La que no bebe whiskey a las diez de la mañana

[Frankie Gibbs]

Entró en el Caldero Chorreante con aire resuelto, directo a sentarse a la barra. Tom estaba de espaldas y cuando se dio la vuelta y la vio, se le ensanchó una sonrisa.

"¡Frankie! ¿De vuelta tan pronto?" Le preguntó él.

"¿Tan pronto? ¡Si me fui dos meses! ¿No me echabas ya de menos?" inquirió ella, echándose el pelo hacia atrás. Hacía dos semanas había vuelto de una misión en la Antártica para Gringotts. Una cueva, una cosa, lo de siempre. Tuvo un breve descanso en su casa en Berkshire pero ya estaba preparada para algo nuevo, y por eso estaba allí, iba a pasar por casa de los duendes a ver si había algo para ella.

"Claro, claro" respondió él. "¿Qué te sirvo? ¿Whiskey?" preguntó.

"No sé qué es peor, que no recuerdes lo que siempre pido o que pienses que bebo Whiskey a las diez de la mañana" negando la cabeza en señal de desaprobación. "Dame una cerveza de mantequilla" le pidió. Era verdad que a veces pedía Whiskey, pero no quería llegar oliendo a alcohol a Gringotts, no esa vez, al menos.

Tom le sirvió una pinta y Frankie se bebió dos dedos de una sentada, luego se giró, a ver si encontraba algún conocido por ahí.

Reservado

[Tristan Jenkins]

Por cuestiones laborales y de crecimiento personal, Tristan se encontraba asistiendo a una conferencia de antídotos aquella semana, por esa razón estaba hospedándose en el Caldero desde hacía un par de días, junto otros de los pocionistas con quienes trabajaba. No había compartido habitación con nadie desde hacía varios años y la verdad era que no soportaba hacerlo, en consecuencia, había decidido pasar el menor tiempo posible con sus compañeros de viaje. Las charlas de ese día estaban programadas para la tarde, así que él se había despertado relativamente temprano e ido de paseo por la ciudad. Lamentablemente, el Londres muggle no era muy atractivo para él y tras un par de horas deambulando por parques, calles y tiendas, decidió regresar al pub.

Entró al lugar con una sombrilla en su mano, había lloviznado un poco y al estar entre muggles un hechizo repelente de agua significaba problemas con la ley. Sentía un poco de frío en su cuerpo y decidió acercarse a la barra para pedir una bebida caliente, mientras caminaba tenía la cabeza gacha secando el paraguas y las gotas de agua que había dejado en el suelo con su varita.

[Frankie Gibbs]

Se percató de la presencia de Gideon, un administrativo del ministerio retirado que se gastaba su jubilación en el Caldero. Alguna vez se habían tomado copas juntos.

"¡Eh, Gideon! ¿Qué tal?" Le preguntó ella sonriente, alzando una mano. Él levantó la vista. "¡Eh, Frankie! ¿Qué tal por el hielo?" Preguntó él de vuelta, ignorando su pregunta. "Ya sabes, con un frío para cagarse, pero bien" respondió. Al menos él se acordaba que había estado en la Antártica, para su alegría. Quería contar su experiencia pero no era de las que no hablaba si no le preguntaban, aunque se muriese por hacerlo.

En su vista periférica vio a alguien entrando con un paraguas y lo miró. "¿Está lloviendo?" Preguntó sorprendida. A ella no le había caído ni media gota en los cincuenta metros que tuvo que caminar desde que se apareció en un callejón y llegó hasta allí.

[Tristan Jenkins]

Frunció el ceño ¿Qué clase de pregunta era esa? Si estaba entrando con una sombrilla goteando, era lógico que llovía a fuera ¿no? ¿Qué otra cosa podía ser? No era monedita de oro, pero tampoco era tan desagradable como para que sus compañeros lo hechizaran y le lloviera solo a él.

Tomo aire y con su ceño aún fruncido alzo la mirada en dirección a la barra, dispuesto a responder un sarcástico 'No' que se convirtió en un nudo en su garganta cuando cayó en cuenta que era Frankie Gibbs quien le hablaba. Entonces, suavizo su expresión pero incapaz de sonreír se limitó a responder un simplón "Sí", proceder a terminar de enrollar el paraguas y pensar que podía decirle a ella después de tanto tiempo sin verla.

[Frankie Gibbs]

Frankie se quedó viendo al extraño hasta que dejó de ser un extraño. Si ella fuese una persona más afectiva hubiese saltado y le hubiese dado un abrazo, o al menos tocado un brazo a modo de saludo. Aunque (a los ojos de Frankie) Tristan nunca la quiso mucho, siempre le pareció simpático. Él todo amargado y serio, preguntándole que porqué hacía cosas locas. Esos buenos tiempos.

Pero sí mostró sorpresa en su cara, alzando las cejas y sonriendo de par en par. "Oh, wow. ¡Pero si es Tristan Jenkins!" Exclamó. "¿Qué haces por estos lares?" Preguntó, como si ella viviera en el Caldero y fuese la primera vez que él toca ese lugar.

[Tristan Jenkins]

Varios sentimientos recorrieron su cuerpo en unos pocos segundos: primero, estaba confundido por encontrarse con ella en ese lugar; segundo, se encontraba aturdido por volver a ver después de un largo tiempo a la persona que le había gustado mucho en su adolescencia y finalmente, tenía algo de vergüenza por casi responderle groseramente.

La exclamación de Frankie lo tomo por sorpresa, un poco, así que alzo sus cejas y sintió sus hombros tensarse. De repente la había imaginado saltándole encima para saludarlo (como aquella vez que lo había enviado a la enfermería por algo así), pero eso no ocurriría en ese lugar. "Hola" saludó, alzando una mano y apretando la boca en una sonrisa "Vine a una conferencia" respondió, sin saber si podía preguntar lo mismo o tan siquiera que hacer, ya que tras guardar el paraguas, se había quedado de pie a unos metros de distancia de la muchacha y la barra.

[Frankie Gibbs]

Había esperado un saludo más efusivo de su parte, pero luego recordó que estaba hablando de Tristan Jenkins y sonrió, agradecida en su interior. Era reconfortante el saber que algunas cosas no cambiaban y que la persona que conoció por tantos años seguía ahí. Ella tampoco había cambiado mucho, solo que sabía como socializar un poco mejor y ya le pagaban por poner su vida en riesgo.

Se llevo la cerveza a los labios, dándole un sorbo y su vista fija en Tristan. "¿Conferencia de qué?" quiso saber. No recordaba a qué se dedicaba él, si es que alguna vez comentaron sus futuros entre ellos.

[Tristan Jenkins]

Poco a poco los sentimientos en su interior se fueron calmando y decidió que estaba bien acercarse a la barra, pero mantenerse a una distancia de Frankie que le permitiera hablarse sin estar demasiado cerca. Algo así como una distancia social dos puestos de por medio.

"Es sobre antídotos. Soy pocionista" aclaró, porque no podía culparla por no saber a qué se dedicaba, además, sabía que habían personas de muchas profesiones asistiendo al evento. Por su parte, él si recordaba a que se dedicaba ella, lo que no recordaba era si lo había escuchado de su boca o de parte de alguno de sus compañeros de escuela, antes o después de graduarse. Frankie era rompe-maldiciones y le atormentaba un poco recordarlo, porque eso lo hacía sentir medianamente acosador.

[Frankie Gibbs]

Aunque no se percató inmediatamente, verlo sentarse tan lejos le hizo sentir como si fueran un par de extraños y no dos ex compañeros que estuvieron en las mismas instalaciones por siete años. No dijo nada, aunque lo pensó, porque a ella misma le gustaba mantener cierto espacio personal con los demás, solo que no tanto y no en esa ocasión, descubriéndose contenta de ver a Tristan.

Colocó la cerveza sobre la barra. "Oh, eso es muy interesante, ¿Crees que yo pueda asistir?" Preguntó, sin pensarlo demasiado. "Yo soy rompe-maldiciones y no me vendría mal saber más sobre antídotos; tengo una formación sobre eso, claro, pero experta no soy" se explicó, porque no quería que pensara que era una sin oficio buscando como rellenar su mañana. Ya tenía un plan, pero no era obligatorio.

[Tristan Jenkins]

Obviamente, no encontraba extraño que le preguntara eso, incluso le daba un poquito (muy poquito) de ilusión que pudiese asistir, porque eso significaba que tenía posibilidad de verla otra vez. -¿Qué...?!- No, un momento, estaba mal sentirse así, ya no era el mismo Tristan de la escuela. Ya había superado esa etapa de su vida. Como fuera, se le quedo mirando por unos instantes en silencio tras escucharla, estaba pensando qué decirle porque no recordaba todos los detalles del evento y no quería hacerle creer que la ignoraba observando el vacío, así que, por supuesto, era mejor parecer un raro viéndola fijamente.

"Sí, puedes" contestó, ya seguro de la información que iba a compartirle "Están aceptando participantes durante los días del evento..." y se contuvo de decir que a diferencia de la inscripción temprana tendría que pagar más, era meticuloso con sus finanzas, pero no quería dar la impresión de ser tacaño. "Hay varias charlas en la semana y puedes asistir solo a las que te interesen" concluyo, apenas con un tono amable y ojalá fueran las mismas a las que asistiría él. en ese momento, Tom paso por su lado, y él aprovecho para pedirle un té, buscando distraerse de sus pensamientos raros.

[Frankie Gibbs]

Pestañeó varias veces, expectante de una respuesta, y estuvo a punto interrumpir su silencio, preguntándole si estaba bien porque no era normal mirar de esa forma a la gente, pero al final habló y ella sonrió. A lo mejor no terminará ese día con otra misión, pero no se iba a morir por esperar un poco.

"¡Genial! Déjame acabarme esto y nos vamos" dijo, ignorando por completo el resto de cosas que dijo. Solo le importaba saber que podía, no le importaba mucho lo que costara, aunque no es que cargara mucho dinero encima.

Tomó la cerveza y empezó a bebérsela rápidamente, y no fue hasta que se la acabó que escuchó que Tristan estaba pidiendo un té. Ah, o sea que no iban con prisas.

"Entonces otro té para mi, Tom" le dijo, extendiéndole la cerveza vacía. Tendría que ir al baño antes irse, eso seguro.

[Tristan Jenkins]

No se le ocurrió que quizá ella quería ir pronto ya que estaba retrasada con las charlas, porque, claramente, no se había ofrecido a acompañarla. Solo le había compartido la informacióncon la esperanza de volver a verla, ya tenía un plan para las actividades de su día que dudaba fuera a cambiar. Así que encontró extraño que ella se tomará tan rápido la cerveza y más aún que pidiera un té, más bien, le pareció desagradable pero se esforzó bastante en no demostrarlo.

Tuvo miedo de que se formara un silencio incomodo y preguntó lo primero que le cruzó por la cabeza: "¿Necesitas usar muchos antídotos en tu trabajo?". Ahora que se fijaba con más calma, era poco practico hablarle desde dos asientos de distancia, pero pensó que iba a verse muy raro si se acercaba de repente.

[Frankie Gibbs]

Tom llegó con las tazas de té. Frankie miró la suya por unos segundos, preguntándose porqué pidió té si ella prácticamente nunca tomaba té. Le salió como natural pedir lo mismo que él, dado que iban a ir al mismo sitio. Tom dejó crema y azúcar a una distancia equidistante de ambos y Frankie se estiró para tomar el azúcar primero.

Después de tres cucharadas y revolver, lo miró. "Depende de la misión, pero a veces son necesarios. Vamos a lugares remotos o de difícil acceso; hay muchas plantas, animales o incluso trampas con veneno y los antídotos comunes suelen servir pero uno nunca sabe" respondió. Le encantaba hablar de su trabajo, de los riesgos que existían y lo que ha tenido que pasar, pero hace un par de años le hicieron saber que a veces se pasaba un poco, así que ha aprendido a solo hablar al respecto si le preguntaban, como en ese caso. Gracias Tristan.

[Tristan Jenkins]

Había olvidado decirle al tabernero que no se preocupara por la crema ni el azúcar (en su caso) y decidió que, una vez las trajera, era mejor si las acercaba más hacía su compañera, pero antes de tan siquiera poder mover la varita, la encontró estirándose y su plan de ser mínimamente caballeroso se esfumo en el aire.

Contuvo la respiración al observarla servirse el azúcar -Es demasiada- se quejó para si mismo por costumbre. Sin embargo, la escucho con atención, porque a pesar de haberle hecho una pregunta de la cual ya sabía la respuesta, encontraba cautivador escucharla hablar sobre su trabajo. Tomo un sorbo de su té, esperando que ella continuara hablando de lo que hacía, tampoco quería bombardearla a preguntas y deslumbrarla con sus nefastas habilidades sociales.

[Frankie Gibbs]

Bebió un sorbo de su té y arrugó la nariz por un segundo, y le echó otra cucharada de azúcar. Otro sorbo. Todavía no le gustaba pero era tomable. "¿Quieres el azúcar?" Le preguntó a Tristan, preparada para pasársela.

"¿Y tú trabajas en una botica o tienes un negocio propio?" Preguntó interesada, sintiendo que debería recordar algo más sobre su vida pero por más que lo intentaba, solo recordaba ese incidente donde acabaron en la enfermería.