Se mira pero no se compra

[Narcissa Black]

((¡Disculpa lo largo del post! Juro que no escribo tanto, pero quería explicar bien la situación antes de su encuentro con Severus. Espero no te moleste eso, ni que te haya invadido el thread, jojojo...))

El Callejón Knockturn no era de su agrado. ¡Seguro! Asistía sin falta con su familia varias veces al año, y... ¡seguro! Lo último que se escucharía de ella en dichas ocasiones sería una queja. Ni siquiera porque los Black solían caminar durante horas por los mismos establecimientos de siempre, para encontrarse con las mismas personas de siempre. Pero ¿de eso, de que acompañara a su familia y no esbozara la más mínima mueca de incomodidad, a que el lugar le agradara o le pareciera por lo menos interesante? Había un gran trecho de diferencia: no le agradaba en absoluto, ni le interesaba. Que Narcissa hubiera aprendido con el tiempo a cubrir sus emociones con una perfecta expresión de pasividad no quería decir que no estuviera tensa hasta los huesos. Lo estaba.

Y sus hermanas, para su desgracia, no compartían dichas sensaciones sino que les parecía entretenido dar paseos por el callejón mientras sus padres (como en ese preciso momento) conversaban con otros magos. Era raro que no estuviera con ellas, pero la verdad era que el argumento de que 'siempre encontraban tiendas nuevas' la tenía en el menor de los cuidados. ¡Lo que quería irse! O, por lo menos, que sus padres apresuraran la conversación para poder estar con ellos, en vez de estar ahí, sola, parada delante de una librería, dejando pasar los 15 minutos con sus brazos cruzados, los párpados relajados, inexpresiva y con una anciana extraña a su lado que insistía en mostrarle una bandeja con uñas humanas.

Había escuchado a la anciana varias veces, pero ¿iba a responderle? No, le parecía repulsivo lo que estaba ofreciendo. Ni siquiera se dignó a contemplar el producto. Miraba tensa al frente hasta que a la mencionada anciana se le ocurrió acercarse más a ella y tocarle la mano, como en señal de... ¡por Merlín! ¡¿Acaso había querido verle sus uñas?! Los nervios de Narcissa llegaron hasta ese punto. Si iba a seguir esperando a sus padres, no lo haría en las afueras de ese callejón horrible: se metió al primer establecimiento que vio, la librería, ya ocupada por Snape, abriendo la puerta con un portazo y dejando tras sí a la anciana murmurándole quién sabe qué más rarezas...

[Narcissa Black]

-¡Por Salazar!-. Posó su ansiosa mirada sobre las manos que enaltecía delante de sí. Si de por sí el contacto físico de cualquier persona (incluso aquellas que eran más o menos cercanas) la ponía ansiosa, aquel que acababa de recibir por parte de una extraña desagradable le provocó una sensación de malestar físico. Por ello, el mago encargado que de repente alzó la mirada hacia ella para recibirla, no recibiría una buena mueca en respuesta ni su atención.

Se giró hacia la ventana que daba hacia la calle y dio unos cuantos pasos en reversa adentrándose en la tienda, sin poder dejar de tomarse la mano 'agredida' y quitar de su rostro una mueca dividida entre dolor y asco. No, todavía no había ubicado a Snape. Pero sí a la anciana -¡infeliz! ¿Cómo se atreve?-, la cual seguía dando vueltas en frente de la puerta, chillando palabras agudamente para llamar la atención.

...A Snape no le había tocado encontrársela al meterse a la librería, ¿o sí?

[Narcissa Black]

((¿Se supone que están en el verano en que Severus acaba de egresar? Y, ¿qué tan lejos está él de la entrada, o bien, de Narcissa?))
Sólo la voz del mago que atendía la sacó de su ensimismamiento. "¿Buscabas algo, niña?", claramente no la había reconocido como una de las hijas de los Malfoy; el encargado preguntó aquello con tono de hastío por su abrupta interrupción en el local, dejando esperar a la bruja con la que había estado conversando. A Narcissa, no le gustó cómo la había llamado -¿niña?-. Volteó hacia él y lo contempló ceñuda antes de responder "No," de modo defensivo. "Es decir," se corrigió, recuperando la postura, pues en realidad no estaba en posición de corresponder la descortesía: necesitaba estar dentro del local para evitar el exterior, "no, señor," espetó en tono serio pero cortés. "Sólo pensaba ver...", -¿de qué es esta tienda?- miró en dirección a los libros que rodeaban a Severus, fijando enseguida la mirada en él y por ello tardando más en terminar de elaborar su respuesta "...algunos libros."

"Ah," el mago respondió, desinteresado, "bueno, pues adelante". Narcissa asintió una vez con la cabeza. Sus ojos posados en el 'él' con el que no acababa de hablar, sin parpadear.

[Narcissa Black]

¡Así que Severus Snape estaba también en ese local...! Por parte de ella, hubo varias sensaciones encontradas al respecto: incomodidad, recelo, curiosidad; ésta última reinando las demás.

Lo había visto varias veces conversar con su hermana mayor, Bellatrix, y ella nunca le había querido platicar sobre qué. Ni ella, ni Lucius. Y Narcissa detestaba que la excluyeran de ese tipo de cosas, como si fuera demasiado joven para entenderlo... Miró hacia la ventana: sus padres seguían inmersos en la conversación, sus hermanas ausentes. Iba a caminar hacia el lado opuesto de Severus, pero entonces pensó que sin Bellatrix presente, esa debía ser su gran oportunidad. Su gran oportunidad para obtener algo de Severus que no había obtenido de los demás. Titubeó, luego avanzó hacia él cautelosamente, con la mirada en alto y atenta a cualquier tipo de reacción por su parte.

[Narcissa Black]

En efecto, estaba muy entretenida con algo: él. Si había algo más que a Narcissa le irritaba que el contacto físico, era que la ignoraran. Supuso que el sonido de sus pasos habría sido suficiente para llamar su atención, pero... ¡no! Severus seguía ensimismado con un libro -¿cómo es posible?-. Dio tantos pasos como fueron necesarios para posicionarse a su lado. Ella, sin discresión alguna respecto a cómo lo miraba. ¿En verdad, en verdad, en verdad, no se iba a dignar a mirarla...? Bajó las cejas en torno a él.

[Narcissa Black]

Se cruzó de brazos y torció la boca dennotando que no estaba complacida con su comportamiento. Según como concebía a la sociedad, era para que Severus hubiera volteádose hacia ella para saludarla con la mayor de las cortesías. Pero no se sorprendía, él siempre había envuelto un misterio para ella, y el detalle de ignorarla, aparte de, obviamente, irritarla, la hizo sentir ansiosa. Después de un breve silencio "¿De compras, Snape?", preguntó, gesticulando mucho las palabras con su perfecto acento inglés.

[Narcissa Black]

Evadió sus ojos a los cuantos segundos en que hubo correspondencia de mirada. No era tan fácil sostener su actitud de muchachita malcriada & déspota cuando el lugar la tensaba e incomodaba hasta lo imaginable. Quizá en Hogwarts habría sido distinto: luciría más tranquila y no tan ceñuda como ese instante. "Algo así," le imitó con toda intención. Estiró la mano hacia el estante que tenía al frente para tocar un lomo cualquiera. "No estoy segura de qué estar buscando, en realidad". Es decir, ¿qué tipo de libros vendían en esa tienda? Trató de identificar el autor en el lomo que contemplaba: Edward Piwowarski. No le sonaba a nadie conocido. Y eso que leía mucho.

[Narcissa Black]

Permaneció quieta ante las palabras de Severus, y su resaltamiento de ojos dejó de ser sutil cuando volteó a verlo, encarándolo con expresión de sorpresa. Eso, no se lo había esperado. "¿Sección Prohibida? ¿Como en... libros del tipo...?", miró los libros con la boca entre-abierta -...¡pero claro que son libros de Artes Oscuras! ¿En qué callejón crees que estás?-. Era increíble cuánto crecieron la curiosidad y miedo simultáneamente dentro de ella, como si la sangre comenzara a fluirle con más rapidez. "¿Lo dices en serio?", preguntó en voz baja.

[Narcissa Black]

Vamos, ¿a quién no le iba a dar una loca curiosidad por leer, ver... al menos sostener en manos, un libro de índole oscuro?. Sus ojos se movieron rápidamente en dirección al estante delante de sí, tan ensimismada que no atendió el maldecir de su acompañante. Estiró una mano hacia un libro color verde oscuro, de lomo gastado, pues le había llamado la atención que no tuviera grabadas letras de ningún tipo; nada que indicara el autor, ni el título...

Claro que, a pocos milímetros de que sus dedos lo rozaran, inmovilizó la mano y miró a Severus. Un reflejo que podía entenderse como que él debía darle su aprobación para hacerlo o no. La esperaba.

[Narcissa Black]

¿Se preguntarán cómo era que esto resultara tan excitantemente innovador para ella, siendo que su estancia en el Callejón Knockturn no lo era en absoluto? Sucedía que antes siempre había permanecido pegada como lapa a sus padres, y, aunque no se opondrían a que tuviera contacto con alguno de esos libros, ciertamente tampoco la alentaban para ello. Quizá tenía que ver con ser la menor de sus hijas, quién sabe... El caso fue que, a la señal de Severus, Narcissa sintió un vuelco en el estómago.

Tomó el libro del estante, con todo el cuidado y lentitud de la que era capaz, como si se tratara de algo sumamente frágil, ¿o peligroso? Y observó la portada unos segundos en silencio. Después, "No tiene indicado el autor," comentó con un hilo de voz, a tiempo que le daba la vuelta para ver la contraportada en espera de ver algunas letras. Y nada. Sus ojos azules se posaron en él -¿Por qué?-.

[Narcissa Black]

-¿Normal?-, lo miró con un suave ceño. Eso era todo menos normal. Narcissa, tan acomodada y apegada al mundo de las reglas, no entendía cómo un libro podría funcionar sin seguir las leyes básicas de lo que debía ir en su portada. Pero, de nuevo, pensó que todo se justificaba porque el callejón en el que estaba, tampoco estaba en lo ordinario. "¿Y... cómo puedo saber si es este peligroso o no?. ¿Peligroso en qué sentido?." No iba a abrir las páginas sin haber aclarado eso antes, ¿verdad?

[Narcissa Black]

Lo escuchaba atentamente, y, cuando Severus hubo pronunciado la última sílaba, Narcissa bajó lentamente la vista al objeto que firmemente sostenía. Su primer pregunta no había sido aún respondida, razón por la cual le dedicó ojos de cautela. "Suena razonable," murmuró por lo bajo. ¿Se supone que no había de qué preocuparse si, hasta ese momento, el muchacho no le había arrebatado el libro de las manos? Pero, ¿por qué habría él, en todo caso, de preocuparse por su seguridad, y cuánto sabía verdaderamente Severus sobre las Artes Oscuras? Pensó que no tenía motivo alguno para confiar en él, pero la curiosidad era demasiado poderosa, así que, por primera vez en su vida ignoró a su vocecilla de sentido común y desplegó la primer página delante de sí. Estaba en blanco.

[Narcissa Black]

¿Qué se supone que significaba eso? Antes de analizar el desconcertante color blanco en la página inicial, le dedicó a Severus un ceño pronunciado. ¿Estaba, acaso, tachándola de alguna forma? -estoy interesada-, le hubiera gustado afirmar en voz alta, pero ¿con qué argumento? La página estaba indiscutiblemente vacía, y una desagradable inseguridad creció en ella.

Pasó entonces a la siguiente página: lo mismo, ninguna letra que ver. Quería demostrarle al muchacho con hechos cuán capaz era, pero seguía pasando páginas con ansias crecientes sin apreciar cambio alguno, "...", hasta llegar más o menos por la mitad del libro: en la esquina baja de una hoja, había un párrafo escrito a mano de lo que parecía un borrador sucio de algún apunte. Y seguían varios, páginas repletas de letras pobremente escritas a mano, mismas que le demostró a Severus, alzando el libro para que lo viera a distancia. Su semblante serio y aún con resaca del ceño.

[Narcissa Black]

Se percibía una superioridad impuesta por Severus, de eso no cabía duda. Y no sólo por el asunto de la edad. Narcissa sabía cuando estaba cerca de alguien a quien valía la pena respetar. Más si era alguien a quien su hermana le había tomado gusto, sabiendo lo selectiva que era ella. Se concentró silenciosamente en visualizar el libro a detalle. "Son apuntes. Y...". Alguien sin el sentido de contemplación como ella habría asumido rápidamente que se trataban de apuntes escritos con signos ratos en otro idioma. En realidad, era mucho más sencillo que eso: "Están escritos para ser leídos delante de un espejo. Las letras están al revés." Todavía no lograba descifrar alguna palabra completa como para hablar del contenido, pero, bueno, sólo comentaba.