileen Breckenridge]

Eileen saltó de su asiento cuando la varita la señaló lanzándole las chispas rosas, más porque internamente pedía que no le tocara con Shane por simple cortesía hacia la adorable chica que se le había confesado momentos atrás. ¡Es que, pobre, había sido tan adorable! Se sentía pésimo por ella, pero estaban viendo el canal equivocado si pensaban que Eileen habría de preferir un tarantallegra a irse al armario con el Slytherin.
Caminó hacia el armario y cuando estuvieron a solas con la puerta cerrada se aclaró la gargante para hacerle su oferta. "Si quieres podemos besarnos, pero si acabas de descubrir tus sentimientos por la Ravenclaw no te culpo si prefieres esperar a que pase el tiempo" se encogió de hombros con una sonrisa. Total todo quedaba detrás de la puerta del armario, fuera lo que fueran a hacer (o no hacer).

[Shane Hawthorne]

Supongo que Eileen habría podido lograr que Shane se quedara boquiabierto de un montón de maneras distintas dentro de ese armario, pero de todas las cosas potencialmente impactantes que había en la lista de posibilidades, esa que escuchó ni siquiera la había sospechado.

No, no crean que es un HDP insensible a los sentimientos ajenos, o que se había sumado al juego para obligar a cualquier miembro del sexo opuesto a fajar con él, pero tampoco iba a decir que estaba jugando para que alguien le declarara su amor no correspondido y luego poder negarse a besar a la siguiente chica bonita con la que lo mandaran al armario. Así que las palabras de la Gryffindor lo pusieron en una situación muy incómoda.

Devolvió la sonrisa y buscó la respuesta adecuada en el techo. La peor parte era el 'si quieres podemos', porque implicaba un 'a mí me da igual'. Vaya, a él también podía darle lo mismo, pero ese no era el punto; el punto era que no quería pedirlo. "No creo haber descubierto sentimientos por nadie hoy" respondió. "¿Te ha pasado algo como esto alguna vez?" preguntó. Y así es como te va a sacar conversación para llenar 7 minutos, Eileen, ojalá cumplas la parte de que lo que ocurre en el armario se queda ahí.

[Eileen Breckenridge]

-Oh, boo- pensó, porque podrían haber dividido esos siete minutos para irse un poquito a los besos, y otro poco para hablar sobre lo extraño que era estar en una situación donde entras a un contrato social para besarte con gente.
Después de asegurarle a Shane que ella no le llegaba a los tobillos a él con su popularidad (es decir, ¡una confesión así, frente a todos! Ella jamás le había confesado ni había recibido una confesión en privado, ¡ni siquiera en una iglesia!), supongo que conversaron de cosas varias. Y Eileen se desacomodó un poco el cabello, porque si iban a salir de ahí y Khloe la iba a odiar, que al menos fuera con un poco de razón.

[Jesse Sacheverell]

¿Cómo podía ser que ya fuera el turno de Vivienne? ¿Y qué hacía Vivienne participando de un juego tan... tan como ese? La miró con una sonrisa antes de hacer girar la varita. Al menos Santo Mentón no estaba participando del juego.

((Es el turno de Vivienne. La varita de Jesse indica:

Color de las chispas:
[dados]1d4 = 433665571 [/dados]

[+] Ver colores de las chispas

1. Chispas amarillas: Beso Francés (o beso con lengua).
2. Chispas rosas: 7 Minutes In Heaven: siete minutos en un armario de escobas a pocos metros de la mesa.
3. Chispas blancas: Beso Libre.
4. Chispas azules: God-Mode: el personaje puede decidir qué hacer. Puede besar a quien le tocó, a otra persona, o directamente decidir qué dos personas tienen que besarse.

A quién apunta: (chequear en la lista personal)
[dados]1d18 = 1311351886 [/dados]
))

[Khloe Piper]

Qué les puedo yo decir... participar en este juego tiene sus pros y sus contras, es decir, puedes besarte con quien más te gusta, pero esa persona también, tenía que aceptarlo, aunque le dieran celos. Aunque déjame decirte que cualquier tipeja que se le acercara a Shane, le causarían celos a Khloe. Por lo que... sí, te odió Eileen, desde que la varita te seleccionó.

[Vivienne Branagh]

Devolvió la sonrisa a Jesse antes pasar su atención a la varita, que la mandó al armario con Veselko Tsolov (hey, tal vez podrían dedicar un par de esos siete minutos a tratar que ella lograra pronunciar correctamente su nombre, ya sabes, para cuando contara la historia).

Posó la mirada en el chico al tiempo que se ponía de pie, estudiándolo con una atención que no le había prestado durante el año que terminaba. Sonrió de costado y, asumiendo que él llegara al armario con ella y alguno de los dos cerrara la puerta, va a encogerse de hombros con una expresión divertida, indicando que no tenía ni idea de qué hacer, pero que no era una cobarde y sabía a qué estaban jugando.